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Fake「Viktuuri」 por Bakyura

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Notas del fanfic:

¡Hola! Este es mi primer fic de YOI y espero sea de su agrado :'D 

Si pudieran dejar su lindo review se agradecería enormemente, es lo que me anima a seguir ^^

(Pueden encontrarlo también en Wattpad y FanFiction)

Notas del capitulo:

He aquí el prólogo, chicos :D soy mas de escribir en las notas finales, así que nos leemos allá ^^

El poblado de Hasetsu no era un lugar muy popular, para nada. No había empleos, no había centros comerciales de renombre y vaya que no había futuro para muchas de las personas con altas expectativas en la vida. Es por esto que Yuuri Katsuki decidió mudarse a Tokio, en busca de una vida próspera y feliz. Claro que, la definición de felicidad divergía un poco entre Yuuri y el humano promedio, pues ésta debía girar en torno a la comodidad, el ocio y por supuesto… el dinero. Y si bien, el humano promedio había llegado a considerar ese estilo de vida como la perfección, pocos, o solo aquellos considerados “oportunistas” se atrevían a fijarse eso como meta. Y entre esos pocos, se segregaba un cúmulo aún más escaso de aquellos que lo lograban.

Por supuesto, dichos deseos por parte del chico no eran de dominio público. Ante todos, Yuuri era un joven tranquilo, trabajador, persistente… y si, lo era, del verbo pasado.

El hecho de ver cómo sus ex compañeros de universidad triunfaban le deja estupefacto. El chico mujeriego que entraba a 2 de 7 clases ya contaba con el respaldo de uno de los empresarios más prósperos de Japón, su suegro. ¿Cómo consiguió dicho respaldo? Casándose con la hija mayor del mencionado. Su compañero de cuarto, el chico que siempre se copiaba de su tarea y pedía que lo anotaran en los proyectos acababa de abrir un pequeño pero próspero negocio de artículos para oficina, justo al lado de la escuela privada de sus padres. La chica con la que estuvo saliendo el primer semestre de universidad, una chica lista pero holgazana ya esperaba a su primer hijo, producto de su matrimonio con el hijo del decano, un abogado ya establecido, por lo que dejaría de trabajar y se dedicaría a las labores del hogar.

Mientras tanto él, el chico modelo, ejemplo a seguir, primer lugar de la clase, chico deportista y bien parecido que declinaba una fiesta por dedicarse a los estudios, justo ahora… no tenía nada. Vivía con sus padres, lo que le permitía ahorrar un poco del dinero que le dejaba su trabajo como auxiliar de ventas en un negocio de su pueblo, pero no era suficiente.

Había dejado Detroit al concluir sus estudios, y pensó que sería alguien de utilidad en su pueblo, pero se equivocó. Se lamentó no haber apuntado sus expectativas a algo más grande, y sobre todo, se lamentó el tiempo perdido. Las personas dedicadas no tienen tanta suerte como aquellos que buscan sobresalir, y no es verdad que el ser humilde te trae recompensas. Estuvo equivocado todo ese tiempo, y quizá, a sus 23 años ya era muy tarde para redimirse. La vida se había encargado de dejarle un recordatorio de ello.

¿O tal vez no? Había una esperanza, una esperanza escondida en dicha empresa que recién instalaría una de sus sedes en Japón. Los periódicos y sitios de internet anunciaban la búsqueda de personal administrativo para conformar el equipo de trabajo, y a pesar de ser joven y sin experiencia, decidió que ésta vez apuntaría a algo grande.

La empresa internacional Nikiforov Corporation contaba con distintos productos y servicios bajo su cargo, entre los cuales destacaba la producción de equipo deportivo de alta calidad. Para Yuuri no había mejor opción de trabajo que esa, dada su licenciatura en negocios internacionales y su gusto por el patinaje artístico. ¿Lo mejor? Al ser la primera sede japonesa, se necesitarían muchos recursos humanos antes de abrir. Impresionante el hecho de que una empresa tan grande no hubiera pisado territorio nipón desde su fundación hacía ya 21 años.

Nadie sabía por qué, pero el presidente Grisha Nikiforov detestaba dicho país, por lo que se negaba a asentar una sede en dicho territorio asiático. Los productos Nikiforov llegaban a los comercios japoneses, pero eran escasos debido a su falta de producción en dicha isla. La oferta y demanda de los patines, palos de golf, balones, esquíes, línea de calzado y ropa era tan grande que los inversionistas amenazaron con retirar el capital invertido, lo que llevó a Grisha a tomar la drástica decisión de nombrar a su único hijo y heredero, Viktor Nikiforov, como encargado de la sede japonesa, la cual se encargaría de la producción y distribución en el interior del país.

En la mente de Yuuri solo existía el deseo de comenzar su vida laboral en una empresa tan prestigiosa como lo era Nikiforov Co. No podía seguir con su vida sabiendo que, aunque tenía los mismos deseos egoístas que los demás, a diferencia de ellos él no lograba conseguirlos. El recordar cómo desperdició su esfuerzo por ganar lo que los demás conseguían sin mover un dedo era frustrante, y no deseaba seguir sintiendo eso. Ya no deseaba ser el mejor, ni el más listo ni ejemplar. Buscaba la felicidad, esa felicidad egoísta que no todos admitían querer. Esa felicidad que no coincidía con la de las personas que lo rodeaban. Ese deseo egoísta… haría lo que fuera para volverlo realidad. 

Notas finales:

Jelowww~ 

Por ahora solo quiero advertir que Yuuri será un personaje un tanto... OoC. Pero solo un poco, y por poco tiempo, así que don't worry, people :'D denle una oportunidad al muchacho, please ^^

Hasta otra :)


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