El calor contenido en esta lata es demasiado, hoy un día de abril como cualquier otro las grandes consecuencias del calentamiento global se hacen presentes, expresando a gritos (en oleadas de calor) que los humanos los estamos haciendo mal, que somos imbéciles al jodernos a nosotros mismos junto al único lugar en el que vivimos. Cuando se trata de hablar con la gente sobre éste tema, revolotean como locas reaccionando de dos posibles formas:
1-Te miran feo con el ceño fruncido comenzando la contienda por demostrarte que ellos no tienen ninguna responsabilidad ante este hecho.
2- (UF!, Desabrochar tu sudadera al estar escondido en la parte trasera del coche no es nada sencillo)
Como decía, la otra reacción con un poco menos de porcentaje global ,se trata de las personas negando la existencia de dicho fenómeno. (Si pudiera mover la cabeza, negaría de forma rotunda para expresar mi irritación).
En cambio ,¿qué he hecho yo para ayudar al pobre planeta enfermo de humanos?
Sencillamente he dejado mi moto a un lado,produciendo la menor basura posible, ahorrando agua y bueno las condiciones en las que vivo tampoco me dejan contaminar la gran cosa.
Miro mi reloj, la 1 en punto. La hora de descanso dedicada a la comida.
Vamos Linder, vamos. Llevo una semana espiándola , se cada insignificante detalle de su rutina; no ha cambiado mucho en todos estos años.
Agudizo mi oído, puedo escuchar un alejado sonido de tacones femeninos golpeando el suelo. Es ella.Ha llegado la hora. Saco el pequeño frasco con la posion mágica (por decirlo de manera linda) penetro su capa protectora con la gruesa aguja dejando que el líquido corra velozmente para quedar de lleno en la jeringa. La adrenalina corre al mil por mis malditas benditas venas( repito, debo dejar de maldecirme, mis creencias religiosas me han dicho que es perjudicial hacerlo).
Un tintineo se escucha dentro del auto.
Ha abierto la puerta. La escucho al acomodarse en su asiento, enciende el aire acondicionado(gracias al cielo),arranca suavemente, a donde quiera que vaya a comer, parece no tener prisa. Debo esperar unos minutos más total, si lo he hecho por cuatro horas puedo 10 minutos más.
Suspira.
De nuevo.
Siempre me he preguntado, ¿ cómo sera el perdedor de Near como jefe?,
¿Acaso sus supiros se deben a eso?.
Ya es tiempo, me siento como puedo tratando de no ser visto por el espejo del auto,en un movimiento ágil casi felino sostengo su brazo derecho y apunto la jeringa a su cuello. Ella instintivamente aprieta más el volante con ambas manos.
-Hola dulzura, por ahí escuche que te inquietaste cuando desaparecí.- no puedo evitar decirlo lo más cercano posible a su oído derecho. Ella no se estremece como en viejos tiempos. Debe ser la conmoción del momento.
-¿qué pasa Lin? Parece has visto un fantasma.-
- Me.. Mel.. Llo- titubea. - ¡Estas vi..vo!-
-En carne y hueso aquí presente-
sonrio con malicia. Ella frena bruscamente orillada a un lado de la carretera.
-Déjame bajarme- pone las manos en alto.
-No estoy tan loco-
-Quiero vomitar, por favor , ha sido la impresión y el susto.-
Pienso un poco, conozco a esta mujer hasta lo profundo ,no tratará de huir.
-De acuerdo, pero iré apuntando con mi arma-
Ella asiente, las náuseas deben estar creciendo.
Antes de bajar, mientras ella abre la puerta , tomo mi pistola ubicada en la parte trasera de mi pantalón y le apunto,
bajamos juntos ,uno en cada puerta, me mira muchas veces no por el miedo si no para comprobar que aún estoy ahí, que soy real. Es normal. Yo muchas veces hice lo mismo en el espejo después de morir.
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-¿Qué encargamos Jefe?- Rester pregunta mientras hojea un libro en sus manos. Alzo mi vista, es un directorio.
-Oh sí, me encuentro distraído, disculpe- Gevanni me mira descaradamente al escucharme decir mi estado.
-Podemos encargar comida china o italiana, se acepta cualquier sugerencia- sonríe de lado. Siempre que lo hace recuerdo a Watari. Me permito sonreír disimuladamente.
-¿ qué te apetece Gevanni?- le miro en espera de su respuesta. Al contrario a mí, él si deja ver sus emociones, en su mirada solamente.
Esta sorprendido. Se afloja un poco la corbata azul marino que trae puesta. Es nueva, él no lo sabe, que yo memorizo esas corbatas que me gustan tanto.
-Pues… Lo que ustedes decidan. Siempre y cuando sea medianamente saludable.- le guiña un ojo a Rester.
-Near, ¿tú que opinas?-
Dudo unos segundos. Entre las dos opciones cual será mas saludable.
-Italiana, por aquello de pasar a un perro callejero en nuestros platos.-
Los tres reímos. No es bueno hacer chistes sobre los chinos. Pero ha sido el momento.
Un segundo después Rester utiliza la línea alternativa de la oficina para pedir la comida a domicilio.
Linder como siempre ha salido a comer en busca de su ensalada predilecta, regresará en aproximadamente una hora.
“Crash” uno me de mis trenes ha chocado contra el otro. He cometido un error, arme mal las vías del tren.
Me siento observado, ambos me miran, miro a Gevanni de reojo, el sonríe satisfecho.
Sí, así es. Estoy completamente distraído.
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Una hora más tarde volvemos, después de fumar un cigarrillo en la espera de Halle vomitando junto al auto en los verdes pastos
Le apunto con mi arma en sus sienés; ella me mira horrorizada.
-Ahora, esto es lo que haremos-
Le detallo el plan, ella solo asiente.
-Buena chica- acaricio su quijada con la punta de mi pistola.
Pasamos por un lugar donde la he visto comprar ensalada vamos juntos tomados de la mano en señal de advertencia para ella, come con cuidado las hojas de lechuga como si fuesen peligrosas para su esófago . Me mira un momento antes de acabar. Me pasa el plato con lo que queda, debo de verme demacrado. Niego con mi cabeza, le devuelvo el plato…
Regresamos al auto, no me esconderé hasta llegar frente al edificio donde se ubican Near y los lame botas o mejor dicho “ la mierda y sus moscas” .
Ella baja y antes de entrar hecha un vistazo al coche puede verme apuntando discretamente con el arma.
Le hago un signo de silencio con la mano, ella asiente.
Me escondo lo mejor que puedo bajando el arma, me estoy jugando todo. Le dí un intercomunicador inalámbrico para escuchar todo lo que dice, aún así puede hacerles señas para descubrirme, debo confiar en que ella aún sienta algo por mí…
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Gevanni saca una bolsa con los restos de nuestro alimento de media tarde. Tomamos nuestros respectivos asientos para volver al trabajo.
La agente Linder entra por la puerta portando un rostro pálido, más de lo habitual acompañado de un sentimiento de tristeza. (Que extraño), mira en todas direcciones como si deseará registrar en su memorias cada rincón de la oficina (demasiado sospechoso para alguien que lleva asistiendo a este lugar más de 400 días).
-Linder, sucede algo?-
Todos me miran parece que soy un jefe tirano, el cual jamás se preocupa por sus ayudantes.
Ella toma un respiro, sonríe ampliamente.
-Me ha caído mal la ensalada, he vomitado antes de llegar.-
Se escucha un eco de “oh” en la estancia.
-Podías avisarnos por … celular , tomate el resto de la tarde. Mañana te necesito entera.-
-Noo-
-Vamos mujer no seas terca, hace dos semanas que yo me resfrié y no fuí buena ayuda a la investigación.- contribuyó Rester.
Ví a Gevanni, al parecer él también sospecha de la actitud de Linder. La mira entrecerrando sus ojos. Bien sigamos el juego.
-O bien, quedate, es tu decisión.- vuelvo a concentrarme en mis juguetes.
-Gracias N - se va a su asiento. No puedo ver lo que hace en su computador.
Durante una hora le he hechado miradas furtivas al igual que Gevanni, ella parece muy concentrada como de costumbre. Tal vez sea alguna paranóia mía, tal vez sólo se siente un poco mal, es mujer pero sigue siendo humano, no es invencible.
-Rester- todos la vemos atentos- puedes acompañarme a mi auto, tengo un poco de vértigo, debo irme antes de vomitar de nuevo.-
Rester asiente mirándome, yo lo observo como signo de aprobación.
Ambos salen por la puerta charlando un poco acerca del estado de ella.
Nos hemos quedados solos yo y mi compañero de ojos azules.
Oh Dios.
Soy ateo, pero esta situación lo amerita.
Oh Dios.
Gevanni mueve frenéticamente los pies, hace el ritmo de una canción existente en su cabeza.
Inhalo, exhalo.
Inhalo, exhalo.
Calmate Near, lo que sucedió no es nada.
Me paro rápidamente, voy al escritorio, saco un puzzle grandísimo.
Si, esto me despejará un poco.
-Nate, debemos hablar, desde anoche no hemos tenido la oportunidad.-
Cierro mis ojos.
-¿Qué es lo que quieres decirme Gevanni?- pregunto curioso.
-Ayer, yo me encontraba bajo los efectos del alcohol, lamento haberte besado.-
“Crash” las piezas del puzzle cayendo.
Gevanni gira su silla, probablemente pensó que no me afectaría.
Hoy estoy como toda una caja de monerías, sorprendiendo a todos.
-Tú… sentiste algo más que desprecio por mi acto?- inquiere.
-Agente Gevanni- creo es necesario sonar frío - ya sabía que el alcohol se le había subido y también sé que saca los instintos más bajos, usted no estaba actuando a voluntad totalmente.-
Él se acerca a mi lentamente. Quisiera verlo llegar pero un pequeño y diminuto ruido me hacen creer que Rester está del lado del pasillo escuchando nuestra conversación.
Le hago una seña de silencio y miro la puerta con disimulo.
Gevanni voltea automáticamente a las cámaras de seguridad. El pasillo esta desierto. Observo con más atención hacía la puerta, hay alguien ahí, se puede ver su sombra bajo la puerta. Gevanni sigue mi mirada, acto y seguido, toma su arma que porta bajo su traje. Se quita ambos zapatos comenzando a caminar hacía el sospechoso.
En un instante demasiado rápido abre la puerta apuntando con su arma, le escuchó decir claramente.
-¿Que demonios? , no puede ser posible-
¿Acaso sera Linder?
Me paro desicidido a saber cuanto escucho.
-Tú.
Estás muerto, yo escribí el informe ... ese día. -
Noto que su mano tiembla. Las palabras en mi cabeza prenden fuego a mis neuronas.
¿Muerto?
Durante todo este tiempo, ¿cuántos reportes de personas muertas ha escrito mi fiel compañero?.
-Oh por Merlín ,noo-
La voz de Linder me saca de mi infierno.
Entonces el engranaje en mi mente comienza a girar.
Ella estaba actuando así porque sabía sobre este individuo , ella estaba trabajando atenta porque congelaba las cámaras para que pudiese entrar a sus anchas por eso se llevó a Rester.
Con esa manera de actuar seguro, la persona que está del otro lado es un criminal.
-¿Dónde esta Near, Gevanni?- la voz en pánico de Rester me hace temblar.
Un fugaz pensamiento absurdo pasa por mi mente.
Es Kira, está aquí. Ha venido a matarme.
El individuo gruñe. Ese sonido retumba en mi cabeza , hace eco, de algún lado lo he escuchado. Trató de recordar si Yagami lo hizó alguna vez, pero no viene a mi mente. Unos segundos iguales a la eternidad se deslizan bajo mis pies en lo que llego a situarme detrás de Gevanni.
Sucede.
Oh Dios , oh Buda, oh universo…
No puede ser, no puede ser.
Abro mi boca en un gran circulo, estoy confundido no sé si para gritar del miedo o decir algo.
Esto parece una muy mala broma. Pero no hay quien la haya planeado.
Sonríe cínicamente .
-Hola Nate-
La voz vuelve a mí. -Mello-
Mis pies se mueven por si solos. Gevanni me toca con su mano pero la retiro bruscamente. Puedo escuchar las voces de Linder y Rester gritando algo.
No distingo lo que dicen, solo escucho un pitido muy fuerte. Estoy aturdido.
Quedamos frente a frente separados por unos 10 cm como mucho.
Mello saca un arma, siento el metal rozar mi frente.
-Siempre pensé, que de haber sobrevivido vendrias a matarme-
-Tus últimas palabras Nate- se lame sus labios como un desquiciado.
-Mihael Keehl-
Siento un fuerte golpe al terminar. Se nubla mi vista, caigo al suelo. Puedo ver antes de cerrar mis ojos a los agentes corriendo hacia mí.