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Touched (Saga x Milo) por Pandy

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Notas del capitulo: Está algo oscuro para mi gusto, hasta me atrevería a ponerle goré... XD

Touched



Es demasiado pedir que no te vayas, como es demasiado pedir que me ames de VERDAD. No sé distinguir cuando me mientes o me engañas, me tienes completamente cegado por tu amor.

-Milo...-

¡Y qué si piensan que soy un mentiroso! Con que yo sepa la verdad de lo que siento hacia tí, no importa lo que digan los demás; Por qué a mí jamás me importó tanto como a tí...

-¿Por qué lo hiciste?-

Tuviste que volverme así, como antes ' el serio maniaco depresivo atormentado’ ¡Y como no estar atormentado! Si todo fue difícil, pero tú me lo hiciste ver tan diferente, tan lleno de luz, tan lleno de paz...tan lleno de esperanza.

-No encontraré a alguien como tú, otra vez...-

Sofocado entre estas cuatro paredes; Con la sangre helada y los ojos perdidos en el vacío, con esa angustia carcomiéndome el alma y la piel, con la falsa esperanza de que entraras lleno de luminosidad por esa maldita puerta pero...

No es cierto, sé que eso no pasara. Siento como nuevamente ese demonio quiere tomar parte de mí, pero creo que debo ser fuerte...El miedo que alguna vez ocupó mi corazón se desvaneció al sentir por primera vez tus labios entre los míos.

Me falta el aire...

-Milo!- logro gritar, pero la oscuridad de mi habitación ahoga el grito.

En mi inconsciencia, logro visualizar un mundo diferente al nuestro: Feliz es la palabra correcta. Una sonrisa invisible cruza mi rostro, y de repente todo se torna malo...peor. Asustado por lo que provoque, viendo al fuego consumir mi visión, el humo nublándome la vista y todos los gritos de terror alrededor de mí. Estoy aterrorizado y muy perturbado, lo sé...pero esas visiones tan extrañas me hacen contorsionarme en el frío suelo donde he permanecido quien sabe cuanto tiempo.

Con un grito desgarrador, despierto, sofocado, con ganas de salvar a todos los que murieron en mi sueño o perturbación...El sudor corre por mi frente, mi corazón late desbocado y mis nervios están en su punto.

Cualquier cosa podría hacerme estallar. Cualquier cosa podría provocar que el maldito demonio regrese a mí.

Veo una sombra en la puerta de mi habitación, no reconozco quién es...las lágrimas que corren como ríos por mi rostro me han nublado la visión... ¿qué hace aquí? ¿Qué quiere? Sacudo la cabeza con fuerza y la sombra se acerca aún más, trata de tocarme y de un manotazo lo arrojo muy lejos. ¿Pero que he hecho? No lo sé, pues mi cabello comienza a tornarse gris y mis ojos se inyectan de sangre; Una cínica y diabólica sonrisa escapa de mis labios, me incorporo y tomo a esa persona del cabello, arrastrándola tras de mí.

-¿Sabes por que hago esto, Saga?- decía el ser que se apropiaba de mi vida una vez más.- Para que aprendas que no debes entregarte a esos sentimientos ridículos y sin fundamento alguno. 'Te amo Milo' ¿Por qué? No sé...Eso es pura blasfemia, pérdida de tiempo, aprende Saga, ¡¡aprende!!- se estaba apoderando completamente de mí y lo extraño es que mientras me decía eso, la persona no se movía y aún yo no podía distinguir su rostro. Nada.

Suspiré hondo dentro de mí, sabía que iba a ser torturado mentalmente sino le hacía caso. Mecánicamente, comenzamos a torturar a esa persona y ¿saben? No me importaba que fuese uno de mis compañeros o alguien que yo conocía. Esos efectos causaba en mí la desolación, al saberme abandonado por aquel al que yo amaba.

Y es que no era la primera vez que me pasaba; Años atrás, antes de nacer Atenea, al ser poseído fue por otra debilidad en mi mente causada por ¿adivinen qué? Una decepción, la más grande decía yo. Y no fue por mal de amores, sino por ser echo a un lado cuando nombraron un nuevo patriarcado.

Esta vez fue sumamente diferente; Cuando comienzo a agitarme, asustarme de todo y encerrarme en mi propio mundo es por qué él está cerca. Por que quiere seguir atormentándome la vida cada que algo me sale mal...

Volví a torcer mi rostro en un gesto enorme de alegría...le retorcía el cuello a aquella persona con gran alevosía, divirtiéndome con los gestos y gritos de dolor que daba. Pero su imagen ante mí aún estaba distorsionada...Muy en el fondo empecé a preocuparme por esa persona que estaba siendo victima de nosotros. Más de mí que de él, puesto que con todo el coraje que guardaba dentro, resurgió y...está bien yo tuve la culpa...pero eso no fue todo, no señor... Me dirigí a un escritorio donde guardaba memorias, y en el último cajón encontré una daga que antes me había servido para aquel crimen que cometí esa vez...sonreí perverso y regresé con mi victima, que se encogía del miedo, temblaba por temor.

Y para ser sinceros, me sentía demasiado bien...

Besé su boca a la fuerza, le até las manos con las mías propias y comencé a bajar por aquel cuerpo que aunque se me hacía conocido, no reparé en pensar siquiera en detenerme; Quite la molesta camisa de un jalón, quedando al descubierto un perfecto pecho moreno, que no dudé en mordisquear. Pero no todo resultó tan fácil, pues 'mi victima' ponía resistencia.

-¡Quieto!- grité al tiempo que la primera cortada en su pecho lo hacía sangrar.

-¿Te gusta?- pregunte pervertido saboreando la deliciosa sangre que de la herida salía. Más no contestaba, veía como se trataba de alejar de mí pero ¡simplemente era imposible! Al gozar así de alguien, toda mi depresión se fue por el caño...y más aún con la ayuda de mi 'amigo'.
Enterré la daga un poco más profundo que la primera vez, dañándole así el estomago, del cual brotaba sangre a borbotones. Más no me detenía ¿Qué ocurría? Este no era yo, ¿no...? ¿Por qué me volví así?

Me preguntaba internamente antes de jalar los pantalones del sujeto hacia abajo y degustar de su delicioso miembro. Lo mordí varias veces, provocando gritos de dolor en el aludido, lo succionaba, lo lamía en toda su extensión...y finalmente, cuando se vino en mi boca, pude sentir la misma sensación que cuando se lo hice a Milo. Me aturdí y en un arranque de odio al recordar eso, le abrí las piernas con fuerza y le metí la daga en lo más profundo de su ser...

Pude ver toda la sangre salir de su trasero, pude oír sus gemidos de dolor, y sobretodo, sentí placer al darme cuenta de lo que había hecho, relativamente.

Saqué la daga con dureza de su trasero y pude ver como el tipo se removía en el suelo tratando de hallar un poco de alivio para aguantar semejante dolor…con la voz apagada por la pérdida de sangre y sujetándome sin fuerza de la mano me dijo.

-Detente…por favor…-

Su voz me era familiar; pero no supe de quién, mi mente estaba confusa y perturbada como para ponerme a pensar a quién le hacía daño. Pero esas palabras provocaron que mi ira o la ira de quién me poseyera aumentara, empezando a cortar el cuerpo del individuo con inmoderada saña, y absoluto placer.

Tasajeé todo el cuerpo del hombre, saliendo ya pequeños hilos de sangre de él. Sonreí y me di la vuelta decidido a volverlo a hacer con alguien más pero mi alter ego en ese momento, se dirigió a mí y con voz apesadumbrada me dijo…

-¿Feliz Saga?-

-Sí…- le contesté fríamente.- ¿Qué harás conmigo ahora?- incitándolo a seguir con más, aquello resultaba verdaderamente aterrorizante.

-Nada…- rió a carcajadas no muy ligeras.- Si supieras que feliz estoy de destrozarte la vida una vez más y para siempre…-

Aquellas palabras calaron mi alma. De nuevo comencé con ese sentimiento de culpa dentro de mí y sin querer, comencé a sacarlo de mí, lo estaba rechazando ¿Qué diablos me pasa? Pensaba una y otra vez, mientras mi cuerpo se convulsionaba en el piso, la habitación se lleno de un gélido aire y él salió de mí, voluntariamente.

Mi vista estaba apagada, no me atrevía a mirar esa alma.

-¿A qué te refieres con ‘para siempre ’? –pregunté lleno de temor, volviendo a llorar, sintiendo lo que esa gente en mi visión perturbante.

-Quisiera que te dieras cuenta tú mismo, pero estás demasiado demente como para hacerlo…- suspiró y el ambiente volvió a su normalidad. - En realidad quiero verte sufrir, pero no quiero oír tu llanto, ni tus gritos desgarradores ni tus “¿por qué lo hice?”...-

-Me…estás confundiendo… ¿Qué hice?-

-No recuerdas, o quieres que te lo recuerde…- mostrándome una seña obscena.

-Yo no hice… ¡Lo hiciste tú!- tratándome de hacerme el loco (o quizás no) para hallar otro culpable. - ¿Qué pasó, que pasó?-

-Voltea atrás tuyo, querido…-

Lo hice y me encontré con al escena más sangrienta de mi vida…Comencé a llorar con un sentimiento enorme, me jalaba los cabellos tratando de encontrarle una explicación a esto, un culpable que no fuese yo.

Allí estaba el escorpión, bañado en sangre de pies a cabeza, con todo su cuerpo tasajeado por aquella daga, que yacía a un lado del cuerpo ya sin vida de mi amor.

En aquel momento enloquecí más de lo que ya estaba; Me di cuenta de que nadie me poseyó y que desde un principio supe que era Milo, y por eso lo hice por despecho, celos tantas cosas… ¡Como no fui capaz de reconocer su voz, oír sus clemencias por que lo dejara!

Me abracé del cuerpo inerte del bellísimo escorpión y le bese los fríos labios que alguna vez fueron cálidos como lo que sentí por él…

En el momento de separarme de él, miles de gusanos brotaron de su boca, su cuerpo estaba en descomposición y apestaba a muerto.

No sé cuantos días pasaron pero ahora estoy encerrado en un manicomio, donde su recuerdo me atormenta a cada instante. Aún recuerdo su cálida sonrisa, sus bellas facciones y aquellas palabras que me dirigiese en mi estaba de incomprensión.

El problema es que no dejo de amarlo…


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