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RELACIONES COMPLICADAS por SandraBel00

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Notas del capitulo:

Primero que nada, una enorme disculpa. Mi ordenador se jodió y no ha estado operativo hasta hace poco, pero de todas lo siento. Cuando volvió a estar bien me quedé bloqueada y no sabía que escribir, así que en serio lo siento muchísimo por no actualizar. Ahora ya he cogido el ritmo de nuevo así que intentaré escribir más capítulos e ir subiéndolos sin contratiempos, lo siento mucho y muchas gracias por leer y comentar.

Aomine cogió la cadera del rubio con las dos manos y la movía haciendo que su miembro se frotase deliciosamente con la entrada del rubio. El rubio empezó a golpear con su trasero al miembro de Aomine subiendo y bajando, pero eso no era suficiente, necesitaba más, mucho más. Aomine notando la excitación de Kise y de él mismo comenzó a llevar uno de sus dedos a la entrada del rubio. Metió un dedo de repente, ante tal invasión el rubio hizo un ruido de molestia. Estaba muy excitado pero al principio no es muy confortable. Al momento Aomine sumó un dedo más, él también tenía muchas ganas de hacerlo, su erección era más que notoria.

Aomine metió un tercer dedo y empezó a hacer penetraciones con los tres dedos, para el rubio ya no era molesto pero quería más. Kise elevó sus caderas hacia arriba haciendo que los dedos de Aomine salieran de su interior. Antes de que el moreno le rechistara por ello cogió el miembro de Aomine y se autopenetró. Aomine contuvo la respiración al principio, estaba muy apretado, pero si Kise quería ir directo él entraría en acción. Kise comenzó a subir y a bajar sus caderas sobre el miembro del moreno.

Sin previo aviso, Aomine cogió las caderas del rubio y empezó a hacer más fuertes y profundas las estocadas.

-Ahhh… d-daiki m-más…-gemía el rubio.

-R-ryouta… ahhhh…

Aomine siguió con las estocadas pero decidió cambiar las posiciones y puso a Kise bocabajo sobre la cama y rápidamente se subió sobre él y lo penetró de golpe. Tanto a Kise como a Aomine les gustaba dominar, y esa posición no era muy favorable, en ese aspecto, para Kise, pero ahora no se encontraba en disposición de reclamar nada, estaba muy caliente.

Aomine comenzó de nuevo con las penetraciones pero esta vez más rápidas y fuertes. La habitación estaba llena de gemidos, por parte de los dos, y el sonido del choque entre la pelvis del moreno y las nalgas del rubio.

-Ngh… Ryotaaa…-dijo Aomine estando a punto de acabar.

El rubio bajó una de sus manos directa hacia su pene, que ya estaba muy erecto y necesitaba atención.

-Ah ah ah ahh…-gemía el rubio extasiado entre las penetraciones de Aomine y su masturbación.

Unos segundos después el moreno se corrió dentro del rubio, y poco después Kise terminó sobre las sábanas de la cama.

-Ahhhh, dios…-dijo Aomine mientras salía del cuerpo de Kise y se tumbaba al lado del rubio, el cual se encontraba jadeando.

Kise intentó incorporar su cabeza, pero al momento sintió como un líquido espeso bajaba por sus piernas.

-¡Te has corrido dentro!

-Sí, ¿y qué? no te vas a quedar embarazado, eso es lo bueno.

-¿Ahh sí? ¿Quieres que la próxima vez sea yo quien me corra dentro tuyo?

-Mmm, no- respondió el moreno mientras sonreía.

-No me gusta, así que no lo hagas otra vez.

-Vale, vale, pero me lo debías, era tu castigo.

-Ains, me voy a duchar.

-Te acompaño.- dijo Aomine levantándose velozmente.

-¡No!- dijo el rubio rápidamente.

Pero ya era tarde, el moreno ya había cogido al rubio a modo princesa y se dirigía a la bañera a seguir con el castigo.

***************************************************

Ya por la mañana, las clases comenzaron y en la planta de abajo del instituto, más exactamente en la enfermería, se encontraba un peliverde preparando una pequeña “charla” para su ayudante, el cual llegaba 20 minutos tarde a trabajar. De repente oyó como la puerta se abría bruscamente y vió a un acalorado azabache con unos pantalones de color marrón claro, que dejaban poco para la imaginación, y una camisa blanca y fina, que le quedaba estupendamente con los pantalones, por un momento se quedó sin habla, pero intentó recomponerse lo mejor que pudo.

-B-bakao, llegas tarde.

-Lo sé, lo sé, lo siento, se me han pegado las sábanas.-dijo atropelladamente el azabache.

-P-ponte la bata y vamos a hacer cosas.

-Vale…

En la bata no había pensado, aunque había notado raro Midorima a la hora de hablar no creía que era por su ropa, tendría que probar mañana con otro estilo.

-¿Por qué llegas tan tarde?-preguntó el peliverde intentando no mirar directamente al azabache.

-Me he quedado durmiendo, ayer salí con unos amigos y llegué un poco tarde a casa.

-¿Unos amigos?

-Sí, Shin-chan, aunque parezca raro tengo amigos.-dijo de forma divertida-¿y tú?¿tus amigos son tan serios y callados como tú?

-Ojalá…

-Me podrás enseñar alguna foto, ¿no crees?

-¿Para qué?

-Para conocernos más, es lo que suelen hacer las personas que se ven habitualmente, intentar socializar, ser amigos…

-Está bien, entonces tú me enseñas una foto tuya con tus amigos, así estamos en paz.

-¡Vale!, te traeré todo el álbum de fotos de cuando iba al instituto, y tú me traes el tuyo.-dijo sonriendo el azabache.

-Espera, espera, espera, hemos dicho una fotos de nuestros amigos no todas las del instituto.-dijo mientras seguía a Takao porque este había acelerado el paso para no escucharlo.

-No, no, no, ya no hay vuelta atrás, has dicho que sí, así que mañana traes un álbum de tu época del instituto.

-Yo no tengo algo así.

-Pues pídeselo a alguno de tus amigos.

-Bufff…

Midorima soltó un largo suspiro de derrota, acababa de conocer la parte embaucadora de Takao, y lo peor de todo es que no le disgustaba.

**********************************************************

En la clase de literatura japonesa, un pelirrojo se encontraba escuchando a su profesor y tomando apuntes. A su lado se encontraba un peliazul durmiendo, parecía estar agotado. Kagami centró su cabeza en Aomine, su amigo había llegado más tarde de lo normal, cansado y extrañamente feliz, lo que le hacía pensar que ya había arreglado las cosas con Kise. Además de que había visto al rubio entrar por la puerta del instituto con una café y con unas gafas de sol, las cuales no permitían ver bien sus ojos, pero Kagami se apostaba lo que fuera a que estaba igual o más cansado que su amigo. Se alegraba por Aomine, pero la relación que llevaban esos dos sólo les traería problemas.

Siguió con sus pensamientos hasta que como una voz lo llamaba con mucha insistencia.

-Kagami-kun, kagami-kun, kagami-kun.-repetía Kuroko cada vez más fuerte, aunque no mucho ya que su voz era por lo general suave y bajita.

-¿S-sí?-Kagami intentó hacer como si estuviera atendiendo, aunque la verdad es que lo habían pillado pero bien.

-Venir a clase para pensar en las musarañas no es un buen plan, le agradecería mucho que atendiera en clase.

-S-sí, lo siento Kuroko-sensei-dijo Kagami sumamente apenado.

Kuroko lo mirara como si hubiera traicionado su confianza, y eso le dolía bastante. El profesor estaba siendo muy bueno con él, y él va y se queda empanado en su clase. Se sentía mal por eso, después de clase le pediría perdón y le rogaría que no quitara la oferta de ayudarlo.

-Despierta a Aomine-kun.

-E-está bien…

Diez minutos después sonó el timbre que daba por finalizada la clase, y daba paso al descanso. Cuando sus compañeros ya habían salido del aula y el profesor se encontraba en su mesa recogiendo se dirigió a él.

-Kuroko-sensei…

-Sí, Kagami-kun.-dijo el peliazul sin voltearse aún para ver a su alumno.

-S-siento mucho lo de antes, de verdad, no era mi intención dejar de atender en su clase… bueno… en ninguna. Lo siento…-dijo el pelirrojo cabizbajo.

El profesor se dió por fin la vuelta y miró directamente a su alumno, a los ojos arrepentidos de este.

-No pasa nada Kagami-kun, creo que he sido yo el que he exagerado las cosas, había más gente distraida y no les he dicho nada, sin embargo a tí sí, pero porque quiero que mejores y para que lo hagas es necesario que atiendas en clase.

-S-sí, sí, lo siento mucho, te aseguro que quiero mejorar y que me voy a esforzar más. No va a dejar lo de las tutorías, ¿no?

-Claro que no Kagami-kun, eso sería faltar a mi palabra, me sentiría mal. Además, no ha sido nada, todo el mundo se distrae mínimo una vez en clase, lo que tienes que intentar es darte cuenta rápido y ponerte a atender y a tomar apuntes.

-¡Sí, sensei! ¡muchas gracias por no dejar lo de las tutorías!-dijo Kagami realmente feliz.

-No es nada-dijo Kuroko mientras sonreía por el rostro de su alumno el cual emanaba felicidad.-Por cierto, ¿te viene bien hoy de dos a tres para empezar las tutorías?

-¡Sí!

-Está bien, pues en esta misma aula, nos vemos luego.

-Vale, hasta pronto.

Kuroko vio como el pelirrojo salía alegremente del aula, aunque pareciera raro, se sentía muy dichoso por tener a Kagami de alumno, era un chico muy dispuesto a aprender, a pesar de su mal expediente académico. La verdad es que Kagami le agradaba mucho.

Kagami se fue saltando de alegría por los pasillos, le había tocado un buen profesor, sin duda que con la ayuda de Kuroko y sus ganas por mejorar este año sería de los mejores. Entró en la cafetería dispuesto a ir con sus amigos, lo vio en una mesa y se dirigió hacia ellos. Entre ellos no estaba Himuro, dio una vista rápida al recinto y vio que estaba recargado en la pared de la esquina donde se encontraba el lavaplatos, parecía feliz y relajado, seguramente estuviera esperando para hablar con el cocinero, el cual sin conocerlo le caía mal. Dejó el tema ahí, porque sabía que si le decía algo a su hermano acabaría mal con él, y no quería eso. Se sentó en la mesa y comenzó a hablar con Furihata.

 


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