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RELACIONES COMPLICADAS por SandraBel00

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Notas del capitulo:

Bueno, aquí está el siguiente capítulo, espero que les guste, aunque es completo AoKi, sí, otra vez, como habréis adivinado me gusta bastante esta pareja, además de que en la historia es la que está más avanzada por lo que puedo manejarla mejor, pero que conste que las demás también tendrán sus capítulos cuando se hayan desarrollado más. ¡Muchas gracias por leer! y sobretodo ¡¡muchísimas gracias por su maravillosos comentarios, que animan un montón!!

Y ahí estaba su secuestrador, vio como Aomine entraba en su habitación tranquilamente y se sentaba sobre la cama, a sus pies.

-Bueno… no sé muy bien que decir ahora…, pero que sepas que esto es por dejarme plantado así como así además de apagar el teléfono.-dijo Aomine tranquilamente mientras Kise le mirara de forma que si las miradas mataran él habría muerto ya más de 10 veces.-Voy a quitarte el pañuelo de boca, ya se que es incómodo, pero no sabía si al despertarte ibas a gritar como un loco, así que… no lo hagas o te lo vuelvo a poner.

Lentamente Aomine se acercó a Kise y le quitó el pañuelo, después de coger un poco de aire Kise se preparó.

-¡¿PERO TÚ ESTÁS LOCO O QUÉ TE PASA?!

-Shh… no grites o te tendré que volver a poner el pañuelo.

-¡SOY TU PROFESOR! ¡¿EN QUÉ MOMENTO SE TE HA PASADO POR ESA CABEZA TAN LÚCIDA QUE TIENES HACER ESTO?!

-Ehh, tranqui, tranqui.

-¡¿CÓMO QUIERES QUE ME TRANQ…

Kise no pudo acabar la oración porque Aomine le puso de nuevo el pañuelo en la boca. Kise forcejeó pero no pudo hacer nada, Aomine era fuerte y además él estaba con las manos atadas.

-Tranquilo ¿vale? no te voy a hacer nada malo, no es lo que tú te piensas, no soy un enfermo de esos.

Kise miró Aomine con cara de incredibilidad.

-Te voy a quitar el pañuelo otra vez, pero no grites como has hecho antes o el resultado será el mismo, ¿entendido?

Kise asintió con la cabeza.

-Está bien.

Aomine le quitó el pañuelo y Kise respiró, aunque podía respirar por la nariz, la ansiedad que tenía ahora a penas se lo permitía, así que necesitaba la grandes bocanadas de aire. Aomine le dió un vaso de agua a Kise, para que se aclarara la garganta.

-Esto no sabe como agua normal…

-Es porque tengo mal el descalcificador, tiene más cal de lo normal, bébetelo que no te va a pasar nada, yo llevo bastante tiempo bebiendo y mírame, estoy como una roca.-dijo mientras sonreía y sacaba pecho.

-Engreído...

-Mira, esto es sólo un pequeño castigo por ignorarme, nos lo vamos a pasar los dos igual de bien, te lo aseguro.

-Tú estás mal de la azotea, ¿le haces esto a todas las personas que no quieren salir contigo? además, no habíamos quedado ni nada de eso, yo ya tenía otros planes.

-Primero: no estoy mal de la azotea, como tú dices. Segundo: no, no se lo hago a todas las personas que no quieren salir conmigo porque siempre quieren salir conmigo. Tercero: ¿qué planes eran esos?

-Primero: Sí, estás mal de la azotea. Segundo: eres un engreído y un egocéntrico. Tercero: Aunque te parezca extraño los profesores también tenemos vida social.

-Bueno, ¿y qué vida social es esa?

-Mira, Aomine debes entender que no todo el mundo puede estar ahí cuando lo necesitas, los demás también tenemos cosas, compromisos con otras personas…

-¡¿Qué otras personas?! ¡¿Me estás poniendo los cuernos?!-dijo Aomine completamente alterado.

-¡¿Qué?! ¡No!-dijo Kise intentando justificarse, aunque si lo pensaba bien no sabía que estaba en una relación tan seria con Aomine.

-¡¿Entonces quiénes eran esas personas?!

-¡Amigos, tan solo amigos!

-¿Nada más?-preguntó un poco más calmado.

-¡Nada más!

-Vale, pero de todas formas tengo que castigarte por haber apagado el teléfono y haberme ignorado de esa forma.

-No pienso hacer nada de lo que me digas, así que no esperes nada de colaboración de mi parte.

-Bueno, ya había pensado en eso, por ello serás tú quien me lo pida.

-No te creas tan irresistible como para que ocurra eso, mañana tenemos clase tanto tú como yo, y si ven que no estoy y que no me localizan por el móvil vendrán aquí y nos verán, ¿es eso lo que quieres?

-No, pero tranquilo, ya he pensado en eso, me vas a pedir, bueno, mejor dicho, me vas a rogar que te toque y que te haga correrte un montón de veces.

-Lo dudo mucho.

-¿Apostamos? Ahora mismo estarás sintiendo como tu cuerpo empieza a calentarse…

-¿Estás de coña?

-Recuerdas el vaso de antes, no tengo mal el descalcificador, directamente no tengo porque ya viene el agua bien de la depuradora.

-¿Q-qué había en el v-vaso?

-Un poquito de estimulante, para dar una chispa a nuestra relación, al menos eso decía quien me la vendió…

-¡¿ME HAS DROGADO?!

-Shhh, drogar suena muy mal, más bien te he dado un empujuncito…

-¡Tú estás muy mal de la cabeza! ¡Directo a un psiquiátrico!

-Vale, vale, tranquilo pero tu pene como está ya…

Kise miró hacia su parte baja y, efectivamente, estaba erecto, y no podía aliviarse de ninguna forma porque tenía las manos atadas al cabecero de la cama y sus piernas las mantenía sujetas Aomine. Kise sentía que a cada segundo que pasaba su cuerpo se calentaba más y más, sin poder parar, su pene estaba reclamando atención pero él no podía hacer nada. Miró hacia Aomine, y vio como sonreía, aunque en su mirada se notaba la lujuría que tenía, él también quería pasar a la acción, pero aunque intentara aguantar hasta que el moreno se abalanzara sobre él la droga hacía más estragos sobre su cuerpo, calentándolo aún más.

Estaba en las de perder, su única opción era Aomine, que ya le había dicho que le tendría que rogar para que le ayudara con su problemilla. El gran problema era su orgullo, quizá por eso Aomine le había hecho este castigo, porque sabía que el rubio era bastante orgulloso.

Por más que pensara su única opción era Aomine. Su orgullo era mucho pero la mente se le empezaba a nublar por la droga, no podía aguantar más.

-A-aominecchi…

-Llámame Daiki-dijo Aomine con una voz ronca, que hizo que la excitación de Kise subiera.

-D-daiki…-dijo Kise tragándose su orgullo, entregándose al demonio del placer.

-¿Si Ryouta?

-A-ayúdame…

-¿Cómo quieres que te ayude? Dime ¿qué es lo que quieres que haga exactamente?

-T-tócame.

Aomine comenzó a deslizar sus manos por las piernas largas y esbeltas de Kise, acariciándolas suavemente.

-¿Así?-preguntó el moreno con excitación.

-M-más arriba…

Aomine comenzó a subir sus manos hasta llegar a la pelvis, dónde acariciaba los alrededores de la zona íntima de Kise, las ingles, la parte baja de la barriga, hacía pequeños surcos en la piel del rubio con sus dedos, pero aún ni siquiera había rozado el pene de Kise. Este estaba muy desesperado ya.

-¡Aomine, n-no juegues conmigo, te lo advierto!

-Está bien, pero antes ruégamelo, ruégame que éstas maravillosas manos te toquen donde tú quieres.

-P-por f-favor, t-tócame…

-Está bien…

Aomine empezó a deslizar su mano derecha sobre el tronco del pene de Kise, cuando subía rozaba con su pulgar el glande del pene y hacía presión sobre la uretra, haciendo que el rubio se deshiciera en gemidos. Cuando bajaba hacía presión sobre los testículos de Kise y lo acariciaba lentamente. Mientras con su mano izquierda rozaba los pezones de Kise.

-Ngh…-Kise necesitaba correrse pero Aomine no le dejaba.

Aomine comenzó a morder y a chupar el pezón izquierdo de Kise, poniéndolo completamente erecto, mientras su mano izquierda se encarga del pezón derecho, después cambió las posiciones de su boca y de su mano y siguió con su trabajo de dejar al rubio lo más excitado posible.

-Ahhh, D-daiki, p-por favor, ngh… d-déjame terminar y-ya…

Al ver como estaba el rubio, Aomine se detuvo por completo y sujetó bien el pene del rubio con una mano, tapando la uretra con el pulgar, sin dejarle que se corra.

-Dime que nunca más me harás lo mismo-dijo con voz autoritaria Aomine.

-N-no voy a d-dejar de salir con mis a-amigos…- a pesar de su excitación no pensaba encadenar así su libertad.

-No digo que no salgas con tus amigos, no soy tan obsesivo compulsivo, digo que no me dejes preocupado e irrastreable.

Al momento Kise entendió por qué era todo eso, había preocupado a Aomine, y se había quedado tan pancho. Hace tiempo que nadie se preocupaba por él así, por lo que había olvidado lo que era que alguien te esperara, que se preocupara por tí todos los días, alguien a quien tuviera que dar explicaciones, aunque sean pocas. Kise se incorporó como pudo y beso los labios de Aomine, respondiéndole así a su petición.

-Aomine, sorprendido por ese acto, dejó el pene de Kise y dirigió sus dos manos a la cara del rubio para atraerlo y besarlo mucho más apasionado mientras este eyaculaba.

-Ahhh…- gimió Kise rompiendo el beso con Aomine.

-No cantes victoria tan rápido rubio, el efecto de la droga aún no va a parar.

-D-desátame las m-manos…-dijo Kise jadeando un poco más aliviado, pero al momento comenzó a sentir como su cuerpo volvía a calentarse.

Aomine al ver la desesperación del rubio y las marcas rojizas en sus muñecas por la presión ejercida decidió desatarle. Al momento de tener las manos libres Kise hizo un giro cambiando las posiciones, ahora el rubio estaba encima de la pelvis del moreno. Podría haber intentado atarle las manos a Aomine, para tenerlo a su merced, pero estaba, de nuevo, caliente y no pensaba con lucidez, ademá de que ésta vez no serviría sólo la masturbación para aliviarse.

 

Notas finales:

Ya sé, los he dejado a medias, pero en el siguiente capítulo ya terminaran, jejejejejejejeje.


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