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Me dedique a perderte por Haku1008

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Notas del capitulo:

Hoooooooooooooooooooooooooooooooola!!!

 

Estoy de vuelta ¡¡Buajaja!! ok, nop ^u^

 

Vengo con proyecto nuevo, amm ¿qué puedo decir de él? Creo que sólo puedo decir que vamos a sufrirle un poco :’3 es un proyecto sad y pues siento yo, es mi especialidad xD o al menos lo que más me gusta hacer.

 

La introducción es corta, después los capítulos serán un poco más largos.

Capítulo 1

 

El elegante edificio se alzaba frente a él como una fiera a punto de devorarlo, realmente le costaba creer que estuviese paralizado por los nervios y, hasta cierto punto le parecía gracioso, debía de estar regalando una vista realmente curiosa para las personas que pasaban de largo por el lugar, se preguntaba cuál sería su reacción al ir caminando tranquilamente y de pronto ver a un hombre que lleva parado más de 10 minutos en el mismo lugar con un ramo de flores en la mano justo como está él, seguramente su primer pensamiento sería que esa persona esperaba a alguien, luego pensaría que quizá ese hombre se está muriendo de los nervios porque está a punto de confesarse a la persona que le gusta, es lo más seguro, pero nunca le pasaría por la cabeza lo que sucede en realidad.

 

Observó con cierta tristeza el ramo de curiosas y hermosas flores, no había elegido el convencional ramo de rosas pues no lo consideraba demasiado expresivo, las rosas se regalan tan seguido que son comunes en muchas ocasiones y él no quería que su detalle recayera en lo común, después de todo aquel era un acto completamente espontaneo, no celebraba una fecha en especial; ni un cumpleaños, ni un aniversario; era simplemente un intento que buscaba transmitir un sentimiento.

 

Lentamente las comisuras de sus labios formaron una sonrisa, aquel último pensamiento le había ayudado a decidirse. Con pasos seguros se encaminó hasta la recepción, saludando a todo el mundo con una radiante sonrisa mientras se encaminaba al elevador, no tuvo problemas para acceder al lugar, después de todo él era conocido por las personas que ahí trabajaban. Pulsó el botón que le llevaría a uno de los últimos pisos en dónde se encontraban las oficinas pertenecientes a los altos cargos de aquella empresa.

 

Las puertas del elevador se abrieron dejando ver una elegante sala de espera en el centro, repartidos en lugares estratégicos había tres escritorios ocupados por una eficiente secretaria cada uno. Fue entonces que los nervios que había fingido ya no sentir volvieron a ser evidentes, volviéndose a untar de valor se dijo a sí mismo “sólo un poco más” y se encaminó con andar ligero hasta una de las secretarias.

 

—Buenos días, Nozomi— Saludó con una amable sonrisa.

 

—¡Oh! Señor Fye, buenos días— la mujer de 40 años saludó con sincera alegría, desde que había conocido al joven rubio frente a ella le había parecido una persona muy agradable —Viene a ver a su esposo, me imagino.

 

—Así es, le eh traído un obsequio— dijo alegremente al tiempo que levantaba el ramo de flores.

 

—¡Son hermosas!— Declaró conmovida, el rubio lucía tan enamorado de su esposo, era una buena persona y bastante atractivo además, realmente no podía entender cómo es que… —Lo anuncio con su esposo.

 

—Sí, gracias.

 

La secretaria marcó el número de su jefe quien, cabe decirse, era el presidente de aquella prospera empresa.

 

—Señor Tatsuya, su esposo está aquí… así es señor… enseguida— colgó el teléfono y enseguida le dijo al rubio que podía pasar.

 

Se encaminó a la oficina de su esposo no sin antes agradecer a Nozomi. En la oficina su esposo revisaba varios papeles, su rostro era poco expresivo en esos momentos pero Fye sabía, por la manera en que su entrecejo se inclinaba ligeramente, que estaba estresado y molesto por algo.

 

—¡Hola, mi amor!— saludó efusivamente y caminó hasta quedar frente al escritorio.

 

—¿“Mi amor”?— levantó una ceja, apartando la mirada de los documentos para ver a su esposo de pie frente a él.

 

—Quizá prefieras “corazón”

 

—Ninguno de los dos— declaró secamente.

 

La sonrisa del rubio se suavizo, cuanto le amaba, se dijo así mismo, desde su personalidad hasta du físico, sus ojos rojos, el color canela de su piel y si cambiara algo de él, probablemente fuese únicamente su mal genio, aunque no puede negar que hay días en los que ama hasta ese pequeño defecto suyo….

 

—¿A qué viniste?— preguntó volviendo la vista a los documentos sobre su escritorio, pero no duró mucho en ello pues ante su visión de letras entintadas se interpuso el ramo de flores que Fye llevaba en la mano cuando entró y en el cual ni siquiera había reparado —¿Y esto?

 

—Son para ti ^^

 

—No me gustan tus juegos— declaró con un toque de frialdad.

 

—No es un juego.

 

—¿A no? Vienes hasta mi oficina cuando estoy tan atareado con asuntos que SÍ son importantes, entras sólo a hacerme perder el tiempo con tonterías ¿y no te parece eso un juego?— su inquisidora mirada volvió al rubio, para ese momento todo rastro de sonrisa en Fye había desaparecido.

 

—Yo…— desvió la mirada sin poder sostener la del moreno más de un segundo —No sabía que estabas tan ocupado.

 

—Claro ¿Cómo podrías saberlo? después de todo vengo al trabajo a perder el tiempo.

 

—…yo… no fue eso lo que quise decir…

 

La puerta de la oficina se abrió de repente.

 

—Señor, necesito los memorándum con urgencia— mencionó la voz de un chico detrás de Fye.

 

—Enseguida te los mando— respondió el moreno comenzando a rebuscar entre sus documentos.

 

La puerta volvió a cerrarse dejándoles solos de nuevo pero casi enseguida Kurogane marcó el intercomunicador para hablar con su secretaria y pedirle los mencionados memorándum.

 

—Si es todo a lo que has venido ya te puedes marchar— dijo sin mirarle, pero el tonó de molestia en su voz basto para desarmar al rubio una vez más.   

 

—Lamento haberte molestado— murmuró a su esposo quien parecía ignorarle, dio un paso atrás dispuesto a marcharse pero recordó las flores que aun sostenía en su mano, observó el bonito arreglo con pesar antes de dejarlo sobre el escritorio del moreno, en un lugar donde no le estorbasen —Nos vemos en casa.

 

No esperó respuesta para dirigirse a la puerta, aunque tampoco recibió una. La secretaría del moreno entraba en aquel momento, el rubio se despidió de ella con una sonrisa y la mujer lo imitó para luego apresurarse a llevarle algunas carpetas a Kurogane.

 

El pesar en sus ojos era evidente, deseos de llorar le embargaron pero no quería mostrarse tan débil, después de todo ya se esperaba algo así.

 

—Señor Tatsuya— Un pelinegro de piel clara se acercó a donde él, sería apenas unos años menor que Fye pero su altura y su complexión eran muy similares —Disculpe mi grosería de hace un momento, entre tan apresurado que no lo salude.

 

—Noa, no te preocupes por eso, entiendo que tienen mucho trabajo— dijo intentando sonreír aunque fuese mínimamente pero no lo consiguió, la realidad era que quería irse de ahí de inmediato y lo más seguro era que sus expresiones corporales lo estuvieran delatando.

 

—Vino a ver a su esposo, es un gesto muy hermoso. Si tuviera una pareja me gustaría que fuese igual a usted.

 

—Yo…— Fye no sabía que decir o que pretexto utilizar para poder irse, no quería ser grosero con el chico, después de todo Noa era el asistente de Kurogane —Pues…

 

—Noa— Llamó la secretaria de Kurogane con firmeza —Los memorándum que solicitaste ya están listos.

 

—Sí, ahora voy. Bueno, nos vemos— Se despidió de Fye de amigable y respetuosa manera.

 

El rubio no perdió más tiempo y se apresuró hasta el elevador. Cubrió su rostro con una mano y apretó los ojos para retener sus lágrimas. Dolía. Cada vez que Kurogane lo trataba de aquella manera, dolía…

 

Respiró hondo y se apresuró a salir del edificio lo más a prisa que pudo.

 

 

Tenían 7 años de matrimonio.

 

¿Qué estaba haciendo mal?

¿Qué había ocurrido?

¿Cómo pasó aquel distanciamiento?

¿Dónde se ha ocultado el amor que una vez los unió?

 

No tenía respuestas, únicamente tenía algo en claro: él amaba a Kurogane de la misma manera y con la misma intensidad de hacía 7 años.

 

El moreno no siempre había sido tan duro y frio con él, hubo un tiempo en el que sus ojos le miraban con amor y ternura, en algún tiempo atrás Kurogane  no lo habría descuidado por trabajo, ni lo trataría como recién lo había hecho, es por ello que Fye seguía intentándolo con él, se había propuesto recuperar a su esposo y no se rendiría hasta lograrlo. 

 

 

 

 

                                                                        

 

***                                                    

 

Todos se habían marchado ya a sus casas, en aquel momento ella debía ser la única en aquel piso. Nozomi entró en la oficina de su jefe quién también ya se había marchado, la mujer se acercó hasta el escritorio y deposito ahí algunas carpetas para que mañana a primera hora su jefe las revisara, cuando se disponía a salir observó algo que llamó su atención…

 

Una mirada de pena adornó sus facciones.  

 

Se acercó al bote de la basura y con sumo cuidado de no maltratarles sacó de ahí el hermoso ramo de flores, recuerda al instante lo feliz que el esposo de su jefe había llegado con ellas y después la mirada apagada de éste cuando se fue…

 

Con las flores en sus brazos salió de la oficina, pensando en que era un desperdicio que tan hermoso presente terminara entre la basura.

                                                                                                         

Notas finales:

 Si algo no se entendió o no me explique bien díganmelo con toda confianza. Críticas constructivas son bien recibidas, mil gracias por leer ^^ 


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