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Away from me. por Akudo

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Notas del fanfic:

Los personajes son de Fujimaki Tadatoshi.

Notas del capitulo:

La idea para este fic la tengo guardada desde hace como cinco años :u no lo había empezado a escribir para este fandom pues porque no sabía qué pareja usar hasta que apareció el HimuNash, todo quedó perfecto y mi mente se puso a trabajar.

La parte de acción será un poco similar a la de Finder (mi otro fic en proceso), aunque el drama es distinto.

La patrulla se detuvo frente al recinto policial, donde al bajar junto al custodiado se les vinieron encima una docena de periodistas lanzando la misma pregunta una y otra vez. “¿Por qué?”

Esposado y con una chaqueta sobre su cabeza para no ser identificado los detectives lo llevaron a través de la multitud, entre la que el aprehendido pudo reconocer la mitad de un rostro tapado con el flequillo que lo miraba con ira, irahacia él y hacia sí mismo por haberle dado su confianza y más que eso. Justo antes de que lo metieran en el edificio, por debajo de la chaqueta que lo cubría asomó una sonrisa repleta de malicia dedicada a aquel pelinegro del lunar.

Culpable. Ese fue el veredicto luego de la declaración de Himuro Tatsuya, que fue clave para conectarlo definitivamente con el crimen perpetuado a toda una familia, y ni eso pudo causar algún impacto en el rostro indiferente del blondo, quien no dejó de observarlo fijamente mientras los guardias lo ponían de pie y lo esposaban para llevárselo.

— Qué problema, qué problema. —suspiró cantarín el abogado defensor, que cruzó los brazos tras su cabeza e hizo una bomba de chicle despreocupadamente aun cuando acababa de perder el caso. El juez lo reprendió por ello y mandó a todos a salir.

Aunque no se notara bajo su cabello, Hara vio de reojo al abogado que le ganó el juicio. Hanamiya Makoto lo miraba con una soberbia que no pensaba esconder, cerrando su maletín para pasar por su lado y largarse con otro triunfo en su haber.

Ya afuera Himuro se aflojó la corbata, resoplando. Aunque hubo justicia estaba seguro de que nunca podría sacarse de la cabeza la imagen de ambos padres y los tres hijos ejecutados a sangre fría en su propia casa, el que debía ser el lugar más seguro para ellos, pero por su culpa no fue así. Tatsuya debía protegerlos, sin embargo, por dejarse impresionar por un culo tan caliente, por… -tensó sus puños, oprimiendo los dientes con mucha rabia- por enamorarse de ese sujeto se descuidó y todo acabó en un reguero de sangre inocente. Por dios, la niña más pequeña aún tenía su peluche entre brazos cuando le dieron dos tiros en la cabeza.

Si todo fue por el dinero de la familia no era necesario lastimar a nadie.

Los pasos disparejos dejaron de resonar por el pasillo cuando todos se alejaron, y entonces Himuro sintió algo golpear contra su pecho. Sus ojos se abrieron impactados al ver el peluche de oso panda salpicado con sangre seca que cayó a sus pies.

— Kaname acababa de entrar a la universidad, era un grandioso chico orgulloso de que su padre quisiera confiarle parte de sus negocios. Naoyuki no era muy bueno con los estudios y dio algunos problemas, pero ese muchacho te admiraba y tú lo sabías. —no volteó a ver adonde provenía esa voz molesta, que soltaba cada palabra entre sus dientes chirriantespor la impotencia. Siguió paralizado mirando el peluche— Miru sólo tenía ocho años, todavía le daba miedo dormir con la puerta de su habitación cerrada y le encantaba hacerle dibujos a los padres que amaba. ¡¿Cuántas veces compartió su helado favorito contigo cuando la ibas a buscar al colegio y veías lo alegre y llena de vida que era?! ¡¿Ah?!

Finalmente Himuro levantó su mirada hacia él, su ojo visible mostraba un tono rojizo en señal de las lágrimas contenidas. Vio a Hyuuga Jumpei, el financiero de la familia Kiyoshi, con lágrimas compungidas colgando de sus pestañas.

— Kiyoshi y Riko eran buena gente, te trataron como un amigo, como familia. ¡¡Maldita sea, ellos eran mis amigos y los dejaste morir!! —en un arrebato el de lentes lo zarandeó sujetándolo de su traje y Himuro no se defendió, sabía que se merecía más que esto. Si pudiera cambiar las cosas con gusto moriría en lugar de los Kiyoshi. Hyuuga lo jaló hasta quedar muy cerca uno del otro, apuñalándolo con sus fieros ojos mojados— Espero que sus rostros nunca te dejen vivir en paz.

El más bajo lo soltó con desprecio yéndose del lugar, y de nuevo los ojos de Tatsuya cayeron sobre el peluche que recogió, sujetándolo con dedos temblorosos por la carga de culpabilidad. Él fue contratado como guardaespaldas de esa familia y no pudo proteger a ninguno.

— Maldición… —apretó una mano en su cara para después soltar un puñetazo contra la pared— ¡Maldición!

— Vaaaya, pero cuánta agresividad hay que ver. Relájate, hombre. —una bomba de chicle se infló, explotando en la cara de Hara al llegar a su punto máximo. Con tranquilidad se despegó la goma de mascar, volviéndola a meter en su boca— Conozco un sitio de acupuntura donde te dejan como nuevo, te puedo dar la dirección. Ah, oye…

Lo que menos quería ahora Tatsuya era oír esa voz tan fastidiosa,así que pisó fuerte alejándose.

— Hombre, espera, espera. Tengo unos papeles para ti, de mi cliente.

Se detuvo por un momento ante eso, apretando el peluche en su mano.

—¿Qué? ¿Va a pedirme que cambie mi testimonio? ¿Qué lo encubra? —se rió de una forma tan desequilibrada que cualquiera que no fuera Hara le habría tenido miedo— No quiero saber nada más de esa escoria si no es para enterarmecuántos años van a darle en prisión.

Eso era todo.

Retomó su camino y el abogado volvió a hablar.

— Son realmente importantes, te arrepentirás si no los lees. —masticó con calma, sonriendo— Más de lo que te arrepientes por no salvar a esa pobre familia. Eso no será bueno para tu currículo, creo que tendrás que cambiar de trabajo.

— Hijo de puta… —se giró enfurecido y en tres zancadas tomó a Kazuya de la corbata, mirándolo amenazante.

— Oi, oi. ¿De verdad piensas hacer algo como esto en el territorio de la ley? No tardarían más de cinco segundos en mandarte a la misma celda que tu amorcito. —Himuro chasqueó la lengua contra sus dientes, apretando más el agarre mientras el albino no se inmutaba, a pesar de estar en manos de alguien en ese estado tan volátil que podría matarlo antes de que se dé cuenta.

¿Arrepentirse? Tatsuya ya se arrepentía de todas las cosas que tuvieran que ver con ese americano, no le interesaba alargar la lista, sin embargo,acabó soltando a Hara que no tardó nada en estirar una sonrisa tocapelotas, golpeando los dichosos papeles contra su palma. Se los arrebató para verlos y al terminar la primera página no se lo podía creer, su corazón aceleró tan de repente que se sintió mareado.

— ¿Esto es real? —pasó la hoja y la siguiente eran los análisis médicos que lo confirmaban— ¿Cómo puedo saber que no es otra de sus mentiras?

Miró a Kazuya, que mantenía sus manos dentro de sus bolsillos pasando desinteresadamente el chicle a su otra mejilla.

— Puedes pedir que repitan los exámenes y hacerte una prueba de ADN si quieres. Entonces, ¿aceptarás o no?

La última vez que vio a Nash fueron siete meses después de eso, cuando lo llamaron desde la prisión paraavisarle que su hijo ya estaba naciendo. Cuando los gritos del blondo cesaron dentro de la enfermería lo dejaron pasar, mientras los empleados médicos cortaban el cordón que unía al bebé con su progenitor.

El exhausto y adolorido Gold no pudo hacer nada cuando lo dejaron vacío, estaba esposado a la camilla por seguridad.Con su cabello dorado pegado a su rostro por el sudor, aturdido por el reciente parto y el potente llanto de la criatura que era envuelta y entregada en brazos del otro padre, sólo vio borrosamente a Himuro mirándolo por última vez antes de llevarse a su hijo.

 

Lejos de mí, fin del prólogo.

Notas finales:

No sé, me encanta la idea de Nash mamá


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