Era un hermoso día soleado, los rayos de sol iluminaban de manera amena el lugar, era uno de esos días tranquilos, en los cuales no había ni frio ni calor. Le recordaba las hermosas vacaciones, tranquilas y sin problemas.
La gente se movía de un lado a otro, nerviosa y distraída, era un gran tumulto de esta, se chocaban unos con otros, y ella era fácilmente empujada. Ella pensó que desde arriba seguro parecía una gran masa de hormigas, moviéndose de un lado a otro. La divirtió un poco imaginar aquello, cosa que en su rostro no se demostró para nada.
Era el primer día de clase. Y todo estaba tan revuelto como de costumbre.
Los de primer año daban vueltas por todos lados, siendo acosados por innumerables miembros de clubes de la institución, casi suplicándoles ser parte de su club. Ellos gritaban y ofrecían volantes, algunos incluso estaban disfrazados de animales para llamar atención, de solo ver cómo eran acosados los de primer año se le erizaba la piel. Ella agradecía jamás tuvo que pasar por ello, debido a su poca presencia cuando ingreso a la escuela fue fácilmente fuera obviada por estos, directamente no notaron su presencia, que temerosa y distraída se movía entre ese mar de gente buscando algo que la motivara, pero tristemente no encontró nada.
Ahora ya era su segundo año en la escuela, ella ya se había inscripto en el club de literatura el año pasado, no es que amara ese club, pero no le pareció interesante ningún otro y ya que de vez en cuando disfrutaba de leer le pareció el club correcto, además era tranquilo y podía pasar ratos sin ser molestada. Ese era el lugar donde pasaba gran parte del tiempo leyendo en completa paz, iba ahí cuando necesitaba escapar de la realidad. Ella no participaba en las actividades extras del club, y no era presionada por sus compañeros a hacerlo, a veces ellos llegaban a olvidar que estaba allí.
Su nombre era Kuroko Tetsuya, era baja y de hermosos cabellos celestes cortados hasta los hombros, usaba flequillo y solía dejar sus cabellos sueltos, muy rara vez los ataba. Si bien el color de estos era algo excéntrico y único ella no llamaba la atención para nada. Sus ojos tenían el mismo color, eran grandes y brillantes, su cuerpo era menudo, delgado y pequeño, sus pechos y sus caderas igual.
- ¡Tetsu! – Escucho un grito a sus espaldas, volteó su rostro lentamente y contemplo a una bella chica acercándose a él. Sus cabellos eran costos, mucho más que los de Tetsuya, y de un intenso color azul, su rostro moreno sonreía suavemente y sus voluminosos pechos se movían hacia arriba y hacia abajo. Ella sabía bien el gran cuerpo que su amiga poseía, eran unas caderas anchas y grandes pechos, era atlética por lo que su cuerpo era firme y bien formado. En cierta forma la envidiaba, tenía un cuerpo de ensueño.
- Aomine-san- Dijo ella dándose vuelta para quedar enfrente de esta. Eran amigas desde el año pasado, ambas habían tenido que hacer un trabajo en grupo y de un modo u otro se volvieron muy cercanas. Kuroko no sabía bien como se habían acercado tanto, a ella siempre le costó mucho tener amigos, así que le alegraba haberla conocido.
- ¡Vamos a clase! ¡Antes de que Satsuki me atrape! – Ella la tomo por el brazo y comenzó a arrastrarla por todo el predio con una brillante sonrisa en su rostro, chocando a gran parte de las personas en su camino. Kuroko la seguía descolocada, pero entre paso y paso una suave sonrisa apareció en su rostro.
Si, las clases habían comenzado una vez más. Y este sería un año como cualquier otro.
Kuroko estaba en el salón 2-B mientras que Aomine en el salón 2-A por lo que estarían separadas este año. Era una mala noticia sin embargo no era el fin del mundo, siempre podría ver a Aomine durante los recesos y a la hora de comer. Además estaría con una amiga… Un tanto energética.
Y ella entro. La chica más linda del instituto. Sus largos cabellos rubios brillaban como el sol, balanceándose de un lado a otro con su colita alzada que el día de hoy traía. Su cuerpo igual era perfecto si bien no tenía los grandes pechos y la cadera de Aomine, tenía la medida perfecta en sus bustos y cintura, era delgada y preciosa. Pero sin duda su perfecto rostro era lo que más resaltaba de ella, era delicado y sutil, sus ojos algo alargados la hacían ver sensual, sus labios siempre pintados de un brillo rosa traslucido eran algo abultados en la parte inferior, haciéndola ver más sexy aun.
Era radiante, las miradas rápidamente se posaban en ella, era admirada por los hombres y envidiada por las mujeres. Era la hermosa modelo Kise Ryouta.
- ¡Kuroko-chan! – Gritó animada entrando al curso tan alegre como siempre. Y con gran impulso salto sobre la pequeña Tetsuya. Sus brazos apretaron a la menor con entusiasmo, refregando sus pechos en el rostro de esta quien sin inmutarse dijo:
- Kise-san me asfixias
- ¡Oh! Lo siento Kuroko-chan – Se separó de esta y la miró sonriente. - ¡Estamos en el mismo curso! ¿No es sorprendente?
- Si Kise-san.- Soltó con algo de frustración
- A sus lugares.- La voz del profesor resonó en el curso y sin decir nada cada uno de los alumnos tomo asiento en su lugar. Cada alumno se sentó en su asiento pre electo por los profesores, a él le toco en el asiento final al lado de la ventana. Kise por su lado estaba en la fila del medio en los primeros asientos. – Hay una nueva alumna que me gustaría presentarles – Dijo el profesor, era un hombre algo mayor, cabellos castaños y tez pálida, su rostro tenía varias arrugas en el costado de los labios y en las ojeras.- Ella es Kagami Taiga, una alumna proveniente de Estados Unidos. – Frente a ellos entro una joven, cabellos rojo opaco algo desmechados en la parte delantera, y atados atrás con una colita alzada. Su cuerpo al igual que el de Aomine estaba muy bien formado, se notaba que de seguro lo ejercitaba para que sus piernas y trasero este tan bien firmes. Ni siquiera mencionar sus grandes pechos ocultos tras una suelta camisa blanca del uniforme escolar. Era linda. Eso fue lo primero que pensó Kuroko cuando la vio, demasiado linda. Las miradas de los hombres no se hicieron esperar, sin embargo esta firme y seria los miro como un tigre enjaulado, eso los asusto un poco- ¿Quieres presentarte?
- Mucho gusto, soy Kagami Taiga, por favor cuiden de mí. – Se inclinó respetuosa y rápidamente de oyeron murmullos
- Guarden silencio.- Hablo el profesor – Por favor siéntate en el asiento libre del fondo.
Las clases transcurrían normalmente, sería un año como cualquier otro, los días pasarían, las clases concluirían, pasaría leyendo en sus ratos libre y claro, mirando a su adoración…
- ¿Te llamas Kagami cierto? – Preguntó animada Kise, mirando con una gran sonrisa a la chica nueva. Varios querían hablarle pero ninguno se atrevió, la rebelde mirada de esta fue intimidante.
- Si.- Respondió acotada y seria
- Soy Kise Routa ¡Gusto en conocerte! – Dijo animada, con esas sonrisas que eran el sueño de todo chico.
- Igualmente.- Respondió acotada, pero al mirar a la chica se sintió algo incomoda, la belleza de Kise era impresionante.
- ¡Preséntate tú también Kuroko-chan!- Kagami la miro descolocada ¿A quién le estaba hablando?
- Mucho gusto soy Kuroko Tetsuya.- Dijo una voz a sus espaldas.
- ¡Waaah! ¡¿Desde cuándo estas ahí?! – Gritó ella espantada mirando con horror a Kuroko quien siempre se encontró detrás de ella
- Desde el inicio de clases Kagami-san
- Ne, ne ¿Quieres venir con nosotras? – Pregunto animada Kise
- Bien.- Dijo de mala gana, aun recuperándose del gran susto de ver a Kuroko.
Fueron al patio externo, era un día soleado así que las puertas eran abiertas para que los alumnos salieran a pasear, por lo general en los días de frio estos se quedaban en el gran salón o recorriendo los pasillos. Sin embargo pasar un rato en el hermoso predio era todo un lujo, el verde pasto estaba bien cuidado y las piedras acomodadas hacían varios caminos que guiaban de un lado a otro. Habían canchas donde seguro se hacían los deportes y hermosos arboles rodeando el lugar.
Las niñas pasaban riendo, los varones conversando, y se podía respirar un aire de paz. Este era un día como cualquier otro.
Kise era demasiado animada, tanto que Kagami se sentía un poco fastidiada por su energética presencia. Hablaba de una cosa y otra, le mostraba y presentaba todo o a todos los que veía, era radiante, era preciosa, se notaba a kilómetros que por algo era tan popular en la escuela.
Por otro lado Kuroko era demasiado tranquila, si bien tenía una gran belleza natural, debido a su suave actitud desinteresada no podía resaltar, mucho menos al lado de alguien tan extrovertida y energética como Kise. Pero eso no le quitaba lo linda. Era decimado fácil olvidarla, por uno momento pensó si a ella le dolería ser olvidada, que todos sientan como si ella no estuviera allí… Como si no estuviera ahí… (No estuviera ahí…) Pensó
- ¿Dónde está Kuroko? – Preguntó Kagami.
- ¡Waaah! ¡Volví a perder a Kuroko-chan!
- (¿Volví?)
Recorriendo los pasillos de la escuela, tan sigilosa como siempre Kuroko se dirigió hasta el gran salón, lugar casi vacío ya que la mayoría de los alumnos se encontraban afuera. Se dirigió hasta unas de las esquinas y tomando asiento al lado de la ventana saco su libro del bolso y se dispuso a leer.
O al menos eso aparento. Pues lejos del libro sus ojos miraban con adoración a cierta persona. Era allí donde la presidenta del consejo estudiantil se pasaba los recesos, rodeada por el vicepresidente Momoi Satsuki, y los demás delegados.
Era allí donde estaba Akashi Seijuro. Una hermosa joven de largos cabellos rojos, brillantes y tan intensos como la sangre misma. Los traía atados a ambos lados con dos coletas altas y un hermoso flequillo desmechado caía por su rostro. Sus ojos eran lo más lindo de ella, eran heterocromos, uno de rojo y el otro de un dorado, eran únicos, jamás había visto a alguien con ojos tan hermosos, grandes y originales. Su rostro sutil y elegante, le daba un aire sofisticado, cosa que concordaba perfectamente con su actitud. Era de clase alta, siempre era traída por una limusina que la dejaba a unas cuantas cuadras de la escuela para no llamar la atención. Era muy inteligente y era la campeona en ajedrez de la región. Tenía un carácter firme y en cierto punto tétrico, al ser la presidenta era ella quien daba las órdenes, casi gobernaba la escuela. Pasaba mucho de su tiempo coordinando las actividades y a pesar de ello tenía las más altas, y eso incluía en gimnasia donde realmente se destacaba. Su cuerpo era normal, pero a los ojos de Kuroko perfecto, sus bustos no eran grandes ni pequeños sus caderas igual, era delgada y con hermosas piernas, torneadas y delgadas.
Estaba enamorada de ella. Pero sabía bien que le era inalcanzable. No solo por ser una de las chicas más lindas del instituto, tampoco por ser la presidenta del consejo estudiantil, era más bien porque ella jamás podría llamarle la atención, una chica como Tetsuya, sin gracia y sin presencia jamás podría ser vista por alguien como ella…
- ¡Te atrape! – Gritó una voz masculina, frente a ella se encontraba ni más ni menos que el chico más deseado del instituto Momoi Satsuki. Este poseía cabellos cortos desmechados tanto en su parte trasera como delantera. Su flequillo estaba ladeado hacia un costado, el cual con los movimientos solía tapar levemente su rostro. Tenía unos brillantes ojos rojos, eran alargados y profundos, con una mirada seria podía remover el corazón de cada chica, a los ojos de ella su mirada era la más “sexy”. Su tez era pálida y su rosto tenía fracciones finas y elegantes, su cuerpo musculoso no era exagerado pero si bien formado, se ocultaba tras esa ropa suelta sin embardo cuando se remangaba las mangas se podía ver el fruto de su trabajo en el gimnasio, y cave aclarar que cada chica soñaba con poder tocar sus brazos aunque fuese una sola vez.
- Ya deja de molestar Satsuki – Aomine no se molestó en abrir los ojos, se encontraba recostada sobre la azotea de la escuela, era el lugar frecuento en el que pasaba la mayor parte del tiempo, ya sea en los recesos como en las horas en que se escapaba de clase.
- ¡Moo! No solo te escapas de clase sino que también me robas mi revista de Mai-chan – Gritó furioso mirando con los brazos cruzados desde arriba a Aomine
- Es que quiero ver los pechos de Mai-chan – Dijo con simpleza
- Eres una chica mejor mira las fotos de-
- Shh, molestas mi siesta Satsuki
- ¡Aomine-chan!
- Además deja de fingir que te gus- Momoi salto sobre Aomine y sentándose sobre ella le tapó la boca, acto seguido comenzó a revolver sus cabellos para despeinarla. Era su modo de molestarla, se conocían hace años eran íntimos amigos, eran casi hermanos.
- Ejem…- Se escuchó a sus espaldas - ¿Interrumpimos algo? –
- ¿Kise-san? – Dijo Momoi desentendido. - ¿Y…?
- Ella es Kagami Taiga, una nueva compañera, estábamos buscando a Kuroko-chan ya que la perdimos de vista
- Jaja, es típico de Tetsu-chan – sonrió
- Oi Satsuki sal de arriba mío, pesas.
- ¡Ah! Lo siento.- Salió de encima de Aomine y lo dejo acomodarse solo para encontrarse con la persona que menos esperaría ver en su vida
- ¡TÚ! –
- ¡TÚ! –
- ¿Are? – Kise los miró distraído, viendo la cara de espanto que ambas jóvenes pusieron al verse. - ¿Ya se conocían?
Akashi se paró de donde se encontraba, dejo de habar con sus delegados y tras decir palabras que Tetsuya no oyó salió caminando hacia el pasillo seguida de un par de sus delegados.
Kuroko no quería perderla de vista, era uno de los pocos momentos del día en que podía mirarla, puede que suene muy acosador sus actos pero no le importaba, ella no era de pedir muchas cosas, realmente no tenía interés por nada en particular, así que quería por lo menos darse el gusto de amar a alguien, de ver a quien amaba mejor dicho.
Se paró suavemente y tomo un atajo al pasillo, allí haciéndose el desentendido comenzó a caminar lento, sabiendo que iba a ser alcanzado por Akashi.
- Creo que este año deberías ir con alguien al baile de apertura. –Le dijo uno de los delegados a Seijuro. Esta cerro los ojos y algo pensativa respondió:
- Debería, lo sé. Iré con Satsuki.
- Ir con el vicepresidente solo generara sospechas, sabrán que es una cita falsa. – Acotó el otro delegado
- ¿Que proponen?
- Estuvimos buscando una lista de varios interesados. Hay algunos muy aceptables, son apuestos y de buena familia, además que sus notas no están nada mal.
- Son aburridos.- Dijo al mirar la lista – Los conozco poco pero nada de ellos llama mi atención.
- Solo será formalidad
- Lo sé, si no encuentro nada aceptare a la primera persona que me invite y listo. – Dijo desinteresada.
Kuroko se sentía algo inquieto, no quería que ella fuera al baile con alguien, realmente no quería que eso ocurra. Lo que la mantenía tranquila era saber que Akashi jamás estaría con nadie, le parecía imposible que alguien pudiera estar con ella, era inconcebible.
Paso en seco. No quería seguir escuchando la charla, prefería enterarse a las malas de la decisión de Seijuro. Iba a dar la vuelta sin embargo choco.
Fue un golpe corto, e hizo su mejor esfuerzo por no caer, cosa que logro a duras penas.
- Lo siento.- Se apresuró a decir, seria y sin sentimientos, la verdad ahora le importaba poco y nada lo que ocurriera
- Descuida la culpa fue mía. – No lo podía creer, no podía creer lo que sus oídos le decían, si enfrente de ella se encontraba ella, la presidenta del consejo estudiantil, Akashi Seijuro.