Quería verlo, ambos necesitaban verse. Aunque como era normal en los japoneses siempre se veían un día a la semana, era difícil realmente estar solos, ambos la mayoría del tiempo terminaban reuniéndose con los demás para aparentar al menos al padre de Akashi que estaban saliendo juntos.
Aunque prácticamente era difícil para ellos tener un momento donde estuviesen juntos.
Kōki suspiro un poco después de ese momento.
Algo estaba saliendo mal y Akashi se estaba apartando cada vez más de su lado, cada vez tenían menos tiempo para estar juntos en verdad, generalmente esperaban a que sus amigos se fueran para reencontrarse en otro lado solos o fingía uno irse antes solo para volver a juntarse y poder estar tranquilos.
Sin embargo cada vez las cosas iban tan mal. Cada fin de semana Sei decía que no podrían juntarse, ya sabía que a veces no podían por los estudios o por los mismos clubs de básquet a los que pertenecían.
¿Acaso todo terminaría de esa manera? ¿Tan fría e impersonal?
El castaño, estuvo desconcentrado esa semana, tenía ese mal presentimiento o más bien ya era una certeza, Seijūrō lo dejaría y esto acabaría.
Sin embargo él…se sentía tan enamorado aún
Apoyó su rostro en la ventana mientras las lágrimas escurrían por esta, la lluvia caía por el lado contrario, mientras Kōki se debatía mentalmente que hacer su corazón se estrujaba dolía como nunca.
No quería separarse de Akashi. En verdad que no quería.
La ciudad aun parecía tan luminosa y hermosa, como si le restregara en la cara una felicidad que él no podría tener acceso.
¿Cómo podría llegar a ser feliz si Sei terminaba con él?
No pudo dormir esos días, ese día iría a ver a Sei personalmente, sabía que si el pelirrojo terminaba con él no podría hacer nada sin embargo quería tener la esperanza de que pudiera hacer algo para salvar ese emparejamiento.
¿Era tonto pensar eso? Tal vez si pero nada le impedía hacer el intento
El no solo quería a Sei, lo amaba y eso es lo que era importante para él. Aunque tampoco forzaría las cosas, pero no sería fácil renunciar a un sentimiento que ya ha florecido en su alma.
Iba a una pastelería que conocía a llevar un presente y luego llamaría a Seijūrō, sin embargo lo que vio casi al llegar a la tienda lo dejo helado.
Akashi y Murasakibara, hablando con mucha confianza, incluso Akashi parecía un poco nervioso. ¿Sonrojado? No podía ser, no debía ser.
Esto era demasiado doloroso.
Sintió como del pecho los celos le quemaban la garganta por hacerse notar, por reclamar instintivamente, pero al mismo tiempo querer desaparecer de una vez de la faz de la tierra.
Se escondió antes de que este lo viese detrás de la tienda, justo en ese momento su celular sonó.
— ¿Diga?
—Kōki, sabes que soy yo Seijūrō ¿Quieres que nos juntemos? Esta vez estaremos solos
Sintió como si se le estrujaran las tripas por dentro y contuvo las ganas de gritarle que se fuera al diablo mientras tenía una lucha con las lágrimas que picaban en sus ojos queriendo salir y expresarse, sin embargo su garganta le delato su dolor en su tono de voz.
—No, ya no es necesario. —Su voz sonó con gravedad pero era por tener que tragarse ese dolor que estaba carcomiéndole por dentro. —No quiero que se sienta atado a mí.
— ¿Qué? No me siento atado, al contrario, me gusta estar en tu compañía, me has hecho sentir libre como nunca antes quisiera siempre estar contigo.
—No es verdad, soy una carga, eso es lo que soy para su persona, Akashi Seijūrō.
La voz del otro lado de la línea se mostró un poco más dura.
—Kōki, sabes que odio cuando te desprecias, eres un gran chico, haz abierto un mundo nuevo para mí que no conocía. —Hizo una pequeña pausa y Furihata supuso que era un suspiro. —Yo te amo, cada instante que pasas conmigo es felicidad pura para mí.
Furihata quería creer, pero ¿Por qué ahora recién estaba con Murasakibara cuando podría pasar tiempo con él? ¿Por qué le mentía de esa manera?
—Usted debe ser libre…sin mí. Eso será lo mejor para usted. —Una parte de él se golpeaba mentalmente y le dolía en su pecho al tomar esa decisión.
— ¿Me estas terminando? ¿De verdad después de decirte lo que siento? Kōki, te conozco ya desde estos meses que hemos estado juntos, es algo más, dímelo.
Furihata tenía tembloroso el celular en sus manos mordiéndose el labio reteniendo las ganas de explotar sus emociones ahí mismo, se odiaba a sí mismo y su capacidad de ser tan malditamente expresivo. Quería hablar pero sus palabras no salían, solo un aliento cálido en ese día frio.
— ¿Por qué estas llorando Kōki? —Su pareja estaba frente a él preocupado ante la expresión de Furi.
—Sei…no te preocupes, no es nada. —Era vergonzoso y patético que le viese con esa expresión dolorida— ¿Por qué no se va con Murasakibara-kun?
Seijūrō pestañeo intentando comprender lo último.
—Nos viste…—No era una pregunta. —Kōki no malinterpretes las cosas.
— ¡¿Entonces porque está con él en vez de estar conmigo!? —Bien, acababa de sentirse aún peor por hacer una escena de celos, pero estaba harto. —Canceló cinco fines de semanas seguidos…eso es un mes ¡Pero para Murasakibara-kun si tiene tiempo!
—Es verdad, no dejas de tener razón, créeme que yo casi enloquecí este mes en que no te tuve a mi lado.
Seijūrō se acercó a su lado y toma sus manos con firmeza, pero suavidad.
—Escúchame Kōki, quería ir a comprarte un pastel de regalo y me topé con él. —Miro fijamente a los ojos semi aguados de Furihata que brillaban—Somos amigos y me pregunto para quien era un regalo que tenía en mis manos…tuve que confesarle que era para ti y que eres mi novio.
Saco de su bolsillo una pequeña caja y le muestra un anillo bastante masculino pero con una pequeña gema roja.
—No sé si quieres que esto termine aún o quieres que escribamos una nueva historia juntos.
Furihata no pudo más y lo abrazo emocionado para besarlo.
—Yo quiero, pero ¿Estás seguro? Apenas hemos tenido tiempo para los dos.
Akashi pone suavemente el anillo en el dedo de Furihata y sonríen sintiendo que sus corazones laten a la misma frecuencia.
—Eh sido franco con mi padre y aunque a sido duro convencerlo a terminado accediendo a nuestra relación. Kōki, quiero que estés conmigo siempre, a mí estas semanas me han llamado para ir a jugar a Estados Unidos y quiero llevarte conmigo.
— ¿No seré un estorbo para ti? Yo no soy tan…—Furi fue acallado de un beso que correspondió cariñosamente abrazándolo.
—Por favor Kōki, eres mi fuerza y lo que más quiero es que estés conmigo, todo el tiempo, apoyándome…mi otro yo ya no está pero créeme eres lo único que necesito. Quiero recuperar todo el tiempo que hemos perdido para los dos.
—Te amo Sei.
—Yo a ti.