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First Love [Yoonmin] por knvlchan

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The corner of my memory

 

A brown piano settled on one side

 

In the corner of my childhood house

 

A brown piano settled on one side

 

First Love - SUGA

 

 

 

Intenté caminar rápido para llegar pronto a casa y terminar con la tarea que mi padre me había pedido o se enojaría mucho conmigo.

 

Cuando al fin llegué, dejé los zapatos tirados por ahí y entré descalzo con tal de apresurarme sin ni siquiera ponerme las sandalias.

 

Mi padre me esperaba sentado en el sillón mientras veía la televisión así que me acerqué lentamente para darle la botella de Soju e irme a jugar con mis juguetes.

 

Él me miró de arriba hacia abajo estirando la mano para que le entregara la tan preciada bebida, cosa que yo hice pero al ver que seguía con la mano estirada después de recibirla y ponerla en su regazo me entró el miedo.

 

Aún lo recuerdo como si fuera ayer.

 

–¿Y el cambio? –Me preguntó.

 

Yo abrí mis ojos como platos intentando recordar donde lo había puesto y con temor recordé que al salir rápidamente del local, ni siquiera me había quedado para esperar el cambio.

 

Mi padre se levantó cuando agache la cabeza y le dije: "Lo perdí".

 

No me di cuenta en que momento fui lanzado al aire, cayendo al suelo de manera escandalosa y haciendo que no sintiera mi cuerpo durante algunos segundos debido al impacto.

 

Mi frente se sentía mojada pero no me dolía, toqué suavemente con la mano izquierda y esta también se mojó. Mis ojos estaban borrosos y escuchaba gritos en toda la casa, como pude me levanté de mi lugar y miré hacia al frente.

 

Mi vista era rojiza y podía sentir claramente como lágrimas resbalaban por mis mejillas. Me limpié con las manos quitándome el líquido que escurría de mi frente para ver el desastre que había ocasionado.

 

Un florero estaba tirado en el piso y el agua ahora de color roja, estaba esparcida por todo el suelo. Mi madre llegó poco después de escuchar el ruido y entrando bastante asustada a la escena.

 

Estaba aterrorizada, podía sentirlo cuando posó su mirada en mí e intentó acercarse pero él la detuvo. Ambos comenzaron a discutir en medio de la sala y mientras él elevaba la voz, mas miedo me entraba.

 

Como ya era costumbre, mi padre comenzó a alterarse mucho.

 

Fue en menos de un instante, yo me encontraba parado a unos escasos metros de ellos cuando vi como le lanzó el primer golpe en la cara dejándola en el suelo.

 

Yo me acerqué asustado para intentar protegerla, pero mi pequeño cuerpo no alcanzaba a cubrir el suyo.

 

–Yoongi, mamá esta discutiendo con papá –Me tomó de la mano mientras él iba a la habitación por algo más para golpearla –¿Podrías salir de casa y volver dentro de unas horas? Es mejor que no veas esto –Forzó una sonrisa acariciando mi mejilla.

 

Estaba asustado y mis piernas temblaban, no quería dejarle sola porque sabía muy bien lo que seguía después de que él volviera. Ella miró el temor en mis ojos e intentando calmarme dándome un beso en la frente.

 

Apreté mis labios por la impotencia que sentía en aquel momento y la dejé en el suelo, porque era lo mejor que podía hacer un niño de 7 años en esa época, aunque mi corazón dolía porque sabía que la golpearía hasta que ella perdiera el conocimiento.

 

Sin embargo, como el cobarde que era salí corriendo de la casa sin voltear atrás dejando el destino de mi madre con aquel hombre que se hacía llamar mi padre.

 

Lloraba y no dejaba de llorar.

 

Corriendo por las calles sin poder ver con claridad por la lágrimas que caían de mi rostro.

 

El crepúsculo se veía a lo lejos y yo corría sin destino alguno, tan solo llevado por mis piernas hasta que estas no resistieran.

 

Hoseok, mi mejor amigo, se encontraba de vacaciones por lo que no tenía a quien acudir para resguardarme en un momento así.

 

Mientras corría me sentía muy solitario y tonto, pensando solo en el rostro de mi amigo que de haber estado aquí podría haberme consolado.

 

Seguí corriendo intentando no pensar en nada hasta que de repente choqué con un bulto un poco más pequeño que yo y nuevamente salí disparado al suelo, solo que esta vez fue mi trasero el que dio contra el pavimento.

 

El golpe en alguna otra ocasión habría dolido pero extrañamente no sentí dolor, pues mi cabeza comenzaba a tener un dolor punzante en la parte superior.

 

Mi vista estaba borrosa debido a mis lágrimas pero distinguía claramente una tenue luz que iluminaba al niño que se encontraba frente a mí.

 

Parecía un ángel.

 

Un ángel que estiraba su mano para levantarme, y yo quería agarrarla pero tenía miedo de quemarme por tan bella luz que despedía.

 

Y llegué a pensar que su silueta era tan hermosa como la luz que bañaba su cuerpo.

 

Cuando mi vista de acostumbró a la luz, vi que el niño era morenito y bastante bajito, con las mejillas completamente sonrosadas.

 

Tenía el ceño fruncido mientras me observaba detenidamente, y es cuando me di cuenta que estaba preocupado por mí.

 

Intentó tocarme la frente y lo esquivé en seguida cubriendo mi propio rostro.

 

–¿Te encuentras bien Jimin? –Miré de reojo hacia la voz que escuché.

 

A su lado, un niño más pequeño con el cabello castaño se acercó con la misma cara de preocupación.

 

Agaché mi rostro intentando evitar la mirada de ambos –Yo estoy bien Taetae, pero él me preocupa –Alcancé a oír la voz del primer chico.

 

Bajé mi rostro para encontrarme con un estado lamentable.

 

Mis pantalones estaban llenos de tierra y estaba descalzo, mis manos estaban llenas de sangre y seguramente mi frente también tendría sangre.

 

–¿Te sientes bien? –Se sentó a cuclillas frente a mí.

 

Esta vez pude observar mejor su rostro, era pequeño pero muy bien formado. Tenía la nariz pequeña y los labios abultados, los ojos eran también pequeños y sus cachetes lo hacían ver bastante lindo.

 

Su mirada llena de preocupación hizo que sintiera un leve cosquilleo en el estómago por lo que mi boca soltó lo primero que me vino a la mente.

 

–Nada que te importe niño –Le contesté intentando pararme.

 

Mi cuerpo no me respondió por completo y me fui de frente, afortunadamente él también se había levantado por lo que caí en sus hombros. Y de la nada, sus pequeñas manitas se aferraron a mi espalda con fuerza y recargando su barbilla en mi coronilla.

 

–¿¡Qué haces!? –Le grité –¡Quítate! –Lo empujé.

 

Logré separarme de él aunque mis piernas aún tambaleaban. Me di la vuelta dispuesto  a retirarme del lugar pero su voz aguda me detuvo.

 

–¿Quieres jugar con Taetae y conmigo? –Preguntó extendiendo su mano.

 

Volteé a verlo con desprecio pero algo me decía que negarme ante él no sería buena idea.

 

Había sido tan bueno conmigo y yo no estaba siendo precisamente el chico amable que debería ser.

 

Yo aún titubeaba pero el seguía con su mano estirada.

 

Pude observar lo pequeña y gordita que era, y por un segundo pensé que sería lindo enredarla entre mis dedos blancos y delgados. Me sonreía a pesar de que yo le había gritado haciendo que sus ojos se volvieran dos líneas en su rostro.

 

El niño era bastante lindo y yo no quería negarme ante esa expresión tan tierna que tenía frente a mí.

 

Intentando buscar un pretexto para negarme, miré al otro chico que nos observaba. Él parecía más pequeño de estatura y se encontraba chupando su dedo de manera infantil. Al verme sonrió dejando entrever un sonrisa cuadrada que me estremeció el corazón.

 

¿Quiénes eran esos niños y por qué me trataban tan bien sin conocerme?

 

Después de mucho pensarlo asentí con mi cabeza y le tomé de la mano intentando contener el nerviosismo que sentía al tocar una piel ajena a la mía.

 

Su mano regordeta le confería calor a mi mano fría y pálida, y su rostro brillante me parecía una de las mayores obras que hubiese visto en mi pequeña corta vida.

 

Mi corazón se aceleró al imaginar que un desconocido se preocupó por mí sin recibir nada a cambio.

 

–Él es Taehyung pero puedes llamarle Taetae –Me dijo mientras el pequeño castaño nos saludaba –Y yo soy Jimin, pero puedes llamarme Minnie –Sonrió.

 

 

 

Un momento bastó para conocer a la persona que sería la inspiración de mis obras y mi razón de vivir.

 

Un instante es lo que me tomó para enamorarme de persona tan preciosa y vivir uno de los momentos más hermosos de mi vida.

 

Un suspiro para darme cuenta que lo quería para siempre a mi lado y que nunca más se apartara de mí.

 

 

 

¿Acaso esto es real?

 

Porque Jimin es demasiado hermoso para ser real, y no negaré que tengo miedo de perder a la persona que más quiero en este mundo.

 

–¿Estás listo Suga? –Me pregunta asomándose en la puerta.

 

Lleva unos vaqueros que acentúan sus largas y finas piernas, una polera blanca que me deja apreciar esa cintura que tanto amo tocar con mis manos.

 

Me sonríe mientras me mira, y sus pequeños ojos desaparecen al hacerlo.

 

Han pasado 15 años desde que lo conozco y aún no me parece suficiente el tiempo que hemos compartido juntos. ¿Seré egoísta? No lo sé, ni quiero saberlo porque a su lado solo sé que conozco la palabra felicidad.

 

–Estoy casi listo, solo me falta escribir el final de este párrafo –Le digo mientras tomó un sorbo de café.

 

Él hace un puchero mientras agarra su cabello.

 

Y si pudiera describir la perfección que ven mis ojos al verlo, las palabras no alcanzarían a llenar este texto.

 

–Papá creo que ya llegaron los tíos –Dice una pequeña voz mientras busca abrazarlo de las piernas.

 

Sonrió levemente mientras sigo escribiendo lo último de mi historia al escuchar esa infantil voz.

 

–Jungkook, ve abrirles a los tíos y diles que en unos momentos bajamos. ¿De acuerdo? –Le dice mientras lo carga y le da un beso en la nariz.

 

–¡Sí! Ya quiero jugar con Jin y Nam –Baja corriendo de las escaleras.

 

–¡No corras! –Le grita Jimin preocupado.

 

–Déjalo amor, se sabe cuidar –Le digo mientras cierro el portátil.

 

Él sigue con esa sonrisa de par en par y pareciera como si nunca se cansara de hacerlo.

 

Mientras me acercó hacia Jimin, mis ojos buscan encontrarse con aquellos ojos tan pequeñitos pensando lo increíble que es haberlo conocido.

 

Aún me sorprendo cuando descubro que no importa el tiempo que pase, pero al ver aquellos labios delinear un sonrisa para mí, siguen estremeciendo mi corazón como si fuera la primera vez.

 

Me acercó a su cuello para recargarme y aspirar un poco de su aroma.

 

–¿De qué va la obra? –Me pregunta mientras sus manos acarician mi espalda y recarga su barbilla en mi cabeza.

 

–Es un secreto –Levantó mi rostro y le doy un rápido beso en los labios.

 

Él frunce el ceño porque no le he convencido, y estoy seguro que me preguntara de nuevo en algún momento del día.

 

–¿Te has imaginado lo que le pasaría si un chico totalmente destruido conoce a un ángel? –Me mira extrañado pero niega con la cabeza –Pues de eso va la historia –Acarició sus mejillas –Un chico convierte en el destino de su mirada a un pequeño ángel que lo salva cuando más lo necesitaba.

 

Es sólo que ese ángel no sabía que lo era porque yo he guardado el secreto durante todo el tiempo que llevo conociéndolo...

 

Jimin abre la boca en señal de que ya se ha imaginado toda una historia en su cabeza y yo aprovechó ese descuido para robarle un beso de nuevo.

 

–Espera Min... –Se aleja –Hobi-hyung y Tae ya llegaron –Dice completamente nervioso.

 

–Lo sé –Me acercó para acariciar mi nariz con la suya –Simplemente intentaba admirar la pieza de arte que tengo frente a mi cuerpo.

 

Jimin se sonroja evitando mi mirada, después de tranquilizarse me toma de la mano para salir del cuarto y recibir a los chicos que ya tenían un gran escándalo con los niños.

 

–Jimin cada día te veo más bajito –Se burla Taehyung.

 

Hoseok se ríe de su comentario y yo le imitó.

 

–¡Cállate Tae! que cuando éramos niños yo era más alto que tú –Hace un puchero.

 

Durante mucho tiempo desconocía el verdadero significado de familia, pero Jimin me enseño que esa palabra conllevaba más cosas de las que yo creía.

 

A su lado me demostró que lograr un meta significaba mucho más cuando tenías a las personas correctas a tu lado. Y su presencia, que por más pequeña que sea, podía ser un tesoro mucho más valioso que cualquier cosa en el mundo.

 

–Gi –Me dijo aquel niño mientras me abrazaba.

 

Mis lágrimas no dejaban de salir mientras buscaba mi rostro lastimado.

 

–Mamá me da besitos para olvidar el dolor y dice que si encuentro a alguien que quiera mucho –Suelta mis mejillas sintiendo como su calor se aleja de mí –Podré darle besitos aquí para hacerlo sentir mejor –Me mira fijamente y señala con su índice mis labios.

 

Yo no entiendo porque me tiene que decir eso cuando estoy llorando ni tampoco como no se había dado cuenta que al decirme eso me hería.

 

Yo quiero ser el único niño al que Chim consuele, ni siquiera puedo imaginar que esos labios abultaditos toquen otros labios que no sean los míos.

 

–Minnie quiere a Yoonie, así que solo a él  le dará besitos –Cierra sus ojos con fuerzas y acerca sus labios a los míos.

 

De esta manera roba mi primer beso.

 

–¿Te gustó?

 

Me sonrojó y evitó su mirada.

 

–Mucho –Suelto casi de manera inaudible.

 

Mis lágrimas han dejado de caer y el ardor de mis mejillas desaparece.

 

–Que bueno –Da un gran suspiro –Al fin dejaste de llorar –Lo miró a los ojos–así que mamá tenía razón –Me sonríe.

 

Siento el calor recorrer mis mejillas. ¿Será egoísta pedir un beso mas de Minnie?

 

–Gi, estoy aquí ­­­–Miré una vez más sus ojos –Así que ya no debes llorar más porque yo siempre estaré aquí para darte besitos –Acerca de nuevo su rostro y yo cierro los ojos instintivamente.

 

 

 

Es cierto...No importa que tan difícil sea mi existencia, a lado de Jimin no tenía porque llorar.

 

Y de alguna manera, sin quererlo había encontrado al ángel que tanto necesitaba para calmar mi dolor.

 

A lado de Jimin nada me podía faltar y con eso era suficiente.

 

Al lado de él...

 

 

Notas finales:

¿Les gustó? 🙃

Espero que les haya gustado porque a mi me gustó escribirla 💕

 


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