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Como tú amante o tú amigo por BlodDianielle

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Notas del capitulo:

Hola a todos...

Gracias a todos los que se tomaron la molestia de leer el fic y dejar su comentario.

No se preocupen, me aseguraré de que todos ustedes puedan disfrutar de esta historia hasta el final, porque no es mi estilo dejar las cosas incompletas.

Sin más los dejo, y disfruten este capítulo acompañado de antorchas y trinches... Serán necesarios para el final.

CAPITULO 2 - REVELACIONES
 
Una vez, Naruto se repuso de los efectos de la falta de alimento en su organismo y de la anterior inconsciencia, fue llevado a la clínica por Iruka, quien pidió permiso unas horas, para ausentarse del trabajo, siendo las dos horas finales, las elegidas por el Doncel.
 
Acompañaría a Naruto, por que, sabía que tan desagradable y terrorífico llegaba a ser tener que acudiar a dicha clínica sólo, el miedo que se sentía estar solo y sin ninguna compañía, soportando cualquier cantidad de exámenes tediosos, incómodos y desagradables era una experiencia terrorífica.
 
Aveces llegaba a sentir pena por Naruto, siendo sólo un chico de diez años, se había quedado absolutamente sólo, cuando sus padres, sus parientes y su padrino, murieron atrapados y calcinados entre las latas retorcidas y desperdigadas de un avión siniestrado. Podría jurar que nunca vio a Naruto tan descontrolado, roto y desecho, como cuando se le notificó aquella noticia. Desde ese día había decidido acompañarlo en todo momento, para que no sufriese tanto como el, cuando perdió a sus padres y nadie quiso hacerse cargo de él.
 
Tsunade, la directora de la institución y pariente muy lejana de Naruto, había asumido su custodia, pero, a petición del mismo Naruto, este seguía viviendo en la casa de sus padres. 
 
****S&N****
 
–Iruka-sensei, donde estamos– pregunto, con su naturaleza curiosa, como era costumbre, pero con monotonía, pues la desagradable noticia que recibió en la mañana, había hecho una Mella profundo en su estado anímico y todo él.
 
–estamos en la clínica especializada en trato y detección de Donceles de Konoha, aquí sabremos si, definitivamente eres Doncel o sólo eres un chico andrógino– le respondió con calma –segun lo que me dijo Tsunade-sama me dijo, existe el 85% de probabilidad de que seas Doncel, pues tú cuerpo es delgado y estilizado y tienes la marca– explico sin mayores detalles.
 
–a que marca se refiere– pregunto confuso.
 
–a una similar a esta– le dijo enseñándoles su cuello y permitiéndole ver una manchita, sin forma definida, de un tono más oscuro. 
 
–entiendo– susurro.
 
–Tsunade-sama me dijo antes de salir, que ya había arreglado todo, y que, quien te iba a atender, era el alumno estrella del doctor Orochimaru, amigo de la infancia de ella– le explicó.
 
–de acerdo– susurro desanimado, mientras se fundía en sus pensamientos.
 
—S&N—
 
–Uzumaki Naruto– llamo un Doncel de cabellos plateados y y largos atados en una baja coleta, de rasgos levemente delicados, piel clara, ojos negros y lentes.
 
Los dos Donceles se acercaron a él, y lo siguieron por el interminable y blanco pasillo, que conducía hasta el consultorio del galeno.
 
—S&N—
 
–bien, Naruto-kun, dime porque estás aqui– le preguntó el galeno, una vez los tres estuvieron dentro del consultorio.
 
–pues... En la mañana me desmayé y me he estado sintiendo mareado en las últimas semanas, además de que he estado sintiendo mucha calor en las noches y mis estados de animo han estado cambiando de manera espontanea ultimamente– confesó, sorprendiendo también al castaño.
 
–así que sospechas de que eres Doncel, cierto– pregunto, mientras anotaba diligentemente, toda la información en el computador.
 
–pues nunca antes me lo había planteado, pero, la enfermera y la directora del Instituto me dijeron que era bastante grande la posibilidad de que fuese doncel– confesó con sinceridad.
 
–De acuerdo Naruto-kun– dijo terminado de digitar la informacion recibida en el computador, para despues girarse, y de una comada a su lado, estraer una bara medica verde -pasa al la camilla, quitate toda la ropa y ponte esto– dijo tendiéndole una bata. –vamos a hacerte unos estudios– le instruyó el doctor.
 
Vaya... Este iba a ser un día bastante largo.
 
****S&N****
 
En otra parte, Sasuke recorría apresuradamente el Instituto, buscando en cada uno de los rincones a ese rubio dobe que era su amigo.
 
Desde que, en la mañana, le dio aquella noticia, el rubio había desaparecido y temia que reacción fuese a tener cuando le viera de nuevo.
 
Deseaba que le gritase, o que le rompiese la cara, o que lo insultara como de le viniese en gana, pero lo que realmente no deseaba era perder su amistad.
 
Buscando en la azotea, el último lugar que le faltaba por recorrer, bajo a toda prisa la escalera y se dirigió a dirección, para preguntarle a la vieja donde demonios se encontraba el dobe.
 
Iba corriendo rumbo a la oficina de la directora, cuando fue interceptado por Hinata Hyūga.
 
–Sasuke-kun– llamo la morena, haciendo que el chico se detuviese y bufase por la interrupción. –Podrias por favor ir a la casa de Naruto-kun y ver cómo se encuentra, es que, lamentable no puedo ir, porque se me presentó un importante compromiso– pidió la morena.
 
–de que hablas Hyūga– pregunto confundido el moreno.
 
–No lo sabías, Sasuke-kun– comento con sorpresa la morena –en la mañana encontraron a Naruto-kun desmayado en la terraza y tuvieron que trasladarlo en camilla hasta la enfermería– explico con angustia la morena.
 
El Uchiha sentía como todo su mundo se paralizaba. Naruto, su amigo Naruyo había quedado inconsciente y el ni se había dado por enterado, que mierda de amigo podía considerarse, si no estaba al pendiente de lo que le ocurría a un ser tan valioso y querido cómo lo era el rubio para él.
 
–No te preocupes Hyūga, yo te envío un mensaje cuando sepa como se encuentra, gracias por avisarme, adios– se despidió rápidamente de la Morena y salió corriendo, escuchando vanamente, en la lejanía una despedida y un sincero agradecimiento.
 
Corría, corría rápidamente, esperando así, hacer más corto el tiempo que le tomase llegar del Instituto a la casa del Uzumaki, para disculparse con el por ser tan imbécil y para saber cómo se encontraba.
 
—S&N—
 
No le tomo muchos tiempo llegar a la parada del transporte que le llevase a zona de residencia, donde, a pocas casas de la suya, se encontraba la de Naruto.
 
Al llegar, a lo único que atino fua a correr a la hermosa casa de dos plantas, pintada de un tono amarillo claro, el cual combinaba a la perfección con la abundante vegetación del lugar. Nunca entendió, por que, sin importar que su casa fuese más grande, la de Naruto lucía mejor y más agradable que la suya. Una sonrisa se extendió por sus labios, era obvio, lo que hacía tan bella la casa no era su arquitectura, ni su maravilloso jardín, sino la persona que residía allí.
 
Al llegar, abre la verja, cerrándola una vez se encuentra adentro y golpea la puerta, sin recibir respuesta, vuelve a tocar nuevamente, y temiéndose lo peor, busca la llave de repuesto del dobe e ingresa a la casa, encontrándosela vacía.
 
Al recorrer todos y cada uno de los lugares, sin hallar rastros de la presencia del dobe, sale de esta y dejando la llave en su sitio, se sienta a esperar, recostado a un lado de la puerta.
 
****S&N****
 
Una gota de agua que cayó en su pierna lo saca de su sueño, se ha quedado dormido esperando por el regreso de ese dobe. Esta supremamente molesto e irritado, pues odia esperar, pero ninguno de estos sentimientos va realmente dirigido hacia el dobe, más buen es la preocupación por la salud del rubio, y el miedo palpable de perder su amistad, por haber pasado por encima de sus sentimientos y salir con la chica que le gusta.
 
Al pensar en Sakura, un bufido de fastidio y resentimiento sale de sus labios.
 
Haciendo uso de, sus vilmente olvidadas, facultadas mentales, tomo si teléfono móvil, y dígito el primer número en su lista de contactos, recibiendo como respuesta, que el usuario del dispositivo no se encontraba disponible.
 
La impotencia, la zozobra, la angustia y la furia se apoderaron de su ser y su tiempo de permanencia allí, era bastante escaso, pues un gran nubarrón se avecinaba.
 
Con rapidez, saco un pequeño cuaderno de notas, y escribiendo rápidamente, elaboró una nota, la arranco, y firmando con su nombre, la dejó debajo de la puerta, saliendo de la residencia a toda prisa, pues la lluvia ya hacia su triunfal acto de presencia.
 
****S&N****
 
Ya eran las cinco y cuarenta, y se encontraba, con una sombrilla en la mano cubriendo su cabeza, frente a su residencia. Iruka lo había llevado en su coche, pues, después de un largo día de exámenes y toqueteos, donde le hicieron cosas que no quería ni recordar o nombrar en su vida, ir a la casa de la vieja, y comprar todos los medicamentos y suplementos que le hacían falta a su cuerpo para que funcionase en óptimas condiciones, por fin podía decir que estaba en casa, en su refugio, en el lugar donde podía ser libre y dejar fluir libremente, todas sus preocupaciones, tristezas y penas.
 
Al atravesar la verja y abrir la puerta que le daba el acceso a su cálido hogar, se sorprendió de encontrar una nota, que reconoció como una nota dejada por Sasuke. Un fogonazo de ilusión bullo en su interior, pero al recordar que este tenía novia, rápidamente se extinguió. Tomo la nota y al abrirla encontró lo siguiente.
 
"Dobe, me enteré de lo que te sucedió, lamento no haber podido estar allí, llegue a tu hogar y no te encontré, así que, cuando leas esta nota, llamame, tengo que hablar contigo"
 
Sasuke.
 
Una sonrisa triste se posó en sus labios, al parecer, Sasuke lo seguía tratando como amigo y dándole su lugar, a pesar de tener una relación con Sakura. Lo mejor, era ocultar sus sentimiento y continuar como hasta ahora, como amigos, como lo fueron desde siempre y como lo seguirían siendo. Pero dolía, dolía demasiado y para calmar un poco de ese dolor necesitaba tiempo.
 
Se quitó sus zapatos y los dejo en la entrada junto con la sombrilla, se puso las sandalias de estar, y llevando su bolsa y la pequeña nota, camino hasta su habitación. Al pasar por un altar que se encontraba en la sala, en el que se encontraban tres pequeñas urnas de madera y tres portarretratos pequeños, hizo una pequeña reverencia, y susurrando un pequeño "estoy en casa", siguió hasta su habitación.
 
Al llegar, tiro su maleta en alguna esquina, y guardando la nota en un pequeño cajon, donde guardaba unabgean cantidad de notas mas, se despojo de la ropa y se metió a bañar. Sólo quería ducharse, dormirse y olvidar por unas horas su desastre de vida.
 
****S&N****
 
Decir que Sasuke pudo dormir, era asegurar una gran mentira, se la pasó toda la noche en vela, con un torbellino de pensamientos y una gran vorágine de sentimientos que se agolpaban en su pecho.
 
Maldecía en el momento que aceptó involucrase en toda esta maldita farsa, pero, su padre siempre tuvo la razón, el era un cobarde, sus acciones y sus actitudes lo habían demostrado, como podía llamarse a si mismo varón, cuando con sus acciones y, su falta discresion y de control sobre si mismo, había terminado involucrado en esta absurda situación, cuando le había dado el poder a terceros de que hiciesen lo que se les antojara con él.
 
****S&N****
 
Al día siguiente, el azabache, como normalmente hacia todos los días, se dirigió hacia la casa del dobe para tener su tan ansiada charla con él, y así transmitirle la tan anhelada paz, para darle tranquilidad y quietud a su atormentada alma.
 
Pero, un mensaje, seguido de otro en su celular, interrumpieron su tarea. Al desbloquear su celular, encontró un mensaje de la operadora de telefonía y otro del dobe, rápidamente abrió el enviado por el rubio, y la frustración se apoderó de sus facciones.
 
"No vayas por mi, yo ya estoy camino al Instituto. De paso, tienes tiempo para recoger a tu novia"
 
Naruto.
 
Con furia, apretó su teléfono y maldijo mil veces a Sakura en su mente. Al fijarse en la hora, acelero sus pasos, dirigiéndose hacia la parada del autobus. Al parecer tendría que hablar largo y tendido con ese cabeza hueca.
 
****S&N****
 
Al llegar al Instituto, y como si de un poseído por una entidad demoníaca se tratase, por el aura oscura que desprendía, camino a pasos firmes y acelerados, hasta el casillero de ese dobe, donde lo había visto anteriormente.
 
El rubio estaba distraído, sacando sus textos e ignorando al resto del mundo. Cuando obtuvo todo lo que necesitaba y se aseguró de que estuviese guardado en su mochila, estaba a punto de cerrar su casillero, cuando una mano palida y fuerte cerro estrepitosamente su casillero, sacándolo de su letargo.
 
–donde mierda estuviste ayer– pregunto, sumamente molesto e irritado, mirando con enojo al ojiazul.
 
–buenos días a ti también, teme– respondió con sarcasmo y fingiendo que no le afectaba la presencia del mayor.
 
–hize una pregunta, Naruto, donde demonios te metiste ayer y porque mierda no encendiste el movil– siseo con frialdad y furia el azabache.
 
–sabes teme, pareces un marido celoso interrogándome de esa manera– comento con socarronería, empezando a caminar, para liberarse de las incómodas preguntas que se negaba a contestar.
 
–que jodidamente gracioso, Naruto, ahora quiero que me respondas– siseo peligrosamente, a punto de perder la paciencia.
 
–estuve en el hospital– contestó escuetamente y con seriedad.
 
–puedo saber porque...– intento preguntar, siendo interrumpido por una chillona y molesta voz.
 
–¡Sasuke-kun, aquí estás!– exclamó la pelirosa, mientras que se pegaba como lapa a uno de sus brazos. Mientras miraba de reojo y con frialdad al rubio.
 
–Sakura, te he dicho que...– dijo aún más molesto de lo que se encontraba anteriormente, siendo interrumpido por el rubio.
 
–bueno, se que tienen cosas de que hablar, así que los dejo– dijo el rubio con fingida jovialidad, mientras en sus puños, apretaba fuertemente el aza de su mochila. Y se iba de ahí, con el alma hecha pedazos por contemplar esa escena.
 
La pelirosa se quedó mirando el lugar por donde desapareció el rubio con una sonrisa de victoria, gasta que fue sacada de sus pensamientos por una mano firme que se agarraba a su muñeca y la jalaba por los pasillos.
 
–¡que haces!– le preguntó al azabache, por la extrema presión que ejercía sobre su muñeca.
 
–tu y yo tenemos que hablar– le espetó con furia.
 
****S&N****
 
–Que mierda quieres lograr– le gruñó, mientras la soltaba bruscamente, en el patio trasero de la institución.
 
–¡yo! Sasuke... Nada– le dijo con falsedad y fingida inocencia, sin ningún rastro de la dulzura y el respeto anterior.
 
–No te hagas la estupida, perfectamente pude ver que, cada vez que estoy cerca de Naruto, tu llegas a interrumpir– le expeto con frialdad y rencor.
 
–pues si, sabes que no me gusta verte cerca de él– le confesó con resentimiento –aparte de que te hago el favor de ocultar que eres un maricon perdido, tengo que soportar esto, por favor– le soltó con asco y burla.
 
–celosa Sakurita– le soltó con superioridad y burla –que es lo que más te molesta, que me caliente viéndole el culo, que me interese más el que tú, o que me toque en las noches pensando en su cuerpo– le confesó sin vergüenza alguna.
 
–por que habría de sentirme intimidada por un idiota, debilucho e incompetente como el, soy mejor que él en muchos aspectos y los hombres nunca me han faltado– comento, tratando de transmitirse seguridad y confiando en sus propias palabras.
 
–te lavas la boca cuando hables de él, entendiste– le gruño con violencia –pues si te sobran tantos machos, que haces perdiendo el tiempo con un maricon perdido como yo– le esperó con burla y orgullo.
 
–pues, puede ser por que me da la gana, o porque me gusta verte revolcar en tu sufrimiento– le confesó fingiendo inocencia –tambien porque odio al maldito huérfano cabeza-hueca– escupió con odio –y te advierto, Sasuke, será mejor que te comportes y cuides tu lenguaje, porque o si no, cierto vídeo y cierta nota, llegarán a las manos de cierto idiota... Y de todo el instituto– le amenazó. 
 
–tanto te molesta, Sakurita– le susurró al oído –tanto te molesta que gracias a él si se despierta mi anatomía, cuando tú has hecho varios intentos de seducirme sin obtener ningún resultado. Tanto te molesta que mi corazón late desbocado cuando lo tengo cerca y mi cuerpo vibre al sentir su tacto, cuando varias veces te has colado en el vestuario, buscando provocarme o con inútiles intentos has tratado de enamorarme, fallando patéticamente en cada uno de ellos– le escupió con desdeñó.
 
–¡callate!– le gritó la chica sintiéndose humillada. –dime que pensaría de ti tu amiguito al enterarse que eres un maricon y te tocas pensando en el– lo amenazó.
 
–No me amenazes, que quien tiene las de perder eres tu, o que pensara de ti todo el instituto cuando se entere de que sales con un "maricon" como me llamas– le devolvio con veneno bañando sus palabras –grabate muy bien lo que te voy a decir, tu me manipulas y me haces daño tratando de alejarme de el y obligándome a permanecer a tu lado, y yo te lo devolveré, restregándole en la cara lo que jamás ha sido tuyo y que nunca podrás tener– le escupió con frialdad –los únicos afectos que obtendrás de mi parte, serán los que logres quitarme a la fuerza y entiende esto... Jamás he sido tuyo y nunca lo voy hacer, porque todo mi ser tiene un único dueño, y ese dueño es Naruto Uzumaki– dijo asestándole un golpe en la herida.
 
–¡te odio bastardo! !te odio a ti y a ese maldito huerfano!– grito con odio –y donde se te ocurra romper nuestra "relación" o me hagas alguna de tus jugaditas, lo pierdes a él y no me hago responsable de lo que le pueda suceder, me entendiste– le gritó.
 
–tranquila Sakurita– le dijo abriendo sus brazos. –el trofeo que le robaste a Naruto esta a salvo– le soltó con burla y desdeñó, marchándose del lugar y sintiéndose bien con sigo mismo por haberle soltado parte de lo que le tenía que decir a esa maldita bruja.
 
"Te haré sufrir, Sasuke, juro que te haré sufrir a ti y a él, esta humillación no se va a quedar sin castigo" pensó la pelirosa.
 
"Ganaste la batalla, Narutito, pero perdiste la guerra" susurro, pensando en su próximo movimiento. Si el rey no se dejó atacar, era hora de ir por la reina.
 
Apelaría al buen corazón de Naruto y a su "amistad" para sacarlo del camino y causarle sufrimiento al Uchiha, mejor que nadie sabía que este botaba la baba por el rubio y de que una acción de rechazo por parte de este, le dolería profundamente. También se encargaría de causarle sufrimiento a Naruto, restregándole sutilmente su relación con Sasuke, después de todo, y para su mala suerte, sabía que este tenía sentimientos por el Uchiha y estos eran correspondidos. Lo mejor era mantenerlos separados, lejos uno del otro, porque si  se confesaban sus sentimientos, su perfecto plan se iría al garete.
 
Después de todo, aún quería seguir conservando a su muñeco de vitrina.
 
Notas finales:

Hasta aquí...

Espero que les haya gustado y queda a su criterio el libre uso de las antorchas y los trinches...

Ya saben que cualquier comentario es amor, y llena de emoción y energía a la autora para animarla a escribir..

Nos vemos en el próximo capítulo

Chau!!


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