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Perdida por Nakisa

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Notas del fanfic:

Me gustaría saber lo que piensan :3

Notas del capitulo:

Me gustaría saber que les parece la historia, estabe de humor para escribirla xD

nota: esta historia son varios capítulos cortos unidos, por eso se ven varios 1 en el capítulo

–1–

Se sentía cansado y su cuerpo estaba recostado sobre algo duro, seguramente era el suelo. Sus músculos estaban a doloridos y sentía un dolor de cabeza y de pecho, no tan intenso pero si agotador.

Un leve golpe en las costillas proveniente de alguien le obligó a moverse, y se re-acomodo en el suelo incomodo. Lentamente abrió y observo el cielo que se encontraba nublado y gris, pero ninguna sola gota caía.

Movió sus manos y sintió la tierra que se encontraba entre ellas, se levanto un poco recargándose en sus manos y observo su alrededor. Se encontraba tirado en medio de un… ¿bosque?

Justo al lado de él miró a un hombre, su rostro aunque elegante no mostraba muchos sentimientos, pero aún así podía sentir claramente un aura de enfado salir de él.

Trato de ponerse de pie pero sus piernas no lo sostuvieron dejándolo caer casi por completo al suelo, solo sus manos protegieron su rostro de cualquier golpe. El hombre bufó en burla y él se sintió irritado ¿Quién se supone se creía para burlarse de él?

Trato de ponerse de nuevo en pie y esta vez el hombre le extendió una mano, y él la rechazó de inmediato, ni loco aceptaría su ayuda.

–Veo que sigues vivo –dijo burlón–. Es una lastima.

–¿Disculpa? –preguntó incrédulo de sus palabras.

–Lo mejor para los dos hubiera sido que hubieras muerto ahora, Potter –explicó con fastidió–. Así nos hubieras ahorrado una persecución innecesaria.

–No se quien te crees para decir esas palabras –gruño el.

–Tú y yo sabemos que las cosas hubieran ido mejor si no hubieras venido aquí hoy –respondió el hombre.

–¡Espera! –gritó–. ¿Quién eres?

–… –El hombre se quedó en silencio mirando incrédulo su rostro. –¿Estas jugando, verdad?

El hombre parecía convencido de que le estaba timando, pero el mismo estaba convencido de que ese hombre lo estaba engañando. El no lo recordaba en absoluto. Trató de recordar quien era el hombre de ojos rojos frente a él, pero por más que trataba no lograba recordar nada.

Empezó a asustarse y alterarse, ¿Quién era el hombre frente a él? ¿Dónde estaba? ¿Por qué le dolía la cabeza? Y lo más importante… ¿Quién era él?

–¿Potter? –llamó el hombre al frente suyo.

–¿Mi… Mi nombre es Potter? –preguntó temeroso de no conocer él miso la respuesta.

–¿Bromeas, verdad? –preguntó el hombre incrédulo, pero al no obtener la respuesta agregó enfadado –¡¿Cómo pudiste perder la memoría?!

–1–

–…

El chico miró al mayor enojado, había perdido la memoria ¿Cómo esperaba supiera el porqué? Era él quien debía darle una explicación, estaba perdido en medio del bosque y lo único que hacia el mayor era gritarle e insultarlo.

–Como sea, yo me voy –dijo él hombre y dio media vuelta.

El chico en el suelo "Potter" lo detuvo del pie. No podía dejarlo ir, tenia que aferrarse a él cueste lo que cueste. Suficiente había tenido que sufrir como para… ¿Sufrir?

–¿Qué quieres? –preguntó molestó.

–¿Cómo me llamo? –Le pregunto el menor mientras se apuntaba a si mismo con el dedo índice.

–No me importa –Sacudió su pie soltándose del agarre del menor.– Vete a casa.

–¡¿Y donde esta eso?! –gritó el chico tirándose a agarrar los pies del mayor. Esta vez provoco que el hombre tropezara y cayera al suelo.

–¡Con un demonio Potter! –exclamó el mayor.

–¿Mi nombre es Potter? –Hizo la misma pregunta que hace un rato, pues aún no había recibido una respuesta. Y sin levantarse se aferro aún más al cuerpo del extraño.

–Harry –murmuró.

–¿Eh?

–Harry Potter es tu nombre –explico él.

Harry se levantó un poco del suelo y vio los ojos del mayor, estaba enojado, pero no daba tanto miedo como pensaba y menos al verlo despeinado y batido con lodo. Supuso que el también estaba igual, pero no le importaba.

–¿Y donde esta mi casa? –preguntó esta vez mirándolo a los ojos.

–Por allá –señalo a algún lugar obscuro por el bosque–. Aunque es más una escuela que una casa.

Harry se aparto del mayor y aún en el suelo miro el camino que le había indicado. ¿Había cruzado ese camino para llegar allí? Miró al hombre que se estaba levantando y limpiando, ¿Quería encontrarse con este hombre?

El mayor limpio su túnica usando una varita y magia. Era verdad, la magia existía. ¿Qué clase de hechizo se había lanzado para recordar eso, pero no quien era ni que había pasado?

–¿Tu nombre? –preguntó viendo al mayor. El hombre lo miro con odio, con reproche y acusación.

–Riddle –le dijo aún sin quitar esa mirada severa contra él.

–¿Y que estoy haciendo aquí?

–No sé ni me importa –espetó Riddle y dio señales de querer irse.

Algo en él lo impulso, tal vez no quería estar solo en el bosque o era esa voz en su cabeza que parecia querer decirle algo muy importante. Pero se levanto del suelo de un tirón y se lanzo sobre Riddle en cuanto vio que estaba por desaparecerse.

Sintió un fuerte tirón desde su ombligo, había olvidado que las apariciones mareaban. Cuando llegaron al lugar del destino Harry provoco que el mayor volviera caer al suelo, y lo vio a sus furiosos ojos rojos unos instantes antes de moverse a un lado y vomitar en el suelo.

–1–

Riddle lo aventó lejos de él para después volverse a poner de pie, Harry se limpio la boca con la manga de su playera y vio a su alrededor. Estaban en un jardín y la puerta de una mansión algo grande que estaba no muy lejos se veía cerca de ellos. El mayor empezó a caminar rumbo a la mansión sin fijarse en él, y Harry se puso de pie como pudo para empezar a seguirlo.

Considerando que había pasado todo el tiempo desde que despertó en el suelo caminar por si mismo aunque fuera a paso lento era muy motivador.

–¿Quién te invito a venir? –dijo Riddle cuando lo alcanzó en la puerta.

Harry no contestó y el de ojos rubí siguió caminando dentro de la mansión. Lo siguió en silencio hasta una habitación, entonces el mayor se volteó a verlo.

–Estas asqueroso –dijo y Harry no pudo evitar sentirse ofendido.

Aún con su agrio comportamiento el mayor llamó a un elfo domestico para darle ropa limpia, tomo las ropas ofrecidas y le señalo entonces el cuarto de baño.

Entro sin mucho animo, aunque el espejo de cuerpo entero que había dentro lo distrajo. Se aprecio en el espejo, un niño de unos 15 o 16 años estaba frente a él. Era raro, no reconocer su figura en el espejo y aún así saber que eras tú el que estaba allí. Se veía cansado ¿Producto de su… accidente, quizás?

Aún no sabía por que había ido a ese bosque, era obvio que Riddle lo sabía, ¿Por qué no quería decirle? ¿El era la causa de su perdida de memoria? Era poco probable considerado que era él más sorprendido con todo este asunto.

Se quito su ropa, que en definitiva estaba manchada de lodo, y en uno de los bolsillos de su pantalón encontró una varita. Supuso que era suya, pero no la sentía familiar y tampoco recordaba haberla recibido de nadie.

La puso a un lado y abrió la ducha, el agua caliente no se hizo esperar y se limpio con profundidad. No reconocía las cicatrices de su cuerpo, su rostro era extraño y el usar anteojos le incomodaba ¿Cómo era antes de que perdiera su memoria? ¿Pensaba igual o se convirtió en alguien distinto? Salió del baño y se vistió con la ropa ofrecida, era un poco más grande que la suya pero cumplía.

Tomó la varita del lavabo y se coloco los lentes, algunos mechones cubrían su rostro y al hacerlos hacía atrás descubrió otra cicatriz.

–Avada Kedabra –dijo en broma mientras se daba cuenta de la similitud que tenia con la forma de mover la varita para conjugar a maldición asesina–. ¿Debo preocuparme por saber un maleficio imperdonable?

Salió del baño al fin, esperaba ver al ojos de rubí en la habitación, pero cual fue su sorpresa al descubrir que estaba vacía.

–¿Riddle? –preguntó al aire y como era de esperar no obtuvo respuesta.

Sólo había 3 puertas en ese cuarto, la de la salida, el baño y la otra puerta desconocida. No conocía la mansión así que no sería lo mejor vagar por allí… no sin haber entrado en la otra puerta.

Camino hasta la puerta desconocida no sin antes haber deseado que fuera un armario, pero no. La suerte fue encontrarse con Riddle en esa habitación, se encontraba de espaldas guardando algo en lo que parecia una caja fuerte.

No parecía haber notado su llegada así que se permitió observarlo. Por las veces que lo había visto de cerca podía decir que era bastante mayor, de aproximadamente unos 27 o 30 años, su estatura deberían ser uno metro 70 u 80. Aunque de lo único de lo que estaba seguro era que era más alto que él.

–Siéntate o vete –ordenó el hombre con su voz autoritaria.

–Eres muy mandón –comentó Harry tomando asiento en un sillón que estaba en medio de la sala, parecia una biblioteca con una muy grande colección de libros.

El mayor no dijo nada, pero juraría que se había enojado con su comentario. Que cerrara la caja con fuerza solo lo confirmaba. Aún así no dijo nada, sólo lo vio tomar un libro que estaba en un escaparate y tomar lugar en uno de los sillones más apartados de Harry.

–¿Dónde estamos? –preguntó.

–En una biblioteca, cierra la boca –ordenó con su ahora típico tono mandón.

Harry obedeció… unos minutos, hasta que se aburrió de nuevo del silencio.

–Estoy aburrido –se quejó–. ¿Qué no haces nada que no sea leer?

–Si te ibas a aburrir no hubieras venido –dijo–. Las posibilidades de que te encontraran en el bosque vivo eran muy altas.

–¿Vives solo en esta gran mansión?

–¿Ves a alguien más por aquí? –respondió con sarcasmo.

–No he explorado el lugar –dijo–. ¿Puedo explorar el lugar? –pidió.

–¿Tu solo? –Su voz sonaba a negativa.– Ni en sueños –Al menos lo intento.

–1–

–Sigo aburrido –se quejó Harry, en su 5ta vez finalmente consiguió que Riddle levantara su rostro del libro.

–Potter –dijo obviamente enojado, pero Harry se sentía feliz por la atención–. Estas en una biblioteca, lee un libro. –Esa era una orden disfrazada de sugerencia.

–No se leer –se excusó en una mentira.

–… –¿Había funcionado? –. No te creo. –Rayos.

–¡No miento! –exclamó ofendido–. No recuerdo como leer.

–Idiota –ofendió y regreso a su libro.

Harry se recostó sobre el sillón, no había funcionado su plan perfecto. Aunque el mayor no podía saber si estaba mintiendo… a menos que… ¡Leyera mentes! Empezó a reír por lo bajo, era una opción pero él sabia oclumancia… ¿o no?

Sabía las bases del encantamiento y como detecta la legeremancia, casi podía oír una voz en su cabeza enseñándole las reglas y eso. Aunque por alguna razón sentía que no le gustaba practicarla, ¿Había tenido dificultades al aprender? Aunque bueno, ahora vaciar su mente no era muy difícil.

Se quedo viendo en algún punto sin ver nada en realidad, estaba aburrido y no tener ningún recuerdo para entretenerse era aún más aburrido. Intento recordar un hechizo, nunca ha logrado hacer magia sin varita, podría practicar.

Se sentó derecho y de entre las librerías se concentro en un libro. Y después pensó "Wingardium leviosa"

Nada.

¿Tal vez no se había concentrado lo suficiente? Lo intento de nuevo esta vez moviendo su mano como lo haría con la varita. Nada. De nuevo lo intento, la tontería lo estaba entreteniendo. Esta vez en cuanto termino de pensar en el encantamiento algo ocurrió.

Pero no lo que él quería, el libro se quedo en su lugar estático como burlándose de él. En su lugar una pequeña explosión salió de sus manos haciendo que brincara por el susto, las explosiones son un efecto posible al intentar hacer magia sin varita.

–¡Hey! –gritó Riddle–. ¿Acaso quieres explotar el lugar o qué?

–¡Estoy practicando! –dijo feliz–. No espera… –Eso había sonado mal. – Magia sin varita, magia sin varita –repitió mientras levantaba sus manos en un gesto de rendición. Si Riddle matara con las miradas…

–Suficiente. –Cerró su libro y después se puso en pie. –Ve al cuarto y quédate allí

–ordenó.

–¿Y tú? –preguntó, no quería separarse del aburrido hombre por muy mandón, enojón, mal hablado, irritable y ofensivo que fuera. ¿Por qué lo había seguido?

–Tengo visitas así que sino quieres morir –dijo–: Quédate en el cuarto.

Se quedo quieto viendo a Riddle, seguramente hablaba enserio, no era la primera vez que lo amenazaba. Aunque si lo odiaba tanto como decía ¿Por qué simplemente no lo asesinaba?

–¿Qué esperas? –preguntó enfadado–. ¿Un abrazo? –dijo sarcástico.

–Con mucho amor, por favor –contestó en broma.

–¡Vete! –gritó el hombre señalando la puerta.

Se levantó a encerrarse quien sabe por cuanto tiempo en una recamara, la idea le pareció aburrida así que decidió antes de salir voltear de nuevo a ver el libro.

–¡Me vengare algún día! –exclamó apretando su puño en lo alto con una pose de venganza.

Estuvo seguro que Riddle le arrojo algo, pero no supo que fue pues había corrido a la puerta en cuanto pudo. Sólo el golpe en la puerta le advirtió que fuera lo que fuera era pesado.

–2–

Estaba cansado, había seguido practicando levitar las cosas pero ni una sola vez salió como él esperaba. Lo máximo que había logrado fue una explosión más grande y aunque sí se concentraba podría funcionar para hacer volar cosas, no era exactamente el resultado que buscaba.

Ahora estaba recostado sobre la cama dejando su cabeza colgando en la orilla de la cama, su vista se poso en la puerta de salida. Llevaba ya una hora sin saber de Riddlee ¿Cuánto más tardaría?

Lo pensó, él no había prometido no salir del cuarto. Sí, estaría desobedeciendo a Riddle y su orden de no salir del cuarto… pero tal vez lo perdone.

Dio un brinco en la cama y se levanto de golpe, por un instante su cabeza se mareo, pero sosteniéndose de la cama logro quedar de pie. Caminó hasta la puerta y se detuvo para escuchar recargado con el oído pegado, quería comprobar que no hubiera nadie fuera y su plan de merodear no terminara en él picado en pedacitos y servido al horno.

No le pareció escuchar nada así que abrió la puerta, pero en cuanto estuvo por salir escucho un par de pasos cada vez más cerca. ¡Ya era casualidad!

Volvió a entrar al cuarto apresurado y se recargo de nuevo en la pared para escuchar. Los pasos se hicieron más fuertes hasta que se detuvieron justo afuera del cuarto ¡Demonios!

Harry entró en pánico y se escondió sin pensárselo mucho debajo de la cama, ¿Qué podría ser Tom? Pues sólo pensaba que no debía ser descubierto en su fallido intento de escape.

La puerta se abrió y una persona entro, parecía la túnica que estaba usando Ridlle antes de que se fuera ¿Era Riddle?

–Se ven tus pies, idiota –Sí, era él.

Escondió sus piernas de la vista de Riddle, tal vez era seguro salir ahora, pero era divertido hacer enfadar al mayor. Tal vez porque no lucia realmente enojado… la mayoría de las veces…

–¿Qué estas haciendo?

–Busca me –pidió desde bajo de la cama.

Escuchó al mayor suspirar con fastidio, pero se agachó igualmente al suelo.

–¿Y ahora? –preguntó viéndolo desde afuera.

–Te atrape –dijo Harry tomando la mano de Riddle presa, le gustaba estar cerca de él.


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