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Nuevos héroes por mizaki_neko

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Notas del fanfic:

Bien, este ficc en realidad es un reto por parte de una amiga, ella me dijo que no podría hacer un fanfic de miraculous en yaoi y con personajes de kingdom hearts, reto que ignore por un tiempo pero su insistencia me orillaron a esto (de tanto que me insistia tuve que subirlo mucho antes de lo que quería) 

Notas del capitulo:

Espero que sea de su agrado y también del de mi amiga; el cap es algo largo y yo escribo por el celular así que una disculpa por los errores de ortografía que pueda tener TuT, si son muchísimos los corregiré cuando tenga tiempo, sin más que agregar los dejo leer.

Un señor algo anciano se encontraba en su casa mirando un par de cajas pequeñas con detenimiento, una tenía unos aretes en su interior y la otra un anillo; los analizaba mientras jugaba con su barba. -Creo que es hora de buscar a los nuevos portadores-. Dijo para sí mismo o eso parecía ya que no se encontraba nadie ahí. - Y no solo para estos dos, también buscare nuevos para otros miraculous-. Tomo lo que observaba y se levantó, se fue de su hogar llevando dichas joyas con cuidado.

 

 

Pov. Sora

 

 

Empezar una nueva vida siempre es difícil y molesto, ahora mismo me mudo a París. Suspire  mirando por la ventana del avión, no quería esto pero apenas tengo 16 años y no puedo evitar las decisiones que toman mis padres.

 

-Sera maravilloso, la casa es grande y acogedora, estoy segura que te encantara cariño-. Decía mi madre muy entusiasmada.- Además la escuela a la que asistirás es de lo mejor-.

 

-Si tal vez-. Solté sin mucho ánimo.

 

-No pongas esa cara Sora, no es tan malo, París es la ciudad más hermosa y es la ciudad del amor-. Me acariciaba la mejilla mientras hablaba.

 

-Me gustaban más las Islas-. Es la verdad, detesto la idea de mudarme y más si es demasiado lejos del lugar que considero como mi único hogar.

 

-Hijo-. Me llamo mi padre, no voltee a verlo.- Lamento lo que está pasando pero, no podía dejar a tu madre y a ti en ese lugar, no quiero estar lejos de ustedes, sé que es un lugar nuevo y a veces lo nuevo pude dar miedo pero ya verás que el lugar te agradara, harás nuevos amigos e iras a lugares nuevos-. Me hablaba como si esto fuera lo mejor del mundo, para mí era lo peor, me ponía más triste de lo que ya estaba.

 

-No quiero nuevos amigos-. Le dije con ganas de llorar. - Quiero a los que tengo, quiero sentir la brisa del mar en mi cara, quiero ver el atardecer en la playa, quiero recoger conchas, quiero nadar en el mar-. A cada palabra sentía mi voz más quebrada y las lágrimas al borde de mis ojos. - Solo quiero ir a casa-.

 

Un silencio incomodo se presentó por unos breves momentos. - Ahora este lugar sera nuestra casa, entiende que es lo mejor para nosotros-. Fue mi madre quien hablo, su tono era neutral, como si no sintiera nada.

 

Al bajar del avión mis padres vieron emocionados el lugar y hablaban de todos los lugares que visitarían y de toda la comida que probarían, yo en cambio miraba el suelo, me puse mis audífonos y me subí al taxi que nos esperaba. Mi madre decía la verdad, la casa era grande de tres pisos, el camión de la mudanza llego antes que nosotros y ya estaban amueblando la casa. Baje del taxi, tome mi maleta y entre a la casa.

 

-Es linda y muy grande-. Escuche a mi papá, me quite los audífonos y le preste atención. -Aquí abajo estará el negocio, arriba es donde viviremos-. Mi papá hace platillos muy ricos, antes trabajaba en un pequeño establecimiento en nuestro hogar, mi mamá lo impulso a que él abriera su propio restaurant pero como la Isla es algo desconocida sintieron que no tendrían éxito; según ellos Francia es la mejor opción, por eso querían venir aquí, para expandir el negocio.- Sera mejor que nos demos prisa en poner bien la casa-. Me apuro acomodando unas cosas junto con los de la mudanza. Después de muchas horas de trabajo la casa estaba lista, tanto para el negocio como para vivir ahí. Cansado me fui a mi recamara y me deje caer en la cama, aun me falta desempacar un poco de ropa y algunos recuerdos que me traje de mi hogar pero eso lo haría otro día, estaba exhausto de todo lo que paso en un día; y pensar que mañana asistiré a la escuela. Jale las mantas para cubrirme, qué más da si no me pongo mi pijama, lo único que quiero es dormir.

 

-Sora, Sora.- Escuchaba una voz.- Ya levántate flojo, llegaras tarde en tu primer día-. Poco a poco abrí mis ojos notando a mi mamá sacudiéndome suavemente.

 

-5 minutos más-. Me cubrí la cabeza con las mantas que rápidamente me fueron arrebatadas, gruñí por eso y por el frío que sentí.

 

-Apresúrate, llegaras tarde a la escuela-. Resignado me levante de la cama, mire algo triste mi recamara, no es como la de mi hogar, aquí no hay vista al mar. -Ya está el desayuno, cuando estés listo baja ok-. Menciono mi madre saliendo de mi cuarto; después de darme una ducha me arregle, me puse unos pantalones azules y una playera de manga larga color roja, unos tennis negros e intente peinar mi cabello alborotado pero no importa como lo quisiera peinar siempre volvía a su peculiar forma, ahora que lo pienso es una ventaja que no tenga que llevar uniforme. Tome mi mochila y baje las escaleras, vi a mi papá sirviendo el desayuno, me miro y me invito a sentarme en la mesa.

 

-Buenos días, ¿Listo para tu primer día?-. Pregunto mi padre con una suave sonrisa.

 

-No lo sé-. Respondí sentándome en la mesa, vi un plato con tortitas de tomate y espagueti. -Creí que comeríamos caracoles-. Según se, son algo que se come mucho en Francia, imagine que mi padre agregaría platillos nuevos a su menú.

 

-Si tanto tienes ganas de comerlos los puedo preparar para la cena-. Menciono mi papá sentándose al lado de mi madre.

 

-Emm, no gracias, prefiero pizza o algo más-. Desvié la vista nervioso, no quiero comer caracoles, buuaaa, deben saber horribles; Mis padres se rieron un poco y empezaron a comer.

 

- Por cierto Sora, ¿Quieres que te acompañe a la escuela?-. El comentario de mi madre me hizo casi escupir la pasta que comía.

 

-No, no, iré solo-. Ni loco dejaría que me acompañe, conociéndola se va a estar deteniendo todo el camino mirando las tiendas o querrá que la primera persona joven que vea sea mi amigo; ella es muy entusiasta y a veces eso me causa problemas.

 

-Si tú insistes-. La escuche decir. Después de desayunar y cepillarme los dientes salí de la casa, camine a la escuela, en el camino vi muchas tiendas de ropa y comida, París era grande y no estaba del todo mal pero eso no disminuye mis deseos de volver a las Islas del Destino. A lo lejos vi un gran edificio al cual entraban personas de mi edad, supuse que esa era la escuela; me quede unos momentos frente a la entrada, me sentía algo asustado, no sé si me poder adaptar tan fácilmente, me siento algo solo.

 

-Fuera de mi camino-. Interrumpió mis pensamientos una voz algo chillona, la dueña de dicha voz me empujo a un lado, era una chica de cabellos rubios algo pálidos, llevaba un vestido blanco que parecía elegante; junto a ella iba una chica pelirroja que tenía unos pantalones rosas y una camisa a cuadros. La mire de mala gana por empujarme, genial apenas llego y ya me están molestando; resople algo fuerte y entre al edificio. Camine como un zombi por los pasillos, no tenía ni idea de a dónde ir, entre lo que miraba choque por accidente con alguien.

 

-L-lo siento-. Me disculpe haciendo una reverencia.

 

-No te preocupes-. Levante la mirada y aprecie a un chico de cabellos rubios muy alborotados, piel blanca y unos ojos azules, tan azules como los mios; me quede embobado viéndolo un poco más. -No te había visto antes, ¿Eres nuevo?-.

 

-Emmm... si, soy Sora Kresnik, acabo de mudarme-. Él chico me sonrío.

 

-Es un gusto Sora-. Tal vez podría hacerme amigo de este rubio, así ya no me sentiría tan solo.

 

-Holap.- Una voz femenina se hizo presente.- Soy Xion Mathis, así que Sora, ¿De dónde vienes?, ¿Te gusta París?, ¿Que comida es tu favorita?, ¿Y tú color?, ¿Que música te gusta?-. Empezó a bombardearme de preguntas una chica de cabellos negros algo cortos, de ojos azules aunque más claros.

 

-Eh... emm..-. No sabía a cuál de todas las interrogantes responder y entre más tardaba más me preguntaba.

 

-Ya Xion, el pobre no puede con tanto que le preguntas-. Le dijo él rubio. -Al menos deja que tome un respiro-.

 

-Perdón, es que me invadió la curiosidad y como es el nuevo será buen material para el periódico escolar-. Xion jugaba con un mechón de su cabello, parecía apenada. -En fin, me responderás ¿verdad Sora?-.

 

-Umm... s-si pero ¿Que salón es el mío?-. Ella queriendo una entrevista y yo sin saber en dónde diablos estoy.

 

-¿Aun no sabes?-. Me cuestiono el ojiazul, le negué con la cabeza. - Ven, te llevaremos con el director, para que te diga en que grupo estas-. Agradecí su ayuda y cuando empezamos a caminar alguien se le echo encima al rubio, era la tipa de la entrada. - ¿Naminé?-.

 

-Roxas, ¿me ayudas con la tarea de historia?- Pregunto esa tipa picando suave la mejilla del contrario.

 

-Si claro, ¿Xion puedes llevar a Sora?, luego te veo-. Le pidió a la pelinegra mientras se iba con la rubia.

 

Sentí que Xion me tomo del brazo. -Vamos, en el camino me puedes responder-. La seguí mirando de reojo al par de rubios alejarse.

 

Xion me hizo mil y un preguntas mientras caminábamos por los pasillos, me dijo que es la mejor amiga de Roxas y que es la encargada del periódico de la escuela así como de los festivales. -¿Quién es esa tal Naminé?-. No pude evitar preguntar.

 

-Te aconsejo que no te le acerques mucho, es algo mimada y de muy mal carácter, siendo rica era de esperarse-. Parecía que a Xion no le agrada mucho Naminé; la mire con curiosidad y ella me entendió puesto que siguió hablando. - Es la hija de un famoso diseñador de moda, cree que todo el mundo le pertenece y que puede hacer todo lo que quiera, a nadie le cae bien, solo su prima Kairi la sigue a todas partes-.

 

-Si a nadie le agrada, ¿Por qué Roxas esta con ella?-.

 

-Él solo es amable, se conocen desde hace mucho porque el papá de Roxas es un empresario muy famoso; los padres de ambos son socios.- Muchas veces dicen que los que son ricos son personas de lo peor, pero no creo que Roxas sea así, parece muy bueno y agradable.

 

-¿Tú también eres rica?-. La pregunta se me salió de la boca, no quería decírselo pero estaba tan sumido en mis pensamientos que lo hice, soy un torpe. Quise disculparme pero ella hablo primero.

 

- Naaa, soy normal como la mayoría, no es necesario nadar en dinero para estar con Rox, él es muy divertido, ya se, un día deberías venir con nosotros a comer un helado-. Me dijo alegremente, le di una enorme sonrisa que ella interpreto como un “si”. - Bueno esta es la oficina del director, te veo más tarde-. Ni cuenta me di de que habíamos llegado; nos despedimos con la mano, ella se fue trotando y yo entre a la oficina.

 

-Disculpe, soy nuevo y no sé a dónde ir-. Le dije a un señor de cabellos grises y piel morena, este me miro causando que se me erizara la piel y sintiera un vacío en el estómago, la mirada de aquel hombre daba miedo.

 

-Ah sí, ya me acuerdo-. Se levantó de su asiento.- Tu grupo es el “2-C”, te llevare-. Trague saliva algo fuerte, era como si te fulminara con esa mirada amarilla. Con muchos nervios seguí al director por la escuela, subimos las escaleras hasta el segundo piso, en todo ese tiempo ninguno de los dos hablamos, supongo que él no tenía interés en conocer a un estudiante cualquiera y yo sentía que me castigaría si hablaba. Abrió la puerta del aula, me dijo que pasara junto con él, la profesora detuvo su clase y se acercó al director. -Él es un alumno nuevo, le encargo su educación-.

 

-Claro que sí señor Xenmas-. Dicho esto el director se marchó, la profesora hablo.- Clase, hoy se nos une un nuevo compañero, les pido que sean amables y lo ayuden a sentirse cómodo-. Si algún tipo de genio me concediera solo un deseo pediría desaparecer de la faz de la tierra, todos me miraban como si fuera un bicho raro, ahora estoy que me muero, no sé qué decir o hacer hasta creo que me puse a sudar como un cerdo. - Toma asiento por favor-. Me pidió la profesora, como pude moví las piernas y busque algún lugar, fue cuando los vi, Roxas y Xion me sonreían desde sus lugares, al menos ya tenía con quien entablar conversaciones. Me relaje un poco cuando note un asiento vacío al frente de Xion, me acerque a dicho lugar y me senté; las manos de la pelinegra se posaron en mis hombros, al voltearme ella me estaba sonriendo, también le di una sonrisa y regrese mi vista al frente para prestar atención a las clases.

 

Luego de algunas horas de clases sonó la campana que indicaba el receso. - Sora ven, vamos a comer los tres-. Me llamo la pelinegra con entusiasmo, claro que fui con ellos, son las únicas personas que conozco y por ahora no me desagradan en lo más mínimo.

 

-Debe ser un lugar muy hermoso de dónde vienes-. Hablo Roxas.

 

-Sí, hay muchas flores silvestres muy bonitas, incluso las conchas que te encuentras son lindas-. Le dije con un poco de melancolía al recordar mi hogar.

 

-Se nota que te gusta mucho ese lugar-. Para que negarle eso a Roxas, esas islas son mi lugar favorito en todo el mundo.

 

-¿Y qué opinas de París?, También es muy bonito aquí-. Me pregunto Xion mordiendo una manzana.

 

-Aun no veo toda la ciudad, solo conozco mi casa y la escuela-. Respondí con total sinceridad; tome un poco de agua de mi botella, mientras lo hacía note a Roxas mirándome con detenimiento.

 

-Deberíamos mostrarte la ciudad, que te parece si el fin de semana nos vamos a caminar por  el lugar-. Propuso él rubio.

 

-Eso suena genial, podríamos llevarlo a comer muchas cosas y tomarnos muchas fotografías-. Le siguió Xion muy animada.

 

-Me parece bien-. Acepte la invitación de los dos. -Sera divertido-. Ambos me afirmaron y terminamos de comer; Roxas dijo que nos invitaba algún dulce de la cafetería claro que la pelinegra y yo aceptamos, pero, antes de llegar al lugar nuevamente la rubia hizo acto de presencia.

 

-Roxas, te he buscado por todos lados, ¿Dónde estabas?-. Pregunto Naminé abrazando de manera posesiva al rubio.

 

-Comiendo con Xion y Sora-.Respondió tratando de apartarla. Xion puso cara de enojo y se cruzó de brazos.

 

-¿Para que buscas a Rox?-. El tono de la pelinegra no sonaba muy amigable, la rubia la miro con indiferencia.

 

-Roxas, ¿Podrías traerme un batido? Solo tú sabes cómo me gusta-. Pidió Naminé dándole una mirada inocente al mencionado.

 

-¿Porque no vas tu misma?-. Cuestiono la pelinegra con molestia, se nota que a Xion no le agrada para nada la rubia.

 

-Una chica delicada como yo no puede ir, hay demasiada gente y podría salir lastimada-. Xion la miro enojada por su respuesta, Roxas soltó un suspiro.

 

-Vale Naminé iré por tu batido-. Acepto la petición.- Vuelvo en un rato-.

 

-Voy contigo-. Dijo Xion caminado al lado de Roxas, este me miro y le pidió a la rubia que me hiciera compañía, solo nos quedamos las chica y yo.

 

-¿Te gustan mucho los batidos?-. Pensé en hablar con ella, aún recuerdo lo que me contó Xion pero uno no debe de juzgar a los demás solo por lo que dicen, tienes que darte el tiempo de conocerlos, quizás Naminé y Xion no se llevan bien pero debe haber un motivo, tal vez la rubia no es mala.

 

-Escucha cabeza de palmera-. ...¿Cómo me llamo?. -Yo mando aquí, harás todo lo que yo te diga, si digo tráeme esto o aquello tú lo traes, si te digo que digas algo lo dices, así de simple, ah y una cosa más, aléjate de Roxas entendido-. La mire unos segundos con duda que rápidamente se convirtió en molestia.

 

-No haré nada de lo que me digas, no soy tu esclavo o algo así, no puedes obligar a la gente cumplir tus caprichos-. Le decía serio; ella me miro con desprecio.

 

-Detesto que no entiendan a la primera-. Se acercó a mí, puso su manos en mi pecho, la mire desconcertado, ella me dedico una sonrisa siniestra y me empujo con fuerza causando que casi me cayera.

 

-¡¿Qué te pasa?!-. Reclame enojado por lo que hizo, la rubia tenía una expresión de satisfacción; cuando me dispuse a decir algo más sentí como alguien ponía su mano en mi hombro y me presionaba con fuerza.

 

-Oye idiota, tiraste mi almuerzo-. Un chico musculoso y más alto que yo me miraba con furia, vi que su ropa tenía restos de comida por todas partes.

 

-No fue mi culpa, ella me empujo-. Me justifique señalando a Naminé.

 

-¿Yo?, Pero si no tengo la fuerza para mover a un hombre, además a ti ni te conozco-. Esa maldita rubia. -Vi perfectamente que ese tipo se acercó con las intenciones de fastidiar-.

 

-! Mentirosa!-. Le grite completamente enojado. Él chico que me sujetaba me jalo y sujeto el cuello de mi playera, creo que me levanto porque no siento el suelo.

 

-Ahora me las pagaras imbécil-. Mi enojo fue remplazado por miedo; cerré los ojos esperando lo peor, sentí un gran dolor en mi mejilla y después el dolor de una caída. Abrí mis ojos percatándome de que estaba en el suelo, busque al chico él cual se encontraba frente a mi sosteniendo un cesto de basura. - Veamos qué tan divertido te parece esto-. Dicho eso vacío en contenido en mí, finalizando con el cesto sobre mi cabeza; se formó un pequeño silencio que se rompió por las estruendosas risas de las personas. Quería morir, tenía ganas de llorar, retire el bote de mi cabeza y un flash me sorprendió.

 

-Linda foto, te ves divino con esa expresión-. Se burlaba Naminé al igual que el resto de personas.

 

Me levante y me fui corriendo, busque algún lugar seguro, ocultarme en los baños era tentador pero sé que me encontraran con facilidad ahí; corrí hasta llegar a la cancha de la parte trasera de la escuela, busque el árbol más frondoso y alto que había, al encontrarlo me subí en él y me oculte entre las ramas. Lloraba en silencio, soy un chico y eso es mal visto pero no puedo evitarlo, no puedo aguantarme las ganas de llorar y menos ahora que me siento tan vulnerable y algo herido.

 

Después de un rato empezaba a tranquilizarme; escuche la campana, supongo que el receso termino pero no me importo volver a clases, más bien no quería volver, no así. Percibí un aroma desagradable, aún tenía algo de basura en mí y el hedor me estaba dando nauseas, baje del árbol y camine a los baños, total, todos estarían en clases así que no tengo de que preocuparme. Entre a los baños y lo primero que hice fue mirarme en el espejo, tenía restos de comida echada a perder por mis hombros y mi cabello, mis ojos estaban rojos por el llanto, me veía tan deplorable; me quite la playera, abrí el grifo, me agache un poco y lave mi cabeza, luego de eso trate de limpiar lo mejor que pude mi playera, por ultimo lave mi cara varias veces, me puse la playera y trate de arreglarme lo mejor posible antes de salir del baño e ir al salón.

 

-Llega tarde, ¿Dónde estaba?-. Pregunto molesta la profesora, no le respondí, cerré la puerta por la que había entrado y me dirigí a mi asiento. - Que no se vuelva a repetir, lo pasó por alto solo porque es nuevo-. No me importo nada de lo que me decía, estaba deprimido; se supone que soy hombre, no debería dejar que me lastimaran y humillaran así de fácil... me siento tan patético.

 

Cuando al fin terminaron las clases salí casi corriendo de la escuela, creo que escuche a Roxas y Xion llamándome pero no tenía ganas de verlos, solo quería llegar a casa a encerrarme y escuchar música hasta que mis oídos sangraran; cuando llegue a casa vi a mis padres acomodando unas cosas.

 

-¿Cómo estuvo tu primer día cariño?-. Era mi madre la que preguntaba. -¿Hiciste muchos amigos?-.

 

No la mire, si lo hago se dará cuenta de que algo me paso.- Estuvo bien, tengo que hacer tarea-. Trate de que mi voz no sonara tan mal, supongo que funciono porque no me dijeron nada; subí las escaleras hasta llegar a mi cuarto, cuando entre cerré la puerta con seguro, me quite la ropa arrojándola al suelo, me puse unos pantalones cortos y una camiseta de tirantes. Tome mi celular y me puse los audífonos, subí al máximo el volumen y me recosté en la cama. No fue un buen día que digamos, me sentina algo cansado y poco a poco cerraba mis ojos, la música me relajaba hasta el punto en que me quede dormido.

 

Escuche una suave melodía la cual me estaba despertando, con pereza abrí mis ojos, mire a mi alrededor, por la ventana se veía algo oscuro, creo que me dormí toda la tarde; me quite los audífonos y me estire.

 

-Sora, ¿estás bien?-. Escuche a mi mamá del otro lado de la puerta. Me levante y le quite el seguro a la puerta.

 

-Si, solo me quede dormido-. Ella me miro preocupada, le di una sonrisa de esas que suelo dar fingiendo estar bien. -¿Me hablaste desde hace mucho?-.

 

-No, apenas te estaba llamando, baja a cenar-.

 

-Vale, voy en un momento-. Me aleje de la puerta y fui por mi mochila, no le mentí cuando dije que tenía tarea la cual aún no he hecho, saque los cuadernos y me acerque a mi escritorio, los deje en la mesa y me senté, quería ver si era mucho lo que tenía que hacer porque sinceramente no recuerdo de que va la tarea. Sentí unos brazos rodearme, era cálido y reconfortante no lo niego. - umm, ¿Que pasa mamá?-.

 

-Sé que es difícil, sé que tu no deseabas esto pero sin embargo aquí estas, eres muy fuerte y bueno, ya verás que en unos días todo mejorara-. ¿Acaso las madres son adivinas, espían a los hijos o leen la mente? Puse mi mano sobre su brazo como respuesta al abrazo que me daba. -Eres un gran hijo, gracias por entender-. Me dio un beso en la mejilla y se separó, escuche cuando bajo las escaleras indicándome que ya no estaba. Di un pequeño suspiro, deje mis cosa y también baje, la cena fue tranquila y agradable, tal parece que mañana ya estará abierta la tienda de abajo y tienen algunos clientes que se interesaron en el servicio; mamá tiene razón, las cosas pueden mejorar y tal vez mañana sea un gran día, con eso en mi mente me fui a dormir.

 

Me levante con ánimos, me arregle, desayune y me fui a la escuela con alegría, no dejare que Naminé me pisotee, no importa lo que pase no me dejare derrumbar por personas como ella... esa era la idea principal; toda la semana fue una pesadilla, la rubia se encargó personalmente de que deseara mi desaparición para la eternidad, la escuela estaba plagada de panfletos con una foto mía cubierto de basura, en otra ocasión dejo goma de mascar en mi asiento causando que me ensuciara la ropa, otro día hizo que mi experimento de la clase de química me explotara, en otro día de la semana me robo todo mi dinero y dejo caer mi mochila abierta desde la ventana del segundo piso; !Esa rubia me saca de quicio!

En todos esos incidentes Xion me apoyaba al igual que Roxas, pero el fin de semana no pudimos salir los tres por la ciudad, además a Roxas se le presento un asunto importante.

 

-Deberías vengarte-. Menciono la pelinegra algo molesta.

 

-¿Vengarse? No creo que sea sencillo-. Le siguió Roxas.

 

-Sora no le ha hecho daño a nadie y esa tonta de Naminé solo lo molesta y le causa problemas, creo que debería de hacer lo del dicho “ojo por ojo”-. Tanto Roxas y yo la miramos un momento, se puede decir que solo Xion y yo vamos en contra de lo que hace la rubia, Roxas es neutral aunque algunas veces si la llega a regañar, el resto de la escuela le tiene miedo a Naminé y por lo tanto le siguen el juego.

 

-Ojo por ojo y todo el mundo quedara ciego-. Les dije guardando mis cosas, los dos me miraron intrigados.

 

-¿Qué significa eso?-. Pregunto Xion.

 

-Significa que la venganza no es buena, no me gusta lo que hace Naminé y créeme que no me doblegare ante ella-. Conteste mirando a la pelinegra. -Pero no voy a vengarme o algo por el estilo, no sería justo ni correcto-. Los dos me miraron algo impresionados aunque no sé porque su impresión.

 

-Definitivamente tengo que escribir un artículo de ti Sora-. Me sonreía la pelinegra. - Voy por un jugo, ya vuelvo-. Se fue corriendo dejándonos a solas.

 

-A veces es mejor que alguien se quede ciego-. Hablo en voz baja el rubio, alcance a escuchar lo que dijo y lo mire curioso.- No deberías dejar que te pisoteen, eres una buena persona; no me gustaría que cambies por lo que te hacen los demás-. No sabía cómo reaccionar ante eso, lo reciente lo había dicho con voz suave, me hablaba normal; Roxas me sonrío de lado y acaricio un poco mi cabeza. - Nos vemos-. Se despidió y se fue caminando; estaba petrificado por las palabras del rubio, me sentía feliz aunque ni se por qué demonios me siento así, Roxas es amable, se preocupa por los demás aunque es un poco reservado, me alegra haberlo conocido a él y a Xion.

 

-! Volví!, emm, ¿Dónde está Rox?-. Me regreso a la realidad la voz de mi amiga.

 

-Se fue hace un momento-. La pelinegra hizo un pequeño puchero el cual me pareció adorable.

 

-Torpe Rox, se supone que me iba a acompañar a la tienda de libros-. Empezó a caminar, la seguí claro.

 

-No sé dónde quede esa tienda pero si quieres te acompaño-. Aun no conozco París, me confundo mucho y a veces me pierdo pero si es por mi amiga no me importaría perderme por la ciudad un rato.

 

-Gracias Sora pero nop, la tienda esta algo lejos y no creo que sepas regresar a tu casa, no me gustaría ir a la estación de policía a reportar una persona extraviada-. Decía entre divertida y agradecida.

 

-Bueno si así lo quieres-. Después de decir eso sentí algo muy frío en mi cara, creo que era algo líquido. - !Aagg!-. Me queje porque esa cosa entro en mis ojos y ardía de la mierda, me lleve mis manos a los ojos y trate de limpiarlos.

 

-!¿Qué te pasa idiota?!-. Reconocí la voz de Xion, se escuchaba enojada, también escuche risas algo agudas.

 

-Jajaja espero que te guste el sabor, cabeza de palmera-. ! Esa odiosa de Naminé! Fue ella quien me arrojo esa cosa a la cara; escuche que Xion le dijo que se las pagaría. - Si como no, me muero de miedo un fenómeno y un forastero me amenazan, no puedes hacer nada Xion, soy intocable-.

 

- Un día recibirás tu merecido y espero estar ahí para ver tu cara-.

 

- Si aja como tú digas perdedora-. Logre abrir mis ojos, aun me ardían un poco, vi a ambas muy cerca una de la otra, la pelinegra se veía con la intención de darle una bofetada; me acerque a Xion y la tome del brazo.

 

- Vámonos, no tiene caso-. Le dije empezando a caminar, las quejas de mi amiga no se hicieron esperar pero no me detuve sino hasta estar lejos de aquella rubia.- Ya cálmate Xion, todo está bien-.

 

-¿Todo está bien? Sora, te tiro ICE* en la cara, eso no está bien es obvio que te lastimo-.

 

- No es nada, solo me ardió un poco y ya, no te enojes por favor-. Le pedía pero ella me miraba enojada.

 

-Vale, tú ganas, pero aún me molesta mucho lo que hizo esa desgraciada-. Se cruzó de brazos, aún conservaba su expresión de enojo. - ¿Estarás bien? Puedo acompañarte a tu casa si quieres-. Sus facciones se habían relajado y me miraba preocupada.

 

- Estaré bien, tú ve a la tienda de libros o se te hará más tarde-. Me despedí de ella con la mano y empecé a caminar a mi hogar, tenía que llegar a limpiarme mi playera estaba manchada de color azul. Era una fortuna que ya me aprendí la ubicación de mi casa, los primeros dos días me había perdido; estaba cruzando la calle cuando vi a una persona mayor caerse, lo ayude a levantarse.

 

-Gracias eres muy amable-. Me dijo el anciano, tenía una camisa roja floreada.

 

- No tiene que agradecerme señor, tenga más cuidado podría lastimarse-.

 

- Si lo tendré, déjame darte algo por ayudarme-. Me negué, la ayuda no es algo que se pague además no deseo nada. - Por favor déjame-. Nuevamente me negué pero el anciano me dio un abrazo.

 

-Oh, era esto jeje-. Solo un abrazo como muestra de agradecimiento, eso sí lo podía aceptar, le correspondí el abrazo y a los pocos segundos se separó de mí.

 

- A veces pequeñas acciones hacen la diferencia-. El señor me sonrío y siguió con su camino.

 

Al llegar a casa evite a mis padres, si me veían con la enorme mancha azul me harán un interrogatorio muy largo y quiero evitarme eso, me metí a mi cuarto, me lave la cara y los ojos para al final cambiarme de ropa; busque en mi mochila los cuadernos de la escuela, por más flojera que dominara mi cuerpo tenia tarea y si no la hacía mis calificaciones bajarían, cuando revisaba mi mochila note algo diferente, una caja negra estaba dentro, era pequeña y me extraño que estuviera en mi mochila; tome aquella cajita y la observe un rato, esa cosa no era mía, por curiosidad decidí abrirla, al hacerlo vi un par de aretes, eran de color negro y pequeños.

 

- Vamos póntelos-. Escuche una voz.

 

-¿Quien está ahí?-. Pregunte buscando al dueño de la voz.

 

- Pues yo, ¿Quien más podría ser?-. Casi me voy de espalda por ver eso, era un pequeño ser de color rojo y con unos enormes ojos azules.

 

- !Aaah! !¿Qué diablos eres?!-.

 

-Hey no digas palabrotas, es de muy mala educación-. Me regaño esa cosa. - Mi nombre es Tikki, encantada de conocerte-. No sabía que era y temiendo que fuera peligrosa tome uno de mis cuadernos y trate de pegarle pero no le paso nada. - Cálmate, no te haré daño-.

 

-.... Vale-. Ni loco me calmo, tome rápidamente un frasco de vidrio que tenía cerca, vacié los lápices del interior y puse el frasco encima de ese ser para atraparlo.

 

- ¿Si estoy aquí estarás más tranquilo?-. Me pregunto.

 

- Creo que si-. El ser rojo me sonrío.

 

- Bien, déjame que te explique las cosas-.

 

- ¿C-cosas?, ¿Qué cosas?-. Mantenía un poco de distancia del frasco.

 

- Si cosas, ¿Conoces el nombre Ladybug?-. Le negué con la cabeza. - Veras, Ladybug es una heroína con superpoderes y su legado se ha ido pasando a través de los años, el deber de Ladybug es proteger el equilibrio del bien y el mal ayudando a las personas y salvaguardando el mundo-. Decía entusiasmada aquella cosita roja.

 

-Espera...¿Me estás hablando de una superheroina?-.

 

-Sip-. Me respondió muy alegre. -!Y tú eres el elegido!-. Atravesó el frasco exclamando eso. Me quede pasmado unos momentos, me di una bofetada para despertar porque obviamente esto es un sueño. -¿Estas bien?-.

 

-T-tu no existes, esto es un sueño o ya estoy alucinando !Si!, estoy alucinando, el cambio de horario debe estar afectándome-. Trataba de auto-convencerme.

 

-No estas soñando, fuiste elegido para ser el nuevo portador del miraculous de Ladybug... aunque no seas una chica, eso no será problema-. Me miraba alegre.

 

- No te creo nada de lo que dices-.

 

- Es la verdad, mira ponte los miraculous y te transformaras en Ladybug-. La mire un poco molesto.

 

- Por si no lo has notado, soy HOMBRE, no seré Ladyeso o como se diga, ni siquiera puedo ponerme esos aretes no tengo las perforaciones-.

 

- Umm, eso se puede arreglar-. Fue por algo a mi escritorio. -Mi antigua portadora me enseño como hacer orificios en las orejas y otras cosas más-. Me dijo alegre tomando una aguja yo la mire asustado.

 

-No te me acerques con eso-. Me arrastre hasta un rincón de mi cuarto.

 

-No dolerá mucho lo prometo, tengo que hacerlo para que puedas ponerte los aretes-. Cada vez se acercaba más. -Ya está desinfectado así que todo estará bien-.

 

-No, no, no te me acerques, te digo que no!!!AAAAAAAHHH!!!-. Un gran dolor en el lóbulo de mi oreja me hizo gritar. - !¿Qué diablos te pasa?! ! Eso dolió mucho!-. Me queje.

 

- No digas palabras malas, solo falta uno-. Me dijo la cosita roja flotando.

 

-NO, para de una ve !!!AAAAAAAHH!!! !!MIERDAAAAAA!!!-. Ese segundo me dolió aun más.

 

- Eres muy grosero-. Me dijo molesta.

 

-Pues tú eres muy salvaje, me dolió mucho lo que hiciste-.

 

-Upps, perdona pero creo que debí ponerte hielo primero... ¿o era después?-.

 

- Eso no importa, no te di permiso para perforarme las orejas y no me avisaste-. Discutíamos los dos pero la voz de mi papá nos interrumpió.

 

-Sora, ¿está todo bien? Te oímos gritar-. La cosita roja se ocultó detrás de mí antes de que mi padre abriera la puerta; no estoy seguro de que sea buena idea decirle todo lo que acaba de pasar no me creería.

 

-S-sí, solo que... vi... vi una !araña!, era gigante y se me subió a la mano-. Respondí nervioso.

 

-¿Una araña?, ¿Te pico?-.

 

-No, no me pico solo me asuste al verla, sabes que no me gustan las arañas y eso jeje-.

 

-Está bien... hay pastel por si quieres, está en la cocina-. Dijo cerrando la puerta. -Solo no vuelvas a gritar así, nos asustaste-.

 

-No lo haré, gracias por el aviso-. Cuando se fue me levante y le puse seguro a la puerta.

 

- Por cierto no me has dicho tu nombre-. Hablo aquel ser rojizo.

 

-No escuche el tuyo-. Respondí agarrándome una ojera, aun me dolía.

 

-Ya te lo dije, soy Tikki-.

 

-Me llamo Sora, emm escucha Tikki, esto que está pasando ¿Es real?-.

 

-Claro que lo es, ponte los aretes y te transformaras en Ladybug Sora-. Me dijo flotando cerca de mi cara; inseguro tome los aretes y me los puse. -Tranquilo, no se te notan, tu cabello cubre gran parte de tus orejas, apenas y las veo-. Me sonrío.

 

- No me transformare en una chica ¿Verdad?-. De verdad que no quiero eso, me gusta ser hombre no una mujer o algo así.

 

- No lo serás, tampoco tu traje será el de una chica, será masculino-. Me respondió. -Solo di !Transformación!-.

 

-¿Transformación?-. Cuestione y ella pareció ir a los aretes. -!!Aaaaah!!-. Me asuste un poco por lo que pasaba, solo vi una luz brillante y me sentía extraño. -¿Q-que paso?-. Tikki no me respondió, camine por mi cuarto llamándola para encontrarla pero no funciono; pase cerca de mi espejo e inmediatamente me regrese para verme, mi apariencia había cambiado. Tenía un antifaz de color rojo con 5 motas negras, la mayor parte de mi traje era rojo y algo moteado, tenía unas botas negras altas, un cinturón negro, una parte de mi cuello también era de ese color y los dedos de mis manos eran negros, solo las palmas eran rojas, no sé qué tipo de tela era pero no era incomoda.

 

Me mire por más tiempo y note que en mi cinturón había algo circular, era casi del tamaño de mi mano.- ¿Y esto que es?-. Pregunte para mí mismo, al analizar más aquel objeto, una cuerda delgada salía de él. -Un... ¿Yoyó?-. Tal parece que su cuerda era muy larga o infinita porque la sacaba del Yoyó y no parecía tener fin.

 

Subí al techo de la casa, si tenía el Yoyó era porque es útil, mire al edificio continuo, tenía un barandal en la parte de arriba y se me ocurrió la loca idea de lanzar el Yoyó, este se enredó en el barandal, me acerque a la orilla del techo pensaba saltar pero puede que no resista mi peso y termine cayendo, eso da miedo ya que puedo morir si lo hago; jale de la cuerda porque quería recuperar el Yoyó, no iba a arrojarme del techo de mi casa. -!!AAAHH!!-. La maldita cuerda me jalo sacándome del techo y llevándome al otro edificio. -Ok, ok, tranquilo, tal parece esta cosa si me aguanta y se recoge sola la cuerda-. Hablaba solo para tranquilizarme, me sujete del barandal y subí al techo de ese edificio. Probaba mi suerte balanceándome entre los edificios, poco a poco le perdía el miedo y lo hacía más determinado y más ágil, incluso note que era muy flexible, después de un rato volví a mi casa, entre por el balcón que daba a mi ventana

 

-¿Ahora cómo me quito el traje?-. Trate de retirarme el antifaz pero no funciono, es como si estuviera pegado a mi cara. -Si para ser así tengo que decir “Transfórmame” entonces para quitarlo sería ¿Des transfórmame?-. Nuevamente una luz se hizo presente, mire mis manos que volvían a la normalidad, el traje se desvanecía.

 

-Es genial no lo crees-. Esa voz, la conozco; me voltee y vi al pequeño ser flotando.

 

-Tikki, ¿A dónde fuiste?-. Pregunte viendo como ella se iba a sentar a mi cama.

 

-Me fusiono con los aretes para que seas Ladybug, así es como funciona, nosotros los kwamis damos poderes a los portadores-.

 

-Entiendo, ¿Para qué sirve el Yoyó?-. Me acerque a ella, tenía muchas preguntas que hacerle.

 

-Esa es tu arma, es muy útil puedes hacer escudos, golpear con él, moverte por la ciudad y mucho más-. Bostezo un poco y siguió hablando.- Cuando te transformes serás más fuerte, veloz y resistente, también ágil-. Parecía estar cansada y cuando iba a decirme algo más se quedó dormida; baje a la sala de mi casa, busque alguna caja pequeña, algunas mantas y un pedazo de esponja; volví a mi cuarto, recorte y cosí las mantas para que fueran más pequeñas, la esponja la hice un colchón y con lo que resto una almohada, acomode todo en la caja, tome a Tikki con cuidado y la recosté en la cama que improvise, la cubrí con las mantas y la deje en una mesa que tenía al lado de mi cama; me cambie de ropa a una más cómoda y también me fui a dormir.

 

Sentía que alguien me picoteaba las mejillas. -Sora, Sora despierta, Sooooraaaa-. Escuchaba una voz, despacio abrí mis ojos.

 

-!Aaah!-. Me exalte un poco.- ...¿Tikki?-. Por accidente le pegue cuando me levante.

 

- Woow debes dejar de gritar así Sora, me asustaste-. Ella se veía alegre, tal vez ese es su humor cotidiano. -Buenos días por cierto-.

 

-Perdona, buenos días-. Me senté al borde de mi cama y mire el reloj. -! Mierda llegare tarde!-. Salí corriendo al baño para darme una ducha, me puse unos pantalones negros, una camisa de tirantes y encima una chaqueta con capucha.

 

-! Espérame!-. Me grito Tikki volando a mi hombro. -Debo acompañarte todo el tiempo-.

 

-No creo que sea buena idea, si los demás te ven seria, como decirlo, raro-.

 

-Me ocultare, ¿Tienes un bolso o algo así?-. La mire frunciendo un poco mi ceño. -Cierto no eres una chica-.

 

-Ven-. Le extendí la mano, ella floto a donde le dije, la puse en uno de los bolsillos de mi chaqueta. -¿Estarás bien ahí?-.

 

-!Sip, es perfecto!-. Ya resuelto ese problema me fui corriendo a la escuela; estuve a unos minutos de no llegar.

 

-Creí que no vendrías-. Me dijo Xion cruzada de brazos.

 

-Perdón, me quede dormido-. Ambos nos fuimos al salón, me dijo que me sentara a su lado, eso me dio curiosidad. -¿Por qué? ¿Dónde se sentara Roxas?-.

 

-No vendrá en unos días, me llamo ayer en la noche y me dijo que se enfermó, no quiero estar solita en clases y tú eres la perfecta opción para no aburrirme-. No sé si me deba sentir alegre por pasar un tiempo con ella o algo triste por ser considerado un remplazo.

 

-Vale, me sentare contigo-.

 

-Bien alumnos, en unos momentos pasaran un programa especial acerca de la bioluminiscencia, lo veremos y después quiero que escriban un resumen de 2 cuartillas-. Decía la profesora prendiendo el televisor del salón, empezó el programa pero fue interrumpida la señal, lo que sorprendió a todos.

 

-Interrumpimos la transmisión para darle un boletín exclusivo-. Se escuchaba en el televisor a un reportero. - !La ciudad está siendo atacada por un tipo de súper villana!, es muy violenta y les informamos que no salgan de sus casas, repito, !no salgan de sus casas!, la policía acaba de llegar pero no parece ser...-. La señal se perdió y toda la case se quedó en silencio por un momento, silencio que fue interrumpido por un grito.

 

-! Cálmense!-. Nos llamó la profesora. -Ahora, quiero que todos se vayan inmediatamente a casa-. Casi todos salieron corriendo por la puerta; Xion me jalo del brazo y corrimos por los pasillos.

 

-!Hey! ¿Qué demonios pasa?-. Había mucho ajetreo, cuando nos alejamos de la multitud de estudiantes ella se paro a explicarme.

 

-¿No lo sabes?, París es atacada por supervillanos-. Se veía muy alterada.

 

-¿Desde cuándo?-. No entendía nada de lo que pasaba o porque todos estaban tan asustados y entraban en pánico.

 

-Hace dos o tres semanas, creí que ya lo sabias, por qué crees que nadie sale de noche o porque hay tantos policías en la ciudad-. No tenía ni idea, claro que había visto a un montón de polis por las calles pero nunca imagine que fuera por eso, creí que solo estaban porque ese es su trabajo. Xion volvió a tomarme del brazo y nuevamente corrió, me llevaba entre las calles, reconocí por dónde íbamos, ella me llevaba a mi casa, cuando paro un momento para respirar me solté de su agarre.

 

-Xion no tienes que escoltarme, tu casa queda por otro lado-. Le dije calmado, en realidad yo no estaba asustado y no sé porque, si lo más normal sería que me esté muriendo del miedo.

 

-No Sora, te llevare a casa sano y salvo, luego yo me voy a la mía-.

 

-No soy alguien débil, esto tendría que ser al revés, yo debería llevarte a tu hogar, eres una chica-.

 

-Oye, el hecho de que sea mujer no me hace “la damisela en peligro”-. Reclamo enojada.- Tú te ves más como una, !solo mírate!, tienes una cara muy fina y esa cintura también se ve afeminada-.

 

-¿Y?, no soy débil, se cuidarme solo vale, ahora vete a casa no me pasara nada-. Ella me miro un poco, parecía que me analizaba. -Xion, por favor vete a casa, no me pasara nada lo prometo-. Ella pareció entenderme, me dio un corto abrazo y se fue corriendo, también hice lo mismo.

 

-Espera Sora-. Tikki se puso frente de mí. -Tu tienes que detener lo que está pasando, eres Ladybug-.

 

-Tikki solo soy yo, no puedo detener a esa persona, los policías se están encargando de eso-. Fui interrumpido por el pequeño ser.

 

-No Sora, eres el único que puede detener esto, fuiste elegido-. La mire un momento, aunque me transforme no haré la diferencia, solo cambia mi apariencia. -Por favor Sora no huyas de esto-. Me suplico con cara triste.

 

-...No sé si podre-. Le extendí mi mano y ella fue a mi palma. -Pero lo intentare-. Una gran sonrisa se formó en su cara.

 

-! Vamos dilo Sora!-. No estaba muy convencido pero ya que.

 

-Tikki, transfórmame-. Esa luz volvió a aparecer, me mire y efectivamente llevaba el traje de la otra vez. -Vale no debe ser tan difícil-. Con mi arma me fui moviendo entre los edificios en dirección del incidente; cuando llegue habían muchos policías en el suelo quejándose de dolor, las patrullas estaban estrelladas contra edificios y el suelo, la causante de todo el desastre era una chica, su piel parecía ser de color violeta pálido, tenía un vestido negro y un listón muy largo en la mano.

 

-Jajaja, estúpidos, no podrán contra mí-. Se burlaba aquella chica, movió su listón y lo dirigió a un policía tomándolo de las piernas y tirándolo lejos; lance el Yoyó atrapando al hombre, hice que cayera sobre un edificio lo más delicado que pude. -¿Quién rayos eres tú?-. Me pregunto la joven mirándome furiosa.

 

-Eso no importa, para esto de una vez-. Atraje mi arma hacia mí, ella se río muy fuerte.

 

- Lárgate antes de que te haga daño-. Me dijo divertida.

 

-No, ahora deja a estas persona y no causes más problemas-. Me miro con indiferencia; con su lazo me tomo de las piernas causando que me cayera, me arrastro hasta ella y me dio una patada en el estómago muy fuerte. -!Aaagg!-.

 

-Detesto cuando no entienden, ya que te voy a eliminar te diré mi nombre, soy Balerina, fue un gusto pero !hasta aquí llegaste!-. Me dio una descarga eléctrica con su listón para después tomarme con él y lanzarme por los aires, eso sin duda dolió demasiado.

 

-Mierda... ¿Cómo se supone que la venza?-. Me pregunte en voz baja. Me levante, ella tenia una especie de mariposa en la cara, eso no lo tenía antes.

 

-Vaya, vaya, Ladybug, !pero si de Lady no tienes nada!-. ¿Cómo diablos conoce ese nombre? Ni si quiera yo lo había escuchado antes. -Entrégame tu miraculous Ladybug y te dejare vivir.- Quiere...¿Los aretes? Tal vez sea nuevo en esto de héroes y villanos con poderes mágicos y eso pero, si ella es mala y quiere los aretes no puedo dárselos.

 

-No lo haré-. Dije tomando con fuerza mi arma, no sé como pero tengo que hacer algo para detenerla.

 

-Tendré que quitártelos a la fuerza-.

 

Corrió hacia mí, me concentre en esquivar su lazo, esa cosa da descargas eléctricas, no conozco hasta que voltaje las de y si son muy altas podría desmayarme; lance mi arma y sujete su mano, la jale para acercarla tenía que inmovilizarla, ella intento darme una patada por fortuna pude bloquearla con mi brazo, se liberó de mi agarre y dio un salto hacia atrás. -Eres bueno, pero no tanto-. !¿Que mierda?!, ella empezaba a girar y el suelo se congelaba, !si el hielo me alcanza estaré perdido! Di saltos a los lados y corrí evitando el hielo que avanzaba muy rápido, me subí a un auto destruido, ella parecía perder velocidad en su giro así que se me ocurrió pararla yo mismo. Busque una apertura en sus vueltas para lanzar mi arma y jalarla, parece que mi vista se agudizo porque por un momento me pareció verla en cámara lenta, puse en marcha mi plan.

 

-! Dije que pararas!-. Lance mi arma sujetándola de la cintura y halándola con fuerza, Balerina grito puesto que casi se cae de cara, jalaba de la cuerda de mi arma acercándola, cuando estaba lo suficiente cerca le quite el listón de la mano arrojando a la joven al piso.

 

-! Devuélvemelo, eso no es tuyo!-. No lo pensé dos veces, si su listón era su arma tenía que destruirla para que no la usara; rompí el listón. -!Nooooo!-. Una mariposa oscura salió volando al cielo de lo que acababa de romper, mire a la chica la cual parecía volver a ser normal porque su piel y su ropa ya no eran como antes. -¿D-dónde estoy?-.

 

-No me digas que olvidaste todo-. Si se trataba de excusar no funcionaria, causo muchos problemas y lastimo a muchos.

 

-¿Quién eres tú?-. Me pregunto, la mire curioso, podría estar fingiendo-. Enserio no sé dónde estoy, se supone que estaba en la escuela de danza ensayando mi número, pero ahora estoy aquí-. Parecía asustada y miraba a todas partes.

 

-¿Cómo te llamas?-. Tengo que asegurarme de que no miente, ella me miro y se puso de pie.

 

-Alessia, dime ¿Que paso aquí?, pareciera que una de esas personas malas hubiera atacado-. No sabía que decirle, ¿estaría mal que le digiera que ella fue la causante de todo esto?.

 

-Si alguien así ataco, pero ya lo detuve-. Le sonreí, la chica me abrazo mientras me agradecía por haberla salvado aunque no creo que yo hiciera eso, solo la detuve.

 

-Disculpa, ¿Eres la nueva superheroina de París?, ¿Acaso tu eres Ladybug?-. Una persona, más bien, un reportero me pregunto.

 

-! Claro que es Ladybug, acaba de salvarme la vida!-. Exclamo aquella chica, el reportero empezó a preguntarle cosas, aproveche para escaparme del lugar. No tenía ni idea de lo que había ocurrido pero tal vez Tikki pueda saberlo y decirme las cosas; llegue a mi casa, entre como la vez anterior por el balcón; pensé en quitarme el traje y este se fue desvaneciendo sin que yo tuviera que decirlo.

 

- Hiciste un gran trabajo Sora, !te felicito!-. Me dijo enérgica Tikki.

 

-Gracias pero, ¿puedes explicarme todo lo que paso?-.

 

-Sip, antes de eso ¿Tienes galletas? Necesito reponer energía y comiendo es una gran forma de hacerlo-. Fue a sentarse a mi escritorio.

 

-Si claro-. Baje las escaleras y fui a la cocina, mi padre estaba haciendo un montón de comida;  entre ellas encontré una gran bandeja de galletas, a escondidas me lleve casi todas a mi habitación, se las di a Tikki quien las comía algo despacio por lo pequeña que es. - Bien ya que tienes tus galletas, ¿Que son todas esas personas que son “supervillanos”?-.

 

- Son akumatizados, a veces por sentimientos negativos son víctimas de los akumas y hacen cosas desastrosas-. Me explicaba mientras comía. -Solo el poder de Ladybug puede curar la akumatizacion-.

 

- Ya veo, entonces como son manipulados no recuerdan nada de lo que hicieron-. Ahora entendía un poco más las cosas.

 

- Si bueno, algunos no recuerdan y otros si, varía en cada persona-. Se terminó una galleta y tomo otra, se veía un tanto adorable. -Me alegra que seas tú mi nuevo portador-.

 

Ahora que lo pienso, Tikki no me ha dicho quién era su antiguo portador. -¿Quién era?-. Tenía curiosidad, quizá esa persona podría decirme más sobre esto e incluso enseñarme a dominar el poder que ahora tengo. Ella me miro un momento. -¿Quién era tu portadora antes de mí?-.

 

-No puedo decirte-.

 

-¿Por qué no?-. La mire un poco frustrado por la respuesta.

 

-Se lo prometí a mi antigua portadora, además nadie debe enterarse de que eres Ladybug, ni siquiera tu compañero-. ¿Compañero? ¿Existen más de estas cosas?

 

-Espera, ¿Hay más de esto?-.

 

-Sip, no eres el único con un miraculous pero eso no te hace menos importante, tú tienes un gran poder y fuiste elegido para eso, yo no soy el único kwami-. Me dijo terminando la galleta y flotando hasta mí. - !Sé que seremos grandes compañeros!-.

 

La mire un poco sorprendido. -Claro, pero no sé cómo manejare esto-. Sinceramente aun no asimilo la idea de que seré un superhéroe o que sea la persona correcta para tal cosa.

 

-Lo harás muy bien, ya te dije que fuiste elegido y debe ser porque hay algo muy especial en ti-. No pude evitar sonreír por esas palabras, Tikki cree en mí, cree en que soy capaz y tal vez si me esfuerzo pueda hacerlo bien.

 

-Vale lo intentare-. Ella floto a mi mejilla y me dio un abrazo. Después de una tarde llena de tareas y de robar más galletas de la cocina nos fuimos a dormir. Al día siguiente encontré reportajes de mi peleando contra esa chica lo cual me puso nervioso.

 

-Sora-. Me llamo Xion cuando llegue al salón.- !Mira esto!-. Me mostró en su celular los vídeos que habían pasado por la televisión.

 

-Ah eso, que loco jeje-. Dije sentándome a su lado.

 

- No puedo creerlo, Ladybug volvió, después de años  deaparecida volvió, aunque creo que es un chico-. Me decía emocionada. -Ahora todo estará mejor gracias a ella o él.

 

-¿Lo conoces?-. Todo el mundo parecía conocer el nombre de Ladybug, todos menos yo.

 

- Si, bueno no en persona, pero mi madre me contó que cuando ella era joven unos superheroes aparecieron y defendieron a París de las amenazas constantes-. Me relataba con emoción en su cara.- Habían desaparecido y la cuidad estaba bien hasta hace algunas semanas, tú mismo lo viste ayer, habían atacado de nuevo; es una fortuna que haya vuelto-.

 

Así que por eso conocen el nombre, esa Ladybug era la portadora de Tikki. -Se ve que te llama la atención-. Seguí con la conversación.

 

-Pues claro, la amiga de mi madre es periodista y ella seguía el Ladyblog, era donde escribía y publicaba cosas de la heroína y era genial-. Me explicaba entusiasmada. -Por desgracia la autora se retiró y el sitio ya no está en internet-.

 

-Je, tal vez deberías de iniciar uno nuevo-. Le dije de broma; Xion me tomo de los hombros y me sacudió un poco.

 

-! Eso es!, !Que gran idea Sora!-. Me sacudía más emocionada, yo me mareaba por su acción-. !Eres el mejor!-.

 

-!Si, si, lo que tu digas pero sueltameeeee!-. Le pedí, cuando lo hizo lleve mis manos a la cabeza mientras mi amiga se disculpaba; saco su cuaderno y empezó a planear como seria su blog. Las clases pasaron de lo más normal, hasta la hora del receso donde Naminé me tiro el almuerzo en la cara.

 

-Que fastidio es esa rubia-. Mencionaba Xion ayudándome a limpiarme. -Alguien debería de darle su merecido-. Estaba por decirle que eso no es necesario cuando una mesa de plástico se estrelló muy cerca de nosotros; voltee a ver de dónde había salido, vi a la misma chica del día anterior, ¿cómo puede estar akumatizada si la detuve? Tome a Xion huyendo del lugar, la deje en unos salones, le dije que se me olvido algo importante siendo esto una mentira, aun cuando la escuche llamarme no me regrese, tenía que estar solo en un lugar para hablar con Tikki.

 

-¿Cómo puede estar así, ayer la detuve y ahora está aquí?-. Pregunte a mi kwami, cuando estuve en un lugar seguro.

 

-¿Purificaste el akuma?-. La mire con más duda. -Cuando destruyes el objeto en donde se esconde el akuma este sale y es cuando debes de purificarlo, si no lo haces se multiplicara, tu arma es la que lo hace solo tienes que atraparlos, tu eres el único que posee ese poder-. Me explico, decidí transformarme y fui con esa chica.

 

-Vaya, vaya, nos volvemos a ver Ladybug-. Me dijo con una sonrisa siniestra.

 

-Alessia no tienes que hacer esto-. Ella me lanzo un contenedor de basura... ¿a todas las personas les da por arrojarme eso?

 

-!Soy Balerina!, !Entrégame tu miraculous o destruiré a todas las personas de esta escuela!-. Amenazo girando su listón dándole carga eléctrica. Si al romper el objeto se libera esa cosa !el akuma está en su listón!, esa mariposa de ayer debería de ser el akuma y si no es así ya pensare en algo.

 

-No te lo daré y tampoco dejare que lastimes a las personas-. Salte en su dirección, planeaba atarla con mi arma y quitarle su listón pero Balerina fue más rápida haciendo que su arma me rodeara, una enorme descarga eléctrica me recorrió el cuerpo. -!!Aaaagg!!-. La cosa no termino ahí, sentí como me lanzaba por los aires causando que atravesara una ventana sacándome de la escuela a la calle y la gravedad me hizo caer sobre un auto, intente levantarme aun a dolorido por el golpe.

 

-Si no me los das por la buena, sera por la mala-. Me dijo acercándose a mí y envolviéndome de nuevo.- !Adoro carbonizar insectos!-. Más descargas eléctricas eran proporcionadas a mi cuerpo una más potente que la anterior, sentía un inmenso dolor recorrer todo mi cuerpo, era insoportable y termine en el suelo sin poder moverme, ella no detenía su ataque volviéndose más recurrente.

 

-!!!AAAAGG!!-. Solo podía gritar, me sentía muy débil y como mis párpados empezaban a cerrase.

 

-¿Interrumpo algo?-. Escuche una voz, vi a Balerina mirar a un lado y rápidamente ser golpeada por una especie de bastón plateado. -Ups, ¿Eso te dolió querida?-. Un chico de cabellos rubios, un traje negro, orejas y cola de gato caminaba hacia la recién golpeada; mi vista era un poco borrosa pero aun así podía distinguir un poco de lo que pasaba.

 

-! Como te atreves!, !¿Que no te das cuenta de que soy una dama?!-. Exclamo molesta Balerina.

 

-¿Crees que eso me importa?-. Pregunto burlesco aquel chico gato. - Te aprovechaste de un indefenso insectito, pero no harás lo mismo con el gato-. Alargo su bastón y empezó a atacar a la chica, ella trataba de esquivarlo; me levante a dolorido observando la batalla que tenían esos dos; lance mi arma tratando de atrapar a Balerina pero no funciono.

 

-! Ya me tienes harta gato!-. Balerina le dio una patada en la cara y corrió hacia mí. -! Una descarga más y te desmayaras!-. Grito dirigiendo su listón a mí;  con un gran esfuerzo logre ponerme de pie y corrí hacia ella, me agache unos momentos antes de que ella me alcanzara esquivando su ataque, me moví lo más rápido que pude tomándola de las manos y la tire al piso sujetándola.

 

- ¿Que no sabes que a los gatos se les trata con cariño?-. Pregunto aquel chico golpeándola en la cabeza con su arma haciendo que se desmayara.

 

-No tenías que hacer eso-. Lo regañe tomando el listón de la chica y rompiéndolo; cuando salió la mariposa solo tuve que tocar mi arma y atraparla tal y como Tikki me dijo, una mariposa blanca salió y se fue volando, supongo que eso es purificar a los akumas. Alessia volvió a la normalidad pero seguía desmayada. -Le diste muy fuerte, la próxima vez no seas así de brusco-. Le dije a ese chico gato.

 

-Así que tú eres Ladybug, de Lady no tienes nada, eres un chico a menos que tengas los pechos planos-.

 

-Emm soy chico, no sé porque sigue el nombre como si fuera mujer-. Le aclare mi género algo apenado por su comentario. -¿Y tú eres otro portador?-. El chico gato me sonrío, al fin vi bien su cara en la que tenía un antifaz negro, sus ojos eran verdes y parecían los de un gato de verdad; su traje no era del todo negro ahora que lo veo bien, tiene una camisa gris y encima de ella un chaleco negro, él lo que debería de ser la corbata tiene un cascabel, sus pantalones, botas cortas y sus guantes si son negros; su traje se ve muy elegante.

 

-Sí, mi nombre es Chat Noir-. Hizo una reverencia al decir su nombre.

 

-Es un gusto, me alegra tener un compañero, seguro las cosas serán...-. Le decía pero Chat Noir empezó a reírse, no comprendía el porqué de su risa y lo mire intrigado.

 

-¿De verdad crees que tú y yo seremos compañeros?-. Aun se reía un poco al decirme eso.

 

-...Pues si-. Conteste en voz baja

 

-Pobre insectito indefenso-. Lo mire con duda, ¿Se está burlando de mí?

 

-Vale, emm ya para la broma Chat Noir-. Le pedí algo inquieto, no comprendía al tipo.

 

- Como si fuera a trabajar con alguien como tú-. Me dijo serio. -Entrégame tu miraculous antes de que rompa cada uno de tus huesos y tenga que quitártelo de tu cadáver-. !¿Que acaba de decirme?!. Por instinto retrocedí un poco, él me miro con enojo y antes de que me diera cuenta me golpeo con su bastón en la cara, lleve mi mano al lugar afectado, mire mi mano notando un poco de sangre, me estaba sangrando la nariz. -¿No me escuchaste?, Dame tú miraculous ahora-. Me ordeno, su voz me causo miedo, aquel chico desprendía un aura muy amenazante; no sabía qué hacer, tenía la sensación de que iba a morir mientras veía a Chat Noir acercarse con intenciones de matarme. 

 

Notas finales:

Pues hasta ahí me dejo mi imaginación, si fue de su agrado díganmelo igual si les pareció una completa mierda, si esto agrada tal vez siga con la historia, todo depende de ustedes queridos lectores ^3^

 


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