Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

RELACIONES COMPLICADAS por SandraBel00

[Reviews - 75]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola! Hace unos días que regresé de vacaciones y aunque pude escribir un poco no fue mucho ya que llegaba a  la habitación derrotada y lo único que quería era duchrame he irme a dormir, jejejejeje. Siento mucho la tardanza, voy a subir el siguiente capítulo ahora también, ya que os los debo. Espero que os guste y muchas gracias por leer y también por vuestro maravillosos comentarios, que más tarde voy a ir respondiendo.

Pasaron tres horas y sonó el timbre que daba por finalizada la jornada escolar. Los estudiantes salieron por la puerta principal dispuestos a llegar a sus casas para comer, pero había uno que se quedó apoyado en un árbol esperando a alguien. Cuando casi todos los estudiantes habían salido él seguía ahí, hasta que vio que una persona se acercaba hacia él sonriéndole levemente.

-Siento llegar tarde, tenía que arreglar unas cosas en el último momento.

-No pasa nada, no me importa esperar.

-Deberías enfadarte un poco.-dijo con una sonrisa.

-Sé que tienes mucho trabajo, así que no importa.

-Está bien, ¿nos vamos, Kouki?-dijo Akashi.

-Sí-dijo Furihata alegremente.

******************************

En la sala de profesores se encontraban tres personas sentadas en las sillas de una gran mesa que estaba colocada en el centro de la sala. Una de las personas que tenía la cabellera rubia estaba con la cabeza gacha y con las dos manos en su cabeza. Las otras dos personas estaban cada una a un lado del rubio, tenían las manos en los hombros del rubio y sus rostros estaban entristecidos.

-¿Te quieres quedar esta noche en mi casa, Kise-kun?-dijo Kuroko en un tono suave.

Pero Kise no respondía.

-Creo que deberías aceptar la propuesta Ki-chan, te ofrecería la mía pero sólo tengo una habitación.

Después de unos segundos de silencio el rubio habló.

-Gracias Kurokocchi, creo que esta vez voy a decirte que sí. No te preocupes Takaocchi, sé que tu casa es pequeña.-dijo Kise forzando una sonrisa, su rostro estaba manchado por el rastro de sus lágrimas.

-Vamos en mi coche, que mi casa está un poco lejos.-dijo Kuroko intentando animar a Kise a levantarse.

-Sí, vamos que os acompaño.-dijo Takao levantándose y ofreciéndole su mano a Kise, junto con una sonrisa.-Venga Ki-chan, que esto lo superas junto con nosotros, que exnovios tenemos todos.

-Ya…, pero no me esperaba que iba a reaccionar así, sabía que no iba a ser fácil pero no hasta ese extremo.-dijo Kise tristemente.

-Bueno, es un adolescente, nunca sabes por donde va salir, pero supongo que se ha pasado bastante.

-Lo bueno es que no ha ido a más…

-Porque yo peleé para que no fuera a más, pero ¿qué hubiera pasado si no hubiera  podido escapar?

-Pues no lo sé, Ki-chan pero no deberías pensar en eso, lo pasado pasado está. No le des más vueltas al asunto.

-Ahora lo que tienes que hacer es olvidarlo Kise-kun.

-Sí, creo que va a ser lo mejor. ¡Gracias chicos!-dijo Kise un poco más animado que antes, pero aún con un tono lúgubre.

Los tres se levantaron y se fueron para el aparcamiento. Gracias a que el aparcamiento estaba en la parte trasera del instituto pudieron evitar a un moreno que se encontraba en la puerta principal esperando a que saliera alguien por esa puerta.

********************************************************

Furihata sabía que Akashi tenía dinero pero no hasta ese punto. Habían salido del instituto y el pelirrojo lo había llevado hasta una limusina negra que se veía bien lujosa, aunque eso fue un indicador de su riqueza no le dio demasiada importancia. Pero luego, cuando pararon frente a un restaurante, que parecía de esos a los que iban la gente importante como presidentes y famosos, confirmó que Akashi no era simplemente rico, sino que era millonario. Entró en el restaurante y se sorprendió porque no veía a nadie pero sabía que había gente porque en el guardarropa había varias prendas. Era un sitio muy privado y exclusivo donde cada mesa estaba rodeada por unas pequeñas paredes para que nadie escuchar las conversaciones de los demás ni viera a los demás clientes, no sólo por privacidad sino también por tranquilidad. Al entrar se le acercó el encargado del guardarropa preguntándoles amablemente si querían dejar alguna prenda para que las cuidara. En ese momento se sintió un paria, ya que todos iban bien vestidos menos él, que iba con el uniforme del instituto. Akashi se dio cuenta de eso.

-No, no queremos dejar nada, gracias.-Se acercó a una mujer que se encontraba en la recepción.-Tengo una reserva de dos personas a nombre de Akashi Seijuro.

-Sí, señor, su mesa ya está lista, pasen por favor.-dijo la mujer después de comprobar la reserva.

-Perfecto, vamos Kouki.-dijo Seijuro haciendo un gesto para que pasara junto a él.

Una vez dentro un hombre los acompañó hasta la mesa y les dió la carta y se marchó.

-¿Tienes hambre, Kouki?-preguntó Akashi tranquilamente.

-A-Akashi-san, no cree que este restaurante es demasiado, e-es decir, yo voy de uniforme si me lo hubiera dicho me hubiera puesto algo más… de aquí, además de que parece muy caro.-dijo preocupado Furihata.

-No te preocupes Kouki, te aseguro que no te dirán nada por tu vestuario, y por el dinero no te preocupes, yo invito.-dijo Akashi sonriéndole.

-Y-ya, pero…

Furihata estaba preocupado porque nunca en su vida había ido a un restaurante así, ni siquiera parecido. Lo máximo que se había gastado tanto su familia como él eran 15 euros por cabeza en la cena en la que celebraron que a su hermano lo había contratado un bufete de abogados muy importante. A excepción de esa vez no habían gastado más, aunque tampoco eran de salir mucho a comer fuera. Tanto a Furihata como a su hermano les encantaba la comida casera de sus padres, y muchas veces preferían quedarse en casa tranquilamente que ir a algún sitio a comer.

Akashi al notar la preocupación del castaño decidió distraerlo un poco.

-Bueno Kouki, ¿qué quieres pedir?

-Ahh, pues…

Furihata se quedó callado y pensativo.

-¿Quieres que pida algo por ti?-dijo Akashi intuyendo que el castaño no tenía ni idea de que pedir.

-Sí, por favor, porque no entiendo la carta.-dijo Furihata aliviado.

-No te preocupes, te pediré algo que te gustará.-dijo Akashi sonriéndole.

En esos momentos era en los que comprobada que Furihata era único y que no se parecía en nada a la gente falsa e hipócrita con las que a veces tenía que tratar.

Unos minutos después llegó el camarero, que antes los había acompañado a la mesa, para tomarles nota.

-¿Saben lo que van a querer los señores?-preguntó amablemente el cocinero.

-Sí, tráenos dos peces espada con jengibre y almendras en salsa de ciruela, eso para el primer plato, para el segundo dos tartar wagyu, y de postre un plato de lichis rellenos de caqui y kiwi con mandarinas y un plato de panna cotta italiana casera.

-P-perdón Akashi-san pero ¿qué es el wagyu?preguntó tímidamente Furihata.

-Es una vaca originaria de aquí de Japón, que vive bastante bien ya que la miman mucho y su carne es deliciosa, ahora verás.-dijo sonriéndole a Furihata.

-P-pero no será muy cara, ¿no?

-No te preocupes por eso Kouki, la cuenta corre de mi parte.

-P-pero no hace falta que se gaste tanto en mí…

-Bueno, también es para mí. de todas formas ¿qué te parece si la próxima vez vamos a tomar un helado?

-¡Sí, y yo invito!

Furihata dijo eso sin darse cuenta de que estaba aceptando otra cita con el pelirrojo, el cual sonrió complacido por la reacción del castaño.

-¿Y para beber qué desean señores?-preguntó el camarero mientras terminaba de escribir lo ordenado por Akashi.

-El vino especial de la casa.

-A-Akashi-san, yo no puedo beber vino.-dijo Furihata en voz baja y un poco avergonzado.

-¿Seguro que no quieres probarlo?

-N-no, estoy bien con agua y ya está.

-Está bien, pues una copa del vino de la casa y una botella de agua fría.

-Como usted ordene señor. Si me permiten recojo las cartas y me retiro.

El camarero recogió las cartas y se fue para darles intimidad al pelirrojo y al castaño.

-Bueno Kouki habíamos venido a comer para que me dijeras de los libros que te gustaría que compráramos para la biblioteca.

-Ahh sí...tengo aquí una lista que hemos escrito entre todos los miembros del club de lectura.-dijo Furihata mientras sacaba un papel y se lo entregaba al pelirrojo. por un momento se había olvidado de los libros.

-Vaya…

-Y-ya sé que son muchos, p-pero con unos pocos nos conformaríamos.-dijo nervioso Furihata.

-Kouki, 20 libros no son muchos, yo pensaba que me ibas a traer una lista de por lo menos 50 o más libros, porque teniendo en cuenta lo anticuada y vacía biblioteca, me íbais a pedir muchos más.

-A-ahh, b-bueno, pues no sé, no pensamos en pedir más porque ya hacía suficiente usted permiéndonos tener nuevos libros, Akashi-san.

-Está bien, vamos a hacer una cosa, vas a volver a tu club vais a hacer una lista mucho más extensa y cuando la tengas vienes a mi despacho y me la das, ¿está bien?-preguntó Akashi mirando al castaño.

-¡M-muchas gracias Akashi-san!, no sé como agradecérselo.-dijo emocionado Furihata.

-¿Qué te parece si me empiezas a llamar por mi nombre cuando estemos fuera del instituto?

-V-vale, Se-seijuro-san…-dijo avergonzado Furihata.

-Sin honoríficos, Kouki.-dijo Akashi probando al castaño.

-Se-seijuro…-dijo aún más avergonzado que antes.

-Así mucho mejor, muy bien, Kouki.-dijo Akashi mientras le sonreía al castaño y le cogía la mano que tenía sobre la mesa.

En el momento en el que la mano del pelirrojo hizo contacto con la del menor una pequeña descarga recorrió el cuerpo del castaño y sus mejillas se tiñeron de rojo.

Después de comer y de que Furihata descubriera todo un mundo de sabores distintos y deliciosos se fueron del restaurante. Entraron en el coche de Akashi ya que este se había ofrecido a llevar al castaño al castaño en su casa. Llegaron rápidamente al barrio del castaño y Akashi aparcó unas calles más lejos de la casa de Furihata.

-Ha estado todo muy rico, Seijuro, muchas gracias de verdad.-dijo Furihata realmente agradecido.

-Ha sido un placer Kouki, me lo he pasado muy bien contigo, eres realmente divertido y lindo.

Las mejillas de Furihata se pusieron rojas como tomates y el pelirrojo no pudo controlarse ante tal imagen y besó al castaño. Al principio era sólo como un pico, pero Akashi al ver que el menor no lo rechazaba sino que buscaba más contacto se atrevió a meter su lengua, y poco a poco fue explorando la cavidad del castaño, este intentaba seguir el ritmo pero le era más complicado. Después de unos segundos los dos se apartaron y abrieron los ojos, los cuales habían mantenido cerrados durante todo el beso. Se miraron mutuamente en silencio hasta que el pelirrojo habló.

-Deberías ir ya a tu casa, tus padres deben estar preocupados.-dijo Akashi intentando no mirar demasiado al castaño.

-S-sí, y-ya me voy, n-nos vemos.

Furihata abrió la puerta del copiloto para marcharse pero antes de hacerlo una mano lo sujetó. Akashi besó sus labios otra vez con más pasión. Cuando lo soltó el castaño lo miró entre confundido y sonrojado, se supone que era Akashi el que lo había echado del coche. Al momento vio que Akashi escribía algo en un papel y se lo daba.

-Es mi número de teléfono, luego hablamos, ¿vale?

El castaño cogió el papel y se fue a su casa extrañamente feliz.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).