Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

... A ninguna parte por Ghost princess Perona

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Naruto no es mío

Notas del capitulo:

Espero que les guste

“Nunca he estado en este, espero que… oh, no” Hashirama se detuvo en seco antes de subir al crucero de lujo que tenía en frente. La persona con la que él y su novio se habían topado también puso cara de desagrado, acentuada de alguna manera por las gruesas gafas de sol que el vampiro usaba para taparse los ojos.

“¿Qué haces aquí?” Madara tampoco estaba contento por la presencia de esa persona en particular, por mucho que lo quisiera. Es que iba a ser muy incómodo. Era una regla de supervivencia, no más de dos vampiros en un mismo lugar cazando, se hacía un poco notorio que las personas comenzaban a desaparecer. “Izuna, espero que hayas venido a despedirnos, porque si no…”

“Reservé un camarote en este crucero porque era el último de la temporada” el menor se quitó el sombrero de paja que llevaba en la cabeza. “Tenía que haberlo adivinado, tú siempre has adorado los barcos.”

“Y tú los trenes” los hermanos se enfrentaron por un momento, hasta que ambos suspiraron y lo dejaron ir. “Espero que no causemos demasiado alboroto.”

“Espero que no nos tiren al océano por la bulla que ustedes dos hacen” los dos pelinegros se sonrieron tensamente. Hashirama estuvo a punto de meterse entre ellos para detenerlos, pero vio a alguien más. Sus ojos se abrieron tan grandes que uno pensaría que se le iban a salir de las órbitas. A una velocidad inhumana, se escondió entre los aparejos del barco que todavía estaban en el muelle. “¿Qué le pasa?”

“Quizás tú elegiste a…” los dos guardaron silencio cuando se les acercó un humano con cabellera blanca. Madara gruñó otra vez, lo reconocía. Y no era precisamente su ser humano favorito. “Ha pasado un tiempo”

“Cierto” dijo secamente el albino, que vestía más como un agente secreto que como un turista a punto de subir a un crucero. “No esperaba encontrarme contigo… aunque seguro debí haberlo adivinado. Siempre has tenido gustos caros.”

“¿Querías algo?”

“Escucha, puta sobrevalorada, tú….”

“¡Hey, no me ignoren!” el menor se metió, admirando un poco la figura escondida del peliblanco. Esto lo observó con una mirada crítica, como si estuviera pensando en algún comentario cortante que hacerle. Izuna se la devolvió con desafío, algo que nunca antes había sucedido.

“¿Quién es?” lo señaló con un dedo de una manera maleducada. “¿Tu nuevo ligue? ¿Acaso los hombres de tu edad ya no te hacen caso porque escucharon lo fácil que eres y tienes que seducir niñitos?”

“A quién llamas…”

“Es mi hermanito” Madara lo calló antes de que los metiera en más problemas. “Estoy haciendo el viaje con él.” Explicó, empujando al más joven hacia la escalera para subir al barco. “Izuna, súbete al barco”

“No me voy a…”

“Debí saber que había una versión más joven de ti en alguna parte, de algo tenías que vivir cuando te desgastaras demasiado para andar engatusando a hombres de buenas familias” lo vio de arriba abajo. “¿Vienen a subastar su virginidad?”

“Deja de balbucear y dinos a qué demonios has venido, Tobirama” pidió el pelinegro mayor, ya cansado de los insultos del albino. Si tan sólo estuvieran en una situación diferentes… posiblemente ya le habría roto el cuello, desangrado el cadáver y enviado su carcasa vacía al mar, donde nadie lo podría encontrar nunca más.

“Mi hermano desapareció poco después de que te fuiste. No ha regresado a casa hasta ahora y estoy muy preocupado” se adelantó un poco. “No lo habrás visto, ¿verdad? Porque según lo recuerdo tenías un orden de alejamiento de parte de mis padres…”

“Por desgracia para ti, no. Estoy aquí con Izuna y agradecería que no nos arruinara las vacaciones tu horrible cara” retrocedió hasta la tarima. “Así que ahí te ves, busca a tu hermano en otra parte”

“Pues qué pena, porque voy a quedarme” enseñó un boleto en su mano, agitándolo como si fuera un trofeo. “Estaré completamente al pendiente de ustedes dos y si llego a ver a ese idiota aquí” le hizo un gesto de que lo estaría vigilando, haciendo que el pelinegro se llevara las manos a la cadera. “Date por muerto.”

“Creo que exagera” todos subieron y los vampiros se encontraron en el camarote. Hashirama entró por la ventana, encaramándose a la parte de afuera del barco con las uñas. “Un simple humano jamás podría con uno de nosotros.”

“No subestimes a Tobirama” el mayor de los Senju comenzó a mirar a su alrededor con miedo, sabiendo exactamente de lo que era capaz su hermano. “Uno esperaría que se hubieran rendido ya, he estado “desaparecido”” hizo un gesto con los dedos. “por más de un año. Para muchos eso significaría que estoy muerto.”

“Supongo… aunque muchos padres no lo hacen. ¿Acaso tiene un tipo de complejo de hermano? No respondas a eso” Madara suspiró, sentándose en la cama. “Habrá que andar con pies de plomo.”

“¿Acaso hay otra manera de hacerlo?” el moreno se recostó contra la pared. “Creo que ya no podré traerte tentempiés nocturnos.”

“Qué pena” tomó sus cosas y se cambió. “Izuna, ¿te vienes? Quiero algo para picar antes de que venga ese incordio para arruinarnos el viaje” el menos levantó una ceja. “Vamos, apuesto que te gustará alguno de los chicos que nadan por ahí”

“Y yo apuesto a que nos encontraremos con el muñequito ese de tu cuñado…”

“Izuna, por favor, mantén tus garras alejadas de mi hermano” Hashirama sabía que no tenía mucho que hacer. Los Uchihas eran mayores y mucho más fuertes, unos auténticos ejemplos del vampiro perfecto. De todas maneras, el otro se encogió de hombros y también se vistió. Los dos salieron a la piscina, encontrando tumbonas en una bonita zona sombreada desde donde podrían ver a todos los nadadores y escoger presa.

“Mira quién está ahí” señaló el menor, bajándose los lentes. Su nii-san hizo lo mismo, mirando las del otro lado de la piscina. Ahí estaba el albino, acomodándose en una tumbona justo delante de ellos y observándolos.

“¿Qué se cree? ¿Un detective privado?” negó con la cabeza y se volvió a recostar, acomodándose los lentes. “Claramente Hashirama no está aquí, ¿Cuándo se va a dar por vencido ese idiota?”

“Nunca, el otro no lo hizo” Izuna se carcajeó. “Debe estar en la sangre… igual que el ser irritante en la nuestra” Madara le dedicó una mirada severa. “Y también una belleza que cautiva a todo el mundo” entonces vio a alguien luciéndose en la piscina. “Yummy, esa parece sabrosa.”

“Sólo huélela para que veas las nauseas que te dan” el mayor escaneó otra zona, donde habían chicas más recatadas. Ellas sí que se veían sabrosas. “Esas son de las que quieres, un poco menos… ¿Cómo decirlo sin ser insultante?”

“Putas, lo sé, es sólo que estoy aquí por la comida fácil, no por la fineza… aunque tienes razón, todo el año tenemos chicos y chicas de la calle para comer. No necesito más en las vacaciones” puso las manos por encima de la cabeza. “Alguien no me pierde de vista, supongo que lo ha cautivado mi superior belleza.”

“Es a mí y creo que no le gustas”

“Ya lo veremos” el menor se acomodó la cabellera, caminando hacia el Senju. Sus miradas se cruzaron cuando se encontraron, una de desagrado y la otra de pedantería. “He notado cuanto me has estado mirando, ¿acaso ves algo que te gusta?”

“En tus sueños, imbécil” fueron las únicas palabras que le pudo sacar. Esto hizo sonreír al vampiro, que cada vez estaba más interesado en él. Olía tan bien y su actitud… simplemente perfecto. Sería mucho más que una buena presa. Ya se moría por domar esa actitud suya. “¿Te vas? Me tapas el sol”

“Disfrútalo…” se marchó de regreso con su hermano, que estaba flirteando con dos chicas al mismo tiempo. Ambas eran bastante recatadas y se reían, pero sin duda estaban ansiosas por hacer algo con el pelinegro mayor. Vaya, estas jovencitas de instituto hacían todo para volverse populares, incluso entregarse a un perfecto desconocido. “¿Vas a mostrarles lo que es bueno?”

“Sí, claro. Como a todas” Madara Uchiha siguió con ellas, ante la mirada atenta de Tobirama. Este fruncía el ceño, parecía que pensaba lo peor de esos dos. “¿Quieres un trago? Dicen que los Bloody Marys de aquí son fabulosos. Y me han dicho que los tequilas y los perlas negras ponen… bastante” les dedicó una sonrisa seductora a las jovencitas, que se rieron. “¿Qué dicen las princesas?”

“Prefiero algo con más cuerpo… pero puedo aceptar la copa más tarde, en el casino” tomó sus cosas. “Iré a mi camarote por algunas cosas, ¿nos reunimos en el bar?”

“Sí, es mejor. Nos vemos, hermanito” el pelinegro mayor se fue con las chicas al bar, muy feliz de encontrar algo de calidad. Izuna caminó hacia la entrada, siendo seguido por alguien. Sonrió, ese tipo no iba a detenerse ante nada. “Si querías entrar a mi camarote sólo tenías que pedirlo.”

“No te hagas ilusiones, sólo quiero asegurarme de que mi hermano no está en ese lugar” el albino entró como si estuviera en su propia casa… sólo para no encontrar nada. Revisó minuciosamente el lugar mientras el dueño observaba. “Rayos”

“¿Quieres irte ya? ¿O vas a esperar por si entra por la ventana bailando al estilo de Elvis Presley?” bromeó el Uchiha. El otro lo miró ceñudo. “No hay nadie aquí, pero si quieres quedarte…”

“No, gracias” se fue dando fuertes pisotones. Una vez estuvo dentro de su habitación dio un portazo, tirándose a la cama. Lloró un poco, estaba tan seguro… cerró los ojos, no quería pensar. Desde que su hermano desapareció las cosas no eran iguales. “¿Por qué te fuiste? Nos queríamos mucho. ¿Por qué?” los abrió de nuevo por unos minutos. “¿Acaso él te…?”

“Tobi…” Hashirama entró al cuarto por la ventana, acariciando por primera vez en meses el pelo y rostro de su hermanito de una manera paternal. Lo extrañaba tanto… no debían malinterpretarlo, la vida que llevaba con su amante era increíble, pero uno extrañaba a la familia de vez en cuando. “Lo siento mucho” le besó la frente como cuando eran pequeños. “Y no me ha hecho nada malo… al menos a mi juicio… yo… bueno, sólo tienes que saber que estoy bien y te quiero”

-Al día siguiente-

“Veo, veo… alguien siguiendo con la mirada a mi hermano” Izuna volvió a molestar a Tobirama, que se volteó para verlo en el bar con cara de desagrado. “Veo que te has quedado sin habla ante mi increíble aspecto.”

“Más bien todo lo contrario” dijo el albino, limpiándose el esmoquin. “Me da repulsión cualquier cosa relacionada con tu hermano… y últimamente contigo también.”

“¿Sí? ¿Entonces por qué estás mirándolo todo el tiempo?”

“Porque él mató a mi hermano” Izuna se le quedó mirando por un momento y luego se puso a reír. Le causaba tanta gracia… ¡Madara matando a Hashirama! ¡No había escuchado algo tan divertido desde que escuchó a nii-san cantando una canción de amor en la ducha como adolescente! “¿Qué es tan gracioso?”

“Que no está muerto” el albino lo miró confundido. “Yo lo he visto hace poco, tomó este barco para estar con nii-san” le tendió una mano. “Si quieres te puedo llevar a verlo”

“Si es una de tus bromas…”

“No hay truco, te llevaré” salieron del casino juntos, con Tobirama caminando un par de pasos por detrás de su misterioso compañero. Entraron en un camarote pobremente iluminado, con una cama muy espaciosa en el centro. En el piso había un collar muy conocido, que recogió inmediatamente. “¿Qué pasa?”

“Esto era de mi hermano” apretó eso en sus manos. “Él estuvo aquí…”

“Me sorprende que no esté aquí… o no” se acercó por detrás el Uchiha. Sus labios entonces besaron su cuello, succionando el suave aroma que emitía su piel. Iba a apartarlo, pero una mano fuerte lo sujetó. Se sorprendió de lo poderosa que era, como si estuviera hecha de ladrillos. “Vamos a disfrutarlo.”

“Suelta…”

“Por siempre” mordió su cuello, succionando la sangre deliciosa. Los ojos de Tobirama se cerraron… cuando despertó habían voces en la habitación, muy enojadas. Una era de la perra esa, otra de su hermano y otra… la conocía. ¡Cómo lo había extrañado!

“¡Cómo se te ocurre!” Hashirama estaba tan furioso que uno no pensaría que era él. “¡Convertir a alguien en medio de un barco densamente poblado! ¡Es terrible! ¡¿Qué vas a hacer si se te sale de control?! ¡¿Eh?!”

“Oh, cállate ya” Izuna se cruzó de brazos. El albino seguía escuchando, apretándose ligeramente la garganta para sofocar la quemazón que le golpeaba con todas sus fuerzas en esa zona. Todo era demasiado… nítido. Hasta las motas de polvo en el aire. Y los olores... algo olía bastante bien ahí abajo, lo llamaba… “Nii-san te convirtió en un crucero también y no tuvo problemas en controlarte”

“¡No sabes lo que me costó! ¡Intentaba escaparse cada dos por…! Ya despertó” los tres miraron al neófito que se arrastraba instintivamente a la salida más cercana, guiado por su nariz. Madara inmediatamente se movió, poniéndose delante de la ventana. “más te vale que lo cuides, porque si nos delata…”

“Mejor vete a pillar la comida, ya me muero de hambre”

“Alguien tiene que quedarse aquí con él”

“Lo haré yo, aún tenemos que hablar” Hashirama se ofreció. Se sentó en la cama, cerca de su hermanito para conversar. La explicación fue tensa, Tobirama se desahogó de todos los meses buscándolo como loco mientras él estaba en la cama con su noviecito. El mayor simplemente se deprimió mientras le gritaban. “Lo siento”

“Eso no lo compensa… ni lo de ahora” se señaló la garganta. “Y… ¿Qué se supone que comeremos?”

“Somos vampiros, adivina” la puerta se abrió en ese momento y entraron los hermanos Uchiha con dos chicas. Cerraron la puerta y las arrojaron al piso. “¿Sólo dos?”

“El neonato y yo comemos primero, luego ustedes salen” Hashirama iba a discutir, pero su amante lo cogió del cuello y se marchó con él. Los menores desangraron a las presas casi inmediatamente. “Ahora que el estómago está más satisfecho… quítate la ropa.”

“En tus sueños”

“Estoy hablando en serio, para eso te creé” Izuna lo señaló acusatoriamente. “Quítate la ropa en este momento o voy a…” lo único que recibió fue un ataque que esquivó fácilmente. Lo agarró de los brazos y lo estrelló contra el colchón de la cama. “No puedes vencerme, un vampiro se hace más fuerte conforme pasan los años y yo te llevo siglos de ventaja”

“Eres un…”

“No debiste venir al camarote de otra persona sólo, pueden pasar cosas malas” le dio un besito en el cuello, lamiéndolo a continuación. Atacó la blanca piel, dispuesto a tener lo que quería. “Tranquilo, lo disfrutarás… igual que yo.”

“Se nota que hace tiempo no haces esto”

“¿Cómo te atreves?” sacó las garras y le arrancó la ropa a zarpazos. Con la ropa hecha jirones, Tobirama levantó la mano para empujarlo. El mayor simplemente lo agarró de la ella y lo pegó contra su cuerpo aún más. Movió sus caderas juntas, haciendo que el otro gimiera. Se tapó la boca inmediatamente. “Te demostraré quién no lo ha hecho en mucho tiempo… y cuando te guste tanto que gimas como la perra que eres…”

“Dudo que tú… ahhhh” sus pezones fueron estimulados por las fuertes garras del pelinegro. Sus labios se acercaron a ellos, succionando fuertemente uno de ellos. El albino volvió a gemir con fuerza, arqueándose un poco. Después de un momento hizo lo mismo con el otro pezón, acariciando su piel en círculos. Bajó más hacia sus pectorales, delineando con su lengua los músculos del Senju. A continuación fue a su pelvis, dejando unas marcas rojas muy notorias.

“¿Lo ves? Te gusta” comenzó a lamer sus dedos, cubriéndolos de saliva. Cuando estuvieron listos los llevó a su entrada y metió uno dentro. Tobirama lo sintió y trató de expulsarlo, pero no pudo hacer nada, ni con este ni con los otros dos que se metieron. Izuna los movió en círculos, buscando su próstata y metiéndolos cada vez más adentro.

“Salte…”

“No, gracias” igualmente los sacó y le sujetó la cadera. Entró con fuerza, moviéndose con fuerza una vez estuvo completamente dentro. Tobirama comenzó a gemir sin control, a pesar de sus intentos por callarse o detenerse. Los gemidos fueron en aumento conforme la velocidad aumentaba, hasta que ambos se vinieron en medio del éxtasis. “Woow” comentó el pelinegro saliendo. “Estuvo genial”

“Bastardo…”

“Oh, vamos, te gustó” se recostó a su lado. “Ya verás que te acostumbras…”

-Unos meses más tarde-

“No, esto no está pasando” Hashirama y Madara acababan de encontrarse cara a cara con sus hermanos menores, que iban de la mano hacia la tarima que llevaba a un elegante crucero. “Ya hablamos sobre esto. Si tres vampiros llamaban la atención, cuatro sería como colocarnos un cartel, así que…”

“Vamos, nii-san, ni que fuera el fin del mundo” Izuna respondió. “Es el Crucero a ninguna parte después de todo.”

“Y en cruceros así, las personas se pierden” terminó Tobirama, saboreando la sangre que de seguro hallaría a bordo. 

Notas finales:

Espero que les haya gustado. Review!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).