POV SHINKI.
Desde que la guerra acabó me vi solo, mis padres murieron en el frente de batalla, algo que realmente ya sabía desde el momento en que me dijeron que serían participes de la pelea.
Mis padres no eran buenos ninja, de no haber sido porque se trataba de una guerra ni siquiera hubiesen contado con ellos, sin embargo, lo eran todo en mi vida, no tengo otros familiares.
Una vez finalizada la guerra, el Kazekage ordenó que todas las personas huérfanas o sin medios para vivir se alojasen temporalmente en un orfanato para ser recolocados en nuevos hogares o si se trataba de personas sin fondos se les proporcionasen trabajos nuevos.
La aldea de la arena había cambiado mucho desde la incorporación de este nuevo Kazekage, no había tanta hambre, la seguridad en la aldea era prácticamente absoluta, todo el mundo adoraba y respetaba a Gaara por ello, sin embargo, yo no era de esas personas. Tras la noticia del fallecimiento de mis padres un Ninja se dispuso a llevarme a aquel orfanato, cosa que no acepté y escapé, tuve suerte de hacerlo antes de que el Kazekage se reincorporase y estableciese su defensa absoluta en la aldea.
Esta defensa consiste en un muro de arena...que impide la entrada o salida a nadie que no esté autorizado por el Kazekage o su consejero Kankuro.
Al huir de la aldea me alojé en un pequeño bosque a las afueras y me dediqué a sobrevivir cazando los animales que encontraba, cuando me tope con Araya y Yodo, ellos al igual que yo eran huérfanos de la guerra. Los tres empezamos a delinquir para vivir lo mejor que pudiésemos.
Esto pronto fue un tema a tratar y varios ninjas de clase baja intentaban capturarnos sin éxito, todo hubiese seguido igual de no ser por aquel día.
-Chicos debemos escondernos rápido- decía Yodo completamente asustada.
-¿Qué sucede?.
- Es el Kazekage está atravesando el bosque.
-¿Qué? rápido tras los arbustos.
Estábamos escondidos tras los arbustos viendo como el Kazekage atravesaba el bosque andando junto con Kankuro, por qué tenia que pasar precisamente por ese bosque. Seguramente no nos vea si no nos movemos, pero no puedo evitar sentir odio hacia él, su mirada arrogante por no hablar de que es el líder de toda una aldea desde que tenía apenas 16 años. No puedo evitar odiarlo, quizás sea por envidia de su magnifica vida a diferencia de la mía, o coraje de que todos se arrodillen al paso de alguien tan insignificante, o quizás simplemente le culpo por lo sucedido a mi familia.
No pude controlarme y lancé mis cuchillos directos a su cabeza, pero estos se toparon con un manto de arena.
-Salid - dijo en tono serio y autoritario el pelirrojo.
Yodo y Araya comenzaron a correr, yo por el contrario me quedé inmóvil en el sitio, ¿cuándo se había colocado detrás mía?
-Levántate.
Me levanté tal y como ordenó quedando frente a él, le mire observando que estaba de brazos cruzados examinándome por completo.
-Así que vosotros sois los que habéis estado atacando a las personas que atravesaban el bosque.
Como respuesta le mande mi arena de hierro sobre él, pero nuevamente fue neutralizada por su arena.
-Vaya interesante, ¿de qué aldea sois?
-No te importa.
Su expresión se torno en una de molestia, y quise aprovechar ese momento para huir y encontrarme con Araya y Yodo, pero antes de siquiera poder moverme un paso un montón de arena me atrapo elevándome del suelo.
La arena me llevaba detrás de Gaara, y al lado de este se encontraba Kankuro con Yodo y Arase protestando al haber quedado atrapados en una de sus marionetas.
Ví como nos aproximábamos al muro de arena y el miedo entró en mi cuerpo, si lo atravesábamos no podríamos volver a salir.
-NO PARA, PARA.
-¿Qué pasa?- dijo con un tono tranquilo que irritaría al mismo demonio ese maldito de Gaara
-No somos de la aldea de la arena, no deberíamos entrar ahí.
-No te preocupes, una vez me digáis de donde sois contactaré con alguien de allí para que venga por vosotros y os dejaré salir.
-NO PUEDES, somos huérfanos nadie vendría.
-Entonces es mejor que os quedéis en la aldea se os proporcionará un nuevo hogar.
-NO ES DE TU INCUMBENCIA MALDITO.
Aaarg la arena apretaba mi cuerpo, era bastante doloroso si siguiese apretando podría quebrarme todos los huesos.
-Debes mejorar tu vocabulario enano, no olvides que estas hablando con el Kazekage- decía Kankuro.
Una vez dentro, observé como todas las personas hacían una reverencia al paso de Gaara y se alegraban de ver que había vuelto.
Nos llevaron a ese maldito orfanato pero para mi sorpresa yo no fui dejado allí, Gaara me llevó con él a su casa.
Una vez dentro se sentó en un butacón dejándome alfin libre de la maldita arena.
-Haz una reverencia.
De verdad piensa que voy a reverenciar su presencia, está loco si lo cree.
-JÁ, Mira señor Kazekage quizás todos en esta aldea te respeten y te traten como a un Dios, pero yo no lo haré, buscaré la primera oportunidad que tenga para huir de esta maldita aldea, y ten por seguro que no volveré a ella.
-Es Kazekage Sama, deberás aprender modales, los necesitarás.
Mil insultos se pasaron por mi mente, pero nuevamente esa molesta arena estaba aprisionando mi cuerpo, realmente era muy doloroso, cómo es posible endurecer tanto la arena.
-¿Qué quieres de mí? ¿por qué no me has dejado con yodo y Araya?.
-Así que así se llaman tus amigos, bien es hora de que te presentes tú.
-He hecho una pregunta, contéstame.
-AArg....para haz que la arena deje de endurecerse...
Lo miré a los ojos, estos atemorizarían a cualquiera.
-Kazekage Sama por favor.
-Mucho mejor- tras estas palabras la arena dejó de envolver mi cuerpo.
- Kazekage Sama mi nombre es Shinki- dije haciendo una reverencia.
-Buen chico, ¿de qué aldea eres?.
-De la aldea de la Arena señor.
- Uhmm...mentiste al decir que no eras de aquí entonces.
-Lo siento, tenía miedo del muro de arena.
- No importa, y bien los chicos que estaban contigo ¿son tus hermanos?.
-No señor, son huérfanos de la guerra como yo.
-Vaya, veo que sí que sabes modales después de todo. Ven siéntate a la mesa conmigo, vamos a cenar.
Comenzamos a cenar una especie de puré, estaba tan delicioso, hacia años que no comía comida caliente en una mesa.
- Señor
- ¿si?
-Puedo apartarme más comida.
-Claro, pero antes prueba a llamarme Padre.
-¿P...p..ADRE? qué clase de broma es esta- dije levantándome de la mesa.
-Bueno el motivo por el cual no te he dejado con tus amigos, es porque allí solo se quedan las personas que necesitan encontrar un hogar, pero tu ya tienes asignado uno, vivirás conmigo como mi hijo. En otras palabras he decidido adoptarte.
-¿ADOPTARME? - La persona causante del fallecimiento de mis padres ahora dice que quiere adoptarme...qué clase de juego es este, debería darle una paliza, pero eso es imposible en un segundo tendría la arena aplastando mis huesos, por no hablar de que huir con el muro es imposible...y tengo que conseguir que saquen a mis amigos de aquel lugar, los atraparon por mi culpa, no tengo muchas opciones, necesito su ayuda.
-¿Tienes algún problema con ello, hijo?.
-No Padre, perdone mis modales no me lo esperaba.
Una vez habíamos terminado de comer, me dí una ducha algo que realmente se sintió como estar en el cielo. después nos dirigimos a su habitación, había dos futones, tras acostarme en el mio, la cabeza no hacia más que darme vueltas.
-Padre
-¿Si?
- ¿Qué va a pasar con Yodo y Araya?
-No te preocupes por ellos, Kankuro ha decidido adoptarlos, vivirán en la casa de al lado, así que no tendrás problemas para verlos, además os entrenaremos, aparte de esa arena de hierro quiero que aprendas a usar marionetas y en eso Kankuro te será de mucha ayuda.
- De acuerdo, buenas noches padres.
[ CONTINUARÁ.... ]