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RELACIONES COMPLICADAS por SandraBel00

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Notas del capitulo:

Bueno aquí está el siguiente capítulo, tenía que haberlo subido ayer pero no me daba tiempo a revisarlo, así que lo subo ahora. ¡¡Muchas gracias por leer y por vuestros maravillosos comentarios!!

Himuro llevaba un rato esperando, no le importaba esperar, sabía que su cocinero favorito estaba ocupado, solo quería que no tardara demasiado porque tendría que irse a clase y no podrían hablar. Ayer estuvo hablando bastante tiempo con Murasakibara a través de mensajes, pero esta vez se llamarían, o eso esperaba. Quería hablar un rato con Atsushi y decirle si esta tarde podrían hablar, además de que iba a hacer pastelitos y así le decía como le gustaban más. La verdad es que se sentía muy feliz por tener a Atsushi de amigo, aunque le daba miedo el hecho de verse. Tenía muchas dudas, ya no de como sería Murasakibara sino de lo que pensaría de él, quizás él no le gustara a Atsushi,¿y si decía o hacía algo inapropiado y Murasakibara no quería volver a ser su amigo? Aunque se conocieran de hace poco, para Himuro era como si hubieran conectado por completo, y esperaba que para Murasakibara también. Intentó tranquilizarse pensando en la frase que su padre le decía cuando él le preguntaba como lo hacía para su empresa siguiera a flote y dando beneficios: “Quien arriesga gana”. En ese momento escuchó una voz familiar que provenía del hueco de lavaplatos.

-¿Muro-chin?-preguntó Murasakibara con duda, no podía ver si estaba allí el pelinegro.

-Hi Atsushi, ¿qué tal estás?

-Bien, aunque por un momento he creído que no estabas y me he puesto triste.

Himuro sabía que la sinceridad del cocinero era aterradora, ya que parecía que no se daba cuenta de que sus palabras podrían causar bastantes malentendidos, pero de todas formas le encantaba.

-Yo también creía que no ibas a poder venir y también estaba triste.

-¡Es por culpa de Aka-chin!

-¿Quién?

-El director del instituto.

-¿Y qué ha hecho para que llegues tarde?

-Pues mira, de normal mis compañeros y yo  hacemos la comida antes para luego tenerla ya preparada y no ir tan apurados, pero cuando hemos llegado por la mañana hemos tenido una reunión larga y aburrida sobre la alimentación del instituto, por eso hemos empezado más tarde a cocinar y por eso ahora hemos estado más apurados y no he podido venir antes para que Muro-chin no se pusiera triste.

-Tranquilo, tranquilo, no pasa nada, es normal que tengas reuniones y que sean largas y tediosas, a mí no me importa esperar un poco, además tenemos cada uno el número de teléfono del otro, por lo que podemos hablar por la tarde.-dijo Himuro intentando calmar un poco al pelimorado, el cual se había alterado un poco.

-Yaa…, pero yo prefiero hablar así con Muro-chin, aunque es bueno que podamos llamarnos es mejor hablar en persona, aunque no nos veamos.

-Yo también lo prefiero…, pero cambiando de tema, hoy voy a hacer pastelitos así mañana te traigo aquí al instituto y te los comes. Te llamaré y me dices como los haces tú, haber si me salen igual de bien que a tí.

-¿Te gustan más mis pastelitos que los tuyos?

-Sí.

-Que extraño… a mí me gustan más los tuyos que los míos-dijo Murasakibara pensativo.

-Buenooo, pues hago de los dos.

-¡Sí! Bienn-clamó Murasakibara feliz.

-Pues luego a la tarde te llamo y los voy haciendo mientras hablamos.

-¡Vale!

-Me voy a almorzar, hasta esta tarde Atsushi.

-Hasta esta tarde Muro-chin.

Himuro se alejó muy feliz del lavaplatos y se dirigió, con una sonrisa grabada en su cara, hacia la mesa donde estaban sus amigos. Por el trayecto pasó por una mesa donde estaban tres personas que se acababan de sentar.

-Ki-chan, Kuro-chan, creo que no ha funcionado este estilo.-dijo triste n azabache.

-No desesperes Takao-kun, aún quedan varios estilos por probar y un año entero para ir experimentando.

-Es verdad Takaocchi, no te debes rendir, solo ha sido el primer estilo que probamos, aún queda el niño bueno, el formal, el rockero, el vaquero, el de sin pudor alguno... y varios más, aún hay tiempo y técnicas, muchas técnicas.-dijo Kise mientras sonreía maléficamente.

-Tenéis razón, aún queda mucho que probar, lo que pasa es que me he decepcionado un poco, esperaba que no se alargara demasiado.

-Es que Midorima-kun es como un pokemon legendario, cuesta mucho atraparlo, y muchas veces se te escapa, tienes que arriesgarte para ganar.

-Jajajajajajajajajajaja, tienes razón Kuro-chan, es así.-decía Takao mientras se reía a carcajadas.

-¡Claro, Kurokocchi! podríamos probar con algún que otro cosplay.-dijo Kise con brillantitos en los ojos.

-No creo que eso vaya a funcionar… Shin-chan no parece una persona a la que le guste el manga o el anime…-dijo desconfiado Takao.

-Es verdad Kise-kun, nunca hemos visto a Midorima-kun con un manga o algo parecido.

-Ni falta que hace, ningún hombre se resiste al cuerpo de Takaocchi con un buen traje de maid.

-Mmmmmm…

Tanto Kuroko como Takao se quedaron pensativos un rato.

-Nos tenemos que ir de compras otra vez-sentenció Kuroko.

-¡Ahí está mi Kurokochhi!

-Yo… bueno vale, ¡allá vamos!, pero iremos cuando haya probado todos los estilos que compramos ayer.

-¡Sí!-dijo Kise sumamente feliz.

Justo en ese momento pasó al lado de la mesa un chico de cabellos castaños, Kuroko fijó su vista en él de manera casi inmediata. Kise y Takao al ver la reacción de su amigo dirigieron su vista hacia donde estaba mirando Kuroko, encontrándose con un castaño muy familiar.

-Kurokocchi, ¿son imaginaciones mías o ese chico se parece mucho al chico con el que iba Akashi ayer en el centro comercial?

-Se parece mucho Kise-kun, pero no sé que decirte ayer no lo vi del todo bien.

-¿Y tú Takaocchi?

-Yo tampoco lo vi bien Ki-chan, pero de todas formas se me hace bastante familiar.

-Ummm, deberíamos investigarlo un poco.

-¿Ahora? Estamos comiendo.-dijo Takao como si dejar su comida fuese pecado.

-No, ahora no, a la salida-dijo Kise decidido.

-Yo no puedo.

Al momento tanto el rubio como el azabache se giraron para observar al peliceleste.

-Y dime Kurokocchi, ¿por qué no puedes?-dijo acercándose a Kuroko con una mirada de pillín.

-Porque tengo una tutoría de 2 a 3-contestó de forma monótona, sin hacer caso a las insinuaciones de sus amigos.

-¿Y se puede saber con quién?-dijo Takao siguiéndole el juego a Kise.

-Con un alumno que necesita ayuda.

De repente Kise y Takao empezaron a chillar como colegialas, mientras se reían y miraban al peliceleste de forma inquisitoria esperando a que diera algo.

-¿Y?-dijo Takao esperando que Kuroko siguiera contando más detalles sobre su “cita”, según Kise y él.

-¿Y, qué?-preguntó el peliceleste sumamente confuso.

-¿Cómo es?¿Cómo se llama?¿Cómo vas a ir vestido a vuestra primera cita?

-¿Qué primera cita?

-Ahhh, que no es la primera, como te lo has callado pillín, nos podrías haber dicho algo y te hubiéramos asesorado sin problemas.

-Espera, espera, espera, no estamos saliendo, es mi alumno y sólo trato de ayudarlo.

-Sí, sí-dijo Takao sarcásticamente-como si el que fuera tu alumno te impidiera hacer algo, mira a Ki-chan, es el vivo ejemplo de que en el amor entre profesor y alumno no hay límites.

-¡Oye!-dijo Kise un tanto indignado.

-¿Qué quieres que haga? Tengo razón.

-Yaaa…, pero lo mío es un tema muy complicado que tiempo al tiempo iré arreglando.-dijo el rubio tratando de justificarse.

-Vale, vale, tú mismo.-dijo el azabache dando por sentenciada el tema de Kise y Aomine.-de lo que tenemos que hablar es del ligue de Kuroko.

Cuando los dos se dieron cuenta de que se habían ido por las ramas se giraron para seguir interrogando a Kuroko, pero el peliceleste ya no estaba.

-¿Dónde está?¿Cuándo se ha ido?-preguntó el azabache confundido.

-Ni idea, pero esa es su especialidad, desaparecer y aparecer en los momentos más oportunos.

Takao bufó de resignación por no haber podido sonsacarle más información a Kuroko, ya lo pillaría otro día y esta vez no se le escaparía, al menos eso es lo que pensó.

****************************************************

Un alto castaño se encontraba frente a la puerta del laboratorio de química. Por fin había decidido dejar definitivamente a Hanamiya. Sabía que su relación con este era sumamente tóxica, lo cual era irónico porque Hanamiya era profesor de química. Había decidido que si no empezaban una relación seria, la cual le había estado pidiendo al pelinegro casi desde que empezaron a salir, lo dejarían para siempre. Sabía que otras veces lo había intentado y había fracasado estrepitosamente, ya que siempre acababa a los pies de Hanamiya pidiéndole que volviera con él. Pero esta vez era diferente porque había estado hablando con sus abuelos sobre ello, claro está que les habló en clave para que creyeran que estaba hablando de un compañero suyo de clase y no de un profesor. Ellos le habían dicho que no podía seguir así y que tenía que decirle a la otra persona que o todo o nada, y que debía mantenerse fuerte y distante, si la otra persona de verdad quisiera algo con él volvería para pedirle ser novios formales. Había decidido hacerlo hoy porque había leído una frase que le había gustado bastante en un texto de literatura japonesa: “Quien arriesga gana”.

Tocó a la puerta del laboratorio y escuchó que desde dentro le decían que pasara. Para él, esta iba a ser una de las cosas más difíciles que tendría que hacer en su vida, pero necesaria, muy necesaria.

Entró al laboratorio y vió al pelinegro recoger algunas cosas de la mesa, se sentó en una silla que había enfrente del pelinegro, tan sólo los separaba una mesa. Tragó saliva y se dispuso a hablar.

-Makoto…, quiero que tengamos una relación seria.-dijo intentando sonar lo más seguro y convincente posible.

-Ya, pero yo no quiero, y no me llames así si no estamos follando-dijo Hanamiya de manera cortante.

-Entonces...quiero que cortemos…-a pesar de sus nervios logró decirlo y miró directamente a esos ojos verde oliva que tanto amaba.

-Está bien,-dijo el pelinegro tranquilamente.

-¿Te da igual?-preguntó Kiyoshi.

-Sé como va a acabar esto, antes de que termine la semana tú estarás suplicándome de rodillas que vuelva contigo, yo diré que sí y todo seguirá como hasta ahora, sin cambios.

-Esta vez no, esto es definitivo.-dijo seguro de sí mismo el castaño.

El pelinegro miró al castaño, se veía más serio que otras veces, pero daba igual, ya lo tenía atrapado el su telaraña, ya lo podía salir de ella.

-Las otras veces dijiste lo mismo, y al cabo de unos días lo estuvimos haciendo en esta mesa.-dijo Hanamiya sonriendo mientras tocaba la superficie de la mesa con sus dedos.

-Esta es distinta, tú serás el que venga a mí-dijo Kiyoshi decidido.

-Jajajajajajajajajajaja, eso no te lo crees ni tú, yo no me arrastro, y menos por tí.

El pelinegro se reía mientras miraba al castaño, el cual seguía serio. Kiyoshi se levantó y se fue hacia la puerta.

-Adiós Hanamiya-senpai.

Después de echarle una última mirada se giró y se fue por la puerta. Hanamiya estaba un poco confundido, pero lo ocultaba bien, nunca le había dicho Hanamiya-senpai cuando estaban ellos solos, por mucho que él insistiera el castaño siempre le llamaba por su nombre de pila. Pero, ¿para qué iba a preocuparse si todo eso iba a acabar igual que siempre?¿o puede que no?

 


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