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LA HERMANA VENGATIVA por ToraxLeo

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Notas del fanfic:

Ahora les digo que esta historia esta insipara en una pintura con el ismo nombre, la verdad no recuerdo como se llama el artista pero cuando la busquen les dire que es la imagen donde aparecen dos niños (niño y niña) en blanco y negro.

Creo que es todo

Mi nombre es Amanda y tengo 12 años, yo no me considero una niña delicada, aunque mi piel es blanca, mis labios rosados, mis ojos son de un extraño café-rojizo, mi cabello es negro. No soy lo que aparento.

Tengo un hermano de 7 años, él es casi igual a mí pero solo sus ojos son castaños su nombre es Alex.

La mayor parte de nuestro tiempo la pasamos discutiendo, no lo soporto, es un mimado, presumido, egocéntrico y chantajista, es lo peor que me ha pasado en la vida, quisiera que no hubiese nacido nunca.

Nuestros padres creyeron que lo mejor era que yo tuviera un hermano, grave error…

Alex y yo jugamos por separado, no soporto que este junto a mí, él juega con Marcus su amigo desde hace3 semana, si antes me quejaba mucho de mi hermano ahora con su amigó es peor, él es más alto que Alex, su piel es bronceada, sus ojos son de un azul tempano, parece que está ciego, el color de su cabello es café como el té de canela con leche, otras niñas dirían que es lindo, pero yo no lo veo así, su comportamiento es como el de Alex pero es casi como el demonio mismo, yo lo he seguido y todos esos espiado unas cuantas veces, y no me creerán lo que le he visto hacer.

Es como una casita del árbol pero en el suelo abandonada a unos  25 metros de su casa, se encuentran los cadáveres de lo que antes eran ratas, ranas algunos perros y gatos pequeños, pájaros, peces  y ratones, pobres animales desmembrados.

Según el diseño de la casita, tiene 4 ventanas por fuera y 4 habitaciones, la cocina, la sala, lo que se supone un baño y un cuarto. La casita mide aproximadamente 21/2  de ancho por 3 de largo, en la habitación se encuentran todos los animales  o lo que queda de ellos. Esta se encuentra en lo último  de la casita, por la ventana, que no es muy alta, se puede apreciar toda la habitación, en la pared izquierda hay muchos instrumentos, desde un bisturí hasta un martillo, toda la repisa de ahí está lleno de herramientas excepto un espacio del tamaño de todo un brazo, en este se puede apreciar la sangre seca y salpicada de cada uno de los animales.

Un pequeño golpe en mi hombro izquierdo me hace dejar de deambular por mis recuerdos, volteo a ver acusadoramente a ese par de descerebrados pero no están, no se desde cuando me preocupo por la seguridad de mi hermano, creo que (no, no creo más bien), fue desde que descubrí que Marcus es un asesino, se siente raro pero no puedo imaginarme en un mundo sin las peleas constantes que tenemos Alex y yo, ese mundo sería muy aburrido y solitario.

 No lo pienso más cuando me levanto y camino hacia la casita, son 33 metros los que tengo que caminar para llegar a ese horrible lugar. Camino tranquila pero siento una ligera preocupación que me recorre cada parte de mi cuerpo hace acelerar el paso, no, no lo acelero, ¡CORRO!

Corro porque se muy dentro de mí, que si no lo hago me arrepentiré el resto de mi vida, antes de seguro no me hubiera importado pero ahora… ahora corro lo más rápido que este fastidiosa pero hermoso vestido me permite.

En menos de lo que pensaba que tardaría en llegar, fueron los momentos en que más había acelerado hasta el cansancio, ahora recupero el aliento, mis piernas tiemblan por el sobreesfuerzo, siento que mi corazón quiere salir del pecho porque duele. Quiero descansar más tiempo pero un ruido proveniente de la casita llama mi atención, me incorporo y camino lentamente, sin hacer ruido, hasta llegar a la ventana trasera, me asomo y no puedo creer lo que estoy viendo…

Alex está amarrado a una rueda medieval con una mordaza en la boca, no tiene su camiseta, del abdomen al estómago tiene dibujada una línea recta punteada, puedo ver su mirada que refleja  miedo, mucho miedo. Marcus está al otro lado de la habitación con una bata de carnicero.

--Oh mi querido Alex…--le dice en un tono amable pero escalofriante—No sé si es suerte o pura coincidencia el que no encuentre lo que me queda de anestesia  pero, te prometo que no dolerá—Y por primera vez temo por mi hermano. Alex forcejea para liberarse de pero los nudos son los suficientemente fuertes para que no se libere. Marcus levanta su brazo y le da una bofetada. Alex deja de forcejear.

Yes en ese entonces cuando siento una corriente eléctrica de ira recorrer cada parte de mi pero me tranquilizo antes de cometer una estupidez, trato de pensar en algún plan y recuerdo a Brutus, mi pitbull, saco el silbato especial soplo, lo curioso es que no se escucha nada, dejo el silbato en uno de los bolsillos camuflados del vestido y mientras Brutus se acerca sigo mirando por la ventanita. Alex tiene una pequeña cortada en medio del pecho, su sangre escurre por su pecho, las lágrimas caen por su lindo rostro infantil al piso de madera, la angustia y la ira se apoderan de mí.

Un ruido a mis espaldas me alerta, volteo rápidamente y corro en dirección a los arbustos para esconderme, me quedo así un momento hasta que ya no escucho las pisadas, me asomo lentamente con el corazón latiendo a mil en mis oídos… y no veo nada, suelto el aire que no sabía que tenía retenido y trato de relajar mi corazón.

Cuando de pronto siento un cálido aliento golpeándome la mejilla, muevo la cabeza lentamente mientras en mi mente se descontrola con oraciones estúpidas como: ´´Ya llego mi hora y ni siquiera discutí con mi hermano una última vez. Ya no podre terminar de ver mi telenovela el Señor de los Cielos. Ya no me  pude despedir de mi muñeca Paquita la del Barrio, espero que encuentre mi testamento haciéndole dueña de todas mis pertenencias. No supe cómo se llamaba la tía Ángela de Derbez. Donde encontrara Dora al gallo rojo entre tantas gallinas blancas en el gallinero…´´

Doy un pequeño salto al ver a Brutus muy cerca de mí.

--Brutus me asustaste—Le susurro y le rasco la cabeza detrás de las orejas, escucho que la puerta de la casita se abre. Brutus gruñe por lo bajo asique con mis dos manos le tapó la boca. Desde los arbustos se aprecia una buena visión de toda la casita. Marcus camina en dirección a su casa, cuando se aleja un buen tramo me levanto de mi escondite y camino hacia la puerta, Brutus me sigue, entramos y caminamos hasta llegar a la última habitación y me quedo paralizada.

Alex esta inconsciente, se ve que perdió mucha sangre. Brutus deja escapar un sonido lastimero al verlo y eso me hace regresar a la realidad. Camino hacia él y trato de desamarrar los nudos, pero no puedo están muy apretados, regreso a la estantería para buscar algo que me ayude a cortar las sogas, siento que los segundos se hacen eternos, y al fin encuentro el bisturí, lo tomo y rápidamente me dirijo a liberarlo, primero los pies y después sus manos, lo cargo hasta alejarlo de su charco de sangre y lo pongo delicadamente en el suelo, le veo la herida y no es tan profunda, vuelvo a tomar el bisturí para cortar los hermosos bordados de mi vestido a modo de vendas, lo sigo cortando hasta que llega un poquito más arriba de las rodillas, le corto un pequeño pedazo para tapar la herida, Brutus se pone a su lado para lamberle le mejilla.

Tomo a Alex para vendarlo con mucho cuidado, siento una profunda tristeza al ver a mi único hermano en ese estado pero a la vez siento ira por el culpable que hizo esto, y me las pagara. ¡Nadie lastima a mi familia y quien lo hace se las verá conmigo!

Brutus se acerca a la salida de la habitación pero se detiene, empieza a gruñir por lo bajo, cargo a Alex en mi espalda, tomo el bisturí y nos pegamos a la pared.

--Brutus—le susurro, voltea y se acerca a mí, se queda quieto, entonces esperamos en silencio, dentro de la casita se escuchan lo pasos de Marcus acercándose. Los segundos pasan muy lentamente que parecen horas, al fin aparece Marcus, trae un libro del cual no alcanzo a leer el titulo pero que lee muy concentrado, cuando está a un metro de la salida aprovecho para salir, con Brutus detrás de mí caminamos lo más silencioso posible. Alex se mueve un poco y puedo respirar tranquila al saber que sigue vivo. A escasos 5 pasos de la puerta, en la habitación se escucha un gran estruendo y pasos apresurados, me asusto, doy los pasos que me faltan, abro la puerta y salgo corriendo hacia los arbustos, sostengo a mi hermano fuertemente para que no se caiga, Brutus al lado mío. Sé que Marcus nos está siguiendo, apresuro mis piernas. Salto los pequeños arbustos lo más rápido que puedo, sigo corriendo aunque mis piernas empiezan a doler pero lo ignoro.

No sé cuánto tiempo llevo corriendo pero me detengo, camino hacia una piedra blanca, pongo a mi hermano junto a esta con mucho cuidado. Me desplomo a un lado para descansar, mi respiración es muy agitada, los latidos me retumban fuertemente en los oídos, trato vagamente de tranquilizarme pero no puedo. Brutus está alerta junto a mí.

--Amanda sé que estas aquí!—Grita Marcus y siento que todo se paraliza –Sal donde quiera que estas—No quiero salir pero tampoco me puedo quedar aquí, miro a mi alrededor buscando algo que me ayude pero no encuentro nada, noto repentinamente que estoy en… un cementerio.

Ya no importa como llegué aquí, tengo que salir de aquí y rápido, y es en este momento cuando recuerdo el bisturí. Lo busco, lo encuentro y me llega un plan a la mente. Tomo aire y lo saco lentamente, me levanto y camino para encontrarme con Marcus.

Antes nunca tuve miedo y no lo tendré ahora, no tendré miedo de un niño de 6 años, yo soy mayor que él. Él es el que tiene que tener miedo de mí. Camino hasta encontrarme con él, veo su mirada y es fría, trae unas tijeras, saco el bisturí y lo dejo en su mira. En su mirada se nota un brillo lo cual me da la intuición de que se va a divertir con esto pero yo no lo quiero lastimar. No me queda de otra, es el o mi hermano. Pero en eso Brutus corre en su dirección a toda velocidad, planea atacarlo y si es necesario matarlo, todo esto pasa en cámara lenta que…

Me despierto y levanto de la cama sobresaltada, miro a mi alrededor y estoy en mi habitación… todo fue un sueño y siento un gran alivio al saber que nada de eso fue real, tomo una gran bocanada de aire y lo suelto lentamente, miro la hora y son las 5:30 AM, me recuesto otra vez en la cama, cierro mis ojos y vuelvo a dormir.

Aun no puedo creer que solo fue un sueño, Alex está bien y eso me pone feliz, entonces eso significa que…

--Oye tonto—lo insulto, me acerco a él y lo pateo, no sé muy bien en donde porque se tira al suelo y empieza a llorar, invento una buena coartada para salirme con la mía y empiezo a llorar también. Me alejo y lo dejo ahí en el suelo llorando.

Han pasado más de 9 años y nos seguimos llevando igual  aunque un poco más calmado, ya no tan ´salvaje´ como antes, cada uno tiene a su familia, tengo un hijo y a una hija de 10 y 7 años, los dos se llevan igual que Alex y yo cuando niños, ahora puedo ver mi reflejo en ambos, trato de enseñarles que no es bueno llevarse así, solo espero que cambien con el tiempo al igual que nosotros lo hicimos por nuestro bien.

Ahora sé muy bien que no importa el tipo de familia que uno tengo, si se tienen hermanos, sean hombres o mujeres, siempre habrá uno que sea La Hermana Vengativa.

Notas finales:

Si les gusta no duden en dejarme un Review plis...


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