Pedirle una cita a la persona que te gustaba no era tan facil como Tony había pensado en un principio. Porque de serlo no sería está la quinta vez en que intentaba pedirle a Steve una salida sin quedar como un tonto.
Y no es que no tuviera experiencia, Tony había tonteado largamente con Amora y con Natasha, la coquetería era un estado natural en él y sabía cómo emplearla. Era simplemente que llegado el momento de hacerlo con Steve la lengua de le trababa, un sudor frío le recorría la espalda y sus mejillas comenzaban a colorearse más de lo necesario. Gracias a eso había abortado misión tres de las cincos veces en que se plantaba frente a él para pedirle una cita. Las otras dos Tony no comprendía como habían terminado saliendo en grupo con Pepper, Natasha e incluso el amigo recién llegado de Steve, Bucky.
Pero esta vez sería diferente se dijo saliendo de la Torre con la voz de Jarvis en su espalda deseándole buena suerte, mientras un mensaje de Janet en su celular le avisaba de la ubicación exacta de Steve. A veces su amiga era mucho mejor espía que Natasha.
En cuanto lo encontró frente a los puestos de tiro, relajo sus hombros, ensayo su mejor sonrisa y se paro a un lado de el.
-Hey Steve- La sonrisa que le devolvió el Capitan hizo que su corazón se acelera un poco. Pasar de Rogers a Steve y de Stark a Tony también había sido un proceso.
-Buenos días Tony-Saludo el rubio dedicándole una rápida mirada antes de hacer su siguiente lanzamiento. El genio no tuvo que mirar el trayecto para saber que había tocado todos los blancos con su escudo antes de que este volviera limpiamente a su mano.
Tony había hecho eso un par de veces con el propulsor de su guante de metal pero verlo de Steve siempre era un espectáculo.
Se aclaró la garganta y se acercó unos pasos más para poder hablar en voz baja. Este era el momento.
-Steve
-¿Crees que Natasha prefiera ir al cine o un parque de diversiones?
Tony se detuvo a mitad de la disertación que había pensado toda la semana frente al espejo para mirarlo por unos segundos sin entender a que venía eso. Steve acababa de preguntarle...
¿Steve iba a invitar a Natasha a una cita?
Intentó que la sonrisa no vacilara en su rostro aunque aquello doliera como el infierno
-¿Natasha? ¿La espía de las cajas de cartón?- La sonrisa radiante fue un poco dolorosa para su corazón algo enamorado. Steve volvió a asentir- ¿Una película de espías quizás?
-Es una excelente idea
-Supongo...- Sintió sus hombros hundirse lentamente. ¿Como no se habia dado cuenta? Siempre pensó que las sonrisas que Steve compartía con el tenían algo de lo mismo que el sentía. Que las ocasiones en que descubría a Steve mirandolo y este voltaba el rostro era simplemente porque algo estaba pasando entre ellos. Qué quizás... Bueno, quizás el también le gustaba un poco al rubio.
Steve pareció darse cuenta de su desánimo porque se colgó el escudo en la espalda y se acercó a él.
-¿Estas bien? ¿Querías decirme algo tú también?
-Supongo que será en otra ocasión. Espero que tu cita con Natasha salga bien.
Iba a llenar el jacuzzi y a comer cantidades obsenas de queso para superar el corazón roto. Puede que incluso decidiera invitar a Janet y a Peter.
Se alejó con cuidado de la mano de Rogers y se volteó cuando Steve lo detuvo.
-¿Yo salir con Natasha? ¡Es Bucky quién me preguntó! Él se enamoró a primera vista y está decidiendo si debe o no pedirle una cita.
-¿Qué?
-De hecho... Bueno ya que Bucky va a estar ocupado y yo no tengo que mostrarle la Academia... -A esas alturas al rubio se había y llevado una mano a la nuca y había bajado la mirada como si a estuviera algo inseguro de continuar- Me preguntaba si quizás te gustaría... No lo sé... ¿Entrenar?
Tony abrió la boca sin creerselo. Steve estaba... ¿Él de verdad estaba invitándolo a salir?
Su corazón comenzó a latir fuertemente en su pecho mientras su boca se curvaba en una sonrisa boba. Las ideas del jacuzzi y el queso siendo rápidamente reemplazadas por Steve y el. Juntos.
Negó
-Quizás.
Rogers arrugó el entrecejo. Tony tuvo ganas de besar aún más su rostro contrariado.
-¿Quizás?
-Tengo que revisar mi agenda. Ya sabes... Soy un hombre ocupado - Un hombre que se moría por decirle que sí.
Steve pareció entenderlo un poco después pues sonrió.
-Quizás si te invito mañana a otro lugar...
-Quizás obtengas un sí, soldado
Pero no había que ser un genio para saberlo. Steve conseguiría un sí definitivo