Caía muy lenta la madrugada.
No se veía nada por la neblina que cubría cada miserable calle de la ciudad, y la intensa lluvia que inmediatamente empapó a Byun BaekHyun apenas salió huyendo del bar.
Tenía el labio inferior agrietado y debajo del ojo derecho se notaba un morado. Joder que dolía, ¿por qué se metía en peleas con gente tres cabezas más grandes que él? y peor, ¿por qué con la borrachera que tenía?
Si tenía que definirse en una palabra, sencillamente sería estúpido. Muy estúpido.
Sólo quería pasar una buena noche, algo que le calmara, que le bajara la ansiedad que tenía.
Pero esos tragos de un cuarto de soda y tres de vino no habían servido para ello, es mas, todo había sido para peor.
Negó con la cabeza repetidas veces mientras de su bolsillo delantero quitó la caja de cigarretes y el encendedor, llevando el primero a su boca luego de prenderlo. Estaba tan decepcionado de sí mismo ante sus actitudes infantiles que había tenido. Tenía poco más de 25 años y seguía metiéndose en discusiones ñoñas. Lo peor es que se metería nuevamente en una si otra persona que se cruzaba en su camino le miraba de forma desaprobatoria mientras se mezclaba junto al humo que desprendía su cigarro, tratando de contener la rabia que le provocaba aquello con guiños de ojos que sabía que asquearía a cualquier miserable persona que se atreviera a observar así a Byun BaekHyun, ¿quiénes se creían que eran? Que sí, que estaba borracho, pero nadie tendría que ponerse así frente a él, no eran más que simples humanos.
Tres y eternas cuadras, en las que se distraía un poco saltando charcos de agua como niño pequeño e inocente, fue las que tuvo que hacer hasta llegar a su viejo y algo arruinado coche.
Al fin, porque caminar en su estado que era más de dormido que otra cosa, no era bueno, aunque en parte lo hacía con propósito para no caer en la realidad de que su hermoso rostro estaba algo arruinado ahora.
Ni se preocupó en apagar el cigarrillo, ponerse el cinturón de seguridad o fijarse a la velocidad que iba, sólo quería acelerar, gastar la adrenalina e irse a su casa de una maldita vez. Nunca había extrañado tanto la suavidad de su cama.
Y si la policía le parara, que se fuera a la mierda. Estúpida autoridad. Otra bola de personas que se creían superiores por un título. Pero él, él era Byun BaekHyun, y hacía lo que quería.
Se reía de imaginar cómo le gustaría huir también en caso de que ocurriera en un caso demasiado grave. Sería divertido. Sentirse aún con más fuerza, como un "chico malo".
Pero, pena que no pasaría jamás, ¿verdad?
El auto giraba para todos lados, completamente descontrolado en un momento de débil distracción. Los frenos estaban fallando y Byun BaekHyun estaba demasiado alcoholizado y con la cabeza dada vuelta como para pensar en algo que le salvase de aquella situación.
Joder, joder, joder y otra vez, joder.
La desesperación no podía ni llegar, todo estaba pasando tan rápido.
Como el rayo de sangre que quebraba la noche.
Como el quejido que se soltó de la boca de BaekHyun, el dolor subiendo y calando su respiración.
Las lágrimas que de su parte no lograron caer, pero que sí las del cielo, llorando su tan fatal destino.
Estúpido Byun BaekHyun.
Sólo vivió un pedazo de su vida. Tan poco, sólo 25 años.
Ah, qué lamentos e insultos se oirían por su parte si pudiera soltarlos.
Hubiera deseado quedarse en ese estúpido bar para que su rostro fuera arruinado.
Hubiera deseado quedarse saltando charcos de agua, un minuto más al menos, a que pudiera cobrar más conciencia.
No como ahora, que estaba en una agonía tan dolorosa, porque estaba solo. Tan, pero tan solo...
Porque, ahora, culpa de un cuarto de soda y tres de vino, tendrá que ver las flores desde abajo.