Ya era por la noche, y un pelirrojo se encontraba entrando en un bar poco concurrido y en un barrio también poco concurrido. Llevaba gafas de sol y usaba una ropa más vulgar de la que él solía utilizar. Una vez dentro del bar se dirigió a una de las mesas más apartadas, que estaba en un rincón un tanto oscuro. Se sentó en una de las sillas, en la otra se encontraba un sujeto de pelo gris y con varias perforaciones en ambas orejas.
-Llegas tarde-dijo con tono entre aburrido y de reproche al pelirrojo.
-Lo sé, pero sabía que no tendrías inconveniente en esperar.-dijo el pelirrojo tranquilamente a pesar de que el aspecto del otro no era del todo amigable.
-Sí, sí, lo que tú digas, dame mi pasta.
-¿Tienes lo que te pedí?
-Claro que lo tengo, me viste allí.-dijo el peligris un tanto molesto.
-Es verdad, como no te sabes esconder te vi perfectamente.-dijo con una sonrisa el pelirrojo.
-Sí que me sé esconder, tu noviecito ni se dió cuenta.
-Porque yo ocupaba todos sus pensamientos en ese momento.-dijo riendo.-Si no fuera así te hubiera visto, y creo que si ves como una persona te está sacando fotos en la playa mientras te estás besando con otra persona piensas que es un acosador y llamas a la policía.
-¡Lo hice porque tú me lo pediste!-dijo elevando la voz un poco más de la cuenta.
-Está bien, voy a dejar de molestarte ya, que veo que tienes muy poca paciencia y muy poco sentido del humor.
-¡Aggg! por eso no me gusta hacer negocios contigo Akashi.
-Sabes que pago bien y que cumplo las promesas si todo está como yo lo he pedido.
-Todo está como tú quieres, ahora dame mi pasta.
-Una vez vea que todo está como pedí no tendré inconveniente en darte tu dinero.
El peligris suspiró derrotado y luego le entregó un sobre al pelirrojo, este miró el interior del sobre y sonrió complacido. Sacó del bolsillo de su chaqueta otro sobre y se lo entregó al peligris.
-Un placer hacer negocios contigo, Shougo, quizá te llame para algún trabajo más.
Akashi se levantó de la silla guardó bien el sobre y salió del local tranquilamente pero muy feliz.
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Un azabache y un peliceleste se encontraban en la casa de un rubio. Habían quedado para cenar pero les daba pereza ir a cenar por ahí, así que optaron por pedir algo y quedarse a comer en casa del rubio.
-¡Ki-chan ya he pedido las pizzas!-dijo Takao gritándole a Kise que estaba duchándose.
-¿Has pedido mi batido de vainilla?-preguntó de la nada Kuroko.
-Ahh, sí.-dijo tranquilamente Takao.
-¿No te has asustado por qué de repente apareciera y te preguntara?-preguntó Kuroko un poco cohibido.
-No, estabas en el sillón desde que yo he venido al salón.
-Esto es extraño...-susurró el peliceleste.
-¿Qué es extraño Kurokocchi?-preguntó el rubio que salía del baño mientras se secaba el cabello con una toalla.
-Takao-kun ha notado que estaba aquí desde un principio.
-¡¿En serio?!-preguntó Kise sumamente sorprendido.
-Sé que la otra vez te me escapaste, pero es porque estaba muy emocionado con lo de que tuvieras una cita con un alumno.
-No era una cita.
-Sí, sí, lo que tú digas-dijo Takao con tono irónico.-La cosa es que yo jugaba al baloncesto cuando iba al instituto y mi habilidad especial era el ojo de halcón.
-¿El ojo de halcón?-preguntaron Kuroko y Kise a la vez.
-Utilizando esta habilidad mía el rango de visión que tengo es de toda la cancha de baloncesto, por lo que tengo controlados a todos los jugadores, sus movimientos, sus posiciones, etc.
-¡Vaya eso es increíble!-dijo Kise emocionado
-La verdad es que es una habilidad muy buena, y terrible contra mi modo de juego.-dijo Kuroko pensativo.
-¿Vosotros también jugábais al baloncesto?
-Sí, en la secundaria, éramos el mejor equipo, siempre ganábamos.
-¡Wou!
-¿Y tú Takaocchi, qué tal era tu equipo?
-Éramos muy buenos, ganamos unos cuantos torneos, no siempre ganábamos pero siempre llegábamos a finales o semifinales, así que nos sentíamos bastante orgullosos-dijo Takao respondiendo con una sonrisa nostálgica.
-¿No has vuelto a quedar con tus compañeros?-preguntó Kise notando el tono del azabache.
-Al principio, después de separarnos, seguíamos quedando, pero poco a poco la cosa se fue enfriando y ahora sólo hablamos de vez en cuando, la verdad es que es una pena.
-A nosotros nos pasó lo mismo, todos nos separamos y dejamos de hablar como antes hacíamos, menos mal que Akashicchi nos llamó para trabajar todos juntos.
-Te recomiendo que quedes con ellos alguna vez para no perder el contacto por completo.-dijo Kuroko de forma tranquila.
-Creo que no sería mala idea.-dijo pensativo Takao.
-Además, ¿no tenías tú un senpai muy atractivo con el cual te llevabas muy bien?-dijo de forma sugerente el rubio.
-Sí, pero está fuera de Japón, aunque ahora que lo pienso, dijo que a lo mejor venía pronto.
-Pues ya está, habla con él y organiza una quedada de equipo.
-¡Sí, eso estaría bien! Así me olvido un poco de Shin-chan.
-Respecto a Midorima-kun, ¿qué tienes pensado para mañana?
-Un estilo más conservador, ya que Shin-chan es como más tradicional.
-Sí, aunque yo lo definiría más como aburrido, jejejejejejeje-dijo Kise.
-También es verdad, Shin-chan es un poco soso y tsundere, pero a mí me gusta tal cual es.-dijo takao sonriendo.
Takao se quedó con una sonrisa en la cara. Al momento se escuchó el timbre de la casa del rubio, este se levantó, cogió las pizzas y le pagó al repartidor.
Pasaron la noche entre risas y hablando de anécdotas de su infancia. Cuando Kise estaba en la cocina tirando los cartones de las pizzas le llamó Aomine por el móvil.
-Oi, Kise, quedamos esta noche.
-Eso más que una pregunta parece una orden.
-Bueno, vale, ¿le puedo regalar a mi príncipe una dulce noche llena de gemidos?-preguntó Aomine con tono juguetón.
-Pues va a ser que no.
-¿Cómo que no?
-Estoy con unos amigos y seguramente se queden a dormir aquí en mi casa.
-¿Amigos?¿Los de la otra vez?
-Sí, y no empieces de nuevo con tus celos.
-Que noo, sólo te digo que seguro que tienen casa propia-dijo Aomine con un poco de reproche.
-Sí que la tienen pero está lejos y ya es muy tarde.
-¿Y cómo es que se os ha hecho tan tarde?
-Porque hemos cenado aquí.
-Cenas con ellos y aún encima se quedan a dormir contigo, son unos acaparadores.
-Mira Aominecchi, no seas controlador, que eso lo odio. Tengo amigos y me gusta salir con ellos a todas partes y hacer planes siempre que puedo.
-Pero con tu novio no.
-Pues si sigues así, no, claro que no, además no está del todo claro lo de novios.
-¡¿CÓMO QUE NO ESTÁ DEL TODO CLARO?!-dijo Aomine enfadado
-¡PUES NO, NO ESTÁ DEL TODO CLARO PORQUE ERES MI ALUMNO Y YO SOY TU PROFESOR ADEMÁS DE QUE TÚ ERES MENOR DE EDAD!
-¡AHHH, PARA SER NOVIOS NO PERO PARA FOLLAR NO HAY PROBLEMAS, ¿VERDAD?!
-Voy a colgar que esto no va a acabar bien para ninguno de los dos.-dijo Kise con un tono más calmado intentando suavizar la situación.
-¡PERO CONTESTA A LA PREGUNTA! ¡¿ACASO ES MENTIRA?!-dijo Aomine aún muy alterado.
-Hasta mañana, Aomine.
Kise colgó e hizo una mueca de cansancio. No sabía que hacer con Aomine, sabía que estaba mal pero cada vez que se juntaban conectaban tan bien que incluso se olvidaba de todos los problemas que conllevaba esa relación. Necesitaba consejo y ahora mismo tenía en su casa la solución. Salió de la cocina y fue hacia el salón. Nada más entrar tanto Kuroko como Takao sabían que estaba mal y que necesitaba su apoyo, ya no solamente porque lo habían escuchado gritar al otro, sino también porque entró derrotado al salón.
-¿Ki-chan, qué ha ocurrido?-preguntó Takao preocupado.
-Me he peleado con Aominecchi.
-¿Es por qué estás con nosotros ahora mismo y no con él?
-Es porque soy idiota y me gusta un niñato que resulta que es mi alumno.
-¿Quieres que te ayudemos con algo?-preguntó Kuroko.
-Sí, mañana voy a necesitar vuestro apoyo porque voy a romper con esta relación tan rara que tengo con él. Decidme que es buena idea, por favor.-dijo Kise en un susurro como buscando fuerzas para hacerlo.
-Creo que es lo mejor Kise-kun, quizá cuando pase un año ya no sea menor de edad y no sea tu alumno, quizá podáis empezar de nuevo.
-Es cierto, es posible que eso os venga mejor a los dos-apoyó Takao.
-Buffff..., creo que he arruinado la noche.-dijo Kise con una sonrisa triste.
-Que vaaa, si fuera así yo estaria estropeando todas nuestras salidas con mis penas sobre Shin-chan.
-Venga Kise-kun vamos a jugar a algo, mañana ya será otro día.
-Sí, aunque no creo que sea mejor.
Tanto Takao como Kuroko intentaron animar a Kise y hacer que se olvidara de cierto moreno, el cual estaba dando vueltas en su casa como pantera encerrada.