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RELACIONES COMPLICADAS por SandraBel00

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Notas del capitulo:

Bueno aquí está el capítulo de la semana, aunque ya sean más de las 12 yo lo cuento como si fuera aún domingo, la verdad es que soy una tramposa, jejejejejeje. Espero que lo disfruten. ¡¡Muchas gracias por leer y muchísimas gracias por sus hermosos comentarios, que siempre me animan un montón!!

Eran cerca de las 12 de la noche y estaban un rubio, un azabache y un peliceleste en la casa de este último. Habían pasado toda la tarde viendo películas de todos los géneros menos románticas para intentar que el rubio se olvidara un poco de todo lo que le había ocurrido. El salón estaba repleto de recipientes vacíos, los cuales antes contenían palomitas de sal y de colores y azucaradas. Kuroko se encontraba dormido en su cama, Kise en la cama de la habitación para invitados y Takao, el cual había pedido quedarse a dormir también con ellos, estaba durmiendo en el sofá con una almohada y una manta que Kuroko le había dejado.

Durante la tarde Kise había apagado el móvil al ver que Aomine estaba llamándolo y mandándole mensajes todo el rato. Había aceptado la oferta de Kuroko de irse a su casa porque Aomine sabía dónde vivía y también sabía que iba a ir a buscarlo, y por ahora no quería ni verlo. A pesar de que estaba muy cansado por todo lo que había ocurrido no podía dormir, estaba dando vueltas en la cama de un lado a otro, ya no sabía que hacer para dormirse. No paraba de pensar en por qué Aomine lo había atacado así. Él sabía que el moreno no se llevaba del todo bien con su familia y que prácticamente vivía solo, porque sus padres viajaban constantemente por sus trabajos, pero no sabía hasta que punto eso sería un trauma para Aomine, ya que cuando le contaba esas cosas parecía bastante tranquilo, aunque a lo mejor era solamente un coraza. Y aunque no quería pensar más en él, se le hacía inevitable. Al fin, después de una hora logró conciliar el sueño, al contrario que cierto moreno…

A las 7 de la mañana empezó a sonar el despertador. El peliceleste lo buscó a ciegas con la mano, una vez apagado, se levantó de su cama y se frotó los ojos para después ir al baño. Como siempre su pelo estaba desordenado, cogió un peine y lo bañó en agua para conseguir aplastar algunos mechones que tenía hacia arriba. Después fue al salón a despertar Takao.

-Takao-kun, Takao-kun, ya es hora de despertarse, tenemos que ir a trabajar.-dijo Kuroko moviendo un poco al susodicho.

-Ummm...un poco más mamá…-dijo el azabache aún dormido.

-Vengaaaa, que al final vamos a llegar tarde y Midorima-kun y Akashi-kun nos van a matar.-dijo moviéndolo más, pero este no respondía.

Kuroko cansado de llamarlo lo empujo hasta que el cuerpo de azabache cayó al suelo, este se despertó rápidamente.

-¡¿Intentas matarme Kuro-chan?!-dijo alarmado Takao.

-No, pero no te despertabas y tenemos poco tiempo para desayunar y arreglarnos para ir al instituto.-dijo tranquilamente Kuroko.

-Ahhh, vale, ya me levanto, ¿y Ki-chan?

-No lo voy a despertar, le voy a decir a Akashi-kun que se encuentra mal y que no puede asistir a clase.

-Sí, eso será lo mejor…

-Bueno, voy a darme una ducha rápida, ¿puedes mientras ir preparando el desayuno?

-¡Claro!

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Mientras en la puerta de la casa de cierto rubio, empezó a sonar la melodía de un móvil.

-Mmmm…

El joven moreno, portador del móvil, se desperezó y abrió los ojos como pudo, viendo en el remitente el nombre de su amigo pelirrojo.

-Oi Bakagami, ¿qué quieres ahora?-preguntó aún medio dormido.

-¡¿Cómo que qué quiero?!¡Faltan 10 minutos para que empiecen la clases y tú aún estás durmiendo!

-Vale, vale, ahora voy…

-Madre mía…¿a qué hora volviste a casa?

-Mmm...por lo que veo no volví.

-¡¿Cómo?!

-Pues es tan sencillo como que he dormido en el rellano de la puerta de Kise.

-Dioss…¿pudiste verlo?

-No, no ha aparecido en toda la noche.

-¿No es posible que haya entrado y salido sin que tú te dieras cuenta? Ten en cuenta que duermes como un auténtico oso en hibernación.

-No, porque prácticamente he sido el felpudo, así que no, debe haber ido a algún otro lugar a dormir. Seguramente a la casa de tu querido profesor, que se que son amigos.-dijo lo último como reclamo al contrario.

-¿De Kuroko?

-Uhhh, sin honoríficos, que cercanía.-dijo Aomine para picar a su amigo.

-Cállate vale. ¿Por qué crees eso?

-Porque Kise ayer tampoco salió del instituto por la puerta principal, seguramente se iría con tu querido profesor en el coche.

-Eso no lo sabes,¡y deja de decir que es mi querido profesor!-dijo Kagami con una vena bien marcada en la frente.

-Vale, valee, pero no era yo el que vino super mega hiper ultra emocionado porque un profesor le iba a dar “clases particulares” de forma “gratuita”, y diciendo que era muy buena persona y profesor, que era amable, que tenía una sonrisa encantad…

-¡Vale! ¡Déjalo ya! ¡Y no pongas tono de doble sentido a unas palabras que no tienen doble sentido! ¡Que tú seas un pervertido no significa que los demás también lo seamos!-dijo Kagami  gritando e interrumpiendo a Aomine.

-Jajajajajajaja, vale ya te dejo, que al final se me va a hacer tarde y todo.-dijo Aomine riéndose.

-Ya se te ha hecho tarde, pero mira para que te motives un poco te voy a recordar que nuestra primera clase es con Kise, y que si llegas tarde no podrás entrar y por lo tanto perderás la oportunidad de verlo.

-Cabrón…-dijo Aomine enfadado y empezando a correr.

-Eso te pasa por hacerme enojar más de la cuenta.

-Ya nos veremos ya.-dijo Aomine con tono de advertencia y colgando la llamada mientras aceleraba.

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Ya en el instituto, se encontraba un pelirrojo viendo tranquilamente, desde el gran ventanal de su despacho, la llegada de los alumnos. En concreto de uno, al cual no le había quitado la mirada desde que había entrado en su campo de visión. Pero después de unos segundos ya lo había perdido así que fue a sentarse a su cómodo sillón. Tenía un café solo y caliente en la mesa junto a unos documentos, los cuales le estaban esperando ser rellenados y verificados. Pero justo después de sentarse para empezar sonó el golpeo de la puerta.

-Adelante.-dijo serio dando permiso a quien quisiera entrar.

-Buenos días Akashi-kun. ¿Puedo pasar?-dijo tranquilamente y formalmente el peliceleste.

-Buenos días Tetsuya. Claro, siéntate por favor.-dijo el pelirrojo

A pesar de hablarse formalmente se trataban de tú, y no de usted. Los dos eran formales pero también cercanos.

-Vengo a informarte de que Kise no podrá asistir hoy a su puesto de trabajo.

-¿A qué se debe ese suceso?

-Se encuentra indispuesto.

-¿Y por qué no me ha llamado a mí personalmente para decírmelo?

Akashi empezaba a sospechar algo, era un como un detector de mentiras, aunque la poker face del peliceleste era algo difícil de desencriptar.

-Me lo ha comunicado a mí esta misma mañana porque no quería molestarte por si estuvieras durmiendo.

-¿Durmiendo yo a las 7 de la mañana?

Bien, eso había sido una cagada por parte del peliceleste, todos sabían que el pelirrojo se despertaba, teniendo trabajo o no, a las 6 de la mañana. Era un auténtico reloj.

-Bueno, durmiendo no, ocupado, error mío, he tergiversado sus palabras.

-Mmmmm…, si te digo la verdad esto me suena a excusa, pero si tú has querido ayudar en esto a Kise es por algo importante, además de que hoy me siento feliz, por lo que por hoy lo dejaré pasar, pero mañana quiero aquí a Kise a las 07:45, ¿entendido?

-Sí, y muchas gracias por tu comprensión. Yo me ocuparé de la primera clase de Kise.

-De nada, pero recuerda, no más favores.

-Sí, gracias Akashi-kun, que tengas un buen día.-dijo kuroko dirigiéndose a la puerta.

-Gracias, igualmente.

Aquí había gato encerrado y él se enteraría, porque ya no es que fueran sus amigos es que también eran sus empleados, y el hecho de que algo les afectara a su empleo era digno de ser descubierto.

******************************************

Recorriendo el camino para llegar a clase se encontraban Himuro y Furihata hablando tranquilamente hasta que este último desvió la mirada del otro y dejo de prestar atención.

-Oye, Furihata, ¿te encuentras bien?

-S-sí, sí, lo siento Himuro-san, de repente me he sentido como observado.

-Será porque eres muy lindo y llamas la atención.-dijo Himuro para provocar un poco a la vergüenza del castaño.

-N-no me digas e-eso…-dijo el castaño avergonzado.

-Vale, vale, que era sólo para provocarte, ¿quieres que te siga contando?

-S-sí por favor, lo siento mucho por interrumpirte.

-No pasa nada.-dijo Himuro con una sonrisa tranquilizadora.

-¿Qué ocurrió cuando nos fuimos nosotros?-preguntó interesado el castaño.

-Bueno, al principio estábamos un poco cortados, pero luego nos fuimos soltando un poco más. Después nos fuimos a dar un paseo, al empezar estábamos en silencio, pero no un silencio incómodo sino uno relajado, no necesitábamos hablar solamente ir juntos.

-Eso es muy bonito, Himuro-san-dijo Furihata conmovido por el momento disney de su amigo.

-Sí, la verdad es que sí. Luego llegamos a una cancha de baloncesto, ambos sabíamos que el otro jugaba, pero no llevábamos pelota, así que quedamos en jugar esta tarde, ¿te apuntas?

-¿No os cortaría un poco el rollo?-preguntó preocupado el castaño.

-Que vaa, si también he invitado a Kagami, a Aomine y a Kiyoshi, Hyuuga ha dicho que no podía,  además de que seguramente quedemos nosotros dos solos antes para ir a la cancha.

-Por mí bien entonces.

-Me alegro, ¿entramos ya?

-Vale.

 


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