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Dance With The Dragon. por Dahliexyz

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Notas del fanfic:

Disfruten y gracias por leer. El título es por mi canción favorita de Dark Sarah y la temática en sí fue inspirada por la banda japonesa D y su propio apartado de dragones y vampiros en sus historias/canciones, no tiene relación con GOT o cualquier otra película/serie/libro con dragones volando en su trama. Insisto en decir que no es la premisa más original o novedosa pero me encanta la fantasía, los dragones, el romance poco común y el Otayuri, fue el destino que me trajo a escribir. :)

 

1000% AU, dudo mucho incluir a otros personajes o parejas de Yuri on Ice, eso el tiempo lo dirá.

 

Abrió los ojos luego de una cantidad de tiempo incalculable, en un principio vio una borrosa y deslumbrante mancha verde mezclándose con un azul intenso. Imposibilitado de enfocar la vista y descubrir de qué se trataba aquello se limitó a permanecer recostado con los brazos y piernas extendidos, lentamente sus ojos respondieron y las manchas fueron tomando nitidez hasta dejar ver formas reales. Árboles y más árboles en todas direcciones, también el cielo azul sin nubes. Estaba en el bosque. Recordaba estar montando su caballo cerca del lago antes de ser sorprendidos por una serpiente, el animal se asustó dejándolo caer con fuerza. Después sólo silencio despertando con los rayos del sol directo contra su cara en medio del bosque, adolorido y confundido, más aún al no estar nada cerca del lago. Alguien lo había llevado más adentro entre la maleza. Yuri mantuvo la calma, con lentitud se incorporó revisándose velozmente el cuerpo en busca de heridas pero salvo una molestia en la espalda baja y un ligero dolor de cabeza todo parecía estar en orden, ya tendría tiempo de ser revisado a mayor detalle por un médico. Rebuscó entre el pasto pero su espada no daba señal de estar en el mismo sitio que él, le cruzó por la mente haber sido víctima de un robo empero el resto de sus cosas como la exótica capa de seda con detalles en oro herencia de su abuelo y algunas monedas de sus bolsillos estaban intactas. Sólo la espada parecía haberse esfumado, intuyó perderla sobre algún arbusto al momento de la caída y a pasos cuidadosos regresó por el camino que vagamente daba la sensación de dar con el pequeño lago de agua transparente. No se trataba de una espada de estrafalario valor comercial como muchas otras que solía ver en el castillo a manera de objetos coleccionables entre los nobles, tampoco era una herencia de su familia que debía conservar y proteger por honor, mucho menos le daba su titulo como primogénito de los Plisetsky. No, era una espada común y corriente imperfecta a ojos de los sabios maestros artesanos y herreros, podía usarse para luchar pero no daba el ancho en comparación con las especialmente fabricadas para la guerra. Aquella era una espada con un propósito más importante y un significado más especial. Esa espada había sido un obsequio de Otabek quien con sus manos sin experiencia la había fabricado para él. Sin fecha de por medio, sin motivo, sólo por querer regalársela. Una razón poderosa para no perderla por culpa de un accidente insignificante.

Su pantalón blanco de montar estaba sucio en exageración de tierra y barro seco formando una costra, las botas altas color negro tenían manchas igual de desagradables y algunos trozos de hojas secas; el resto de su indumentaria como la camisa blanca de cientos de botones y la capa azul oscuro no estaban tan mal. No se podía decir lo mismo de su pulcro peinado ahora evolucionado en una especie de nido artificial totalmente enmarañado sobre su cabeza. Un baño caliente era lo que necesitaba con urgencia.

Y como si la ubicación en realidad fuese muy obvia, al pararse en el punto exacto donde la serpiente y el caballo habían conspirado contra él para dejarlo inconsciente el brillo familiar de su espada lo llamó con alegría. Esbelta y afilada decorada en simpleza con capas de tela roja. La espada de Otabek.

¿Dónde se encontraría? ¿Qué estaría haciendo? Con la libertad mental de la que ya disfrutaba el rostro amable del mayor se hizo presente como una luz inspiradora; guardó la espada en la funda que llevaba bien sujeta en el cinturón y caminó esperando toparse casualmente con el mal agradecido caballo que no regreso más luego de intentar matarlo. Aunque la tradición que unía a ambas familias como una excepción sorprendente de paz entre especies dictaba la compañía mutua al menos 20 de las 24 horas del día, ellos tomaban el tema con calma y se daban un respiro, seguramente Otabek lo odiaría de envolverse en la prisión que significaba convivir con Yuri todo el tiempo, o eso creía el rubio. No es que le molestara pero muy dentro de sí anhelaba que Otabek fuese menos irrespetuoso con él y obedeciera sin cuestionar permaneciendo a su lado cada segundo. Nunca lo diría, por supuesto. Tras abandonar la zona abarrotada de follaje y miles de mosquitos a quienes maldecía paso tras paso, el muchacho se topó con un valle extenso de cambiantes tonalidades de verde y amarillo desprovisto de árboles. Un viento frío lo hizo detenerse y no se sorprendió cuando una sombra gigantesca eliminó el brillo natural del día por encima de su cabeza. El dragón que detuvo el vuelo al reconocerlo desde las alturas entorno los felinos ojos opacos, su escamosa piel roja resaltaba visualmente muy por sobre las monumentales alas grises que a poco eficaz mirada parecían estar hechas con una tela delgada. De más de doce metros de largo el dragón avanzó siguiendo el paso de Yuri protegiéndole del sol que aumentaba su fuerza y calor conforme se acercaba el medio día. Las patas traseras y delanteras eran cortas en comparación del resto de su cuerpo pero bien equipadas con intimidantes garras gruesas. Un dragón que cualquier otro ser humano describiría como un monstruo asesino antes de escapar por su vida, pero no Yuri.

—¿No vas a preguntar qué me ocurrió? ¡Soy un desastre!

El dragón no respondió.

Encogiéndose de hombros el rubio no habló más, seguramente aquel estaba enfadado. Sí, salió a cabalgar a la región del bosque poco reconocida y explorada de todas "para no ser molestado" sin el permiso de su tío y sin avisar a Otabek. En otras circunstancias se defendería muy bien exclamando lo fuerte, astuto y maduro que era para valerse por sí mismo en una modesta aventura matutina en los alrededores del pueblo de la cual regresaría sin un solo cabello fuera de lugar, pero considerando los resultados actuales estaba de acuerdo en ser castigado por su familia si así lo creían útil. No obstante la frustración de verse a sí mismo como el niño idiota y mimado de siempre a pesar de haber cumplido largos veinte años recientemente era doloroso, su fuerte sentimiento de competitividad y superación contra el resto de los jóvenes de su edad no servía de nada cuando confiaba demasiado en sus propias habilidades, era increíblemente talentoso pero faltaba "algo" más que requería ser añadido a la fórmula del éxito, y aún no lo descubría. En días anteriores, Yuri se vio envuelto en el fracaso de otra lección autodidacta de fuerza al perder patéticamente contra un adolescente mucho menor que él en una competencia cuerpo a cuerpo. Su único consuelo al tener una mala racha vez tras vez en su proceso de "crecer y mejorar" como siempre, era ver y charlar con Otabek, entrenar juntos hasta el punto de desmayo y después sencillamente recostarse uno al lado del otro dándole formas lógicas a las nubes. Jamás lo dijo antes con palabras y se auto convencía que era una locura hacerlo alguna vez, pero su dragón era tan valioso y necesario como el oxígeno mismo.

¿Otabek sentiría lo mismo?

En su apariencia actual adivinarlo era complicado pero Yuri estaba seguro que el otro sonreía, como sólo lo hacía para él. Se tranquilizó.

 

Notas finales:

También estoy en wattpad: https://www.wattpad.com/393380970-dance-with-the-dragon-i-otabek-y-yuri

 

 

Primer capítulo introductorio corto. Ya me estaré poniendo al corriente con el resto de mis historias pendientes e igualmente estoy escribiendo un par más que espero publicar pronto en ambos lados. Gracias por su apoyo.

 

Aclaraciones:

— Tendrá al menos diez capítulos, dudo mucho que avance más allá de eso pues básicamente es un fic autoconclusivo.

— Sí, Otabek es un dragón y es una estampa que imagino terriblemente hermosa y erótica. (¿?)

— Yuri ruso es un poco mayor tanto en edad como en apariencia, ya no parece tanto una chica delicada, tengan eso en cuenta en sus mentes. Otabek luce igual pero es más alto pues así se requiere, hehehe.

— Como mencione antes es totalmente AU por lo que no tiene relación alguna con los personajes "reales", hasta sus personalidades son ligeramente diferentes.

— No será el eterno "me gusta, no me gusta, no me puedo confesar, aparece un tercero en escena". Aquí, ellos ya son pareja<3 humanoxdragón sin prejuicios equisde.

 

 

Nos vemos pronto.


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