El ser tan viejo significaba muchas cosas.
La gente lo asociaba mayormente con la sabiduría, la experiencia, la nostalgia, los achaques.
Pero ser viejo significaba también, tener muchos muertos en el armario.
Porque no todos vivían como tú. El tiempo, no trataba a todos por igual, o al menos no a él.
Por eso, le era tan difícil vivir, por q todo su pasado le pesaba. Porque no podía ver algo, recordando como alguna vez lo fue en sus inicios, no podía ver la luz de un foco sin recordad su infancia a base de velas, no podía ver los autos sin recordar los caballos, no podía empuñar un arma sin recordar lo lentas y pesadas q eran antes.
Todo cambiaba y lo hacía muy rápido, pero si evolucionaba era en base a los mismos principios q Logan vio desarrollarse con extremo detalle. No era nostalgia lo q tenia, no era un desadaptado. Lo q le pasaba era la ausencia de familiaridad. Porque aquello a lo q se acostumbraba, lo q decidía hacerlo rutinario para él, un día cambiaria. Y aquel día llegaría demasiado pronto, en su larga, larga vida. Por eso aun sabiendo adaptarse. Prefería permanecer separado. Siempre al margen. Siempre, solitario.
Por eso, le era tan difícil amar.
Porque no podía hacerlo sin recordar a las personas q amo y q ya habían muerto. Era inevitable, escuchar el tic tac q sentía resonar en su cerebro. Era una cuenta regresiva. Pero no para él. Peor aún. Para la persona q amaba.
No podía amar sin pensar en la muerte.
Pero…en todos sus años; hubo una vez, en la q escucho. Una frase.
“solo la nueva vida, vence a la muerte”
Puede q en su momento no la supiera aprecia bien, pero ahora sabia lo q significaba.
En el presente. Estaba con la espalda apoyada en la pared, entre sus piernas y brazos abiertos estaba su pareja, y tenía las manos sobre un crecido vientre de ya 9 meses. Debajo de sus palmas sentía los violentos espasmos rítmicos, o, contracciones.
Entre sus brazos estaba su, joven amor. Pujando como si la vida se le fuera en ello. Utilizándolo a él como soporte, en el indescriptible dolor q profesaba sentir.
La estancia en la q estaban le era conocida, era su casa. Su cabaña algo alejada del mundo, y recluida en un pequeño bosque. Estaban los dos juntos, él y su pareja sobre una camilla, q compro unos meses atrás mientras en frente tenían a una vieja y experimentada partera, guiando el proceso.
Ellos habían decidido hacer el parto del bebe, algo muy íntimo. Sin doctores, casi sin testigos. De su pequeño milagro q celaban de una manera egoísta.
Fueron alrededor de 3 a 4 horas. Que por fin, la partera anuncio el final. Unos minutos después de ese trabajo extenuante. Por fin pudieron ver a la criatura…
Pero…Solo cuando Logan. Miro los ojos castaños de su bebe, q le devolvían la mirada. Entendió la frase q escucho.
El mirar a su hija entre los brazos de su amor, el mirar a la cara. La nueva vida. Le hiso olvidar por un momento, casi eterno. Aquel cronometro de vida q tenía en la cabeza. Le hiso olvidar a la muerte.
Dejo de escuchar las incesantes manecillas. Y solo se perdió entre la pequeña figura en las delicadas manos de su pareja.
La miraba, la estudiaba, la escudriñaba; memorizando, la pelusa plateada sobre su cabeza, q en un tiempo más seria un cabello gris, como el de su “madre”, obcecaba a detalle los ojos castaños, solo un poco más claros y luminosos q los suyos. Pero tan parecidos. Los labios pequeños y rosas, las manitos chiquititas, y la piel suave y blanca.
Era el ser. Más hermoso q había visto nunca.
Una combinación perfecta.
Era la niña más linda del mundo, y de todo los tiempos. Era, era, era. Simplemente magnifica.
En cada detalle.
Pronto sus manos dejaron el ya vacío vientre. Y acunaron junto con las manos de su amor al fruto de su unió.
Una hija.
Una hermosa nena. Que empezó a amar desde q se enteró q la esperaban. Ahora por fin después de 9 meses de imaginarse como seria, la tenía entre sus manos. Compartiendo el agarre con su pareja. Con aquel tan especial amor. Que había sido capaz de darle aquello q nadie le dio en todos su largos años de vida.
Una familia.
No sabía q tenía una sonrisa en los labios hasta q su amor lo beso, y se lo menciono. Ahora mismo. Su mente estaba perdida en la figura de la bebe entre sus manos.
Era tan chiquita q se veía pequeña, en las ya de por si pequeñas manos de su pareja. Entre sus manos, casi desaparecía…
Tan hermosa…como su pareja. Como un poco, de lo mejor de él. Expuesto, compacto en un brote, parecido al de una rara eh inusual, única flor…
Suspiro, recién notando q le había faltado el aire en realidad, y q su corazón latía a mil por hora.
En cuanto su pareja rio y comento un jocoso.
P-quiero q se llame Lara…
Entonces Logan también rio. Y supo q desde ahora en adelante…puede q tal vez, el reloj en su mente, fuera al revés…solo alargando los años de sus seres amados.
¿Qué porque tenía tanta certeza?
Simple.
Antes se había resignado a dejar ir todo. Había aceptado q todo tenía un tiempo y un lugar.
Ahora estaba decidido a ir en contra del mismo destino. Para desafiarlo si era necesario. Y mantener con vida a su hija y a su pareja. Y a ver del q le llevara la contraria.
L-entonces su nombre será Victoria Lara.
P-Lara Victoria suena mejor.-le corrigió su amor aun entre sus brazos. Las dos personas más importantes del mundo para él…
L-Lara Victoria. Hija mía y de Pietro Maximoff. Para siempre…
Fin
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