Había un vacío instalado en su alma, un dolor que oprimia su pecho y no lo dejaba respirar, un frío que colmaba sus entrañas y desesperaba a su corazón, El se había ido....
Su amigo, su amante, su esposo, su compañero “incondicional”, decidió tomar un camino diferente al suyo – “ me dejo...” Susurraba mientras cristalinas lágrimas surcaban su rostro muriendo en sus labios, que no dejaba de repetir una y otra vez el abandono que sentía todo su ser.
Cinco años de amor, de su compañía, de sus besos, su cuerpo estaba acostumbrado a él, a sus manos y sus caricias, a su manera tan suya de hacerle el amor, cinco años de experiencias que no eran ni buenas ni malas, solo eran, Naruto no sabia que hacer todo había sido tan repentino, no lo había visto venir, su pelirrojo amor ya no quería compartir más su vida con el, y Naruto sentía que Su amado se había llevado su vida, su felicidad con el, no entendía en que había fallado si el había sido el más leal y fiel compañero , siempre le había apoyado y cuidado inclusive más de lo que se había apoyado y cuidado a él mismo, Gaara era lo que era en gran parte por Naruto quien siempre lo había incentivando a crecer, sin embargo Gaara sentía que era momento de buscar algo más adecuado para el.
- ¿ Tienes un viaje hoy? – preguntó Naruto mientras observaba a Gaara hacer una maleta, el pelirrojo giro, miro fijamente los hermosos orbes azules y armándose de valor respondió.
- Me voy , no te amo más , me he dado cuenta que nuestra relación me dejo de interesar hace mucho tiempo, no quiero lastimarte, eres una persona muy importante para mí, sin embargo mi felicidad no está más a tu lado... – los ojos del rubio empezaron a llenarse de lagrimar mientras una mueca de dolor se instalaba en su rostro – no llores , sé que es difícil pero también sé que no eres feliz conmigo desde hace tiempo, Naruto no me hagas esto más difícil , es lo mejor para ti y para mí, por favor no llores .....- Gaara se acercó e intentó abrazar a Naruto, quien inmediatamente retrocedio
- Como puedes hacerme esto¡ - grito herido – no puedes hacernos esto Gaara, estas confundido- Naruto sentía una daga en su pecho
- Naruto, vengo pensando esto desde tiempo atrás y he notado que tú tampoco estabas del todo feliz... – interrumpió Gaara
- De qué demonios hablas, así es el matrimonio es solo una mala racha .... No puedes tirar todo por la borda , solo por qué las cosas se están poniendo un poco complicadas, de esto no se trata el matrimonio no puedes!, no debes¡ - estaba perdiendo el control de si mismo, ese definitivamente no era Naruto , ni el mismo sabía quién era.
- No llegaremos a nada, hablemos después con más calma- el móvil de Gaara comenzó a sonar , “Sakura” apareció en la pantalla e inmediatamente el rubio conecto la idea
- Quién es Sakura?- la voz se le quebró
- No es nadie, debo irme – cerró la maleta y salió de la habitación dejando atrás a mundo rubio hecho añicos, siendo aplastado por los recuerdos que se encontraban inundando aquella habitación, aquel departamento, aquel corazón.
Habían pasado apenas un par de horas y Naruto se encontraba en shock , que se suponía que debía de hacer? A donde debía ir? A quién iba a recurríR? No tenía padres , no tenía hermanos y todo lo que tenía estaba estrechamente ligado a Gaara, hacia algunos meses que había dejado su empleo, par poder estar más tiempo con su compañero ya que los horarios del pelirrojo eran muy complicados, y ahora? Qué se suponía que debía de hacer con esa vida que no era sólo suya, que estaba tan entrelazada con la de Gaara, que debía de hacer ahora que se había quedado amando solo, esto era apenas el inicio del final y ya se sentía morir.
Decidió recostarse un momento, el era fuerte, siempre lo había sido, no había podido darse el lujo de ser débil hasta que Gaara entró a su vida y se convirtió en un escudo protector, era tan Bello sentirse amado, querido , valorado , en sus cortos 17 años Naruto no se había sentido parte de nada, ni amado por nadie hasta que Gaara llegó, llenándolo de “amor” y dándole a su vida un sentido que nunca antes había tenido, sin embargo a la vuelta de cinco años se encontraba de nueva cuenta solo y roto, y todos esos pedazos de él mismo se clavaban en su alma que clamaba piedad, roto de nuevo... Solo otra vez .....