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UN DESTINO DIFERENTE por shiki1221

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Notas del capitulo:

Hola :D ya volví con un nuevo capítulo. Como en el capitulo anterior gracias a mi beta por la ayuda y las correcciones.

A todos los que han comentado muchas gracias, respondí cada review OwO porque aunque me tarde siempre los contesto todos. Me disculpo por la tardanza en dar respuesta :(

CAP 2: EMPEZANDO DE NUEVO

La estancia en el hospital fue más corta de lo esperado para el rubio más hiperactivo de Konoha, ya que, en tan sólo un mes y gracias al chakra del kyubi, estaba como nuevo. Aun con la salud totalmente restablecida y el profundo odio que le tenía al hospital, Naruto iba desde muy temprano al hospital y no se retiraba hasta las más altas horas de la tarde que se le permitieran quedarse. ¿La razón? Muy simple, su mejor amigo seguía recuperándose, así que el de ojos azules, como fiel amigo que era, lo visitaba todos los días. Y para compensar el hecho de que tan sólo Kakashi-sensei y Sakura-chan fueran a verlo, él intentaba llenar el vacío que podía formarse en el Uchiha a causa de la soledad.

Al portador del sharingan poco y nada le interesaban los demás, la única presencia que aceptaba era la de Naruto, agradecía su falta de rencor hacia él. El dobe seguía diciéndole mejor amigo y, muy a su pesar, su compañera de cabello rosa seguía actuando como una fangirl y su sensei tenía una especie de trato paternal hacia él. Según Hatake, como mejor amigo de Obito, debía cuidar de él, ya que eran del mismo clan, además de que como dijo en una ocasión ellos eran muy parecidos. Sus textuales palabras fueron que “eres como el hijo que nunca tuve”. Podía lidiar con ellos de esa manera, debido a que para él era natural aquella convivencia, la cual lo hacía sentirse nuevamente un gennin compartiendo con su equipo y con eso le bastaba. Él nunca intentó impresionar a nadie, ni ser el centro de atención, no necesitaba hacerlo ahora porque regresó a la aldea, dado que su razón de volver fue el terco Uzumaki.

Un nuevo amanecer daba inicio a las actividades de la aldea, como era la costumbre de todos los días. En el departamento de Naruto, éste, por increíble e inverosímil que resultara, ya estaba fuera de la cama duchado y vestido para salir. Sin perder el hábito alimenticio que siempre lo acompañó, desayunó su tazón de ramen y un vaso de leche. Al terminar su “sagrado” alimento, se miró por un segundo al espejo con una sonrisa, dándose ánimos a sí mismo para iniciar un nuevo día. Salió de su casa, recibiendo los saludos, felicitaciones y agradecimientos de todos los aldeanos, como se había hecho costumbre desde la finalización de la guerra. Uzumaki recibía de buena manera todas aquellas palabras, pero en parte no sólo lo avergonzaban, sino que molestaban un poco, debido a que lo retrasaban de su objetivo.

—Buenos días, Naruto-sama —saludó un vendedor que pasaba por su mismo camino.

—Buenos días ttebayo —respondió al saludo sonriendo algo forzado, rogando porque no sucediese lo mismo de siempre.

—Gracias a que usted terminó la guerra, le estoy sumamente agradecido ―afirmó aquel señor sosteniendo el brazo de Naruto—. Cuando gustes puedes venir a mi tienda.

—Gracias, pero yo… —intentó hablar Uzumaki para poder finalizar esa conversación y retomar su camino.

—¡Ohh! Es el héroe de la guerra —exclamó con sorpresa y alegría una señora que pasaba cerca, logrando atraer la atención de más personas que se le acercaron para felicitarlo.

Si bien, recibir saludos y sonrisas de gratitud hacia su persona, provocaba en Naruto aquella sensación de aceptación que siempre buscó, también era igualmente cierto que en ocasiones se sentía asfixiado por aquella atención. Con sumo esfuerzo consiguió que aquellas personas dejarán de rodearlo, lo más difícil era hacerlo sin parecer egocéntrico o cruel, para él era complicado rechazarlos con amabilidad por la insistencia de ellos y por la falta de paciencia innata que siempre fue parte de su personalidad. Por el camino que recorría desde hace algún tiempo, se detuvo pensativo mirando las flores que estaban en exhibición en los ventanales de la florería Yamanaka.

“¿Debería llevarle flores para desearle que se mejore pronto?”. Pensó Uzumaki indeciso de si comprar un arreglo que demostrara sus buenos deseos o no. “¿Quedaré como un cursi si lo hago?”

La rubia de largos cabellos y ojos celestes que siempre atendió el lugar, dejó sus actividades en la tienda, al notar el detenimiento con el que Naruto observaba las flores que se encontraban en el escaparate. La cara de indecisión que mostraba el potador del kyubi, hizo nacer la curiosidad en ella, por lo que decidió intervenir y ayudarlo a decidirse de una buena vez.

—Hola, ¿qué tal, Naruto? —saludó alegremente Ino saliendo de la tienda—. ¿Buscas flores para alguien especial?

—¿Ehh? —contestó sin prestar atención a la persona que le hablaba—. Es sólo que hay alguien que quiero que se curé rápido, pero no sé si llevarle flores —explicó dejando notar su problema para decidirse—. Es que digo, me parece algo… ¿raro? Quizás —finalizó su explicación con la duda que lo atormentaba en ese momento.

—Para nada —respondió confiada la rubia, creyendo que las flores eran para cierta enamorada del rubio—. Las flores son la mejor manera de alegrar a alguien.

—¿En serio? —cuestionó curioso—. Es que yo soy un chico, ¿no es raro que yo las lleve?

—No, ya que expresan lo importante que es esa persona. —Ino pensaba en la chica que siempre observó al Uzumaki o en alguna chica que había conocido en el hospital, por lo cual le parecía absurdo avergonzarse por un detalle que, a las chicas como ella, se les hacía romántico—. Déjame unos minutos y preparo un arreglo para esa persona a la que se las llevaras.

—¿De verdad lo harás? ttebayo —exclamó muy emocionado Naruto—. Gracias, no estaba seguro de si sería o no un buen detalle de mi parte —confesó rascándose la nuca en señal de nerviosismo.

—Seguro —contestó sonriente la de ojos celestes mientras preparaba un bello ramo para que su amigo llevara—. Por cierto, deberíamos reunirnos todos y salir a comer juntos.

—Ohh qué buena idea, cuenta conmigo —afirmó feliz el jinchuriki, a la vez que agarraba el ramo de flores y partía directamente al hospital.

Aquel, más que conocido camino, no le llevó casi nada de tiempo recorrerlo, la ansiedad de llegar sin distracciones y aprovechar cada segundo que las horas de visitas le permitieran, lo obligaban a concentrarse únicamente en eso, dejando de lado cualquier cosa que implicara un retraso en su camino. Nada más llegar, se encontró con las enfermeras de siempre que ya conocían la típica rutina del héroe de la guerra: llegar, saludar a todo el personal e ir al cuarto donde se encontraba el traidor y único, ahora si confirmado como único, miembro del clan Uchiha. Un clan que tenía una larga historia de muerte y sangre, cuyo peso de las desgracias ocasionadas por los mismos y sufridas por los demás, eran enfocadas en el superviviente, pues todas las personas se empeñaban en cargar esas culpas en Sasuke.

Los pensamientos que cualquiera pudiera tener acerca del último que portaba el kekkei genkai del sharingan, eran completamente privados, nadie en su sano juicio exteriorizaría su descontento ante alguien que bien podía matarlos a todos en un arrebato. Se limitaban a susurrar por lo bajo o hablar a las espaldas del moreno y del rubio, en el caso de este último mencionado por respeto a su heroísmo durante la guerra. Varios en un principio creyeron que Uzumaki disfrutaría de la gloria, así como Uchiha pagaría sus crímenes, pero nada resultó de acuerdo a lo esperado. El azabache estaba tranquilo y sin ningún cargo, únicamente sería vigilado por un anbu, algo que sonaba más a chiste que otra cosa. La única persona con el poder para detenerlo en caso de que intentara hacer algo, era el portador del nueve colas. Pero éste se mostraba muy feliz de tener cerca a su mejor amigo, así que no se sabía a ciencia cierta, si podrían contar con él.

Ignorante de todos los susurros de las malas lenguas, Naruto siguió su camino hasta la habitación de Sasuke. No se molestó en tocar a la puerta, ya que su costumbre siempre era la misma, así que ingresaba sin anunciarse. Al abrir la puerta, observó que todo estaba tal y como lo encontraba siempre; Uchiha estaba sentado en la cama observando el cielo a través de la ventana, concentrado en algo que él no podía descifrar a simple vista. Sus ojos azules se clavaron en los múltiples vendajes que aun cubrían el cuerpo de su amigo. Cada vez que los veía, sentía la culpa de saberse responsable de una buena parte de esas heridas que el otro poseía.

—Deja de mirarme con lástima, sabes que lo odio —dijo con su seriedad típica el moreno.

—Lo siento ttebayo —se disculpó enseguida, sabiendo que la culpa en su rostro sólo causaba daños al orgullo del Uchiha, quien solía confundir su preocupación y culpa con lástima—. Yo sólo me preguntaba que mirabas tanto tiempo.

—El cielo —contestó con una sinceridad que sólo tendría con Naruto, pero dada su personalidad no era demasiado hablador, aunque sus respuestas siempre fueran honestas también eran igual de cortas—. ¿Venías a ver a alguien más?

—¿Ehh? —Se acercó hasta sentarse en la cama a los pies de Sasuke—. ¿Por qué preguntas? —cuestionó ladeando la cabeza en señal de confusión.

—Por las flores —dijo haciendo una leve señal con su cabeza, indicando el arreglo que descansaba en la mano del rubio.

—Esto... en realidad… yo… —Los repentinos nervios al saberse descubierto hicieron que el de las marquitas tuviera problemas para poder formular una frase coherente.

Sasuke aguardó en silencio, en espera de una respuesta de parte de su amigo, pero pasados unos momentos de silencio y ver que no obtenía respuesta prefirió hablar—. Si vienes a visitar a alguna novia o algo así, ve. No es tu obligación permanecer durante todo el día aquí conmigo ni venir todos los días a verme. —Resolvió decirle el azabache para quitarle la “obligación” que al parecer Naruto sentía hacia él.

—Sólo venía a verte a ti ttebayo —afirmó mientras desviaba la mirada por la pena que le causaba verse descubierto por el otro.

—No me dirás que esas flores son para mí ¿o sí? —dijo en tono de burla, pero viendo como el blondo se sonrojaba y giraba la cara, se dio cuenta que no era broma—Gracias, Dobe —contestó quitándole el ramo de las manos como muestra de que aceptaba los sentimientos del único al que consideraba amigo. Si era para él, lo aceptaría de buena gana. Lo sostuvo entre sus manos aspirando el bello aroma que destilaban aquellos pétalos, enfocando sus pensamientos en su mejor amigo.

Ahora mismo sólo estás sentado en mi cama mirándome expectante, quizás intentas ver si de verdad me gustaron las flores, no me lo preguntas directamente, sabes que mis respuestas son demasiado directas y temes oír que las desprecio o algo parecido. En estos momentos, me gustaría saber qué es lo que tus ojos ven, Naruto, yo aún no encuentro una manera efectiva de sanar tus heridas alas para que vuelvas a volar con libertad, sin tener que preocuparte por mí. Esa responsabilidad que cargas por mí, son un peso que te impedirá perseguir tus sueños, déjame atrás, antes de que termines odiándome por truncar tus oportunidades para lograr tus metas.

Tendré que soportar muchas cosas, entre ellas cierta desconfianza ante mi falta de expresividad, por los errores y pecados que he estado cometiendo, pero trataré de compensarte, después de todo el dolor que tú sientes es el que yo siento y viceversa. Quiero remediar los daños que te provoqué, muchas veces pretendí no oír tu voz cuando me suplicabas volver a la aldea contigo y no me importó que mis crueles palabras te lastimaran. Tan sólo quería que te alejaras, tantas veces que intenté decirte adiós, pero nunca lo aceptabas, jamás lo hiciste, siempre creíste en mí. Al parecer sin que lo supieras no te dejabas engañar por mi frialdad, la cual no es más que la simple máscara que siempre usé para aparentar que no tengo sentimientos que me hicieran débil.

Es extraño y en cierto modo irreal para mi poder estar a tu lado en esta habitación, aunque odio los hospitales, siento calidez a mi alrededor y un sutil aroma a flor. Aunque este último es obviamente por las flores que me trajiste. Eres la causa de que pese a todo lo que me pueda deparar mi futuro, mi corazón se siente aliviado de tenerte cerca, me hace tener la certeza de que jamás caminare solo. Sin importar las vivencias dolorosas del pasado, ignorando el tipo de ocasión que se nos pueda presentar adelante, luego de todo lo que pasamos, incluso cuando había dolor, lo soportabas, nada nunca parecía lograr hacerte temblar. No me agrada la idea de deberle nada a nadie, así que continuaré a tu lado y cumpliré con tu ambición de que juntos creemos un nuevo mundo, esa será mi forma de devolverte lo que has hecho por mí.

La visita del Uzumaki para acompañar a su mejor amigo, se dio como de costumbre, el rubio le contaba diversas tonterías que lograban la tenue sonrisa de su mejor amigo, quien no reía abiertamente, pero lo escuchaba con atención. Mientras ellos estaban en esa pequeña habitación de hospital totalmente apartados, la joven Yamanaka alentada por la aprobación y posible participación de Naruto en una fiesta para los shinobis de su generación, inició los preparativos para llevarla a cabo. Ino fue a ver cada uno de sus compañeros para invitarlos, hasta que llegó el turno de darle su invitación a Sakura, por lo que se dirigió a buscarla. Al llegar hasta el hogar de su amiga, iniciaron una conversación para ponerse al día.

—Hola, Sakura —saludó la rubia al ver a la otra desde la entrada.

—Hola, Ino —respondió al oír la voz de la rubia, girándose un poco para observarla mejor—. ¿Vienes por algo en especial? Te noto un poco ansiosa. Espera que enseguida bajo —avisó antes de bajar del balcón para hablar mejor.

—Es que este fin de semana nos reuniremos todos los novatos y venía a invitarte —explicó la de ojos celestes dándole un sencillo papel en el que venía anotado el lugar, el día y la hora en que se celebraría aquella pequeña fiesta.

—Una reunión —susurró Sakura pensando en invitar al chico del que estaba enamorada.

—¿Podrás venir? —preguntó Yamanaka al no recibir repuesta a su invitación, dado que la de cabellos rosas aguardó silencio durante unos eternos minutos.

—Por supuesto que asistiré —dijo al salir de su ensimismamiento—. No me la perderé por nada —finalizó con una sonrisa.

—Me alegra —afirmó con una sonrisa la rubia—. Últimamente pasas mucho tiempo trabajando junto a Tsunade-sama y casi no se te puede encontrar —comentó con algo de pesar por el poco tiempo que su amiga tenía disponible.

—Es que debo prepararme muy bien —afirmó con una gran sonrisa la de ojos verdes.

—¿A qué te refieres? —cuestionó la visitante, sin entender a qué hacía alusión con eso de “prepararse”.

—Es que Tsunade-sama se retirara pronto de su puesto como Hokage y según me dijo Shizune, al parecer, piensa nombrarme su sucesora —exclamó con orgullo Haruno ante su próximo reconocimiento como el mejor ninja de su generación.

Durante largos minutos ambas estuvieron hablando sobre diversas cosas, algunas de ellas referentes a lo que sucedería en el mundo shinobi ahora que la guerra había finalizado y otras tantas minucias de la vida cotidiana. Haruno no dejaba de pensar en la oportunidad que tenia de acercarse al Uchiha, pero para poder tener alguna oportunidad debía deshacerse de cierta molestia rubia. Para ello debería idear como evitar que su mayor obstáculo la importunara, pensando en la solución a sus problemas respecto a eso, le dijo a Ino que ella personalmente invitaría a una de las novatas. Una vez finalizada su plática con la rubia, Sakura decidió ir a ver a la chica que podría ayudarla, se encaminó directamente a la casa de los Hyuga a buscar a Hinata, ideando como conseguir su ayuda y lograr su propósito de asistir a tal reunión.

Naruto siempre se está metiendo en mi camino, se divierte haciéndome enfadar. No entiende nada sobre mí, es sólo una molestia, cuando yo lo único que quiero es gustarle a Sasuke-kun. Él siempre se fija más por Naruto que por cualquier persona que esté cerca, no entiendo por qué ese afán de defenderlo siempre. Cuando iniciamos el equipo 7, lo defendió a él, aun cuando yo no dije nada malo. Es la verdad que Naruto se comportaba como un tonto. ¿A quién le importa Naruto? No debería gastar su tiempo diciendo cosas a su favor.

Todo lo que hace es pelearse con Sasuke-kun, bueno él no ha tenido una buena infancia, él no tuvo padres por eso hace lo quiere, si yo me comportara así, mis padres se enfadarían mucho. Él tiene mucha suerte de no tener a sus padres, así nunca se meten en sus asuntos, por eso se puede comportar así. Pero Sasuke-kun ampara a Naruto diciendo que “la tristeza de que te regañen tus padres no se compara a la de no tenerlos”. Hasta me dijo “eres una malcriada” (N/A: frases sacadas del cap 3 de manga y anime). Seguramente cree que yo no soy capaz de comprenderlo, pero sí podría, no solamente Naruto puede congeniar con él, yo también soy capaz de hacerlo. Sin embargo, ellos siempre se mantienen juntos sin dejar que nadie se meta en la burbuja personal que siempre crean estando juntos.

Esta vez aprovecharé que hay una fiesta en la que todos nos reuniremos, para estar cerca de Sasuke-kun. Debo demostrarle lo lejos que he llegado en este tiempo, pronto seré la Hokage y tendré el poder para mandarlos a todos. Ya no podrá volver a decir que sólo soy una niña malcriada, ya que pronto deberá jurarme lealtad como todos los shinobis de esta aldea. Muero por ver como Naruto ve que su sueño pasa a estar en mis manos, yo puedo hacer un trabajo como Hokage mucho mejor de lo que él sería capaz. Sin embargo, por ahora comenzare con la fiesta, para conseguir que nos quedemos a solas Sasuke-kun y yo, necesito deshacerme de Naruto. Iré a buscar a Hinata para que me ayude con eso, ella servirá como distracción para que logré mi propósito.

Haruno no tardó en dar con la ubicación de la de ojos perla, quien se hallaba en su casa, sentada tejiendo, sabía que la chica Hyuga no se fiaba de ella por ser “su rival de amor”, mas para los planes que la de cabello rosa tenía, debía conseguir que colaborará con ella. Sakura no consideraba que fuera su culpa que Naruto estuviera enamorado de ella, pero haría todo lo posible porque se fije en Hinata y dejara de entrometerse entre ella y Sasuke. Esperaba que el amor que la mayor de las Hyuga decía tener por Naruto fuese suficiente incentivo para aceptar que colaboraran juntas.

—Hola, Hinata —saludó Haruno sonriendo “amablemente”.

—Hola, Sakura-chan —respondió la de ojos perlados, sonriendo de manera falsa, pero que era creíble para ocultar lo que sentía al mirar a su “competencia”.

—¿Sabes? —comenzó a hablar la recién llegada—. Pronto habrá una fiesta para todos los novatos y venía a invitarte

—¿Naruto-kun irá? —preguntó interesada y con un sonrojo en la cara.

—Por supuesto que sí —aseguró muy entusiasmada la de ojos verdes.

—¿Sabes si tiene acompañante? —continúo interrogando, pensando en que esa sería su oportunidad de acercarse a el rubio.

—No creo —contestó pensando en que Naruto aún no la había intentado invitar y en caso de hacerlo, simplemente lo rechazaría y asunto arreglado.

—Seguro te invitará a ti —habló la morena mirándola fijamente.

—Yo pensaba llevar a Sasuke-kun para estar los dos a solas, pero el tonto de Naruto insistirá de nuevo en venir con nosotros. Mira, sino tiene pareja no nos dejara solos a Sasuke-kun y a mí —explicó ella sonriente mientras pensaba: “Hinata es mi única protección anti-pesados, así si Naruto intenta acercarse a mí podré usar a Hinata de escudo” (N/A: referencia al cap 306 de relleno de Naruto shippuden).

—Iré sin duda —aseguró confiada en que ese sería el día en que obtendría la atención del chico que amaba.

—Cuento contigo —dijo Sakura despidiéndose con una alegre sonrisa por conseguir su cometido.

Salió de la casa de los Hyuga para regresar a la suya y poder preparar todo para la celebración, si quería conseguir que el último Uchiha la mirara, debía verse lo más atractiva posible. En el camino a su vivienda se encontró con un visitante, cuya presencia alegró a Sakura, al ser una persona que ella estuvo frecuentando desde que la guerra había finalizado.

Ambas kunoichis tenían un único objetivo al asistir a la fiesta y ese era estar a solas con el chico que amaban, pero para ello, ambas tendrían que trabajar juntas si querían evitar que se entrometieran en su camino. Las dos por su cuenta se pusieron a pensar en cómo se arreglarían para conseguir que el chico de sus sueños se fijara en ellas. Buscaron las mejores ropas que tenían y algunos accesorios que las hicieran destacar para poder captar la atención de los indiferentes shinobis en los que habían posado sus ojos.

El día de la reunión finalmente había llegado, sin ningún suceso en aquellos días que se valiera la pena relatar, todos estaban entusiasmados por la celebración que se llevaría a cabo en el Ichiraku. Todos se presentaron listos para celebrar luego de tanta angustia sufrida durante la larga guerra. El único invitado que aún no llegaba era Naruto, a quien todos deseaban agasajar por todo lo que había hecho y las vidas que se salvaron gracias a su chakra y actitud protectora. Tiempo después de que todos comenzaran a comer, ya cansados de la espera, Uzumaki ingresó por la puerta, pero no venía solo. A su lado, se encontraba el principal foco de atención negativa por las secuelas de la guerra, Uchiha Sasuke, quien venía acompañando al rubio.

—Hola a todos —saludó alegremente el rubio nada más entrar—. Perdón por el retraso, pero es que la oba-chan no me dejaba sacar al Teme del hospital ttebayo. —Se quejó con un puchero al recordar todas las contras que le hizo la Hokage, las cuales fueron vencidas por la terquedad del blondo.

Las miradas de los ninjas de la generación del Uzumaki se centraron en el “traidor” que venía a su fiesta de celebración por la victoria durante la guerra. El azabache los miraba con indiferencia, ni siquiera se molestó en saludar, sólo permaneció en silencio observando a la nada, ya que si fuera por él hubiera preferido irse a su casa, si no fuese porque estaba en ruinas. Detestaba estar encerrado en el hospital, pero también le disgustaban los lugares con muchas personas, tal vez un lugar a la intemperie habría sido mejor para él. Entre una y otra opción no sabía cuál era peor, pero estando cansado del hospital, prefería aguantar esa ridícula reunión a la que su mejor amigo se negaba a ir sin él.

Cuando las personas odian a alguien y no reconocen la existencia de otra, sus ojos cuando miran a esa persona, son aterradoramente fríos, (N/A: frase del tercer Hokage en el cap 2 del manga y anime de Naruto) esa era la manera en que todos miraban al último de los Uchiha, haciendo que el rubio reviviera nuevamente lo que vivía constantemente de niño. Pese a que las miradas fueran hacia su mejor amigo, él las sentía como propias, el dolor que debía sentir Sasuke por esa frialdad terminaba hiriendo indirectamente al rubio. Sin embargo, Naruto estaba decidido a limpiar el odio que le tenían a su mejor amigo, así que se decidió a aguantarlo por ambos. Sasuke ya no deseaba destruir nada, así que nadie tenía derecho a reclamarle nada, tal y como le dijo a Hinata en el hospital, nadie de la aldea fue lastimado por el Teme. El odio por pecados pasados del clan Uchiha no deberían caer sobre el azabache.

—¡Hola, Naruto! —saludó alegremente su compañero Inuzuka, acercándose para abrazarlo por el cuello y arrastrarlo al centro de la celebración para que todos lo saludarán y de manera discreta, alejarlo del Uchiha, quien no se molestó en seguir el camino del de ojos azules.

—Hola, Kiba, hola, chicos —respondió al saludo con la misma emoción, dejándose arrastrar, sin notar que su mejor amigo se quedaba atrás.

—Oh ¿Cómo se encuentra el gran héroe de la guerra? —preguntó el chico perro con tono de diversión.

—¡Ya! —exclamó Naruto en tono que advertía que prefería que no le dijesen así—. Me harán avergonzar ttebayo —dijo el rubio apenado rascándose la mejilla con uno de sus dedos, sintiéndose un poco incómodo por recibir tanta atención.

El de los cabellos azabaches se distanció lo suficiente como para no estorbar en la horda de halagos que eran otorgados a su amigo. Él era quien no encajaba en ese cuadro, se sentía completamente fuera de lugar, los que pelearon junto al Uzumaki, lo rodeaban llenándolo de agradecimientos y elogios. Los ojos negros de Sasuke miraban la escena sin mucho interés, algunas de esas personas que hablaban con el rubio eran las mismas que alguna vez lo menospreciaron y odiaron. Uchiha se preguntaba si se recordarían mutuamente, ¿Naruto sabía que esos eran los mismos niños que hace ya varios años, se burlaban de él y lo golpeaban? ¿Esas personas no sentían algo de vergüenza como para acercarse, así como si nada hubiera sucedido?

Harto de todo el escándalo que estaban montando los presentes y aprovechando el hecho de que era rotundamente ignorado, a excepción de Sakura que intentaba captar su atención a cada rato, y que en todas esas oportunidades fue rechazada por él. Sasuke de manera casi perfectamente desapercibida, salió del lugar y se alejó de todos. Ni siquiera Naruto fue capaz de notar su repentina ausencia al estar muy ocupado saludando a los fanáticos que venían a pedirle un autógrafo, que se tomaran una foto con ellos, entre otras cosas. Uchiha no deseaba interrumpir la alegría de la que gozaba su amigo, siendo el centro de atención como siempre deseo, así que camino un largo trayecto en la oscuridad de la noche. Fue hasta una parte profunda del bosque, en el cual se quedó sentado en la orilla de un hermoso lago, el arrullo silencioso del bosque era lo que necesitaba como compañía. El silencio de la noche era más que acogedor para él, sin embargo, si hubo alguien que notó su ausencia y que lo siguió hasta donde él se encontraba.

—¿Qué es lo que quieres? —cuestionó el moreno aun de espaldas al otro, no requería voltearse para notar que había alguien más cerca de su ubicación.

—Venía a ver cómo te encuentras —respondió Gaara saliendo de atrás de un árbol.

—¿Por qué habría de interesarte? —preguntó con una ceja arqueada en signo de escepticismo.

—¿Te molesta si me siento? —interrogó el pelirrojo acercándose sin ningún tipo de expresividad en el rostro.

—Me da igual —contestó Uchiha encogiéndose de hombros mientras el de ojos aguamarina tomaba lugar a su lado. El azabache no tenía ninguna intención de iniciar algún tipo de conversación por lo que permaneció en absoluto silencio mientras el otro observaba la nada.

—Pánico, tristeza y felicidad son cosas que pueden compartirse con otros. Cuando luché con Naruto me sentía como si me hubiera enseñado algo muy importante —habló el Kazekage rompiendo el silencio que había entre ellos—. Él sufrió la misma soledad y dolor que yo, él me enseñó que cada uno puede cambiar el rumbo que toma su vida (N/A: cap 249 del manga).

—¿Por qué me cuentas eso? —preguntó el de ojos negro algo confundido por la explicación, innecesaria a su parecer.

—Porque desde siempre supe que la única persona capaz de rescatarte de tu oscuridad era Naruto —afirmó el Sabaku mirándolo fijamente.

—¿Te preocupa que lo traicione nuevamente? —cuestionó Sasuke frunciendo un poco el ceño, ante lo que él creía era, una declaración indirecta de que era una amenaza.

—Me preocupa que no puedas adaptarte a tu propia aldea. —El tono de voz a la defensiva que usó Uchiha hizo que Gaara fuese un poco más explícito con sus pensamientos—. Yo creo que has dado el primer paso para cambiar tu rumbo a mejor, pero a juzgar lo que vi en la reunión, no te aceptaran tan fácilmente como Naruto.

—No me importa ser aceptado o caerles bien —dijo el moreno sin interés por lo que las personas pensarán de él—. Yo sólo puedo confiar en Naruto —declaró convencido de que él era la única persona que jamás podría traicionarlo.

—Si hay una persona en la que tengo plena confianza es en Naruto, pero he aprendido a confiar también en otras personas —afirmó el pelirrojo entendiendo lo difícil que era la situación de su acompañante.

—¿Eso que tiene que ver conmigo?

El de cabellos brunos estaba cansándose de tanta explicación y cosas que, para él, no tenían ningún sentido, prefería que el pelirrojo fuese claro y dijera las cosas de frente.

—Todos merecemos una segunda oportunidad —expresó Gaara mirándolo sin ninguna pizca de odio o resentimiento por peleas pasadas—. No tengo derecho a juzgarte por intentar matar a Naruto ni por traicionar a tu aldea, cuando yo mismo me he equivocado en el pasado. Tsuna traicionó a Konoha y yo mismo traté de matarte a ti y a tus compañeros. —Rememoró con una mezcla de pesar por lo sucedido y agradecimiento por permitirle redimirse.

—Eso ya es parte del pasado, no me importa lo que sucedió en aquel entonces —afirmó restándole importancia a un suceso tan lejano.

—Entonces a mí tampoco tiene porque importarme tus errores, eres muy especial para Naruto, así que quisiera llevarme bien contigo también.

—Creo que cometes un error al confiar en mí.

—Lo mismo creía de mí mismo. —Recordó cuando en sus primeros tiempos luego de la batalla contra el rubio dudaba de si merecía ser perdonado—. Durante mucho tiempo pensé que no podría confiar en nadie y que nadie lo haría en mí. Yo depositaré mi confianza en ti, será cosa tuya demostrarme si me equivoco o no al hacerlo. —Finalizó con una mueca prácticamente imperceptible que fungía como sonrisa.

—Ni creas que por todo tu sermoncito confiaré en ti —aclaró de manera directa Uchiha—. Te llevará mucho tiempo que te llegué a considerar un amigo o alguien de fiar.

—Eres muy directo —dijo serio el pelirrojo—. Me agrada, no le das rodeos a lo que piensas o sientes, eso es muy honesto de tu parte.

—Odio las mentiras.

—Por lo de tu hermano —declaró de inmediato al ver algo de tristeza cubriendo aquellos ojos negros—. Lo sé, me sucedió igual luego de saber lo de mi tío Yashamaru.

—¿Qué le sucedió? —preguntó con un mínimo atisbo de curiosidad el azabache, si el Kazekage estaba al tanto de lo relacionado con su hermano, quería estar en igualdad de condiciones. Dado que ni siquiera sabía cómo es que Gaara consiguió enterarse de la verdad sobre Itachi.

Apartados de las ruidosas personas que celebraban en la fiesta que tenía como protagonista al Uzumaki, Gaara comenzó a abrir su corazón ante Uchiha, después de todo, la mejor manera de ganarse la confianza de alguien es demostrando que estás dispuesto a confiar en ella. El pelirrojo sabía del fuerte lazo entre el Naruto y el azabache, no era buena idea interponerse entre ellos. Era perfectamente consciente que, si el rubio debía decidirse por alguien, siempre sería Sasuke, sin importar cual fuese la otra opción. Crear lazos se sentía bien, y el Kazekage sabía que compartía ciertas similitudes con ambos, tanto con Sasuke como con Naruto tenía pasados y sentimientos similares, así que tenía fe en poder entablar una buena amistad con el moreno.

La soledad y el marginamiento fueron las razones de que él mismo se volviera un asesino serial que gustaba de causar daño, si Uchiha había regresado de aquel camino de dolor y destrucción que había elegido en el pasado, ayudaría a que su vida fuera lo más amena posible. Alguien que sólo conoce el dolor y la traición, lo que requiere es alguien en quien poder confiar y Gaara quería ser una de esas personas para Sasuke. Sentía que era una buena manera de devolver indirectamente el favor que Naruto le hizo en el pasado. Se daría la oportunidad de conocer a Sasuke, para que el rubio le tuviera tal aprecio, seguramente era porque en el fondo era una buena persona. Se notaba que era tan reservado como él mismo, así que en ese aspecto entendía que no fuese una persona sociable.

La comprensión mutua de los corazones de las personas es un asunto delicado, no se logra con facilidad, se construye con tiempo y esfuerzo, pero al poner ese empeño es lo que hace que esos lazos sean fuertes y duraderos. El Kazekage había aprendido la importante lección de vida de no rendirse e intentar comprender a los demás, tendería su mano al Uchiha y sería alguien con quien contar. El futuro era complicado e impredecible, pero esperaba que no hubiera nuevos conflictos como sucedió anteriormente. Es una pena que la paz… sea sólo una ilusión momentánea.

 

CONTINUARÁ….

 
Notas finales:

Una amiga me sugirio volver a hacer una pagina de facebook para mis fics. Allí me podrían decir su opinión/críticas de la historia de naruto y yo podría tomarlo en consideración para futuros fics. O como sugerí en otro fic al final de este poner post de lo que opino en forma de capitulos donde ustedes dejarian sus opiniones (pero creo que eso es ilegal en amor yaoi)

En fin solo es una idea, ya que todos tenemos opiniones diferentes con distintos argumentos y me gustaria poder compartirlos con alguien sin que me denuncien mi cuenta (es la tercera vez que denuncian mi cuenta personal de facebook).

Otra opción que no sería ilegal sería que escriba esos pequeños post aclaratorios en las notas finales,asi podrían saltearlos si no son de su interés.

Si les parece buena o mala idea solo haganmelo saber :D 

hasta la proxima janne n_n


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