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El Tiempo Lo Dirá (Fukigen Na Mononokean) por RozenDark

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Notas del fanfic:

Bien, sé que había prometido publicar mi fic, “¡Me Enamoró!”, pero de repente me nació esta idea para esta historia de aproximadamente 3 capítulos, así que espero y les agrade tanto como “Día De Fiebre”  :3

Notas del capitulo:

Como dije, espero y sea de su agrado, tanto o igual como "Día De Fiebre" :3

En fin, los personajes de Fukigen Na Mononokean son propiedad de su respectivo autor y los demás de mi propia autoría. Y sin más que decir, les invito a leer   ^3^/

"Un Viaje Muy Loco"

 

~°ɞ°~ღ~°ɞ°~

 

No era raro ver a aquel rubio rabiar por las tonterías de aquel peli azul. Tampoco era raro ver como es que iniciaban aquellas discusiones entre jefe y empleado. Lo que si era raro, era ver aquel brillo enamorado en los dorados ojos del amo de la Mononokean, especialmente si ese brillo era dirigido al siempre alegre y tonto Ashiya Hanae.

Justo ahora estaban en una misión muy importante. Dicha misión fue dada por el mismo legislador. La misión: Llevar a un importante templo un extraño espejo, que supuestamente podía viajar por el tiempo.

Para su mala suerte, Abeno no solo debía cuidar del espejo, sino que también de un inquieto y miedoso niño de cinco años, a una pequeña pelusa y a un Yokai zorruno que había decidido acompañarlos en su viaje por el Inframundo. Claro, cabe destacar que el chiquillo y el zorro no iban como angelitos, porque como de costumbre, Yahiko se encargaba de asustar al pobre de Ashiya, quien siempre terminaba aferrado del brazo del furioso rubio.

Obvio, Itsuki tenía un límite en lo que se dice paciencia y ese par ya había llegado hasta el tope.

 

— ¡YA BASTA LOS DOS! —, grito molesto —. Esto es importante y ustedes solo actúan como un par de mocosos -, miro a ambos -. Yahiko, creo que tú más que nadie sabe lo valioso que puede ser este espejo y las consecuencias que habrá si no llega a tiempo a su destino.

—El Yokai asintió con las orejas caídas —. Claro que lo sé, pero no negaras que es muy divertido hacerle bromas a Ashiya —, le dijo con burla, mientras veía al tembloroso peli azul negar una y otra vez.

— ¡Eso no importa!, ambos se comportaran hasta terminar la misión —, regaño al Yokai —. Y tú Ashiya, deja de comportarte como un cobarde, recuerda que estamos en el Inframundo, no en un parque infantil.

 

El mencionado solo asintió en silencio, mientras su mirada se tornaba triste. Claro que él sabía dónde estaban, y no solo eso, sabía y entendía a la perfección que si llegaban a fallar, no solo esa, también en otras misiones muchos buenos espíritus podrían no solo desaparecer, también quedar condenados al dolor y soledad. Pero como siempre, ese frio rubio no lo veía más que como un mocoso que no tiene idea de cómo andar solo.

 

—Lo entiendo Abeno-san —, le susurro sin ánimos, mientras pasaba de largo a esos dos con su fiel Peludito en sus brazos.

 

Tanto para Abeno, como para Yahiko se les hizo raro que aquel chico no haya hecho un berrinche o dado pelea, más si ambos sabían que no era el único culpable en aquel regaño.

Yahiko solo alzo los hombros resignado y comenzó a caminar como si nada hubiera pasado. Abeno por su parte solo pestañeo un par de veces y decidió seguir su camino, aunque si lo pensaba bien, esa reacción en Ashiya era totalmente fuera de lo común, llevándolo a pensar, que se había pasado esa vez.

 

~.o0o.~

 

Después de unas horas y una larga caminata llena de silencio, habían llegado al templo donde se suponía debían entregar aquel espejo. Fueron recibidos por lo que parecía una extraña y algo grande rana, la cual  vestía las vestimentas apropiadas para una sacerdotisa.

 

—Buenos días, soy una de las guardianas de este templo. Soy la sacerdotisa Himeko, y será un placer servirle en lo que pida, amo de la Mononokean —, la ranita hizo una reverencia, en señal de respeto.

—Lo mismo digo Himeko-san. Nosotros... —, Abeno dejo de hablar al ser interrumpido.

—Bueno, pues como sé que tienen algo para mí, ¿qué les parece si primero lo llevamos a la sala de tesoros?, ya luego pueden tomar un merecido descanso por el largo viaje que hicieron —, les sugirió sonriente.

—Me parece bien, claro, si no es mucha molestia —, Abeno se encargó de responder con una imperceptible sonrisa.

—La ranita solo negó —. Tranquilo, para mí no es ni una molestia, después de todo, no siempre tengo visitas en este templo.

 

Himeko los dirigió al interior del templo. Pasaron por unas cuantas habitaciones hasta llegar a lo que parecía un pequeño santuario de madera. Y algo que extraño al rubio, fue ver  que en aquel lugar solo había una especie de féretro donde suponía iría el espejo, aunque no solo eso lo tenía dudoso, también el hecho de que en el templo no parecía haber ni un alma, cosa rara si se trataba de un gran templo.

 

—Bien, ya puede darme el espejo, Abeno-dono —, la ranita miro al rubio con una sonrisa.

—Algo alarmo en demasía al rubio. Él no había dicho su nombre o el de sus acompañantes y tampoco recordaba que el Legislador lo haya hecho cuando acepto la misión, lo que es más, nadie más que sus allegados sabían su nombre, y solo lo encontraban con el apelativo "amo de la Mononokean" —. Tengo un par de dudas Himeko-san, ¿por qué no hay nadie más trabajando en este lugar? —, formuló la primera pregunta —. Digo, es normal tener personal suficiente para atender un templo.

 

La ranita comenzó a temblar llena de nerviosismo, al parecer aquel rubio era más listo de lo que aparentaba. Hecho  una mirada en los acompañantes de ese rubio y se centró en aquel peli azul.

Aquel chico era el que estaba más cerca de ella, además, no hay que ser un genio para saber que si ese chico se encontraba en aprietos, el rubio respondería de inmediato, no por nada había estado observándolos desde hacía un buen tiempo.

 

—Lo que pasa es que un loco llego para tratar de llevarse unos importantes pergaminos y aunque logramos detenerlo, logro hacer destrozos en varias habitaciones y gran parte del jardín trasero —, fijo su mirar en el rubio y supo que no le creyó nada.

—Abeno la miro dudoso —. ¿Y mi nombre cómo lo supo?, que yo recuerde, no se lo dije y tampoco el Legislador.

 

La rana aparentaba tranquilidad, pero por dentro ya tenía idea de lo que haría para obtener aquel espejo.

 

—Movió sus brazos —. Eso es porque... ¡ay no! ¡Ese es un perfume muy caro! —, de sus mangas salió volando un pequeño frasco transparente tapado con un corcho café —. Discúlpeme joven —, se acercó al peli azul, quien recibió en sus pies aquel frasco.

—Ashiya Hanae y tranquila, a veces suceden estas cosas —, le sonrió con calma, mientras se  agachaba a tomar el frasco.

 

Algo dentro de Abeno se puso nervioso. Y en lo más profundo de sus memorias, le vino un recuerdo peculiar de como en sus días de aprendiz quedo atrapado en un encantamiento.

Dicho encantamiento consistía en encerrar a alguien en un pequeño frasco y dicho objeto solo podía ser abierto por el que hizo la trampa.

 

— ¡ASHIYA NO TOQUES ESE FRASCO! —, grito mientras iba hacia el peli azul.

 

Para cuando el rubio reacciono ya era demasiado tarde, Ashiya había tocado aquel objeto y al hacerlo todo se ilumino, mientras se escuchaba el grito del chico. Para cuando Abeno y los demás lograron ver con claridad, Himeko estaba frente a ellos con el frasco en sus manos, pero no fue eso lo que se ganó su entera atención.

Lo que tenía perplejos a esos tres era que dentro de aquel diminuto frasco estaba Ashiya, el cual solo atinaba a mirar a todos con una expresión llena de pánico.

 

— ¿Qué me paso? —, Ashiya trato de abrir el frasco sin mucho éxito.

— ¡Libera a Ashiya! —, Abeno dejo salir un poco de su energía espiritual para imponer miedo —. Y revela tu verdadera apariencia.

 

La ranita comenzó a reír como desquiciada, mientras un humo negro la rodeaba en su totalidad.

Peludito se colocó en los pies del rubio y Yahiko se transformó en zorro mientras se situaba más cerca del rubio.

Después de unos segundos el humo se disipo y dejo a la vista a un enorme jabalí con aspecto sanguinario.

 

—Si quieres que libere a este niño —, comenzó a agitar el frasco sin importarle la personita que estaba dentro —. Primero dame el espejo.

—El rubio frunció el ceño, mientras sacaba el espejo de entre sus mangas —. Primero libera a Ashiya y después te daré el espejo, te doy mi palabra como amo de la Mononokean.

 

El jabalí asintió divertido. Claro que confiaba en la palabra del rubio, después de todo, era bien sabido que el amo de la Mononokean no faltaba a su palabra, claro que, ¿quién dijo que venía solo?, miro hacia atrás del rubio y ensancho su sonrisa.

 

— ¡Mejor aún, nos quedamos con el muchacho y con el espejo!

 

Para cuando Abeno reaccionó, ya era tarde, aquel extraño Yokai avestruz había tomado el espejo, claro que se apresuró y logro alcanzarlo.

Ahora ambos peleaban por ver quien se quedaba con el espejo. Claro que para cuando se dieron cuenta de que un leve rayo de luz toco el espejo, ya era tarde. Y una vez más, el lugar se ilumino por completo.

 

— ¡Maldición! —, el jabalí miro con odio el lugar donde antes estaban su compañero y aquel rubio.

— ¡Abeno-san! —, Ashiya miraba con preocupación aquel punto.

—Ni te preocupes mocoso, el amo de la Mononokean fue a parar al futuro —, miro tanto al felpudo Yokai como a aquel zorro —. Ustedes se encargaran de hacerle saber al amo de la Mononokean que si no me entrega el espejo en las afueras del templo sin nombre, este chico servirá como ofrenda para mi amo —, movió de un lado a otro el frasco.

 

Yahiko solo gruño con furia y claro que la razón era porque muy en el fondo le preocupaba Ashiya, especialmente si ahora estaba más que indefenso, por esa razón no se abalanzaba a matar a ese malvado jabalí.

 

—Bueno, me despido por ahora —, se carcajeo, mientras se volvía humo.

 

Yahiko y Peludito vieron con impotencia, como Ashiya era llevado a un lugar muy temible, ahora solo podían esperar a que el rubio regresara de su viaje por el tiempo.

 

~.o0o.~

 

Abeno se removió con inquietud en aquel lugar. Sin abrir los ojos frunció el ceño al sentirse en una mullida cama.

Qué raro, no recordaba haber llegado a su hogar. Tanteo su entorno alarmándose al sentir a alguien a su lado.

Abrió los ojos no solo por aquello, también al recordar que Ashiya corría peligro.

 

—¡¡ASHIYA! —, grito mientras se sentaba.

—Itsuki todavía es temprano para levantarse, así que vuelve a la cama.

 

Abeno miro a su lado con extrañeza, más al oír la voz de la persona que estaba tratando de seguir durmiendo.

Lo destapo por completo y se sorprendió al ver una cabellera azul algo larga y despeinada, pero no solo eso, también al ver aquel abultado vientre que se escondía en aquella yukata blanca.

 

— ¡Itsuki eres malo!, sabes que me da mucho frio en los pies —, el peli azul se sentó indignado para encarar a su rubio, pero al ver que no precisamente era él, quien estaba a su lado se sorprendió —. ¿Abeno-san?

El rubio se quedó observando con asombro al peli azul frente a él. Al parecer el espejo lo había llevado al futuro. Claro que eso era lo de menos, ahora solo se encargaba de observar con lujo y detalle a la versión futura de Ashiya.

Y a su buen ojo, diría que aquel peli azul era hermoso y que el pasar de los años solo lo haría más hermoso.

Su dorada mirada dio a parar a aquella curvatura en el vientre del peli azul y sin que se lo propusiera, sus manos dieron a parar a aquel lugar. Dicho lugar le daba algo de calidez, más  al sentir un pequeño movimiento que lo hizo sonreír con sinceridad.

Y de no ser por alguien que lo alejo con violencia del asustado Ashiya, él hubiera seguido con lo suyo. Furioso iba a encarar al que se atrevió a interrumpirlo, pero se llevó la sorpresa de ver a su versión más adulta verlo con furia, mientras abrazaba de manera posesiva a un asustado Ashiya.

 

— ¡Alejate de mi esposo! —, ordenó el rubio mayor.

— ¡¿Qué?! —, Abeno no entendía aquello, a menos que...

 

 

 

 

 

Continuará

 

Notas finales:

Un dato curioso, la parte donde Hanae es atrapado en un frasco la inspire en un capítulo del anime “Natsume Yuujinchou” y fue gracias a ese capítulo que pude por fin escribir esta historia  :D

En fin, si el fic les gusto y me lo hacen saber con sus hermosos comentarios, se los voy a agradecer muchísimo: 3

Nos leemos pronto

Chau chau (*_-)/


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