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¡Chibi Sasuke! por OnlyYou

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Notas del fanfic:

Los personajes son de Masashi Kishimoto.

La historia es completamente mía. 

Notas del capitulo:

Bien... esta es la primera vez que escribo algo shota o por lo menos que intenta serlo. No iba a subir algo tan pronto, pero creo que merecía la pena hacerlo.

Este es un regalito para alguien que se toma la molestia de comentar mis fics, darme sus opiniones y ayudarme cuando puede. ¡Sorpresa, Adil! (?) Espero que te guste. 

—¡Vieja! Debes atender a Sasuke rápido, él, él… ¡él, por mi culpa!— No hacía falta decir que Naruto tratando de hablar rápido e histérico era imposible de entender, o por lo menos lo era para Tsunade, quien a esas horas ya había tomado dos de sus preciadas botellitas de sake.

—Déjalo en la camilla y cálmate, Naruto.— Su promesa de ayudar a Naruto y protegerlo a veces le traía tantos problemas… —¡Kakashi! ¿Qué fue lo que pasó?— Exigió saber, haciendo callar al ninja rubio con una simple mirada.

—Fuimos emboscados poco antes de llegar, Sai y Sakura se quedaron a completar la misión luego de enviar el aviso con el halcón. Sasuke piso un sello oculto en la tierra y simplemente se desmayó, no logramos que recuperara su consciencia, por eso preferimos volver.— O al menos aquella era la versión oficial, la real era que Naruto había tomado el cuerpo del Uchiha sin cuidado y había comenzado a correr como loco en dirección a la aldea. ¡Incluso había tenido osadía de utilizar al Kyūbi como medio de transporte! Ya lo regañaría por ello luego, las pisadas del zorro estaban por doquier.

—¡Tienes que ayudarlo, vieja Tsunade!— La molestia ante aquel apodo comenzó a acrecentarse todavía más, levantando el puño en señal de que no toleraría que lo repitiera una vez más. —Yo empujé a Sasuke…sin querer, y por eso piso ese extraño dibujito en el suelo.— Se lamentó.

—¿Pudiste copiar el sello, Kakashi?— Preguntó, esperando que a partir de allí pudieran descubrir cómo revertir lo que fuera que le pasara al Uchiha. La negación que obtuvo por respuesta la llevó a fruncir el ceño y morder su pulgar, pensando en la mejor manera de proceder. —Shizune, le haremos un estudio completo a su cuerpo primero, Kakashi, tú ve a la biblioteca central y busca los libros de la familia Uzumaki, todos los que encuentres. — Y con un simple movimiento de manos, la pelinegra y el ninja copia abandonaron la habitación para llevar a cabo sus ordenes, mientras que Tsunade escaneaba el cuerpo de Sasuke rápidamente para comprobar que no hubiera ninguna urgencia verdadera.

Naruto iba y venía por la habitación como león enjaulado, sin despegar la mirada del pelinegro. Más grande que la culpabilidad era la preocupación que sentía por él, los minutos y el silencio de la Hokage se le hacían eternos. Cuando la mano de la rubia se alejó del cuerpo del Uchiha, no tardó en tener una mirada interrogante y suplicante sobre ella, arrebatándole un suspiro.

—No tiene ningún daño por lo que veo, sus órganos no parecen estar mal. Su chakra me da curiosidad, no es el mismo de siempre, pero es imposible confundirlo.— Explicó, llevando su mirada a su asistente cuando reingresó por la puerta, informando que la sala para Sasuke ya estaba preparada para recibirlo. Tras ella ingresó uno de los enfermeros con una camilla para llevarlo, siendo ayudado de inmediato por Naruto a cargarlo en ella.

—¿Puedo ir con él?— Preguntó, esperando una afirmativa por aquella a quien consideraba su abuela.

—No, Naruto. Quédate en la sala de espera, te llamaré cuando terminemos con él, lo más seguro es que lo deje en observación.— Respondió con seriedad, esperando que el Uzumaki obedeciera por las buenas al menos una vez. Para su sorpresa, así fue y Naruto se retiró a esperar en la sala de espera.

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Se levantó de inmediato cuando vio a Tsunade aparecer por las puertas donde se había llevado a Sasuke, exigiendo respuestas positivas a la mayor.

—Su flujo de chakra es lo único que no es normal, ha disminuido desde la última vez que lo estudié, lo mantendré en observación para ver cómo pasa la noche. Puedes ir a tu casa tranquilo, Naruto, yo me haré cargo de él.— Prometió, dándole al menor ligeras palmaditas en el hombro en un intento de que se tranquilizara.

Lejos de poder mantenerse tranquilo, lo mejor que podía hacer en ese momento era tomar una ducha, comer algo y volver, su estómago lo estaba matando. Con un bajo suspiro, terminó por asentir y girar, caminando a paso tranquilo en dirección a la salida.

Al llegar a su casa no tardó en prepararse algo de ramen, teniendo que ordenar el desastre que era el suelo de la cocina y mitad del recibidor, dejando la casa en un estado un tanto mejor. Se sentó en el comedor con su preciado ramen, sin tardar demasiado en engullirlo todo, satisfecho luego de haber comido tres platos. Se relamió los labios lentamente y alzó la mirada hasta los portarretratos que tenía colgados en la pared, viendo allí unas viejas fotos de sus padres dadas por Jiraiya y la que habían tomado del equipo 7 años atrás. Una ligera nostalgia por lo que podría haber sido su vida lo atacó como pocas veces, echándole la culpa a su preocupación por Sasuke.

Sus sentidos se pusieron alerta cuando escuchó la puerta siendo cerrada, extrañándose ante quien podría ser tan tonto para entrar por la puerta principal del mejor ninja de Konoha. Se levantó en silencio y tomó un kunai, acercándose a la entrada.

Grande fue su sorpresa al encontrarse con quien debería estar en el hospital, pero no sólo eso, sino que no había visto a aquella persona en muchos años y es que… ¡estaba viendo a Sasuke cuando era un niño! De 6 años si no mal recordaba…  Guardó el kunai con algo de desconfianza y se agachó, estudiando al niño que se acercaba a él sin la menor preocupación, notándose molesto. Antes de que Naruto pudiera preguntarle qué hacía allí o quién era, el niño le soltó una potente patada en la espinilla, sacándole un grito de dolor a la vez que se agarraba la rodilla.

—¡Maldito mocoso! — Exclamó, con las lágrimas de dolor bajando por sus mejillas. Sasuke, al ver que Naruto lloraba, no pudo evitar la necesidad de retirarlas, pasando su puño por la mejilla del rubio con poca suavidad. —Déjame, ¿qué haces?— Preguntó, tratando de apartar sus manos y siendo su rostro ladeado a un costado cuando el niño empujó su mejilla.

—¡Usuratonkachi! Me dejaste en el hospital con la vieja loca.— Se quejó este al fin, formando un notable puchero en su rostro.

—¿Sasuke? ¿Eres tú? ¿Te has visto?— Preguntó otra vez, sin poder salir de su asombro. —¡Tienes 6 años otra vez!— Exclamó, tomando sus mejillas y tirándolas hacía los lados.

—¡Duele, duele! — De un manotazo logró retirar las manos del rubio de sus delicadas mejillas, las cuales se encontraban rojas ahora. —¡Ya sé que soy un maldito niño!— Se cruzó de brazos con enojo, pero Naruto no podía tomarlo en serio si le hablaba con esa voz de niño chiquito. —Cuando desperté ya estaba así, no puedo dejar que me vean, ¡tengo mi reputación! Y la vieja se va a reír…— Nuevamente allí estaba ese adorable puchero que bien sirvió para que Naruto se mordiera el labio inferior, insistiendo en que aquellos no eran pensamientos buenos para él. ¿Sería pedofilia querer estar con un hombre convertido en niño? Porque Sasuke seguía pensando como un adulto, pero su cuerpo distaba de serlo.

Se veía tan lindo…

—¡Quita esa cara de baboso, dobe!— Molesto y sonrojado, le dio una bofetada, aunque no llegó a hacerle el daño que pretendía. Malditas manos de niño.

—Tranquilo, Sasuke-chan. ¿Quieres algo?— Bien sabía que aquel tono con el que habló y el “chan” sólo lo enojarían más, pero era algo inevitable, una oportunidad única.

—Tu cabeza en una bandeja.— Contestó, dándole un empujón al rubio para poder alejarse de él, corriendo a la habitación que compartían. Al principio Naruto no supo que debería hacer y dado que Sasuke tampoco había comido en todo el día, pensó que lo mejor para que se le pasara el enojo era darle algo de comer. Preparó algunos tomates con relleno simple y subió hasta la habitación, donde pudo escuchar el agua caer desde el baño.

Ingresó a la habitación y dejó la comida sobre la cama, entrando luego de ello al baño que se encontraba sin el seguro. Allí descubrió el pequeño cuerpo del pelinegro limpiándose el sudor del día, pudiendo ver algunas pequeñas cicatrices hechas en las diferentes batallas que habían peleado a lo largo de su vida.

—Usuratonkachi…— Susurró, girando apenas a ver al rubio con un fuerte sonrojo en sus mejillas, avergonzándose de que lo viera en el cuerpo de un niño. Por el contrario, Naruto estaba encantado, no recordaba que Sasuke hubiera sido tan hermoso desde pequeño, destilaba inocencia y dulzura por todos lados, era increíble. —Deja de verme, idiota…— Murmuró, cubriendo su entrepierna con ambas manos.

—No puedo evitarlo, te ves adorable y hermoso.— Contestó con sinceridad, recordando entonces que él todavía no había tomado un baño. Con una media sonrisa comenzó a quitarse la ropa, dejándola caer en el suelo a su alrededor antes de acompañar al pequeño, tomando asiento en el suelo de la bañera para estar un poco más a su altura.

—No digas cosas vergonzosas…— Murmuró, retirando sus manos lentamente y permitiendo que Naruto rodeara pequeña cintura con los brazos. —Eres un pervertido, Naruto.— Le dijo, pudiendo darse cuenta de algunos de los pensamientos que cruzaban por la cabeza hueca del rubio.

—Shh, déjame disfrutar.— Le sacó la lengua durante unos segundos, para luego acercar la frente a la de Sasuke y depositar un pequeño beso en sus labios. —Te quedarás aquí, no quiero ni pensar lo que podría hacer Sakura o cualquier otra si te ven en este estado. Le diré a la vieja Tsunade que venga aquí mañana, no te preocupes.— Quería mucho a Sakura, pero no podía evitar que le dieran celos por cómo trataba de llamar siempre la atención de su Sasuke.

—Más le vale que pueda arreglar esto.— Murmuró, tomando el shampoo y luego de echar un poco en la cabeza de Naruto, comenzó a masajearlo para que hiciera espuma. El resto del baño transcurrió en un agradable silencio, en el cual Sasuke se encargó de bañar al Uzumaki con paciencia, para luego obligarlo a que lo sacara de la bañera y se encargara de secarlo.

Una vez limpios y secos ambos, Sasuke tuvo que conformarse con una de sus camisetas pues no tenía ropa de niño. La prenda le quedaba por demás de holgada, tapando por completo su desnudez y mientras Naruto se vestía, no pudo evitar reparar en ello.

—¿Y de dónde sacaste la ropa con la que viniste?— Preguntó con desconfianza, entrecerrando los ojos.

—La robé de un jardín…— Contestó en voz baja y con un leve puchero que no supo porqué apareció en su rostro. En respuesta obtuvo un ligera risa que fue acallada por uno de sus zapatos.

Se subió a la cama y gateó hasta estar acomodado bajo las sábanas y la cabeza cómodamente en la almohada, observando el cuerpo del Uzumaki. Minutos después, Naruto se le unió bajo las sábanas y lo rodeó con sus brazos, acercándolo a él en un gesto protector. Lo último que recordó fue el beso en su frente.

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A la mañana siguiente, Sasuke retornó a su cuerpo normal. 


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