Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Crossroad por Reiha

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

¡Hola a todos~!

Hoy publico esta historia que he tenido en el abandono total desde... ¿que terminó el anime? Y bien, se lo escribí a mi estimada Kuross con la promesa de darle más FushiEno al fandom ‹3 Ahora que rompí mi bloqueo con la K Rarepair Week aproveché para rescatarlo (?)

Tengo publicada otra historia de esta pareja, pero aquí les presento la primera que escribí de ellos x3

Enjoy!

Day Six: Powers

Te encontré

Desde mi nacimiento, nunca he sido normal del todo; mis padres lo descubrieron apenas abrí mis ojos.

Fui registrado ante la ley como un strain, siendo ese el principio de todo.

"No peligroso." Esa era la leyenda que acompañaba a mi registro pero ¿de qué servía al final? Las personas, con tan solo saber lo que era, se alejaban de mí. En balde tener la pulsera que suprimía mis poderes desde pequeño, llevarla día y noche; sin siquiera tener el poder de decisión sobre si llevarla o no.

Ni siquiera sé cuáles son mis poderes.

Escuchaba a mis padres discutir todas las noches por mi culpa. "Nunca podrá llevar una vida normal", era lo que siempre escuchaba decir a mi madre entre sollozos.

Con el tiempo me volví retraído, pudiendo ser quien yo mismo tan solo por la red, donde no era necesario que todos supieran sobre mi condición o mi apariencia. Con el tiempo me acostumbré a no salir de casa, después de todo, cualquier cosa que deseara saber se encontraba ya en libros o en internet ¿quién necesitaba la escuela?

Así fue como llegué a mis dieciocho años, aislado de la sociedad y convertido en un completo geek.

A pesar de mi torpeza social cuando necesitaba tratar con alguien en persona, podía expresarme como deseara en la red. Hablaba con muchas personas de diferentes partes del país, llegué a encontrar muchos grupos donde podía hablar libremente de mi pasión por los cómics americanos, me parecía raro que muchos siguieran las publicaciones en inglés ya que no era muy común por mi zona que manejaran bien otro idioma; también encontré foros donde discutir sobre las últimas innovaciones tecnológicas, si pudiera me gustaría poder crear algo así.

Entre tantas personas, había una en especial. Al principio me extrañó que me buscara tanto para conversar, pero una vez comencé a responderle con mayor frecuencia perdí la noción sobre en qué momento se volvió tan cotidiano el hablar con él por horas.

"Conozcámonos en persona."

Mis manos temblaron ante la proposición.

Miré la pantalla por varios minutos sin estar seguro de qué responderle, el problema era que sí deseaba verlo en persona, pero tenía miedo de no ser lo que esperaba. Era la única persona que podía considerar importante para mí, alguien que me había brindado su amistad a pesar de que fuera un strain. Sí, se lo había dicho ¿y saben? No le importó en lo absoluto.

No fue hasta días después que me decidí a responderle.

"Me encantaría."

De haber sabido lo que me esperaba el día de aquel encuentro, no lo habría creído.

"Fuente del parque Shizume a las 19:00, no llegues tarde."

Saqué mi PSP para matar el tiempo, aún faltaban cerca de diez minutos para la hora acordada y me incomodaba bastante el sentirme observado por todos. A pesar de que me aseguré de cubrir mi pulsera con la manga de mi sudadera, no podía dejar de pensar que todos murmuraban sobre mí.

— ¿Enomoto?

Quedé estático ante el llamado.

— ¿Vas a hacer que no me conoces? –Soltó con sorna.

Cuando levanté la vista quedé asombrado ante la imagen frente a mí.

— ¿Fushimi?

Entonces fue él quien parecía algo desconcertado al encontrarse cara a cara conmigo.

—Se va a escuchar muy tonto ahora pero, juro que te imaginaba del estilo de Howard. –Dije sin más rodeos.

—Y yo creí que vería a Leonard II. –Rio, siguiéndome la corriente.

La tensión que sentía se había disipado en cuanto le vi sonreír, no recordaba la última vez que alguien lo había hecho estando conmigo.

Estuvimos merodeando por horas en la ciudad, deteniéndonos solo para observar las vitrinas de las tiendas de videojuegos que se nos atravesaran. Fushimi tenía un tono de voz muy particular, era bastante relajada y casi no cambiaba su volumen, por alguna razón me había imaginado que sería más firme y seria.

— ¿Hacia dónde vamos? –Pregunté al no reconocer las calles por las que me guiaba.

—Te dije que te quitaría esa cosa ¿no? Vamos a donde no nos vean.

Casi de manera inconsciente, coloqué mi mano sobre mi muñeca ¿lo decía en serio?

Ya había oscurecido bastante y mientras más caminábamos, más solas se encontraban las calles. Fushimi seguía hablándome, como si intentara tranquilizar mi nerviosismo por el tétrico ambiente. Entonces de repente se detuvo, observando a la derecha del camino.

—Aquí está bien.

Me hizo un ademán con la cabeza indicándome que lo siguiera dentro de un callejón, sentí mi corazón acelerarse al distinguir el brillo en los ojos de un gato tras uno de los contenedores de basura ¿desde cuándo la vida real me ponía más alerta que jugar Silent Hill?

—Dame tu mano–me pidió, extendiendo su mano hacia mí.

Aún dudoso, alcé la manga que ocultaba mi inhibidor, colocando mi muñeca sobre la palma de Fushimi. Entonces sacó unos pequeños discos de metal de su bolsillo —parecían mentitas—, y los colocó sobre la pulsera; curiosamente, esas cosas se pegaron como si fueran imanes. Después de unos segundos escuché un ligero "bip" proveniente de dichos discos y enseguida una luz azul emanó de cada uno de ellos.

— ¿Qué es esto? –Pregunté con curiosidad.

—Ahora lo verás.

Fushimi sacó un pequeño interruptor de su bolsillo, apenas y llegaba al tamaño de un encendedor, entonces me pidió que mantuviera mi brazo estirado hacia él y que no viera fijamente aquellas luces azules.

Escuché un sonido eléctrico, como un montón de cables de alta tensión. Había cerrado mis ojos por inercia, para cuando regresé la vista algo había cambiado.

Nada sujetaba mi muñeca.

Observé incrédulo la pulsera partida por la mitad en el suelo, alternando la mirada a mi brazo, ahora libre.

Fushimi me observaba con una sonrisa satisfactoria, creo que no estaba muy seguro de que, lo que fuera que hizo para quitarme esa cosa, funcionara.

Entonces sentí algo extraño; era una sensación desconocida que recorría todo mi cuerpo, yendo desde la punta de mis dedos hasta mi pecho, como un hormigueo combinado con algo más, algo que desconocía.

— ¿Hay algo diferente? –Preguntó Fushimi acercándose a mí.

—No lo sé… —Respondí algo asustado por lo que pasaba con mi cuerpo.

Un estruendoso trueno acompañado de un rayo que iluminó el cielo nos hizo mirar hacia él.

Lluvia.

—Será mejor que busquemos donde… —Fushimi cortó su frase mientras me miraba con una expresión que no sabría cómo describir.

Pensé que algo en mi físico podría haber cambiado por ya no traer el inhibidor pero, entonces me percaté de que ya había comenzado a llover y él comenzaba a empaparse debido a ello, mientras que yo seguía seco a pesar de estar frente a él.

Seguí la mirada de Fushimi hacia encima de mi cabeza, encontrándome con una especie manta muy delgada que emanaba una tenue luz anaranjada. En cuanto intenté tocarla, mis dedos la atravesaron como si fuera un holograma ¡claro, eso era! ¡Un holograma!

— ¿Cómo lo hiciste, Fushimi? –Pregunté, impresionado porque hubiera logrado que eso pudiera parar el paso de algo físico, como la lluvia.

—Creo, que lo hiciste tú–respondió con una media sonrisa en su rostro.

— ¡¿Yo?! Pero… ¿cómo?

—Ese es tu poder, parece ser un tipo de barrera o algo por el estilo.

—Barrera… —Repetí con voz suave y volví mi vista hacia él, estaba completamente empapado.

En el momento en que parecía que comenzaría a llover, pensé que habría sido bueno hacerle caso al pronóstico del clima y haber traído algo con qué cubrirme para no mojarme.

— ¡Vamos a donde puedas cubrirte!

De repente la lluvia se detuvo.

—No creo que sea necesario–respondió, señalando encima de nosotros.

La barrera que me cubría se había extendido hasta donde se encontraba él.

Miré sorprendido la suave luz naranja que emanaba de la barrera, ahora iluminaba el callejón como si se tratara de un atardecer.

—Lo siento por esto, Eno.

— ¿Eh?

Fushimi acercó su mano hasta mi cuello. De pronto, sentí como si todo mi cuerpo me pesara, se volvió difícil mantenerme de pie, por lo que él me sostuvo cuando estuve a punto de desvanecerme. Él dejó caer algo y pude sentir la lluvia caer sobre ambos.

Lo último que vi fue una jeringa vacía tirada en el piso.

Para cuando desperté ya me encontraba en ésta fría habitación, con conexiones comprobando mis signos vitales y sin tener fuerza para moverme ni un poco. Todo era tan blanco que me deslumbraba cada vez que despertaba, el hartante sonido de las máquinas a mi alrededor me provocaba migraña después de algunas horas, sentía que el goteo del suero me volvía loco por las noches…

No sabía cuánto tiempo llevaba ahí y, por más que lo intenté a diario, no pude ver de nuevo aquel tenue atardecer.

Notas finales:

En verdad, no tengo idea de cómo clasificar esta historia, así que quizá cambie una vez sube el siguiente capítulo, no sé (?)

Si alguien se pregunta dónde quedó el amor, déjenme decirles que yo también me lo cuestiono orz

¡Gracias por leer! (^o^)/


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).