El portador de la voz tan inoportuna era ni más ni menos que Aomine, el cual se había caído de la plataforma a la que estaba subido porque al parecer llevaba unas copas de más. Después de eso había estado pegando voces cual borracho. Kagami al ver eso suspiró derrotado pensando en que debería haber ido antes con su amigo para evitar ese tipo de escenas. Kuroko reconoció a Aomine de inmediato y buscó a Kise con la mirada, al parecer este también se había dado cuenta de la presencia de Aomine. Kuroko y Kagami se miraron, les habían cortado todo el rollo y ahora tenían que ir a ayudar a sus respectivos amigos, y más al ver que Kise se dirigía hacia Aomine.
-¡¿Aomine, qué haces aquí?! ¡Tú no puedes estar en este lugar!-dijo kise visiblemente cabreado.
-¡Heyyy, Kise, ¿qué tal?¿ya te vas a ir a tirar a otro? Que poco te dura a ti el luto...-dijo Aomine sin razonar un poco e intentando ir a dañar al otro, ya que le había dolido bastante verlo hablar con otro chico.
Kise se enfadó mucho y no dudó en soltarle una bofetada en la mejilla al moreno. Este al instante se quedó parado e intentó acumular toda la atención de la cual era poseedor a en ese momento para mirar fijamente al rubio.
-¡No me trates como si fuera un facilón, yo ahora no me estoy tirando a nadie ni planeo hacerlo, lo único que buscaba era olvidar durante un tiempo los problemas que hay entre nosotros, pero tú pareces estar entrenando mucho para hacerme recordar todos los errores que cometí contigo y que preferiría olvidar!
Aomine se quedó callado durante un rato con la mirada gacha. Incapaz de mirarle a los ojos al rubio. No podía hacerlo después de todo lo que le había hecho y además del espectáculo que acababa de montar. Pensó que lo mejor era decirle directamente lo que pensaba.
-Lo siento, ni si quiera sabía lo que estaba diciendo. Ni siquiera estás conmigo así que eres libre de hacer lo que quieras, y lo que hagas no es de mi incumbencia.-dijo Aomine arrepentido de sus palabras, ahora por fin tenía un momento para disculparse con el rubio por todas sus estupideces.
Kise suspiró derrotado.
-Mira...Aomine...tienes que irte de aquí, no deberías ni siquiera haber entrado, lo mejor ahora es que te marches.
-Vale…, pero espera un momento, antes quiero pedirte perdón por lo que pasó en la azotea, y te lo pediré todas las veces que haga falta y más porque nunca me había arrepentido tanto de mis actos, y decirte también que no te volveré a molestar nunca más.
Por un momento Kise ablandó su mirada a pesar de su increíble enfado. Entonces llegaron Kagami y Kuroko.
-Aomine vamos a buscar a Himuro, a Murasakibara y a Furihata y nos vamos a casa, que ya es tarde.-dijo mientras cogía del brazo a su amigo el cual no presentaba ningún signo de oposición a la opción de Kagami.
-Kise-kun, lo mejor es que nosotros también nos vayamos, ¿qué te parece si nos vamos a buscar a Takao, Midorima y Akashi?
-Me parece una buena idea.-dijo Kise con voz apagada.
Por un lado, Kagami y Aomine fueron a buscar a sus compañero de salida, los cuales encontraron en otra barra que había al pasar la pista de baile. Se encontraban hablando y haciéndose caricias muy acaramelados.
-Tatsuya, nosotros ya nos vamos, ¿os venís?
-Sí, que yo ya estoy cansado y me duelen los pies de estar toda la noche de pie y bailando.
-Yo también quiero irme Muro-chin porque quiero descansar para mañana-dijo Murasakibara apoyando un poco su cabeza sobre el hombro del pelinegro, recibiendo una caricia de este.
-¿Qué pasa mañana?-preguntó Kagami intrigado.
-Hemos quedado para hacer dulces, ¿te apuntas? A tí se te da muy bien cocinar, así que está bien.
-Buff, no lo sé, primero quiero llegar a casa y dormir.
-Está bien, vámonos.
-¿Y Furi?
-Se fue antes con un amigo suyo.
-¿Qué amigo?
-El director del instituto.
-¡¿Qué?!
-Sí, al parecer se conocían.
-Pero de todas formas, ¡¿cómo has dejado que se vaya sin nosotros?!
-No te preocupes, Kaga-chin, está en buenas manos, Aka-chin no es malo si no le enfadas, si le enfadas… bueno...eso es mejor no saberlo.
-Madre mía… voy a llamarlo.-dijo Kagami sacando el móvil rápidamente pero una mano lo detuvo.
-Espera Taiga, ya le dije que le llamaría por la mañana, ahora dudo que te conteste estaba bastante borracho así que seguramente a estas alturas estará durmiendo la mona.
-Vale… por la mañana lo llamamos. Por cierto Aomine, dame las llaves de tu moto.
-¡¿Qué?! ¡Tú flipas!
-No estás en condiciones de conducir, y menos una moto que son las que peor salen paradas si hay un accidente.
-¡Tú también has bebido!
-¡Sí, pero no tanto como tú, voy mucho mejor que tú así que vas a montarte en el coche, te vamos a dejar en tu casa y voy a dejar tu moto allí.
Aomine pareció pensarlo durante unos segundo, pero entre que su estado anímico no era el mejor en este momento como para discutir y que le estaba entrando mucho sueño pensó en hacerle una contraoferta rápida.
-Te doy mis llaves si dejas que me quede a dormir en tu casa.
-Ahora ya no tengo habitación libre, recuerdas que Tatsuya y yo vivimos juntos.
-Pero déjame al menos el sofá, que en el tuyo se duerme muy bien.
-¿Por qué insistes tanto en dormir en mi casa?
-Porque no quiero dormir solo en la mía.-dijo con tono decaído.
-Ayyy...está bien, dame las llaves y duermes en el sofá.
-Parecéis un matrimonio en crisis.-comentó Himuro divertido.
Los cuatro se fueron hacia la salida, donde tratarían de recordar dónde habían dejado el coche.
Por otra parte, Kise y Kuroko buscaban a sus amigos. Encontraron a Takao y Midorima besándose pero esta vez más despacio y pausado. Se dirigieron hacia ellos a pesar de que no les querían cortar el rollo.
-Takao-kun , Midorima-kun, sé que están ocupados pero ¿no sería mejor seguir con eso en otra parte?
-Sí, la verdad es que sí, vámonos Shin-chan.-dijo Takao mientras le cogía la mano al peliverde.
-¿Y Akashicchi?
-Creo que se ha ido.-dijo Midorima más allí que aquí.
-¿Crees?
-Sí, tengo la sensación de que se ha ido pero no sé por qué
Definitivamente el peliverde no estaba del todo bien. Takao pensó rápido y buscó el móvil de Midorima y vio que tenía un mensaje de Akashi diciéndoles que se iba antes.
-Parece que ya se ha ido.
-Bueno, pues vámonos.-dijo Kise.
-Espera un momento, Ki-chan, ¿te encuentras bien?-preguntó Takao al ver el decadente semblante de su amigo.
-Me acabo de encontrar con Aomine y por fin hemos dado punto y final a nuestros problemas, ha dicho que no volverá a molestarme jamás.
-Ahh, vaya, bueno es mejor así. Ahora lo que tienes que hacer es intentar seguir con tu vida y poco a poco recomponerte de este mazazo, y para eso nos tienes a nosotros, ¿verdad Kuro-chan?
-Claro, Takao-kun.
-Sois los mejores chicos.-dijo Kise mientras hacían un abrazo grupal.
Finalmente, los cuatro se dirigieron hacia el aparcamiento. Una vez encontraron el coche, Kise se subió en el asiento del conductor, Kuroko de copiloto y los dos tortolitos detrás. Automáticamente después de entrar en el coche Midorima cayó dormido efecto del alcohol que había tomado. Takao se dio cuenta después de subirse y abrocharse el cinturón.
-Ehh, Shin-chan, despierta, que lo estábamos pasando bien los dos.-dijo Takao con voz de reproche.
Por mucho que lo moviera y que le gritara Midorima seguía dando pequeños ronquidos.
-Takao-kun, me parece que hoy no podrás rematar la tarea.
-No pensaba hacer eso ahora, pensaba en estar un rato más besándonos y luego hablar un poco de hacia dónde va nuestra relación.
-Sí, claro.-dijo Kise sarcásticamente.
-¡Es verdad! ¡Hacéis que parezca un violador!
-Bueno, el que te aprovecharas de que Midorima-kun estaba borracho para meterle mano es un poco de violador.-dijo Kuroko sonriendo de forma malvada.
-Ahh, con que esas tenemos, pues yo también puedo jugar a este juego. Por cierto, quien era ese chico con el cual has estado hablando toda la noche, porque cada vez que me giraba para ver si estábais bien te veía hablando muy acaramelado con un chico alto y pelirrojo.-preguntó sonriendo Takao y mirando de manera picarona a Kuroko,
-Eso no es de tu incumbencia.-dijo Kuroko para después darse la vuelta y mirar hacia la carretera.
-Jajajajajajajaja, lo sabía, nos lo tienes que presentar. Desde lejos al menos parecía muy guapo.-dijo Kuroko intentando sonrojar Kuroko.
-...
-Vaaa, Kurokocchi al menos dinos que tal te ha ido con él.-dijo Kise conduciendo para salir del parking de la discoteca.
-Ayy…, ha estado bien, hemos estado hablando un buen rato y nos hemos conocido mejor.
-Y…-dijo Takao intentando que Kuroko soltara prenda.
-¿Y... qué?
-Y el beso, ¿cómo ha sido?
-No ha habido beso.
-¡¿Qué?!-gritaron tanto Kise como Takao.
-Pues eso, que no ha habido beso.
-Pero si estábais la mar de juntos y con unas miradas tan pomposas que hasta a mí me daban ganas de potar de lo cursi que resultaba todo.
-¿Y cómo es que tú estabas tan atento si te estabas morreando con Midorima-kun?
-Puedo hacer dos cosas a la vez, además, no hemos estado todo el tiempo besándonos, también hemos bailado, y miraba a ver dónde estábais porque estaba preocupado por Ki-chan.
-¿Por mí? ¿Por qué?
-Porque debería haberme quedado contigo esta noche y haberla disfrutado al máximo.
-Bueno, tú no sabías que Aomine iba a estar ahí.
-Yaa, pero debería haberme quedado contigo porque estabas pasando por un mal momento y yo, como buen amigo, tenía que estar apoyándote en vez de cumplir mis caprichos.
-No, Takaocchi, no te puedes echar la culpa por querer avanzar con Midorimacchi, yo sé cuánto te gusta y sabía que esta noche era una gran oportunidad. No me hubiera perdonado jamás si te la hubiera robado.
-Yaaa… pero la próxima vez iremos juntos Ki-chan, sin excusas.-dijo Takao sonriéndole a Kise.
-¡Por supuesto!-dijo Kise devolviéndole la sonrisa.
-A veces me siento excluido de vuestros planes.-dijo con serenidad Kuroko.
-Ahhh, pues preséntanos a ese chico tan especial y entonces estarás incluido en nuestro planes.
-No vas a parar de intentarlo, ¿ehh?-preguntó Kuroko cansado.
-Nop, más te vale ir cantando o vamos a tener serios problemas.
-Dadme más tiempo y ya os contaré.
-Valeeee…sólo un poco más.-dijo Takao rindiéndose temporalmente.
Siguieron conduciendo hasta que llegaron a la casa del peliverde. Entre Kise y Takao sacaron a Midorima del coche, el cual seguía durmiendo sin despertarse a pesar de que lo estaban arrastrando para llevarlo del coche a su casa. Kuroko buscó las llaves de la casa y las encontró en uno de los bolsillos del peliverde. Después de abrir la puerta de la casa tuvieron que llevarlo hasta su habitación y acostarlo en su cama.
-Bueno, habrá que ponerle el pijama, ¿no?-dijo emocionado Takao.
-No hace falta Takao-kun.
-Pero se va a despertar incómodo.
-No creo que note eso, la resaca que tendrá mañana opacará cualquier otro malestar que tenga. Además, Takaocchi, creo que por hoy has conseguido bastante, la avaricia rompe el saco.
-Está bien, os haré caso por esta vez.-dijo derrotado Takao.
-Anda, vámonos ya, que tengo mucho sueño, menos mal que mañana es domingo.
Los tres se fueron de la casa dejando las llaves en la entrada, subieron al coche y se dirigieron a la casa que el rubio compartía con el peliceleste, ya que Takao se iba a quedar a dormir en el sofá.