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Navidad por HoodnShim

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Notas del fanfic:

¡Hola!

Shim de nuevo, después de. . .años luz.

Pensaba hacer de este una historia completa, pero me ha gustado más la idea de, ya saben, "one-shots".

Si tienen duda, Taemin y Changmin son lo portagonista, además de que es la misma pareja de la que se habla aquí, que la que se encuentra "El día que Changmin aprendió a manejar" tan solo que esta historia es basada algunos meses después. 

 

Sin nada más. . . A LEER.

Notas del capitulo:

Esto fue escrito hace unos instantes, y quiero subirlo antes de que me de la loquera y ya no quiera hacerlo después. No daré muchas explicaciones, más que, es 100% ChangTae. 

 

 

Navidad, fecha llena de pinos que son privados de su habitad y felicitaciones de personas con quien nunca habíamos cruzado palabra.

Aun así, me gusta, me llena de felicidad toda esa mediocridad, donde en un solo día, la humanidad, o en su mayoría, se deshaga de su egoísmo. . .o incluso lo aumente.

Vengo de poner el árbol en casa de mis padres, un arduo trabajo por las luces y la excesiva perfección de mis familiares, sin embargo he sabido sacarle provecho, éste año me dejaron poner villancicos, por lo que toda la tarde estuvo llena de “Arre borrequito, arre burro arre…”. Sin duda, una fecha regocijante, que me hace volver a la vida, y no lo digo por aquel platillo que me sirven en la costa cada que voy a ver a mis abuelos.

Visito una juguetería, ¿curioso? Lo es. Pero no encuentro lo que estoy buscando, así que salgo. Me apresuró, ya casi es tarde, corro, casi tropiezo, y me doy cuenta que en aquella plaza comercial, la misma que ignoro aunque pase por enfrente todos los días, posee una tienda departamental. Yo no me detengo y comienzo a andar por los pasillos, dejo que ese espíritu infantil invada todo mi ser. No me pongo límites con todo lo que voy tocando y curioseando, ni siquiera me percato de que la seguridad vigila mis movimientos de cerca.

Paro en seco, dejo de tararear. Inclino el rostro por la curiosidad, pero debajo de un árbol sintético hay una figura de medio metro color blanco que sobresale por las luces y la característica forma que lleva. Sin dudarlo cada paso me lleva ahí, entonces lo descubro.

—   Perfecto. Va a encantarle.

Me decido, compro, y siento que he hecho la mejor elección en cuanto a regalos. Nunca mi esfuerzo había sobrepasado los límites. . . mismos que no conocía.

Pasada unas semanas, escribí en las notas del teléfono:

17 de diciembre de 2017

“Ayer envolví el presente, lo coloqué en una caja y lo hice a un lado por un rato. Mañana cumplimos siete meses, así que aún no sé si dárselo para noche buena, año nuevo o tan solo de una vez por todas, entregarlo a primera hora. Estoy ansioso, ya quiero ver su expresión.

18 de diciembre de 2017

“Son las nueve, no me ha llamado, no lo he visto, pero basado en meses pasados, vendrá conmigo más tarde. Es un muchacho ocupado, no quiero exigirle, así que me mantendré paciente hasta que reciba una señal de su parte. No es como si me volviera loco, pese a que hoy es nuestro aniversario. . .no debe tardar. “

Ayer no lo vi en todo el día. Estoy nervioso, le mandé algunos textos largos, como suelo hacer cuando está lleno de pendientes y requiere que le apoye, no he recibido respuesta, pero he querido ir a verlo en la hora de su almuerzo, hoy es domingo, estoy libre de pendientes.

Tuve que hacer maletas, el viaje a casa de mis abuelos se ha adelantado, así que voy tarde. Una nieve de limón me llamó y por lo tanto ya son las dos, si llego a alcanzarlo, entonces, la suerte estará de mi lado.

Debo decirle “hasta luego” porque probablemente no lo vea hasta enero.

Corro, todo lo que puedo, deposito mi basura y llego al lugar. Doy un vistazo, respiro hondo, entonces, me percato de que no está, no lo veo ahí, ni siquiera comprando aquellas golosinas que le atraen. Frunzo el ceño, pero antes de que decida llamarle, aparece.

—   ¿Llevas mucho aquí?

—   Vine corriendo

—   Se nota en tus cabellos…

Quiere acomodarlos, como de costumbre, pero parece que algo le detiene y tan solo me pide que le acompañe.

No hablamos por unos minutos, tan solo nos alejamos, y antes de que pudiera romper el silencio,  explota.

—   Sucedió algo. Una situación que se sale de mis manos por completo. Me desagrada bastante porque, ya sabes cómo han sido estos meses, y sin duda los que vienen serán igual. Discúlpame por favor, he tratado por todo este tiempo permanecer, y ayer no me he puesto bien de salud tuve una recaída y por lo tanto, tomé una decisión. Veo necesario darte una explicación de mi ausencia, yo. . . supuse que todo marcharía bien y en verdad que nada ha salido como lo esperado. Quisiera seguir con esta rutina, pero no es justo para ti, no lo es. No te he dedicado el tiempo que pretendía, y el motivo, además de mis estudios anteriores, ha sido el mismo. Me cuesta, ¿sabes? Pero quiero que sepas que, te agradezco toda la dedicación durante estos meses, por ti siempre he querido venir aquí, puntual, a la hora estipulada. Si no he sido lo que esperabas. . .también me disculpo por ello, yo. . . no he hecho esto antes así que lo que tenía para decirte ahora se ha desvanecido y quiero suponer que es por los nervios de toda la situación, así que te pido que justifiques un poco mis errores. Gracias, has hecho que me esforzara, de todo corazón quiero que todo vaya bien. TaeMin, cuídate, ¿sí?

Me está rompiendo el corazón.

Y soy un tonto, porque quise, quise decirle la verdad, que lo amaba, que no podía mencionarlo por miedo a creer que yo iba muy aprisa. Quería gritarle que no se fuera, que no me dejara, pero era egoísta, no me cambiaba por alguien más, no me estaba engañando, tan solo su ida se explicaba por sus sacrificios en todo este tiempo juntos, nuestro tiempo juntos.

Quise entenderlo, se lo dije, y me culpé al segundo por desearle feliz navidad y año nuevo, por fingir una sonrisa aunque por dentro me quebraba, actuaba bien lo sé. De mis labios salían palabras de comprensión, nada respecto a lo que experimentaba, no quería verlo irse con ese peso en sus hombros, de que me estaba haciendo añicos.

Di un par de consejos un “No te preocupes, entiendo”. Que no se culpara por lo que no me dio, porque era una barbaridad, yo sentía que poseía el mundo, destaqué el hecho de que le echara ganas, que él podía salir de esta, y algo que concluyó mis frases: “No quiero hacerlo más difícil”.

Estúpido, idiota. Comencé a temblar, y desconocía si era por mi forzado gesto.

—   Intento tomarlo con optimismo, tal cual tú lo haces. Me he jodido las fiestas, pero, me voy más tranquilo, sin ningún cargo, me retiro. Suerte.

Detenlo.

Corre.

Dile algo.

Deja de sonreír.

Basta, deja de ser egoísta contigo.

—   Estoy. . .

No lo vi más.

Respiro, con fuerza, incluso me duele la nariz.

Escapo, no me detengo, ni siquiera me cae el cansancio en mis piernas o brazos en cuanto la velocidad de mi andar se incrementa.

Huyo, no miro atrás y caen gotas de mi rostro, en un inicio es sudor, y justo cuando me detengo nuevamente, como aquella vez en el centro comercial, alejado, aislado. . . comienzo a llorar, como si una parte de mi alma hubiese sido arrancada.

No es justo, no lo es. Las circunstancias lo alejan de mí, de mis brazos, pero antes me hicieron darle todo, absolutamente todo lo que ya no poseo, porque se quedó con él.

Me duele, me duele todo, ni siquiera puedo detenerme. Era ese momento el indicado, debí decirle todos mis sentimientos, que pese a únicamente siete meses, llegué a descubrir. Te amo, maldita sea.

Mi fuerza no es la necesaria para levantarme, y tengo que llamar a alguien que venga en mi auxilio. Un mensaje, no hice llamadas, no en este estado.

Pienso de repente en todo lo que pude haber respondido, no las cosas absurdas que mencioné hace unos instantes. Me vuelvo a culpar, aunque no hubiera cambiado nada al menos él hubiese notado lo que hay dentro de todo mi ser, estoy contento de que no me vio caer, quebrarme, de que se fue en paz a cumplir sus deberes. Pero no deja que cese el llanto el hecho de que todo sucederá sin mi presencia, y que mi historia, nuestra historia, ese acontecimiento maravilloso producto de un suceso fugaz, tenga su fin.

...

Falta una semana para navidad.

...

“Fue un placer coincidir en esta vida”

Notas finales:

Si me pregunta, utilicé la frase de la canción de "La Oreja de Van Gogh- Rosas" tan solo porque pese a que la he escuchado durante toda mi vida, soy tan atolondrada que apenas me detuve a escucharla, sentirla, incluso a llorarle¿? Esa es mi recomendación de la madrugada.

Es bueno estar de vuelta. 

Nos leemos...y espero sea más seguido.


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