POV Junhong
Camino por la calle mirando mis pies, miro mis manos, muevo los dedos, y pienso en que debajo de ellos debería haber una pequeña sombra con la misma forma de estos, pero no hay nada y a pesar de que es un día soleado, lo único que siento por todo el cuerpo es frío.
Llego hasta un árbol y a pesar de ya no poder quemarme me siento a su sombra. Desde donde estoy, veo a la gente pasar y busco su mirada aunque se que es inútil ya que ninguno me puede ver. Me recargo en el tronco del grueso árbol a mi espalda, no comprendo porqué pero a pesar de ya no tener un cuerpo tangible, puedo seguir tocando a las plantas y los animales. Cierro los ojos cuando escucho a alguien sentarse a mi lado. Abro los ojos y observo fijamente a Jong Up, mi mejor amigo se ha sentado a la sombra del que solía ser nuestro árbol favorito. Lo miro y veo una lágrima correr por su rostro, quisiera decirle que todo estará bien, que no se preocupe por mí, pero aunque lo intentara sé que sería inútil; en cambio, trato de tocar su mano, pero mis dedos solo traspasan su cuerpo, cierro el puño con impotencia y me conformo solo con mirarlo; el viento mueve su cabello y automáticamente miro mi flequillo algo crecido sobre mis ojos, pero no se mueve, al igual que el sol, el viento ya tampoco puede tocarme.
Me quedo sentado a su lado solo observándolo llorar, se hace de tarde, y cuando el sol comienza a esconderse tras el horizonte se levanta, toma la mochila que había dejado en el suelo y se levanta dirigiéndose hacia su hogar, lo sigo, al fin y al cabo no tengo nada mejor que hacer, además quiero asegurarme que llegue bien a su casa. Entra a su hogar y entro después de él, saluda a su mamá débilmente y sube las escaleras, solo lo sigo en silencio. Me volteó cuando se cambia de ropa aunque el no pueda verme y me siento en el piso para mirarlo una vez que se ha acostado. Canto en voz baja aunque no pueda escucharme mientras me preocupo porque es el segunda semana en que lo he visto irse a dormir sin comer. Quisiera decirle que lo que pasó fue inevitable, que nadie podría haber hecho algo por mí, que todo pasó demasiado rápido como para que hubiera algún culpable, ni siquiera el conductor que iba demasiado rápido por la calle tuvo la culpa. Me quedo a su lado hasta que se queda dormido, cuando lo escucho respirar superficialmente me levanto. Me despido de él prometiéndole verlo al día siguiente aunque el no me pueda ver. Al fin y al cabo esta ha sido nuestra rutina durante las últimas dos semanas.
Salgo del hogar de Jong Up sin disturbar a nadie, solo su perro me mira con curiosidad mientras menea su cola, le sonrió como respuesta y acaricio sus orejas. Cuando salgo, hay neblina densa que apenas deja ver algunos metros delante de uno, “Sentiría miedo si estuviera vivo” pienso y río con tristeza.
Camino lento y sin prisas, de todos modos ya nadie me espera. Llego a mi casa, o la que solía ser mi casa. Nadie nota mi presencia, solo mi gato me ve mientras ladea la cabeza. Me imagino que me ha de preguntar porqué llego tan tarde o porqué todos parecen tan tristes. Acaricio su barriga para después subir las escaleras y dirigirme al cuarto de mis padres. Mi mamá tiene el rostro lleno de lágrimas secas y mi papá sostiene la gorra que usaba el día que me atropellaron. Me siento en el piso hasta que sale el sol, de todos modos ya no siento sueño. Y me levanto antes de que mi madre despierte, por las mañanas suele llorar al despertar y eso me rompe el corazón ya que no hay nada que pueda hacer. Bajo las escaleras y me siento en la cocina a esperar. Mi mamá prepara el desayuno, mis padres comen casi en completo silencio, y mi papá sale a trabajar como todas las mañanas, queriendo no ir para no dejar a mamá sola.
Mamá saca un álbum de fotos donde salimos mi padre, ella y yo y la escucho preguntarse repetidas veces “¿Por qué?” mientras llora, quisiera decirle que no hay un porqué, pero nuevamente sería inútil. Me siento a su lado y solo la observo. “Te quiero”. Le digo antes de salir, para comenzar mi rutina nuevamente.
Como todos los días como las últimas dos semanas, camino a la que era mi escuela y me siento en una de las bancas del jardín para ver a la gente pasar, sobre todo espero a Yong Guk, en los últimos días lo he visto más serio de lo normal y me gustaría consolarlo, me gustaría abrazarlo y decirle que siempre lo quise más que como un amigo, pero no se lo dije en vida, arrepentirse ahora sería inútil.
En la tarde vuelvo ir al mismo árbol de todos los días, veo a Jong Up llorar hasta que es casi de noche para después acompañarlo a su casa, espero a que se duerma mientras le canto y camino hasta mi casa.
Repito la misma rutina todos los días excepto los fines de semana, donde prefiero caminar sin rumbo todo el día hasta casi de madrugada, mi cuerpo ya tampoco siente cansancio.
Pasan dos meses y veo que Jong Up comienza a reír otra vez, sigue llorando a veces, pero ya no es diario, regresa a su rutina y a sus horarios de comida. Mamá ya no llora todos los días, pero se que no volverá a sonreír como antes. Papá ha dejado de dormir con mi gorra y la ha guardado en una caja donde sé que guarda sus pertenencias más preciadas, soy feliz porque sé que al menos mis padres se tienen el uno al otro.
Pasa otro mes y todos comienzan a moverse, excepto yo, no entiendo qué me sigue atando a la Tierra, sé que no es el hecho de no aceptar mi muerte, lo hice pocos días después del accidente, sé que no es un asunto pendiente con mis padres, les dije “Los quiero” antes del salir a la calle en aquel día lluvioso, no me pelee con Jong Up y simplemente jamás fui malo con nadie, entonces no entiendo porque no puedo irme.
Jong Up ha dejado de ir a sentarse en el mismo árbol todos los días, de manera que por las tardes mi rutina se ha convertido en ir a mi casa temprano y sentarme en la sala a esperar cualquier cosa. Me acuesto en el piso y solo observo como las motas de polvo vuelan en la luz del sol que entra por la ventana. Mi madre está cocinando mientras espera que papá llegue del trabajo e incluso se ha atrevido a cantar, yo sonrió. Me quedo tirado en el piso nada más escuchando la dulce voz de mi mamá, cuando el timbre en la entrada suena, me levanto extrañado, ya que mis padres raramente reciben visitas, y sigo a mi madre hasta la puerta.
Mi madre abre y mis ojos se abren con sorpresa cuando veo a Yong Guk parado en el umbral de la puerta. Lo veo por encima de mi madre, ya que siempre fui más alto que ella desde los 15, y me le quedo viendo, y el mira hacia enfrente como si también pudiera verme. Siento que algo importante se me olvida, algo sobre Yong Guk.
–Buenas tardes, señora Choi. Soy Yong Guk, Bang Yong Guk, yo… solía ser amigo de su hijo.
–Buenas tardes, hijo. Sí, Junhong hablaba mucho de ti.– dice mamá con un rastro de tristeza en su voz.
Y yo le hubiera reclamado por la información de más si pudiera escucharme, Yong Guk siempre me gustó y mi mamá lo sabía.
–Yo…quería pasar a recoger unas cosas de él que Jong Up dijo que dejó para mí.
Mamá parece renitente a dejarlo pasar, pero al final cede.
POV Yong Guk
Flashback
–¡Yong Guk hyung!– escuché que alguien me llamaba.
Volteé y pude ver a Jong Up corriendo hacia mí.
–Yo…–dijo entrecortadamente mientras recobraba el aliento.–Yo necesito hablar contigo.
–Habla.
–Es sobre Jun Hong.
No dije nada, pero lo escuché atentamente.
–Tuve un sueño, no sé porqué pero se sintió demasiado real. Y él caminaba por las calles sin poder irse.
–Entonces no lo había estado imaginando.
–¿Lo has visto?
–Sí.– fue todo lo que le dije.
Desde niño siempre pude ver cosas que todos los demás no. Gente vagando por las calles que nadie más parecía poder ver. Niños jugando en un parque solitario, y cosas más obscuras.
–Creí, que su muerte me había afectado tanto que empezaba a imaginarlo.
–Yong Guk hyung, Junhong era mi mejor amigo, por favor ayúdalo.
Sólo asentí en dirección en Jong Up.
Aparte de mis padres, Jong Up y Junhong eran los únicos que sabían de mi particular habilidad. Se los dije sin querer un día que se me pasaron las copas y hablé de más. Jong Up al principio me miró como si estuviera loco pero Junhong siempre me creyó, me dijo entre risas que yo era demasiado serio para inventarme una mentira tan buena.
Sonreí triste recordando al chico que por mucho tiempo fue como un rayo de sol en mi vida.
Asentí.
–¿Qué tengo que hacer?
–Junhong tenía algo para ti, planeaba dártelo el día del accidente.– habló y miró al piso–. Tal vez es la razón por la que no se puede ir.
–¿Qué es?– pregunté.
–Una carta. La encontrarás en el primer cajón de su tocador. Se le olvidó y es por eso que regresábamos a su casa.
Vi una lágrima correr por su rostro. Puse mi mano en su hombro y le dije “Iré de una vez”.
Fin flasback
POV Yong Guk
Y así es como termino parado enfrente de la madre de Junhong, pidiéndole permiso para hurgar entre las cosas de su hijo. Había estado retrasando el momento en que tuviera que verla, el dolor en su mirada era demasiado para soportar. Veo a Junhong detrás de ella y me mira con curiosidad, eso termina de confirmarme que so lo he estado viendo.
La madre de Junhong me acompaña hasta la entrada de la habitación de este y me deja solo confiando enteramente en mí.
Camino alrededor de la habitación de Junhong, sintiéndolo detrás de mí todo el tiempo. Me acerco a su tocador y saco de él un pequeño sobre blanco. Supongo que eso es lo que he ido a buscar y lo tomo.
Me siento en la alfombra en el piso, recargo mi cabeza en la cama detrás de mí y suspiro. Veo a Junhong sentarse frente a mí y hago uso de todas mis fuerzas de voluntad para no verlo directamente, si tengo demasiado contacto con él sé que podría retenerlo en vez de ayudarlo a irse.
Después de lo que me parece una eternidad abro el sobre encontrando dentro una carta.
“Para Yong Guk de Junhong.” Cita el primer renglón.
Sigo leyendo y a la mitad no puedo contener más las lágrimas, no había llorado desde que Junhong murió y leer todo lo escrito en su carta, todos los momentos felices que pasamos juntos y lo que pensaba sobre mí me hace pensar en que lo extrañaré demasiado.
Leo hasta el final. El último renglón solo cita “Te amo”.
POV Junhong
Sigo a Yong Guk hasta mi habitación, lo veo recorrer la pequeña estancia para finalmente sacar un sobre de un cajón, siento que dentro de él hay algo importante, pero no logro recordarlo.
Yong Guk se sienta en el piso y me siento frente a él. Lee la carta y de repente comienza a llorar, quisiera consolarlo, quisiera decirle que está bien, que los dos estaremos bien, pero no me escuchará. De repente recuerdo que Yong Guk puede verme y probablemente también escucharme, intento moverme, pero no puedo, intento decirle algo, pero tampoco puedo, todo mi cuerpo se ha paralizado; después de mucho intentar me resigno y solo lo miro leer la carta hasta el final.
–Yo también te amo.– Lo escucho decir y ahora definitivamente me mira. Tiene el rostro lleno de lágrimas, pero una sonrisa en sus labios.
Mi cuerpo por fin puede moverse, estiro mi mano hasta la suya, e inexplicablemente puedo tocarlo, me mira a los ojos y le sonrío.
Recuerdo el contenido de mi carta, era una carta de confesión.
–Gracias Yong Guk. Siempre te amé–. Le digo y el asiente.
POV Narradora
Yong Guk vio como Junhong se disolvía con el aire dejando un haz de luz detrás de sí. Había encontrado la paz que buscaba para poder irse y descansar.
Yong Guk entre lágrimas dobló la carta y la metió nuevamente en el sobre blanco, el cual guardo en el bolsillo de su chaqueta. Lloró un poco más, lágrimas de dolor, alegría y alivio, sabía que Junhong estaría bien a donde quiera que se haya ido.
Se secó las lágrimas con la manga y bajo las escaleras en busca de la madre del muchacho que amo por mucho tiempo y que amaría un tiempo más. Y que sabía que aunque dejara de amarlo siempre tendría un lugar especial en su corazón.
–Señora Choi, muchas gracias.– habló Yong Guk un poco más tranquilo.
–De nada, hijo. Cualquier cosa, sabes que aquí estoy.
La madre de Junhong siempre supo que su hijo amaba a ese chico de porte masculino y algo le decía que Yong Guk también amó a su hijo.
Yong Guk estaba a punto de salir cuando recordó algo.
–Señora Choi, su hijo estará bien.– le sonrió, se dio la vuelta y se fue caminando por la calle.
La mamá de Junhong no supo porqué, pero desde el día en que su hijo murió sintió paz.
Los padres, los amigos de Junhong y Yong Guk nunca olvidarían a Junhong y su recuerdo siempre sería de alguna manera doloroso; pero al igual que Junhong estaría bien, ellos también lograrían seguir adelante.