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Paper Friendship por Kunay_dlz

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Notas del fanfic:

Los personajes de Katekyo Hitman Reborn pertenecen a Akira Amano.


Los personajes de Kuroko no Basuke pertenecen a Tadatoshi Fujimaki.


Hago uso de algunos de sus personajes para compartir este one-shot sin otro fin más que el de disfrute a locas historias.

 


 


Paper Friendship


 


 


 


Era un proyecto escolar, uno en el que ni siquiera Dame-Tsuna podía faltar, era el adquirir un amigo por correspondencia. Intercambiar cartas con alguien en el extranjero, aprender del lugar donde vivía, de la nueva cultura, del nuevo idioma pues los alumnos en el programa de “amigo por correspondencia” era en todo el mundo, sin embargo, Dame-Tsuna, que ni siquiera sabía otro idioma con el que pudiera ‘hacer amigos’ en cualquier parte, ni siquiera en su misma escuela, por obligación eligió a alguien con quien intercambiar cartas… alguien que conociera su idioma, alguien que no fuera de Namimori para que el ‘intercambio’ valiera… eligió a alguien de Tokyo.


Pensó que no le iban a contestar, sea quien fuere, incluso en el mismo país, seguramente tenía cosas más importantes que hacer como para estar leyendo la carta mal escrita, con caracteres ilegibles y sobre todo, escrito por alguien que no tiene algún talento en especial; no es bueno en ninguna materia, sobre todo matemáticas, le sigue historia y literatura, sin contar que a pesar de su edad aún tiene problemas para escribir y leer los kanjis.


En deportes, todo tipo de balón prefiere estar en su cara y causar dolor que en el juego correspondiente, además, no importa en qué equipo esté Dame-Tsuna siempre pierde; sus mismos compañeros le evitan al momento de hacer equipos, sin contar que en actividades individuales siempre queda en último lugar. No tiene amigos, tan solo brabucones que gustan de hacerle gritar, causarle heridas y recordarle lo mejor que todos estarían si él dejase de existir… incluso los animales le odian.


Por eso Tsuna, por lo que vive a diario, estaba convencido que no responderían a su carta, que jamás tendría a alguien que quisiera saber un poquito de él, mucho menos si ese alguien fuera tan genial como algunos de sus compañeros que tanto desprecian su presencia. Así que, cuando le llegó una carta en respuesta a la suya, fue lo mejor que le sucedió en su corta existencia, incluso que su profesora no lo reprobara en su materia no le causó tanto alivio como lo fue ver una carta con su nombre.


En palabras sencillas, con frases amables, y con la intención de hacerle saber que a quien le envió la carta era dos años mayor… el chico de Tokyo le ofreció su amistad en papel. Así fue que cada que recibía correo en la escuela, al momento de leer sobre su amigo en Tokyo, no se sentía tan Dame como todos le habían hecho saber.


Los años pasaron y el intercambio de cartas con el ‘amigo’ de Tokyo, el único amigo de toda su infancia, jamás cesó, incluso cuando el programa terminó, cuando ya no era una obligación el enviar cartas, él siguió enviando y recibiendo cartas por medio del programa de ‘amigos por correspondencia’; no solo le daba un poco de sentido el seguir asistiendo a la escuela, sino que también le daba sentido a su vida y de seguir adelante.


Ni siquiera cuando llegó a la puerta de su casa un ‘bebé’ clamando ser el mejor Hitman del mundo, ser su tutor para ser un buen jefe mafioso, hacerlo fuerte, encontrar subordinados, y tantas cosas más… por fortuna, para Dame-Tsuna, su sádico tutor no tenía conocimiento de su amigo de Tokyo.


Su amigo de Tokyo, un chico fantasma como el mismo se describió desde el principio, quien ama tanto un deporte como él ama a su kaa-san… su amigo, quien sufrió por un tiempo a tal grado que no envió cartas por varias semanas, su amigo, a quien no dejó de enviarle palabras de aliento y que hasta prometió a ir a buscarle si no contestaba algo pronto. Hubo respuesta, su amigo de Tokyo le contó sus problemas y él, como Dame que es, tan solo pudo escuchar sin tener un buen consejo que dar, sin poder aportar nada al conflicto de su amigo.


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Escuchó de su amigo, aun cuando le dolían los golpes de aquellos que se divierten al golpearlo y no tenía a nadie que le defendiera o le brindara una razón para pelear de vuelta.


Escuchó de su amigo sobre el nuevo equipo al que se unió para vencer a sus antiguos compañeros de equipo aun cuando tenía miedo de lo que Reborn le tenía preparado como castigo por sus bajas notas.


Escuchó de su amigo sobre los juegos en los que tenía que enfrentarse en compañía de sus nuevos amigos contra sus antiguos miembros de equipo aun cuando se enfrentó a Mukuro y conoció por primera vez el temor de estar en batalla.


Escuchó de su amigo el cómo poco a poco sus antiguos compañeros de equipo iban regresando a ser las personas que apreció y jugaron con gusto y diversión.


Prestó especial atención a su amigo cuando habló de su derrota contra el que era su mejor amigo y quien le animó desde un inicio a no renunciar al juego que tanto amaba… aunque se invirtieron los papales y fue su mejor amigo quien renunció a todo; contó de cómo todos sus amigos habían aprendido a no confiarse y entrenaron con más ahínco para jugar una revancha. No obstante, mientras su amigo y su equipo se preparaban para el torneo de la Winter Cup, él tenía que esforzarse por controlar sus Llamas y así derrotar a Varia mientras los amigos que tenía cerca se dedicaban en cuerpo y alma a ser mejores para no volver a ser derrotados.


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Luego del conflicto de los anillos, por locas razones que hasta parece estar dejando de sorprenderle, viajó al futuro donde había pena, dolor y miedo no solo para él y para sus amigos sino para todo aquel se les relacionara con ellos. Cuando tenía que ‘regresar’ a su tiempo, leía las cartas de su amigo de Tokyo una y otra vez, una de las razones era para darse valor de continuar y la otra, donde quería aferrarse a saber que su amigo seguía vivo, donde rogaba no saber ‘del fututo’ lo que le sucedió a su primer amigo que tuvo pese a no haberlo conocido en persona. ¿Debería seguir con las cartas… con esa amistad de papel? ¿Estaba poniendo en peligro a mi amigo? ¿unas simples cartas ligadas a mí podrían haberle arrebatado la vida? No he preguntado a Fuuta si algo saber de mi amigo de Tokyo, quizá un día dejamos de intercambiar correspondencia, quizá un día se rompió nuestra amistad de papel, quizá si lo menciono sin que nadie haya sabido de él es lo que lo pondría en riesgo en ese futuro e incuso en mi presente.


Tras arduas batallas de meses que en realidad en nuestro presente fueron un par de días… logramos derrotar al causante de tantas penas del ‘futuro que nunca será’. Por ello, al regresar a la escuela y encontrarme con una nueva carta de mi amigo de Tokyo volví a expresar mi resolución, mi voluntad, de proteger a mis seres queridos donde mi amigo de Tokyo está incluido aunque no nos hayamos conocido. Todavía. ¿cómo puedo conocerlo sin que Reborn le ofrezca unirse a la mafia como lo ha hecho con Yamamoto, Hibari-san y Onii-san? Gokudera, Lambo, I-pin, Fuuta y Mukuro junto con Chrome y Ken y Chikusa ya saben de ese obscuro mundo después de todo, con ellos no tenía opción.


En la carta que esperaba por mí en la recepción de la escuela, mi amigo me detalló con cuidado que encontrándose con los antiguos compañeros de equipo a los que se había enfrentado vio que se miraban animados, escuchó que entrenaban con sus respectivos equipos, pulían sus técnicas y que, lo más grandioso, notó como volvieron a gozar del juego.


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Aparecieron alumnos de intercambio en Namimori y le conté a mi amigo de Tokyo sobre lo parecidos que eran a mis propios amigos, le conté de lo pacífico que me era tener a mis amigos contentos con nuevos amigos que tenías muchas cosas en común, y sí, entre los chicos de intercambio también había alguien que me recordaba terriblemente a mí… sobre todo sus peleas con el chihuahua de una de las casas cerca de la escuela. Pronto obtuve una respuesta y él se escuchaba muy emocionado por el inicio de la Winter Cup, me contó que ya habían iniciado los partidos preliminares y de los miembros que más recuerda de cada equipo.


Luego de un altercado que me recordó el obscuro mundo al que me veo arrastrado, Reborn incrementó la seguridad y vigilancia en mis amigos y sobre todo en mí, no pude recibir ni enviar mucho menos escribir cartas a mi amigo en Tokyo. Y otra vez, las dudas, ¿pondré en riesgo la seguridad de mi amigo con el simple hecho de considerarlo amigo?


Ver a Yamamoto en el hospital a un hilo de perder su vida me dice tantas cosas, ¿será muy tarde para evitar que mis demás amigos sean engullidos por la mafia? ¿qué hará Reborn si le pido que se asegure de que mi amigo en Tokyo esté bien?


Tendría que contarle de él, tendría que decirle que le he ocultado a uno de mis amigos y que le contado de todos… sin duda dirá que mi amigo en Tokyo es un espía o que ha vendido la información que le he brindado… así de desconfiado es Reborn, y estos seguro mi amigo es inocente hasta de mi Reborn imaginario.


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El ‘mal entendido’ terminó, Enma y yo somos amigos y aliados, nuestros amigos arreglaron sus diferencias y ahora cuentas con más amigos; Mukuro está fuera de Vindicare y Yamamoto está más que saludable gracias a Byakuran, nuevamente sentí que mi vida con mis amigos en ella era grandiosa. Cuando logré ir por las posibles cartas de mi amigo en Tokyo, ‘posibles’ porque al no contestarle seguro que ya no querría seguir escribiendo para ser ignorado… una parte de mí esperaba que así fuera, que nuestra amistad en papel se disolviera que él jamás corriera peligro por estar ligado conmigo, otra parte de mí rogaba porque él hubiese mandado una carta más y siguiera en espera de una respuesta mía.


Había más de una carta. En cada una me relataba lo sucedido en sus juegos y en cada una agregaba más y más preguntas concernientes a mi salud o paradero, empezaba a preocupar le no recibir respuesta, dijo que si no le contestaba que contactaría la escuela para conseguir información sobre mí, en más de una carta escribió un número telefónico, dijo que le llamara o enviara un mensaje.


Esa noche, cuando estuve seguro que hasta Reborn estuviera dormido y no me siguiera, salí de casa y fui en busca de un teléfono público, mi intuición me decía que si llamaba desde casa Reborn se enteraría de todo; sonó cuatro veces antes que una voz adormilada contestara, su voz calma, ronca por estar aún medio dormido y matizada de confusión y suspicacia, sonrió cuando se dio cuenta que para otras personas que no hubiesen sido tortu-eh, entrenadas por Reborn no había notado nade de lo que él sí.


Lo que se suponía sería una llamada rápida para informar a su amigo en Tokyo sobre su bien estar, pedirle que no contacte a la escuela solicitando información suya y que se siguieran comunicando por medio de cartas… terminó en una larga conversación, se presentaron, Kuroko Tetsuya y Sawada Tsunayoshi, hablaron lo que la tarjeta de Tsuna le permitió comprar tiempo, Kuroko le contó algo que no le contó en las cartas que le envió, le contó sobre su encuentro con todos los que una vez fueron un equipo; le dijo sus nombres: Kise Ryota, Midorima Shintaro, Aomine Daiki, Murasakibara Atsushi y Akashi Seijiro. Le contó sobre sus sentimientos encontrados, sobre el pasado y el presente y sobre su determinación de provocarles nuevamente el gusto por jugar básquet. Se terminó el tiempo de la tarjeta de Tsuna y Kuroko alcanzó a hacerle prometer que le volvería a llamar pese a seguir con las cartas.


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Oh pero claro que Reborn se daría cuenta de la pequeña escapada de Tsuna. No lo siguió, aceptaba que él mismo necesitaba un momento para ordenar sus pensamientos, fue cuando su dame-alumno tardó en regresar que empezó a impacientarse, el suave ruido de la puerta de la residencia Sawada fue lo que evitó salir en busca del castaño. No fueron sino hasta después de ciertas noches que Tsuna hizo lo mismo que empezó a cuestionarse su falta de control en la situación.


Mientras, mientras Tsuna estaba que no cabía de alegría, había escuchado a su amigo en Tokyo, gracias al entrenamiento de Reborn supo descifrar sus emociones en su voz ‘carente’ de emoción… sabe su nombre, Kuroko Tetsuya, y así como él le obligó a llamarlo tan solo Tsuna ahora se referirá a su amigo como Tetsu. Fue una charla en verdad añorada, tan esperada que no lo había echado tanto de ver por la compañía de sus actuales amigos, sin embargo, su primer amigo siempre fue Tetsu por lo que ocupa un lugar especial en su corazón.


Continuaron las cartas, Tetsu hablaba sobre los juegos que iban ganando, detalló los juegos con Midorima-san, Aomine-san y Murasakibara-san, dijo que pronto se enfrentaría a Kise-san y que uno de los dos jugaría contra Akashi-san… Tsuna tan solo escuchaba con atención lo que las cartas contaban, como el Dame que siempre fue no podía hacer más.


Y sí, volvió a referirse como ‘Dame’ a sí mismo luego de tanto tiempo… mientras Tetsu contaba de cómo amaba disfrutar de la nueva determinación de sus antiguos compañeros de equipo al jugar por gusto y no tan solo por ‘jugar’ y cumplir con estándares rígidos en extremo estresantes para chicos como ellos… mientras Tetsu expresaba sus preocupaciones en torno al campeonato de su juego favorito, mientras reforzaba su amistad con sus antiguos amigos de secundaria… él, con rastros del Dame que siempre fue, tenía que sentarse y observar la preocupación en su tutor.


Y no era eso aún más extraño que verlo conversar con sus bichos aliados. No obstante, lo peor era verlo darse por vencido ante un ‘destino’ que se supone habían escrito para él y los demás Arcobaleno.


He aquí su lucha más dura, una en la que tenía que convencer a su tutor Reborn de luchar por su vida.


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Hubo batallas entre los representantes de cada Arcobaleno, se dañaron los que se suponía eran amigos y aliados, una vez más Tsuna comprobó el mundo al que debería entrar y al que arrastraría a sus amigos… y luego, cuando escucharon que todo era una trampa, cuando parecía que todo fue en vano, él, con todo y lo Dame que es, se encargó de reunir a sus aliados dejando atrás los conflictos entre ellos, los convenció de luchar en contra de quien les engañó.


Así, mientras Tetsu jugaba contra Akashi-san y de cierta manera lo hicieron regresar… Tsuna trataba de hacer que Chekerface entrara en razón y dejara de jugar con la vida de las personas, que dejara de amenazar a sus amigos y que se olvidara de ‘eliminar’ a su Tutor y a Fon y a Collonelo y Lal y Mamon y Verde y Skull y Uni… con la ayuda de sus amigos y aliados lograron acabar con la amenaza del Trinisette y sobre todo, con la maldición de los Arcobaleno.


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El mismo día que Tetsu recuperó a todos sus amigos y que Tsuna hubiera vencido la amenaza sobre sus seres queridos, luego de las celebraciones, volvieron a comunicarse por medio de una llamada telefónica. Tetsu habló de sus amigos, de la celebración, de los nuevos sueños y de lo increíble que fue ese día. Tsuna habló de su alegría por haber ayudado a la persona que tanto le había enseñado en su vida y de haber logrado que sus demás amigos cooperaran. Rieron, bromearon y hubo una que otra lágrima disfrazada… había llegado la hora de querer conocerse.


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Con su amistad recuperada de la Generación de los Milagros, tras unas horas de diversión y luego la celebración de su cumpleaños en la casa de Kagami-kun, un momento tan grandioso que dudaba poder olvidarlo algún día… las sorpresas continuaron justo cuando creyó que la fiesta había terminado.


Mientras algunos intercambiaban datos deportivos, contaban jugadas que les siguen pareciendo sorprendentes realizadas durante los partidos de la Winter Cup, recordaban graciosos eventos del pasado o seguían comiendo con gusto del pastel y otros aperitivos… sonó el timbre.


Kagami-kun fue detenido por Furihata-kun quien se ofreció a abrir la puerta, regresó asustado y tratando de relatar lo sucedido, mientras los demás intentaban hacerlo hablar correctamente Kuroko se dirigió a la entrada, estaba curioso por lo que le pudo haber trastornado a uno de sus compañeros de equipo y sobretodo buen amigo. Eran nueve personas las que hablaban entre ellas, discutían más bien y otras hacían lo posible porque uno de ello no se alejara… la mayoría tenían un aura escalofriante, otros un poco rebelde, uno en especial se le notaba tan perfecto que dolía el mirarlo y otros, un pequeño castaño, una chica muy linda y un niño se les veía tan fuera de tono y extrañamente integrados a todos los demás… pero, ¿quiénes eran? ¿a quién buscaban? ¿estarían perdidos? ¿qué hicieron para que Furi regresara en total pánico?


Aunque Kuroko no dudaba que la sola apariencia y las amenazas dichas entre ellos fueran los causantes del malestar de su compañero de juego. Los miraba atentamente, aprovechando su baja presencia esperaba encontrar el motivo por el que esos chicos estaban en la casa de Kagami-kun, sin embargo, algo diferente ocurrió; de todas las veces que había sido ignorado, de su buen conocimiento en lenguaje corporal, Kuroko no se imaginó nunca ver que alguien lo mirara en seguida y que otros estuvieran conscientes que era observados.


Era el castaño quien lo miraba directamente, los demás miraban disimuladamente a su alrededor para encontrar a su vigilante mientras seguían con sus reclamos y amenazas, el castaño parecía muy atento a él, tanta atención para Kuroko lo estaba confundiendo y luego habló el castaño.


Esa voz… fue la voz más que lo que la pregunta realizada que Kuroko se dio cuenta de quién era realmente quien tenía frente a él.


Muy fuera de carácter usual en el Sexto Hombre Fantasma de la Generación de los Milagros, Kuroko sonrió y se lanzó a abrazar al castañito que fue su amigo desde hace tiempo… su amigo a quien le contaba tantas cosas que no podía contarle a nadie más… su amigo de Namimori… su amigo que había ofrecido la amistad más sincera, cálida y reconfortante en un pedazo de papel intercambiada cada cierto tiempo.


Si así era su amistad de papel, cómo sería su amistad propiamente establecida; con llamadas, con salidas a lugares donde pudieran divertirse, con la oportunidad de enseñarle a jugar básquet… ahora sus demás amigos conocerían a la persona que lo mantuvo de pie cuando creía que se hubiere hundido.


Con la expresión más cálida de “¡Feliz cumpleaños Tetsu!” inició toda una nueva historia.


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Fin.

Notas finales:

Gracias por leer.


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