Por otra parte, un moreno se hallaba lanzando tiros en una cancha de baloncesto mientras esperaba a sus dos amigos. No es que ellos llegaran tarde, más bien, era él el problema, había llegado antes porque no aguantaba estar sin desfogarse, no paraba de pensar en que Kise le colgó y luego lo ignoró. Después de eso había pensado varias formas de hacérselo pagar al rubio, cada cual peor que la siguiente. Después de 10 minutos llegaron sus dos amigos, el parque donde estaba la cancha se había empezado a llenar y cada vez había más gente para jugar al baloncesto, eso lo distraía un poco.
-Ahomine, ¿has llegado antes de la hora?
-Bakagami cállate y vamos a jugar.
-Se va a acabar el mundo o algo así.- dijo mientras miraba al cielo preocupado.
-Para tí sí si sigues diciendo tonterías.-dijo con la vena del cuello hinchada.
-Vale, vale, tranqui, solamente es que no estoy acostumbrado a que llegues con adelanto a algún lugar.
-Bueno, va, vamos a jugar un rato, ¿vale?-dijo himuro que hasta ahora se había mantenido al margen pero había decidido calmar un poco el ambiente.
-Está bien, vamos a ver si quieren hacer equipo con nosotros y jugamos unos contra otros.
-Voy a mi mochila, ahora vengo, id haciendo los equipos.
Himuro y Kagami vieron extrañados el carácter de Aomine, siempre que iba a empezar la acción estaba emocionado y no se separaba del campo ni del balón por un segundo, y ahora, ahí estaba, yendo hacia su mochila sin haber dicho ni que iba a hacer. Aomine mientras iba pensando en llamar a Kise y darle la oportunidad de disculparse. Al intentar llamar al rubio le salió el buzón de voz y esa fue la gota que colmó el vaso, aún no se había dignado a encender el teléfono. Ahora si que estaba enfadado y eso significaba problemas para Kise y para los que fueran a jugar hoy con él. Conocerían la furia de Aomine.
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Por otra parte, en el cine de un centro comercial de Tokyo, estaban un pelirrojo y un castaño sentados en las butacas del cine mientras veían una peli de miedo. Por un lado estaba Akashi sonriendo mientras notaba los temblores de su compañero de al lado y veía las expresiones de terror que este ponía. Estaba claro que no debía haber retado a Akashi pero el mismo Akashi también se sentía mal por no haber parado el “juego” a tiempo, aunque disfrutaba bastante viendo las expresiones del castaño. Después de 40 minutos de película decidió sacar a Furihata de allí, debía reconocer que había aguantado bastante pero el castaño ya estaba al borde del colapso además de que su mano se encontraba morada a causa del fuerte agarre del menor.
-Kouki, vámonos ya, es suficiente.- dijo con una voz apacible.
-N-no… e-estoy b-bien.-dijo con voz temblorosa.
-Ya me has demostrado lo mucho que has madurado y de lo valiente que eres.
-N-no…, he estado temblando toda la película he tenido miedo desde que he entrado, eso no es madurar.
-Pero te has enfrentado a tu miedo durante 40 minutos, creo que es más que suficiente, además, a mí tampoco me está gustando la película, y para que estemos los dos a malas, mejor nos vamos y damos un paseo por aquí.
-E-esta, bien.-dijo mientras sonreía aliviado.
Una vez salieron del cine emprendieron su camino hacia un banco que había a un lado de la entrada del cine.
-Lo siento Sei, no quería ponerme así de infantil.- dijo mientras hacÍa un puchero.
-No pasa nada, no es que yo me haya portado como un adulto, tú aún tienes perdón porque eres menor de edad pero yo no me libro. ¿Qué castigo vas a ponerme?- dijo mientras sonreía con picardía.
-No creo que te merezcas un castigo, sinceramente.
-Tú pónmelo y ya te diré si me lo merezco o no.
-Está bien, tienes que subir a la planta más alta del centro comercial y una vez allí gritar: Soy Akashi Seijuro, el emperador del mundo.
-Jajajajajajajaja, bueno yo me refería a un castigo con un poco más de contacto entre nosotros pero tranquilo que lo voy a arreglar.
-¿A qué te refieres con eso de que lo vas a arreglar?
-Si hago ese castigo cuando baje me tienes que dar un beso.-dijo mientras sonreía.
-Pero si es un castigo, no te puedes llevar nada a cambio.-dijo indignado el castaño.
-Sí, pero es un castigo muy difícil para alguien como yo.
-Bueno, pues lo cambio.
-No puedes, ya lo has dicho, ya no te puedes retractar.
-Ains… vale, pero si no lo haces me tendrás que comprar tres libros que yo quiera, cuales sea.
-Trato hecho.
Mientras un pelirrojo subía las escaleras hacia el último piso un grupo de tres chicos lo miraba detenidamente desde la entrada del cine.
-Mirad, es Akashi-kun.
-Y esta vez se encuentra solo-dijo Takao.
-¡Será que el chico ha pasado de él! ¡No puede ser!
-O que simplemente su cita ya ha terminado.
-Dudo mucho que la peli en la que entró Akashi-kun haya terminado, hace menos de una hora lo vimos entrar al cine, y ahora está aquí fuera subiendo las escaleras.
-Eso es verdad.-dijo Kise reflexionando.-¿Por qué ha salido ya de la sala del cine?
-Ni idea, pero como sigamos mirando a Akashi-kun nos vamos a quedar sin ver la película.
-¡Ahh! ¡es verdad! vamos, vamos.
-A por ideas para conquistar a Shin-chan, otro día lo dedicaremos al enano pelirrojo.
-¿Enano pelirrojo?
-Sí, ¿os gusta?
-Más te vale no usarlo en su presencia.
-Hombre, eso está claro, no soy tonto.
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Mientras en una cancha no muy lejana de allí, unos chicos se encontraban jadeantes y un poco angustiados por el estado de ánimo de su amigo moreno. Había estado en todos los mini partidos en los que había jugado muy agresivo, no sólo con sus amigos sino con todo el que se ponía por delante. Al final muchos de los jugadores se habían ido a sus casas por el comportamiento de Aomine. Y allí estaba Kagami preocupado por el estado de ánimo de su amigo, a su lado estaba Himuro que también estaba desconcertado debido a las acciones de Aomine.
-Oye, bro, tú sabes lo que le pasa a Aomine.- dijo Himuro intentando encontrar una explicación.
-Ni idea, pero el que viniera antes de la hora ya me pareció raro y luego se fue a donde estaba su mochila sin motivo aparente, y ahora esto, está muy raro.
-Mira, yo no sé casi nada de Aomine, pero tal vez contigo si que hable.
-Vale, vale, ya voy.
Kagami empezó a andar en dirección a Aomine, este se encontraba en una fuente cercana echándose agua por la cabeza y la cara.
-Oe, ¿se puede saber qué te pasa?
-No me pasa nada Bakagami… venga vamos a seguir jugando.
-Ya no hay jugadores, se han ido todos al ver como estabas jugando.
-Buff, blandengues, en cuanto me pongo un poco serio ya se van…
-No es que jugaras en e¡serio es que jugabas con rabia, y creo queno tenemos la culpa de tu enfado, ¿no es así?
-...
-Mira… si no me lo quieres decir vale, pero no lo pagues con nosotros.
-Es Kise, antes, cuando quería hacer planes con él, se ha negado y me ha cortado y luego, para colmo a apagado el móvil.
-No deberías preocuparte, ya es mayorcito para cuidarse él solo.
-No lo digo por eso Bakagami, lo digo porque es la primera vez que me rechazan así como así, aún habiéndome probado en la cama.
-Ayy, esa información me sobra. De todas formas, intenta llamarlo más tarde y arregla tus asuntos con él.
-¿No estabas en contra de lo mío con Kise?
-Y lo sigo estando, pero si te veo tan afligido es mejor que te dé un consejo así a que te suelte la charla.
-Tienes razón.
-Debería haber grabado esa oración.
-No te pases de listo, venga vamos ha jugar un rato más los tres.-dijo sonriente.
-¡Vale!