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HÍBRIDO por Sangre Samurai

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Notas del fanfic:

Hola de nuevo!

En esta ocasión les presento un fic cuya idea original no me pertenece, como podrán suponerlo, está inspirado en las historias de Hybrid Child, adaptadas a una historia Thorki.

Y la idea original del argumento pertenece a Bell Romani, a quien agradezco la oportunidad de desarrollar la idea y espero que le agrade.

Cada cosa pertenece a sus desarrolladores originales, está escrita solo con fines de recreación y de ninguna manera es con fines de lucro.

¡Que lo disfruten!

Notas del capitulo:

Frigga pasea su serena tristeza con dignidad, pero no sabe que va a hacer con aquel niño híbrido que su esposo ha traído para intentar curar su corazón.

Thor, su hijo primogénito, encuentra en aquellos vacíos ojos de jade el primer brillo de inteligencia y de complicidad... él y el niño desconocido crecerán como hermanos, y el tiempo establecerá los sentimientos sembrados con la primera sonrisa...

(La Llegada)

¿Qué se supone que debía sentir? Él solo sabía que ante la presencia augusta de su padre, su obligación era quedarse quieto, guardar silencio y escuchar con respeto. Su madre estaba petrificada, mirando con ojos desorbitados a su esposo y al niño que llevaba de la mano... Ella, la noble Reina Frigga, con su serena y bella tristeza llevada en el semblante, se irguió con dignidad, dispuesta a escuchar la explicación de su consorte, el Rey Odín, Padre de Todo...

 

Y mientras sus padres hablaban, hizo contacto visual con el pequeño desconocido... era un niño algo delgado, de piel tan blanca que parecía transparente, cabello negro que brillaba como las alas de Huggin y Munnin, los cuervos mensajeros de su padre... y sus ojos eran tan grandes, con tonos de jade, fijos y reflejando una inexplicable vaciedad. Los ojos de aquel niño eran iguales a los de un muerto...

 

Thor sintió miedo... ¿Quién era él y por qué sus padres parecían discutir por su presencia? Se aferró con fuerza a la falda de su madre, sin despegar su mirada de zafiro de aquellos ojos verdes, que repentinamente se animaron con un brillo de timidez al sostenerle la mirada. El pequeño sonrió ligeramente y entonces, el hijo primogénito de Odín se animó a sonreírle también.

 

-¿Se supone que debo olvidar a nuestro hijo? ¿Reemplazarlo? ¿De dónde sacaste a este niño, esposo? ¡Devuélvelo! ¡Yo no puedo tenerlo cerca!

 

-Frigga, querida esposa mía… madre de mi primogénito... y mi Reina... debes tener valor y superar esa pena… Los Sanadores han dicho que tras el nacimiento de nuestro segundo varón ya no podrás tener hijos, no es tu culpa que tu fertilidad tuviese que ser sacrificada para su nacimiento. Y tampoco es tu culpa que fuera un débil polluelo cuyos pulmones no fueron capaces de sostener su respiración...

 

-¿Cómo es posible que tú, Padre de Todo, no puedas revertir esta desgracia? ¿Cómo es posible que mi cuerpo quede inservible para darte hijos y que la criatura que dí a luz no pueda crecer y darte honor y orgullo? ¿Cómo… dímelo?

 

-Me has dado un varón sano, fuerte, hermoso... Thor es mi primogénito, mi heredero y mi orgullo... es suficiente querida, te juro por todo lo eterno que es suficiente para mí… pero no soporto ver tu tristeza, no soporto escuchar tu llanto por las noches lamentando la muerte de nuestro segundo hijo…

 

-¿Y qué pretendes trayendo a casa a ese niño?

 

-Solo deseo que le des una oportunidad, querida... acéptalo, ámalo... lo traje para que lo criaras como hubieses criado a un hijo de tu vientre, lo traje para que tu corazón de madre, roto por el cruel destino de un niño inocente, pueda curarse...

 

-No quiero, esposo... no sé si pueda darle siquiera un poco de simpatía… el dolor por la pérdida de mi hijo no lo borra la presencia de un extraño… y no es justo tampoco para él que viva al lado de una madre que no lo podrá amar jamás.

 

-Podría hacer de esto un mandato, ya que soy tu esposo y también tu Rey… podría ordenarte que ceses esos llantos y superes la muerte de nuestro hijo… pero te amo demasiado, querida Frigga… por eso te lo suplico: Dale la oportunidad...

 

***

 

(Olvidado)

Lo llamaron Loki. Tenía dos años aparentemente, era callado y quieto como un cachorrito apaleado, siempre pegado a los pies de la Reina, siempre esperando por una palabra cariñosa que lo animara y le diera ánimos para seguir ahí... Al principio fue difícil, Frigga se esforzó por sonreírle, pensó en el nombre que le daría y se decidió por aquel que significaba fuego y también significaba “final” porque para ella, era el último hijo que criaría… si es que podía criarlo…

 

Cada mañana, se levantaba procurando poner un buen semblante para su esposo, esperaba con paciencia que Odín se marchara a sus asuntos y después caminaba hasta la habitación de su hijo Thor. El niño, de cuatro años, era simplemente energía en movimiento… saltaba de la cama al verla, se le colgaba del cuello y no paraba de hablar mientras Frigga personalmente lo metía a la tina de baño, peinaba los rubios cabellos y lo vestía para luego enviarlo a jugar con los hijos de las nobles damas de compañía… era importante para ella que Thor jugara hasta el cansancio, ya que dentro de poco tiempo, iniciaría la escuela y con ella, iniciaría también su preparación para ser el futuro heredero del trono. Por eso, mientras no tuviese sobre sus pequeños hombros esa responsabilidad, procuraría que se divirtiera y fuera feliz.

 

Intentó darle cuidados a Loki, pero sentía que su sonrisa era falsa, sus cariños eran huecos y el niño lo reflejaba obedeciendo sin variar el gesto inmutable de su rostro, sin animar los ojos de jade muerto… terminó por delegar esa responsabilidad a una de las criadas, quien desafortunadamente, tampoco sintió mucha piedad por el solitario niño. Por varios días consecutivos, se olvidó completamente del pequeño niño pelinegro… hasta que el mismo Thor llamó su atención con un descubrimiento que la horrorizó.

 

-Mamá..- le dijo, mientras secaba su solar melena con amoroso cuidado- ¿Puedo decirle a Loki que se bañe antes de que el agua de la tina se vacíe?

 

Frigga parpadeó repetidamente, algo aturdida por la pregunta de su hijo.

 

-¿Acaso la nana no lo baña?- respondió la dama, sonriente ante la preocupación del rubio.

 

-No lo baña…- respondió Thor con sencillez- Tampoco le da de comer... ha estado sentado en el balcón de mi cuarto por cuatro días, sin moverse... A veces voy y hablo con él, le llevo un poco de pan, pero todo lo que hace es mirarme… me mira sin decir nada y sonríe un poco antes de quedarse quieto otra vez…

 

Frigga ahogó una exclamación de terror… ante las palabras de su primogénito, comprendió la criminal omisión en que había caído en su promesa de darle la oportunidad a Loki… corrió desde el cuarto de aseo hasta la alcoba, abrió las puertas del balcón. Un golpe de frío le dio en la cara, esa mañana nevaba copiosamente… la temperatura era congelante…

 

Buscó ansiosamente la esbelta figurita de Loki y lo encontró justo en el sitio que Thor dijera: Sentado en la mesa, con las manitas entrelazando sus dedos descansando sobre sus piernas… la justa posición en que Frigga lo dejara cuatro días antes, cuando le dio una lección sobre obediencia y le dijo “Quédate aquí y no te muevas hasta que te llame”

 

Pero no lo había llamado… ni siquiera indicó a las nanas que se hicieran cargo de él, dándolo por un hecho que el niño se metería por sí solo y buscaría atención cuando sintiese hambre o sueño…

 

-¡Loki!- exclamó, despejando su carita pálida de la nieve acumulada sobre sus párpados y su naricita, sacudió sus hombros para despertarlo y por un momento su terror aumentó creyéndolo muerto… sobre su conciencia tendría no solo la muerte de su bebé sino la de un inocente que por su negligencia, había pasado noches bajo la lluvia y la nieve, sin comer, sin descansar...

 

-¿Viste que sí es buena, Loki?- se escuchó la vocecita de Thor, hablándole al niño- Te dije que solo te había olvidado porque estaba muy ocupada, pero sí te quiere...

 

-¡Loki! ¡Perdóname! ¡Perdóname!- repetía la dulce dama, sollozando desconsolada- Te juro que esto no se va a repetir… ¡te lo juro! Pondré atención a mi compromiso, tú no tienes la culpa de nada...

 

Loki reaccionó. Sus manos heladas se animaron con un tibio calor, el mismo que llevó algo de rubor a sus mejillas y sonrió… pero no a la Reina de Asgard, Loki sonrió al niño rubio que le había tomado la mano para animarlo con su estruendosa carcajada, feliz de que por fin, su madre le pusiera algo de atención.

 

-¡Te lo dije, Loki! ¡Te lo dije! Ella es la mejor mamá del mundo...

 

***

 

(Las Moras)

-¡Ellos crecen con el amor y cuidados que se les da! Te lo dije, Frigga… lo traje para que fuera amado, no para que fuera olvidado como un objeto… este niño, es un híbrido, en Midgard cuestan verdaderas fortunas a familias acaudaladas… llamaron mi atención porque vi como al crecer, adquieren consciencia y lealtad hacia sus dueños… ¡Si yo pudiera cuidarlo todo el tiempo lo haría, pero no es posible! ¡Por eso lo dejé en tu amparo! ¡Por eso lo encargué para ti!

 

-Yo me he reprochado lo suficiente, esposo mío, no es necesario que me reprendas más duramente de lo que ya hice… Estoy muy arrepentida… cuando vi que ese frágil niño podía realmente perder el aliento de vida que lo hace subsistir… ¡Dioses antiguos! ¡Es terrible mi falta!

 

-¿Dónde está ahora? ¿En qué condiciones lo tienes?

 

Ambos observaron desde la ventana hacia el jardín de juegos… ahí las nanas estaban atentas a los pequeños invitados de Thor: Un niño rubio llamado Fandral, hijo de un renombrado Einherjar, un niño regordete llamado Volstagg, algo mayor que los otros, pero dispuesto a jugar mucho con los niños y una pequeña de cabellos largos llamada Sif, que alzaba la espada de madera con gran entusiasmo.

 

Loki era más pequeño y por supuesto, no sostenía el ritmo y energía de los juegos de los mayores, pero estaba sentado bajo la sombra que le proporcionaba una de las nanas y seguía con atención a su “hermano mayor” que de vez en cuando corría hasta el pequeño para hablarle o llevarle algún objeto que Loki atesoraba entre sus manitas.

 

-Mira hermanito, estas son moras… son deliciosas… ¡Deberías comer algunas!

 

Thor depositó un montón de las pequeñas bayas en las manos de Loki, luego siguió corriendo tras Fandral, que golpeó su espalda siguiendo su imaginaria batalla con espadas de madera. El hijo de Odín rió al sentirlo y tomó su propio juguete para ir corriendo tras él.

 

Loki observó las frutas, el color obscuro que rezumaba un aroma dulce y un líquido más bien rojizo manchando su piel… Thor había dicho que eran deliciosas… pero lo más importante era que le había pedido que las comiera, así que lentamente se llevó una a la boca.

 

-¿Aprendió a comer ya?

 

-Solo cuando Thor le da los alimentos... Parece que subsistió porque nuestro niño le llevaba a escondidas pedazos de pan y leche, ahora solo come si los dos se sientan a la mesa... Es la primera vez que lo veo comer sin que Thor esté a su lado.

 

Odín se acarició la barba en actitud pensativa... poniendo toda su atención al hecho de que el pequeño niño híbrido se estaba llevando, una a una, las moras a su boca para comer. Luego se puso de pié. Corriendo tras el mayor, que lo recibió riendo y lo tomó de la mano para ayudarlo a llegar hasta la fuente, Thor lo levantó para indicarle que debía lavarse las manos o madre le llamaría la atención por ensuciar su ropa con el jugo de las moras.

 

Loki obedeció, quedando al mismo tiempo fascinado por el cristalino estanque.

 

-Mira los peces, Loki… me gusta mucho verlos nadar, estos no se pescan… están para que las personas vean sus colores y jueguen un poco con ellos, sin lastimarlos… más tarde podemos traer un poco de pan y darles para que los veas comer ¡es muy gracioso!

 

Unos brazos fuertes y decididos arrebataron al pequeño Loki. Thor miró entonces a su padre y a su madre llegar por ellos para llevarlos lejos de la fuente... “No puedes sostener a tu hermano tan cerca del agua, Thor... puede pasar un accidente” Frigga sonaba preocupada por ellos, pero estaba muy equivocada, porque él estaba seguro que podía sostenerlo todo el tiempo necesario, porque era fuerte y podía cuidarlo y le disgustaba que pensaran que era incapaz de cuidar a Loki...

 

Pero el menor de los niños, en brazos de Odín, se las arregló para ver a su hermano mayor, que iba con Frigga… y le sonrió… con una sonrisa mucho más grande y esplendorosa, con un brillo especial en sus ojos de esmeralda y le dijo adiós con su manita… y a Thor se le olvidó el enojo y le dijo adiós también, cada uno fue llevado a su alcoba y las nanas se encargaron de prepararlos para dormir…

 

Frigga entró al cuarto de Loki después de arropar a su hijo mayor, Loki escuchaba atentamente las palabras de Odín… le contaba historias heroicas, de sus batallas, de sus triunfos, del poder… el niño escuchaba atentamente y el Padre de Todo acariciaba tiernamente su mejilla de durazno...

 

-¿Qué esperas lograr hablándole así, esposo mío? ¿Quieres que Loki te admire?

 

-Intento sembrar en él cariño por nuestra familia- respondió Odín, retirando su mano de prisa- Intento llenar su corazón con amor por su legado, porque si se queda, si se logra… si este niño crece, adquirirá conciencia, y formará parte real de esta familia...

 

-¿Intentas decirme que ahora no tiene sentimientos?

 

-No estoy seguro… nunca vi a un híbrido desde pequeño… Pero los he visto siendo adolescentes y tienen conciencia, sentido de pertenencia a la familia que los adquirió… y sobre todo, he visto que tienen sentimientos hacia sus dueños...

 

-Loki nos va a querer- dijo Frigga, tomando al niño para meterlo en su cama y arroparlo- ¿Verdad, mi pequeño gatito? ¿Verdad que amarás a Frigga como tu madre, a Odín como a tu padre y a Thor como tu hermano mayor?

 

***

 

(Primera palabra)

-¿Dónde están los niños, querida? Ninguno está en sus habitaciones...

 

-Los dos despiertan con el alba y se van al jardín… son incansables. Thor está especialmente ilusionado porque hace un año llegó Loki a nuestro hogar. Se han hecho tan cercanos, querido... juegan juntos, comen juntos… incluso se bañan juntos… y Loki cada día se ve más como un niño, menos como un híbrido…

 

-Y cada día parece querernos más ¿No es así? He estado ausente de Asgard por casi cinco meses, Loki no puede tenerme como figura cercana, pero tú si ¿Verdad? Y Thor...

 

-¡Me sorprende ese amor que ha nacido por este niño, mi esposo amado! Tal y como me has dicho, Loki responde al amor, languidece con las ausencias mías o de su hermano, brilla cuando estamos los tres juntos ¿Puedes ver que he comenzado a amarlo? Cierto es que jamás reemplazará a mi bebé muerto, pero tengo un lugar en mi corazón solo para él...

 

Entonces, Odín estaba satisfecho... Frigga parecía haber dejado atrás su tristeza, Thor crecía fuerte, sano, satisfactorio y Loki complementaba su casa… No se preocupaba mucho porque el niño de cabellos de azabache casi no lo veía, sabía que los híbridos se reflejaban en el amor de sus dueños y sin duda, Frigga reflejaría en él su inmenso amor de esposa. De esa forma, el Padre de Todo formaba su feliz familia.

 

Thor entró corriendo, con sus azules ojos bien abiertos, halando a su madre y rogándole que fuera con él.

 

-Querido, tu padre está aquí... ¿Has olvidado como debes saludarlo?

 

-¡No, Señor!- respondió el niño, yendo a arrodillarse frente a su padre, besando respetuosamente la diestra que colocó frente a él- Bienvenido, Padre mío… estoy seguro que regresa victorioso de las batallas...

 

-Ven ahora a mis brazos hijo mío- replicó Odin- Me agrada que conozcas el protocolo hacia tu Rey... pero me agrada más el cariño que demuestres a tu padre...

 

Thor obedeció, saltando al fuerte pecho del soberano, colgándose de sus barbas para besar su mejilla y mostrando todo su amor filial.

 

-¿A dónde deseabas llevarme con tanta prisa, mi corazón?- cuestionó Frigga, recordando el apuro del niño un instante antes de ver a su padre.

 

-¡Es verdad!- exclamó, poniendo una expresión iluminada en su rostro bello e infantil- ¡Vengan los dos, vengan! Es muy importante...

 

Caminaron tras él, que sin soltar la mano paterna, parecía ansioso por regresar a su patio de juegos, lugar donde Loki esperaba, sentado en medio del césped, sonriente y con la mirada de esmeralda fija en el regreso de su hermano. Al ver a sus padres, el niño se levantó y fue a hacer una inclinación ante los dos, Odín mostró el dorso de su diestra y Loki le besó respetuosamente… también él, a pesar de su corta vida, ya conocía la forma en un Rey debía ser saludado.

 

-¿Qué debemos observar ahora, Thor? ¿A Loki?

 

-A Loki…- asintió el pequeño rubio, con orgullo- Hermano, muestra lo que aprendiste hoy.

 

-Thor…- dijo Loki, haciendo que Frigga y Odín se sorprendieran… luego de un año completamente mudo, habían perdido la esperanza de que hablara, pero ese día, el pelinegro dijo su primera palabra y era el nombre de su hermano- Thor… ¡Thor!

 

Repitió tomándose de las manos con el otro y dando saltos de pura felicidad.

 

-Ahora el resto…- pidió Odinson.

 

-Thor…- dijo, sonrojándose un poco- Thor… hermano… te quiero...

 

Y ese fue el comienzo de una gran historia de amor fraternal…

 

***

 

(Tormenta)

-¡Es una orden y basta! No voy a seguir discutiendo contigo, Thor... ya estás bastante grandecito para que lo entiendas… si continúas desafiando mi voluntad, entonces te enfrentarás a mi ira ¡Y por los fuegos de Muspelheim te digo que nunca me has visto lo suficientemente enfadado!

 

-Pero no es justo…- puntualizó Thor antes de inclinarse a toda prisa y salir de la sala de Audiencias hasta donde había ido a confrontar a su padre.

 

Caminó a zancadas, visiblemente enojado, apretando los dientes y lanzando maldiciones en voz muy baja. Esperaba no encontrarse a nadie más que lo cuestionara en ese instante porque seguro respondería bastante mal… al final, la tormenta en el exterior del castillo de Valhalla arreciaba y el Padre de Todo se dio cuenta que se debía precisamente al mal humor de su hijo.

 

Thor comenzaba a ejercer poder sobre el rayo, el trueno y la tormenta… pero aún no era consciente de ellos. Esos avisos indicaban que estaba listo para recibir su don divino y comenzar a trabajar en su control.

 

Entró a su alcoba y de inmediato su enojo se dulcificó... tal y como había pensado, Loki ya no estaba en su cama, los truenos y los rayos lo habían hecho huir y refugiarse bajo las pieles de la cama de su hermano mayor… los dos compartían la alcoba hasta esa noche… esa sería la última vez que durmieran en la misma habitación… todo porque su padre se empeñó en que cada uno debía ocupar habitaciones separadas y de extremo a extremo en aquel lado inmenso del castillo...

 

Thor intentó por todos los medios convencerle, hacerle entender al noble Odín que Loki aún no estaba listo para irse a nuevas alcobas, que la noche le daba miedo, los rayos y el trueno también… que como antes lo habían intentado y la soledad atraía depresión al pelinegro y eso, Thor no lo soportaba...

 

El lazo con el que creía su hermano se había fortalecido con los años, al grado de volverse muy dependientes el uno del otro.

 

-¿Qué sucedió?- murmuró Loki, que se aferraba a una almohada debajo de las pieles, rogando a lo eterno para que ningún trueno le alcanzara, esperando que su hermano regresara de hablar con su padre- ¿Cambió su opinión? ¿Podremos seguir durmiendo en la misma habitación?

 

-Creo que le convenceré dentro de muy poco…- mintió Thor, lanzando lejos sus zapatillas y metiéndose también bajo las tibias mantas de piel- Padre es decidido en sus ordenes, pero creo que podrá darnos más tiempo antes de que te mudes a tu propia alcoba, pequeño y miedoso Loki...

 

Loki se acurrucò junto al rubio, el estruendo de la tormenta arreciaba y los relámpagos eran tan frecuentes que hicieron al menor cerrar sus bellos ojos y abrazarse con màs fuerza a la almohada. Tenía el aspecto de desamparo que enternecía al hijo de Odín, sentirse más fuerte que su hermano, sentir que podía hacerlo sentir seguro le daba un sentimiento de satisfacción que le encantaba.

 

-Es que… no me gustan los truenos...- se quejó Loki, en voz muy bajita.

 

-A mí me gustan...- replicó Thor, extendiendo el brazo para pasarlo sobre los hombros de su hermano- Hay algo en la tormenta que me entusiasma y me hace sentir bien… por eso no debes tener miedo nunca, Loki. Yo estaré siempre junto a ti y te protegeré, verás que el trueno no es nuestro enemigo...

 

Loki pareció tranquilizarse al sentirse amparado por el rubio, su respiración se hizo más pausada y volvió a abrir los ojos de jade, sonriendo lleno de felicidad… Colocó su mano sobre el pecho del mayor, sujetando los botones de su camisola de dormir… si existía algún lugar de los Nueve Mundos donde quisiera estar… era ahí… siempre ahí… junto al inquieto rubio...

 

Sosegado por la cercanía de Loki, por el dulce abandono con el pequeño de ocho años se confiaba a él, Thor olvidó su discusión con el Rey Odín… cerró su mano sobre el hombro del pelinegro para acercarlo un poco más y enredó sus dedos en la punta de uno de los sedosos mechones de azabache, jugueteando con el cabello hasta quedarse dormido… La lluvia amainó al mismo tiempo...

 

Nadie, excepto el mismo Odín, pudo comprender por qué… tan rápida y misteriosamente como había aparecido, la tormenta cesaba para despejar los cielos nocturnos de Asgard y dejar que las estrellas brillaran en toda su intensidad.

 

-Está bien, Frigga… - aceptó, concluyendo que algo importante debía estar sucediendo en los poderes de su vástago para que el clima cambiara tan bruscamente- que Loki siga durmiendo en la misma alcoba de Thor, pero solo hasta el día en que nuestro hijo mayor se inscriba en la Academia Einherjar y se prepare para ser un guerrero, no un niño caprichoso…

 

-Hablaré con Loki, esposo mío… le haré comprender y poco a poco aprenderá que su hermano no puede permanecer de día y de noche al pendiente de él… como hasta este momento están acostumbrados.

 

-Elige para Loki un oficio, una carrera… algo en lo que ocupe su mente… Ya has visto que es capaz de aprender a leer, a escribir, habla varios idiomas mejor que mi primogénito y solo se ha sentado tras él en las clases de los tutores… elige tutores para Loki también, que formalice su educación.

 

***

 

(Celos)

Odín se sintió complacido de captar su atención... Loki ya había cumplido diez años, al menos esa era su apariencia física… pero su inteligencia preclara estaba desarrollada más allá de su edad. Así que charlar con él equivalía a conferenciar con los sabios consejeros reales. Loki podía analizar un asunto político, económico o feudal casi con tanta sagacidad como el mejor de los expertos… y el Rey comprendió que la vía de comunicación entre él y el joven híbrido era en la mesa de disertaciones...

 

-Loki me has dado consejos tan sabios como los de los ancianos más respetados... La estrategia que propones para evitar la guerra en Ríah sin duda será muy satisfactoria cuando negociemos con su Rey...

 

-Sin embargo, Padre... los Trolls de piedra son poco razonables, su entendimiento es muy corto y una negociación buscando la paz sería una opción inútil.

 

-¿Entonces me dices que tu propia propuesta es inútil?

 

-Tan inútil como intentar que de sus cabezas petrificadas se obtenga un átomo de compasión por los prisioneros… Padre, usted me preguntó qué haría para lograr la paz, y yo respondí... Pero los Trolls de piedra matarán a los rehenes apenas tengan la oportunidad.

 

-Te pregunto ahora, hijo mío… ¿Cuál es la mejor opción para terminar el conflicto con el mundo de Ríah y evitar esa matanza?

 

Loki mantuvo su semblante sereno. Miró al Rey de Asgard, luego a los Ministros presentes y finalmente, miró a su hermano Thor, quien lo animó con un gesto a que respondiera. El rubio siempre era el primero en impulsarlo a que lograra superarse a sí mismo en cualquier tema o situación que se le presentara.

 

-Acudir a la mesa de negociación y romper la tregua dos días después los tomará desprevenidos… ellos esperan el tiempo de pláticas para festejar en las tabernas… Mientras los reyes y ministros negocian. Su ejército estará desorganizado, serían fácilmente derrotados y los Einherjar que han tomado como rehenes pueden ser rescatados...

 

-El ejército de Asgard no ataca a traición, Loki- dijeron los ancianos, en desacuerdo con el plan.

 

-¿Cuándo es una traición, señores? Romper hostilidades sobre una mesa de negociación se considera uno de los riesgos cuando no se llega a un acuerdo… ¿Es culpa del Aesir que ellos descuiden sus tropas? ¿Acaso el cargamento de cerveza y vino que pudieran encontrar abandonado de los caminos hasta el campamento asgardiano les sería forzado a beber? Yo solo pongo las opciones… Padre en su sabiduría, podrá elegir las acciones correctas y dar una nueva victoria a las armas reales de Asgard.

 

Cuando los Ministros se retiraron, todavía no se decidía la postura de Asgard respecto a los Trolls de piedra, pero la opinión de Loki había iniciado un debate que sin duda les llevaría a tomar la mejor decisión. Thor abrazó entusiasmado a su pequeño hermano para felicitarle y Odín gruñó con desaprobación.

 

-¡Estás a un paso de ser un cadete Einherjar, Thor Odinson! ¡Deja de comportarte como un niño!

 

Los dos muchachos se separaron, quedando quietos y bajando sus miradas como acto de sumisión ante el poderoso Odín. El Soberano se acercó entonces, dispuesto a dar un par de palmadas en el hombro al menor de ellos, como signo de satisfacción y reconocimiento a sus opiniones.

 

-Mucho me he esforzado en ser un buen padre para ti, Loki... y me siento contento con lo que has logrado aprender de tus tutores… entiendo que los has superado incluso en conocimientos… me agrada mucho que en el futuro, cuando yo sea un Rey viejo, tus consejos jóvenes y audaces, ayuden en mi reinado...

 

Y el Rey posó su mano grande y tosca en la suave mejilla de durazno del pelinegro, acariciándolo con una inesperada ternura. Loki se sintió incómodo, en realidad, ninguna impronta temprana o tardía unía sus sentimientos con el Rey… lo respetaba, lo quería como a un padre… pero nunca, ni antes ni ahora, toleraba que lo tocase…

 

Thor en cambio, hervía de rabia... inexplicable, porque respetaba a su padre y lo admiraba, toda su vida fue aleccionado para ser sumiso ante él, obedecer sin cuestionar, aceptar sin discutir y sin embargo, el corazón se le aceleró, derramando su enfado cuando lo vió acariciar la mejilla de Loki.

 

-Siempre será un honor ser útil a mi Padre y Soberano…- dijo Loki, respondiendo casi por protocolo y no porque lo sintiera en su corazón.

 

-Eres un buen niño, Loki...- declaró el Rey, sonriendo- Eres inteligente, obediente… y eres encantador...

 

-¡Basta!- gritó Thor, sin poder contenerse, al mismo tiempo que dejándose llevar por un impulso, arremetió contra su propio padre- ¡Déjelo! ¡No lo toque! ¡No quiero que toque a Loki!

 

Odín, tomado por sorpresa, trastabilló hacia atrás al sentir el empellón de su primogénito… Thor estaba lejos de ser un hombre, pero a sus doce años, ciertamente ya no era un niño… era muy alto para su edad, fuerte y con un carácter fuerte… tanto como para retar el poder absoluto de su padre.

 

Esa sería la primera de muchas veces que su altanería surgiera, haciéndolo impulsivo y poco razonable…

 

Pero es que sencillamente, no quería que nadie tocara a su hermano menor… ni siquiera su propio padre. Era imposible de describir lo que se apoderó de sus emociones al verlo, la caricia de su progenitor en la blanca y aterciopelada mejilla… el gesto oculto de repulsión del pelinegro y el impulso soberano de interponerse, de hacerle ver a los Nueve Reinos que Loki era intocable...

 

-¡Thor!- exclamó Loki, asustado por la violencia de su hermano hacia el Padre de Todo.

 

-¡Suéltelo!- repitió el rubio, colocándose frente al menor y alzando sus puños con rabia, mientras un par de lágrimas caían de sus ojos de zafiro.

 

Odín se recobró del azoro, volviendo su mirada de un único ojo hacia la puerta y respirando aliviado de que ninguno de los guardias o ministros había atestiguado aquella enorme falta de respeto. Entonces apretó los dientes y señaló a su hijo con su lanza Gungnir, mientras dejaba escuchar su voz amenazadora:

 

-¡Has ido demasiado lejos, Thor! ¿Cómo te has atrevido a levantar tu mano en contra de tu Padre? ¡De tu Rey! ¿Acaso eres preso de un malvado hechizo? ¿Acaso has perdido tu mente?

 

-¡Padre!- exclamó el muchacho, respirando agitadamente, cayendo en cuenta de su gigantesca falta, pero sin un átomo de arrepentimiento- Pido su perdón... pero no me retracto de mis palabras... No lo toque...

 

Odín hizo una mueca de entendimiento... miró a su vástago, analizó su cuerpo arqueado, sus pupilas dilatadas, su respiración y los colores que ruborizaban su rostro… comprendió que estaba alerta y que todo su ser respondería para proteger lo que consideraba suyo… a Loki.

 

El Soberano supo entonces que había cometido un error... el híbrido no estaba reflejándose en él, no estaba reflejando tampoco el amor de madre de Frigga... Loki, parado detrás de Thor, con gesto de altivez, con la tranquilidad de saberse amparado por su hermano mayor, observaba mientras sus manos finas y largas se posaban confiadas en los hombros ya fuertes del mayor… Loki había hecho conexión con el rubio y lo consideraba su dueño.

 

Eso no era para nada cercano a lo que había planeado… pero estaba dispuesto a regresar a Midgard y averiguar si todavía podía hacerse algo al respecto… reprogramar a su híbrido y colocar su impronta… Odín quería que Loki lo quisiera también, por encima del amor que profesaba a Frigga, por encima del amor que profesaba a Thor...

 

-Veamos si tu rebeldía y tu atrevimiento pueden ser canalizados... Mañana mismo permanecerás como interno en la Academia de Alfheim, donde la instrucción militar es más estricta. Y Loki, tú serás enviado también como interno al Colegio de Vanaheim...

 

Selló su voluntad con un golpe de su lanza en el piso, recobró el continente digno y salió de la habitación… cuando se quedaron a solas, Loki abrazó a su hermano, intentando calmar el enfado que todavía lo llenaba.

 

-No te preocupes... aunque estemos lejos tú sabes que te quiero, hermano...

 

-Loki... todas las veces que nos hemos separado tú pareces enfermar… entristecer… yo no quiero que cada vez que pueda regresar tus ojos no tengan brillo, tu boca no sonría… ¡No quiero! Siento que mi alma se quiebra al verte inanimado, sufro demasiado hasta que recobras tu alegría...

 

-Ya no sucederá... no sucederá… hay algo aquí- murmuró Loki, usando una voz dulce y sedante, colocando su mano derecha sobre su pecho- Algo aquí dentro que ha cambiado... no puedo explicarlo, pero puedo sentirlo... Siento que debo la vida a ti, que he nacido para estar a tu lado... Ya nada podrá cambiar mis sentimientos, querido hermano… nada...

 

Loki se acercó para depositar un casto beso en la mejilla del rubio. Thor se encendió como la grana y tocó con dedos temblorosos el lugar donde había recibido la caricia… ahora estaba listo para marchar al internado, con la plena seguridad de que él y Loki podían ser separados físicamente… pero jamás podrían separar sus almas… o sus corazones...

Notas finales:

Espero que esta propuesta les resulte una lectura grata y entretenida, confieso que me gustó mucho comenzar a escribirla y quiero que sea fluída y suave de leer.

Sin más... ¡Feliz lectura!

 


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