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Problemas en cada pareja 2 por Sakura015

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Notas del capitulo:

Hola, Fanaticos del Yaoi! Estoy comenzando esta nueva historia para que tengan un cambio de "Por favor... dejame entrar a tu vida". Ese lo voy a seguir, pero mientras...

Igual, voy a actualizar cuando pueda, por las clases (aunque todavía no empecé) Jiji

No sé si el primer cap en algo corto...

Sin mas que decir...a leer

En una mañana en la que un castaño se despertó en un departamento que NO era el suyo, supimos que se avecinaba algo un poco malo.
Onodera Ritsu miró a su costado y vio a Takano Masamune, su jefe y novio “no oficial” hasta el momento.

—*1, 2, 3*—contó su conciencia.

Un gritó muy fuerte se escuchó en el departamento. El azabache se levantó un poco y gritó:

— ¡Que molesto! ¡Cállate de una vez!

— ¡¿Qué diablos pasó?! ¿Por qué estoy aquí?

—Deja de gritar... Te dormiste en el tren anoche, así que te cargué hasta aquí. Se agradecido... No tienes idea de lo pesado que eres—dijo el azabache.

Onodera salió de la cama y tomó sus cosas. Hizo una reverencia y dijo:

—Muchas gracias por tomarte la molestia. Te dejo tranquilo. 

—Espera.

Onodera se detuvo, pero no lo miró. Takano salió de la cama y se acercó al menor. Se quedó mirándolo unos segundos... antes de inclinarse y besarlo.
El castaño se quedó quieto. Si bien aun no admitía que era amor, Takano recordaba que él dijo que sus acciones hablaban por si solas.

— “Maldición... ¿Por qué tuve que decir eso?”—pensó el castaño.

—*Es lo que muchos esperamos que pase*—dijo esa voz—. *Además, bien que disfrutas los momentos... aunque lo niegues*. 

El azabache se separó despacio de él, sonriéndole con ternura. Ritsu bajó la cabeza, mirando el suelo. Pocas veces se “reclamaba” por haber dicho eso, pero sí que lo hacía.
Bueno, aunque ya no decía mucho “esto no es amor”. Y si lo decía, Takano podía estar cien por ciento seguro de que era mentira. Lo sabía desde antes, pero esto se lo terminó de confirmar.

—Iré a prepararme a mi departamento—trató de hablar con voz firme, pero le tembló un poco.

—O sea que quieres que vayamos juntos—dedujo Takano.

—N-no... N-no di-dije eso—tartamudeó, sonrojado.

—Pero si no fuera así, no me hubieras dicho—Takano si que era inteligente.

Onodera soltó un gritillo de frustración y salió del departamento de Takano. En su departamento, no podía dejar de pensar en que Takano había estado un poco más romántico el último tiempo. Definitivamente, el hecho de que supiera “eso”, lo cambió un poco.

—*Sólo tienes que decirle que lo amas directamente. No es tan complicado*—habló su conciencia.

—“¿Podrías dejarme? No hablaré contigo de eso”—dijo mientras se preparaba.

—*Oi, si vas a gastar palabras, mejor que sea diciendo que están juntos*.

Onodera cortó la conversación mental y salió de su departamento. El azabache ya lo estaba esperando. Se metieron en el ascensor y fueron en el auto de Takano.
El camino fue silencioso, pero no era incomodo. Para nada.
Él quería poder decirle lo que sentía, pero... no creía que fuera el mejor momento.

—*Excusas, excusas*—se quejó la conciencia.

Onodera trató de no responderle para no hacer ninguna cara que pudiera extrañar al mayor.
Al llegar a la editorial, cada uno fue a su lugar.
Onodera se sentó al lado de Kisa y éste le lanzó una sonrisa pícara.

—Ricchan, te vi llegar con Takano-san—susurró.

—Ca-calla—pidió con las mejillas un poco rojas.

Kisa soltó una risilla y comenzó con su trabajo.
Al cabo de unos minutos, llegaron Hatori y Mino. Éste último se quedó “mirando” a Onodera con una sonrisa divertida. Hatori sólo dijo que los vio llegar juntos. E incluso Yokozawa dijo algo.
El rostro de Onodera parecía que estaba por estallar, y hasta le quemaba. Trató de concentrarse en su trabajo.

—*Creo que esta vez, siento pena por ti*.

—“Por una vez...”.

—*Trata de no pensar en eso*.

—“¿Y qué crees que estoy tratando de hacer?”—respondió con fastidio.

Los otros cuatro podían soltar alguno que otro comentario, pero sabían ser ubicados. Y Onodera trataba de que eso se mantuviera. Takano casi no habló mucho en su trabajo. Sólo gritaba cuando Yokozawa iba a quejarse por lo que ordenó en las ventas, pero nada más.

—Onodera-kun, ¿cómo están tú y Takano-san en la relación?—preguntó Mino, muy interesado.

Fue el colmo. Olvidando lo que siempre le advirtieron, Onodera estuvo por decirle una grosería... Eso sí que es craso error, hablarle mal a Mino.
Cuando abrió la boca, Takano, Kisa, Hatori y Yokozawa le taparon la boca, mientras tenían gestos nerviosos.

—*Estúpido*.

—“¿Hasta mi conciencia me va a insultar?”.

Mino fue llamado por una chica que necesitaba su ayuda para destrabar la fotocopiadora. Él fue, casi olvidando el asunto.

—Ricchan, recuerda nunca hacer enojar a Mino—advirtió el pelinegro, quitando su mano.

— ¿Por qué te pusiste así?—preguntó Hatori.

El menor prefirió no contestar a eso. No fue que le molestara lo de mencionar su “relación” con Takano. Pero vamos, a cualquiera le molesta si hacen tantos comentarios. Aunque lo de Mino no fue una burla. De verdad parecía tener interés en eso.

—Onodera, alguien te busca—avisó Yokozawa.

— ¿Eh? ¿Quién?

—No lo sé. No me dijo. En cuanto me vio, retrocedió un poco y me habló con nerviosismo—dijo, algo frustrado.

Todos notaron algo respecto a ellos dos: parecían menos distantes el uno con el otro. Yokozawa le hablaba más tranquilo, y Onodera no mostraba tener miedo de él.
Pero en fin, Onodera fue al primer piso y se llevó una pequeña sorpresa, pero tampoco fue impacto.

—An-chan, hola. ¿Qué haces aquí?

—Yo-yo... vine a verte, Ricchan—respondió con la cabeza baja.

—An-chan, no puedes estar aquí. A mi jefe no le va a gustar.

Ella apretó un poco su bolso y una mata de cabello cubrió sus ojos. No estaba triste, pero tenía miedo de causarle problemas al castaño.

—Lo siento. Te veré después entonces—dijo antes de irse.

Onodera soltó un suspiro y se dio media vuelta para regresar a su trabajo. Pero cuando cruzó la puerta, Takano lo tomó de la muñeca y se lo llevó hasta el baño. Allí, dejó al castaño contra la puerta y dejó su brazo por encima de la cabeza de Ritsu.

— ¿Qué... qué pasa?

—Lo mismo quiero preguntarte—dijo Takano con voz más grave—. ¿Quién era esa chica?

—...No deberías escuchar conversaciones—dijo con el ceño fruncido, aunque sin mirarlo directamente a los ojos—... Ella es sólo una amiga. Su nombre es An Kohinata. Nos conocemos desde que éramos niños... Pero no somos nada más.

Takano tomó el mentón del menor y lo besó. Onodera pudo sentir algo en ese beso: desesperación. Nunca lo había sentido cuando lo besaba.

—*Creo que lo que pasó con Haitani lo dejó marcado, aunque no lo demuestra*—dijo su conciencia.

—“Puede ser cierto... No lo puedo culpar”.

— ¿Interrumpo?—dijo una voz a sus espaldas.

Ambos miraron y se encontraron a... Kisa. El pobre tenía las mejillas rojas y una sonrisa nerviosa.
El día para Ritsu fue eterno. Sabía que Takano estaba pensando en su amiga, por lo que estaba decidido a hablar con él al salir. Y no se echaría para atrás, lo haría.
Cuando por fin salieron, fueron hasta el edificio. En el ascensor, Takano tomó la mano del castaño. Casi de golpe se quedó sin aire. No lo rechazó, pero igual...

—Takano-san, en mi departamento, podemos hablar de por qué ella estaba ahí por mí.

—Sí, me parece bien.

Cuando las puertas del ascensor se abrieron, el castaño se llevó una sorpresa poco agradable.

— ¿Mamá?

Continuara...


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