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¿Bendición o tortura?
Lo veía disimuladamente, estaba sentado hasta el frente, haciendo los apuntes necesarios, sólo lo más relevante de lo que dictaba el maestro. Esa cabellera en forma de flama es lo único que podía apreciar a causa de la distancia que los separaba.
Él hasta el frente, y él al fondo, en el rincón, donde podía observarlo sin levantar sospechas de nadie.
Vegeta Saiyan, el mejor alumno de toda la escuela, con el promedio más alto de la zona, y el mayor coeficiente intelectual en todo el estado, si no es que más, ya que fue hasta ese nivel que lo compararon con el de otros, podría ser incluso el mejor del país…
Y ahora estoy yo, Son Goku, un chico cualquiera que muy apenas pasa de año… Aunque no es mi culpa, los maestros no saben explicar, y se la pasan regañándome siempre…
Vegeta me ha gustado desde que entró a Orange School. Jamás olvidaré su expresión de incomodidad y frustración cuando el director lo pasó frente a toda la escuela para decir que tenía un IQ muy alto. Jeje, se veía fastidiado, como si lo fuera a ahorcar en cualquier momento si seguía hablando sobre sus méritos; sé que muchos no lo creerían, pero a él en realidad no le gusta presumir, es muy reservado en cuanto a eso. Con respecto a lo que había dicho el director me pregunto ¿por qué escogió esta escuela, si pudo entrar a otra mucho mejor? No es que no me guste este lugar, pero hay colegios más avanzados que darían cualquier cosa por tenerlo.
Bueno, no importa, tal vez así lo quiso por razones personales.
Es tan lindo. Tiene una mirada penetrante, sus ojos son de un profundo color negro. Es demasiado guapo, ¿por qué nunca ha tenido una novia? Me enteré que incluso rechazó a Bulma, la muchacha que había ganado tres años seguidos en el certamen de belleza. Tal vez tenga pareja desde antes que entrara a este lugar… Es lo más probable, ya que rechaza a toda chica o doncel que se le acerca…
Aunque también repele a todo mundo. Escuché que se molesta fácilmente, y que es muy callado. Tal vez sólo no le gusta socializar… Sí, eso debe ser.
¡Oh, por Kamisama! Se acaba de parar a tirar un papel. Suspira hondo con los ojos cerrados y vuelve a sentarse en su lugar. Kyaaa, es tan lindo.
No es por ser acosador, pero siempre hace eso. Todos los días él está escribiendo algo, luego desecha esa hoja y suspira hondo, como frustrado o impotente. Empiezo a pensar que no son apuntes mal hechos…
—Señor Son.
Lo he oído leer en voz alta, su voz es demasiado grave y algo ronca. Escuché una vez que Milk dijo que eso era característico de un hombre dominante y seductor. Me pregunto qué quiso decir con eso. Lamentablemente no podía preguntarle, ya que estaba hablando con sus amigas, y yo sólo pasaba casualmente por ahí cuando lo dijo, pudo haber creído que espiaba su conversación.
Otra cosa que me gusta de él es su manera de exponer en clase, se ve tan confiado y seguro en lo que dice, nunca comete errores. Obtiene notas perfectas por ello.
Y, contrario a él, estoy yo, quien siempre se equivoca mínimo en dos ocasiones. Y no, no es porque me ponga nerviosa su mirada… Bueno, sí, pero en realidad tengo pánico escénico.
Todos los maestros piensan que soy un idiota, excepto el de educación física, él cree que soy un prodigio en artes marciales y en otros deportes… Pero a todos los demás sólo les causo molestias.
El de mate se molesta porque nunca entrego evidencias a tiempo, y la razón es que ¡no entiendo qué tiene de matemático un montón de letras junto a números!
El de literatura se enojó la otra vez sólo porque no le di sangría (sea lo que sea esa cosa) a los párrafos de un ensayo, y me puso cero, a pesar de que la profe Marron dijo que era un trabajo de cien.
La maestra Arele me reprobó en el examen, sencillamente porque no contesté la mitad. ¡Pero es que no entiendo nada de lo que dice!
Así es más o menos con todos los maestros que he tenido. Difícilmente paso de año, aunque el pase es 6 y yo saco 7.2, lo que me ayuda son los puntos extra que obtengo por torneos deportivos. De no ser así, probablemente reprobaría.
Soy un idiota para los maestros.
Me pregunto… ¿qué pensará Vegeta sobre mí?
Creo que es algo obvio, de seguro cree lo mismo que todos los profesores.
—Señor Son.
Realmente me gusta, aunque me sentiría muy mal si me entero de que él piensa eso de mí.
Aunque jamás le he hablado, no podría asegurar nada.
—¡Señor Son!
Vaya, nunca me había enamorado de esta manera de alguien…
—¡¡¡SEÑOR SON!!!—gritó colérico el maestro.
¡¡¡Aigh!!!
—¡Ah!—el menor de cabellera alborotada se asustó al escuchar ese estruendoso grito dirigido hacia él.
Fue justo en ese momento en el cual se dio cuenta de que se había perdido en sus pensamientos, dejando de prestar atención a lo que decía el maestro. Todos, absolutamente todos lo veían, alternando miradas entre él y el furioso docente.
—Dime, Son, ¿acaso no te interesa mi clase?
—B-bueno, y-yo…—dijo nervioso, pero el maestro lo interrumpió.
—¿Crees que me esforcé tanto para llegar a este puesto, para tener que soportar adolescentes inútiles como tú?
—Maestro, yo no…—fue interrumpido nuevamente.
—¿Crees que estoy aquí para jugar? ¿Piensas que lo que digo no es importante?
—Profesor, por favor…—una interrupción más se hizo presente.
—Esto es todo, Son. Ya me harté de ti. No me interesa si vienen después tus padres a hablar conmigo, no me importa si el director se molesta por lo que haré. Pero tú ya no eres bienvenido en mi clase—dijo completamente enojado. Posó sus manos sobre el pupitre del pelinegro, se le quedó viendo fijamente a los ojos y prosiguió—: Si tanto te gusta mirar a Vegeta, lo harás desde el corredor… ¡Joven Saiyan!—le habló al de cabellera en forma de flama—, será el nuevo tutor del joven Son…—ahora se dirigió nuevamente a Goku—. Espero que así como te fascina verlo te guste ponerle atención a él—concluyó y se dirigió hacia su escritorio, donde se sentó con los brazos cruzados y los ojos cerrados.
Todos veían a Goku, quien ocultaba sus ojos bajo ese flequillo abundante que tenía en la frente. Más de uno pensaba que se había excedido el maestro al exhibirlo de esa manera. El menor sentía unas inmensas ganas de llorar ante lo ocurrido, no quería ver a nadie luego de lo que acababa de pasar.
Se puso de pie y caminó a pasos firmes hacia la salida, con su mochila en mano. En ningún momento levantó la mirada. No quería observar las posibles miradas burlonas que le podrían dirigir sus compañeros. Ni mucho menos el rostro de Vegeta, quien luego de lo que escuchó, en esos momentos podría estar enojado con él.
A pesar de que es mi maestro, no tenía derecho a hacer eso. Es más, pudo haberme expulsado de su clase sin tener que humillarme diciendo que miraba a Vegeta…
Ahora seré pupilo de quien creo que es el amor de mi vida… Pero él, con lo que acaba de pasar, debe estar molesto conmigo porque ahora se debe hacer cargo de mí… De seguro seré una molestia para él.
No sé qué haré… no podré mirarlo a los ojos…
Antes era porque me gustaba… ahora es por vergüenza…
De seguro cree que soy un idiota como todos los maestros…