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Nubes Negras por Kurara Whisper

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Notas del fanfic:

Título del fanfic: Nubes Negras

Parejas: Wonkyu

Tipo: Yaoi.

Género: Angst y romántico

Clasificación: Rating {G}

Advertencias: No hay.

 

Notas del capitulo:

 ¿Alguien recuerda un coso que escribí tras el lanzamiento de This Is Love y que se llamaba Nubes Blancas? Pues aquí está una especie de segunda parte llamada Nubes Negras e inspirada por el MV de Evanesce. Lo empecé en aquel momento y hoy ha reaparecido a medias en mi ordenador y la inspiración llegó repentinamente y lo terminé :D

Espero que os guste aunque no sea gran cosa.

Tal y como está mi vida últimamente, me parece un logro sorprendente poder terminar algo de lo que empiezo.

¡Disfrutádlo!

Nubes Negras

La habitación está destrozada. Los muebles volcados, libros tirados por el suelo, sillas rotas, papeles arrugados y pisoteados crean un manto por toda la habitación. Un único mueble parece haber sobrevivido al huracán que uno intuiría ha pasado por aquel cuarto.

 

Un piano.

 

El piano blanco que tantas y tantas veces le vio tocar permanece impasible sobre la pequeña tarima del centro del salón.

 

Y en ese momento lo odia.

 

Quiere volcarlo, quiere romperlo en mil pedazos y no volverlo a ver, porque es su culpa que él ya no esté a su lado. Su maldito talento, ese que lo enamoró a él y a medio mundo es lo que lo ha hecho marcharse. Lejos, muy lejos, para no volver.

 

Y lo odia.

 

Y en ese momento lo que más desea es destrozar el instrumento, hacerlo añicos para que desaparezca de su vista.

 

Pero no puede.

 

No puede siquiera acercarse a él. Porque ese era su sueño. El de él y no el suyo. Él nunca formó parte de sus sueños como una vez creyó. Kyuhyun sólo tenía corazón para el piano. Ni un mísero espacio reservado para él, cuando en el suyo, el talentoso muchacho había ocupado hasta el recodo más escondido.

 

Y duele.

 

Duele tanto que ni siquiera sabe cómo puede seguir respirando.

 

Siente que se hunde. Un pozo negro a su alrededor que lo envuelve y lo atrapa. Un agonizante lugar como jamás creyó que existía.

 

En la lejanía oye la melodía. Aquella hermosa y cálida harmonía que sólo él es capaz de interpretar con tal maestría. Y sonríe amargamente porque sabe que sólo está en su cabeza. Porque sabe que él jamás volverá a oírlo tocar. Porque sabe que él no volverá.

 

Y odia eso también.

 

Odia el momento en que se convirtió en buen pianista y consiguió distinguir con tal facilidad la autoría de sus sonidos, odia el momento en que le contagió su pasión por el piano. Si nunca hubiese llegado a amar tal labor, tal vez nunca lo hubiese amado tanto a él como lo había hecho. Tal vez este dolor no existiría ahora.

 

Pero el sonido sigue en su cabeza. Martilleando contra el interior de su cráneo, como si el piano estuviese en su propio cerebro. Y sabe que lo está. Esa canción es la única incapaz de olvidar. La oye clara, pero necesita más. Necesita que lo envuelva, necesita oírla de verdad, necesita sacarla de su cabeza o creerá que se ha vuelto loco.

 

Y se levanta.

 

Camina tambaleante entre los escombros hasta alcanzar el instrumento y poder sentarse frente a él. Sus manos se deslizan automáticamente sobre las teclas, presionando las indicadas sin que él sea realmente consciente de ello. Esa canción ya es innata en él, oye el sonido que hará la tecla antes incluso de que la presione.

 

Cierra sus ojos, pero sus dedos no dejan de moverse. Ni siquiera así consigue un error. Por primera vez le gustaría equivocarse, tal vez así dejaría de sonar en su cabeza. Pero no lo hace. Kyuhyun lo enseñó bien.

 

Con sus ojos cerrados, recuerda algunos de sus tantos conciertos juntos. La melodía está llegando al punto en el que Kyuhyun debía unirse a él en la interpretación y con el corazón en un puño lo espera, lo ansía, lo anhela. Pero no sucede. Porque aunque pueda oírlo claramente en su mente, sabe que no es cierto y que todo está en su cabeza. Sabe que Kyuhyun no va a volver.

 

Una lágrima recorre su mejilla mientras la última nota de la melodía queda suspendida en el aire unos segundos. Y cuando ésta se desvanece finalmente, por primera vez en semanas oye la única cosa que sabe a ciencia cierta que no procede de su cabeza:

 

ㅡCada vez tocas mejor...

 

Se gira raudo en su lugar frente al piano. Casi tropieza al intentar ponerse en pie.

 

Ahí parado frente a la puerta con una maleta a su lado, está la única persona capaz de hacer su mundo brillar en un segundo y a su corazón hundirse en la miseria al siguiente.

 

ㅡ¿Qué haces aquí, Kyuhyun?

 

Sólo quiere correr hacia él y abrazarlo, asegurarse que no vuelva a desaparecer de su vida, pero en su lugar camina hacia el pequeño mueble bar de la esquina. Está medio vacío y lo sabe. Pero finge rebuscar entre las botellas vacías y los vasos sucios.

 

ㅡ¿Olvidaste algo? ㅡpregunta sirviéndose el licor restante de una de las botellas.

 

ㅡMi cabeza.

 

Su voz suena cerca y Siwon sabe que se ha acercado cuando estaba de espaldas. Espera ansioso, pero Kyuhyun no lo abraza como él desea. Y cuando se gira, ve lágrimas correr por sus mejillas. Sus ojos vidriosos y sus labios curvados hacia abajo en un angustioso y silencioso llanto.

 

Y odia ese momento, porque por mucho que quiera permanecer fuerte, que quiera reprocharle al menor todo lo que ha pasado sin él, no puede. Nunca soportó verlo llorar. El sentimiento de protegerlo entre sus brazos crece rápido en su pecho cada vez que ve esos castaños ojos aguarse. ¿Por qué parece que son más grandes y más claros cuando las lágrimas los bañan?

 

ㅡ¿Es… demasiado tarde?

 

Su voz suena quebrada y esa frase es todo lo que toma de Siwon para dejar el vaso en el mueble bar a su espalda y rodear el cuerpo de Kyuhyun entre sus brazos.

 

Esconde su nariz en su cuello e inhala profundamente. El dulce y conocido aroma parece hacerle olvidar todo, relaja su cuerpo como no recuerda que lo haya hecho nada antes.

 

Siente su hombro frio, allí donde caen las lágrimas y mojan su camisa.

 

ㅡ¿Podrás… podrás perdonarme?

 

Lo siente tenso entre sus brazos y eso estruja su corazón de tal modo que el dolor que sintió las semanas anteriores tras su partida parece un fútil rasguño en la piel en comparación.

 

ㅡNada podría hacer que no lo hiciera.

 

Kyuhyun se relaja notablemente entre sus brazos y por fin se atreve a devolverle el abrazo. Parece cauteloso al principio, rodeando con suavidad su cintura, pero cuando Siwon besa su sien, sus brazos se aprietan con fuerza a su alrededor y un casto beso roza su mejilla.

 

Gira su cabeza ligeramente para verle a los ojos. Kyuhyun le observa con arrepentimiento en su rostro y él acuna su mejilla con una mano, limpiando las lágrimas con su pulgar. Y ese gesto, esa mirada, parecen contener más palabras, más sentimientos, de los que nunca serían capaces de explicar, de demostrar, de decirse uno a otro. Son el mundo entero y el vacío mismo a la vez.

 

Y cuando Siwon se inclina y Kyuhyun se eleva en las puntas de sus pies para recibir el ansiado beso, Siwon sabe que está perdido. Que no importa lo que Kyuhyun haga, él nunca sería capaz de enfadarse, de guardarle rencor por algo que ambos tanto adoran como el piano.

 

Porque él ama al artista. Y ama a Kyuhyun. Y Kyuhyun es el artista. Y no puede amar a uno sin el otro. Y lo supo desde el primer momento en que lo vio tocar aquella hermosa melodía que los unió para siempre.

Notas finales:

¿Algún review cariñoso?

También los acepto si no son cariñosos ;)


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