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Existen las segundas oportunidades? por ANGEL DEL SOL

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Notas del fanfic:

Los personajes no me pertenecen, solo la historia.

En estos momentos Kuroko no comprendía que había hecho mal, no sabía en que se había equivocado en los últimos meses, o que pecado había cometido para ahora encontraste en aquel lugar; en aquella situación.

 

Las dos personas frente a él lo miraban con felicidad, con la espera de recibir su bendición y sus felicitaciones. Pero al notar que el pequeño peli celeste no reaccionaba, Taiga fue quitando aquella enorme sonrisa en su rostro.

 

- Kuroko. ¿Estás bien?, ¿No te alegra por nosotros?- pregunto el Tigre bajando la mano entrelazada de su ahora novio, y la puso sobre la mesa de aquel restaurante que hace nos minutos era su lugar favorito. Pero después de esto, estaba seguro que jamás volvería ahí.

 

Tetsuya cambio su vista de los ojos del tigre, a los ojos de aquel rubio que ahora odiaba con todos su ser. Kise estaba serio, su semblante estaba rígido después de aquella sonrisa burlona con la que le soltaron semejante bomba, y su mirada estaba fija en aquellos ojos celestes llenos de lágrimas contenidas.

 

¿Cómo fue que confié en el?, Se repetía Kuroko internamente, mientras la mirada celeste estaba fija en aquellos ojos miel.

 

Él le había dicho sus sentimientos, él había confiado en aquel rubio que ahora estaba sentado en el lugar en el que él había soñado estar, y por desgracia al ver aquel rostro sonriente lleno de alegría y felicidad de su ser más amado, no podía hacer nada.

 

Bajo su mirada hacia sus manos que estaban apretando con fuerza su pantalón. Paso saliva por su reseca garganta, y cerro sus ojos durante un segundo para tomar valor por lo que iba a decir.

 

- Muchas felicidades…. a ambos.- hablo al fin con su corazón hecho pedazos. Para después sonreírles con la más seca, triste y mentira sonrisa que daba en su vida. Taiga al escuchar aquellas palabras de aprobación de parte de su mejor amigo, retomo su radiante sonrisa y giro a ver a su rubio novio.

 

- Lo ves Kise, te dije que Kuroko no nos criticaría.- Ryota le correspondió el gesto y giro la vista hacia Tetsuya.

 

- Gracias Kurokochii, me hace muy feliz el que tengamos tu aprobación.- después de aquellas palabras la rabia y la imponencia se apodero del pequeño cuerpo de Kuroko.

 

Dios como alguien podía ser tan falso e hipócrita. Pensaba Tetsuya mientras mordía su labio con fuerza para no gritarle aquellas palabras que bien merecidas se tenían. Apretó nuevamente el pantalón de sus piernas y se levantó de golpe asustando a la pareja.

 

- Discúlpenme, pero tengo algo que hacer.... nos vemos. Que tengas felices vacaciones.- término de hablar con voz seca y salió lo más rápido que le dieron sus pies hacia su casa.

 

Quería desaparecer, quería que en ese mismo momento la tierra se lo tragara o que al menos despertara en la comodidad de su habitación, asegurándose que esto solo fue una horrible pesadilla. Pero por desgracia no era así, era la más horrorosa realidad. 

 

Corrió por las frías calles hacia su casa, aprovechando el gesto de ser casi invisible a los ojos de las demás personas ya que en estos momentos su rostro expresaba aquella agonía y sufrimiento que sentía su corazón.

 

Al llegar a casa dio gracias al cielo que sus padres se hayan ido a visitar a sus abuelos, ya que así no tendría que darle explicaciones a nadie por su estado. Subió a su habitación y aventó hacia la cama aquel peluche que Taiga le había ganado hace unos momentos en su ‘’supuesta cita’’, o al menos esa había sido su estúpida imaginación.

 

Quien hubiera imaginado que la primera vez que Taiga lo invitaría a salir, seria para presentarle a su novio. Eso no tenía sentido.

 

¿Cuándo?, se preguntaba

 

¿Cuándo era que se veían?,

 

¿Cuándo?, Torturaba su mente con aquella pregunta.

 

¿Cuándo?, si él estaba con el tigre todo el tiempo en los últimos tres años.

 

Se dejó caer de rodillas al suelo, sus piernas ya no le respondían y sentía como se ahogaba debido al llanto. Lazaba grandes bocados de aire mientras su fuerte llanto hacía eco en la habitación.  Dejo caer su mochila en el momento en que se desplomo, y jalo la bufanda con furia aventándola en algún lugar en el frio piso.

 

- ¿Por qué?- se preguntó desesperado Kuroko en la soledad y oscuridad de aquella habitación.- ¿por qué no puedo ser yo?-

 

Su llanto era lo único que se escuchaba, su furia, su dolor, su agonía. Se sentía estúpido por haber creído en aquel rubio que había dicho ser su amigo, su confidente.

 

Se hizo un ovillo en el frio piso de su habitación y lloro hasta quedarse seco, hasta que sus hermosos ojos azules se volvieron rojos por el llanto, hasta que su cuerpo se cansó y se quedó dormido.

.

.

.


Las semanas de vacaciones habían terminado. Navidad y año nuevo se fueron en un cerrar de ojos; y en todos esos días, se había alejado de Kagami. Necesitaba pensar, tranquilizarse para saber cómo encarar la realidad una vez que tuviera que verlo en la escuela.

 

Gracia a aquellos días de descanso, Kuroko por hora se encontraba mejor. Su corazón aún se encontraba completamente destrozado por dentro, pero por el momento, supo cómo disimularlo ante los demás.

 

Las clases ya habían comenzado, pero gracias a que se encontraban en periodo de exámenes finales y la preparación para entrar a la universidad, no había entrenamiento. Por lo que sus momentos juntos o a solas con Taiga, no eran lo suficientemente largos como para que supiera de sus sentimientos; y eso lo agradecía a morir. Ya que cuando estaban juntos, Kagami de lo único que hablar era sobre Ryota, y por desgracia este momento no era la excepción.

 

- ¿Puedes creerlo?, Le dije que solo hoy me diera libre para estar contigo y se molestó. ¿No crees que se está pasando de celoso?- hablaba el más alto mientras ambos caminaban rumbos a sus casas.

 

- Hey Kuroko, Kuroko te estoy hablando.- lo llamaba el tigre al notar que no tenía la atención de su sombra.

 

- Disculpa, ¿qué decías?- pregunto el celeste deteniéndose y girando la vista hacia su luz. Taiga arrugo las cejas y lo miro con molestia.

 

- ¿Qué te pasa?, últimamente has estado demasiado distraído y parece que me esquivas.- pregunto el pelirrojo con la vista fija en Kuroko.

 

- No es nada. Solo estoy nervioso por la universidad. Eso es todo, y no te esquivó. Sólo quiero darte espacio para que estés con Kise-kun.- respondió el más bajo regresando su vista al suelo.

 

- Pero apenas estamos en febrero. Acabamos de entrar. No crees que es muy pronto para que te preocupes por eso.-

 

- Yo creo que es el momento adecuado. Ya que hablamos de lo que hare por el resto de mi vida. Más bien pienso que Kagami-kun lo está tomando muy a la ligera.- hablo el celeste retomando su andar.

 

- Yo no tengo nada que pensar. Eso ya lo hable con Ryota.- hablo ahora el tigre, provocando que Kuroko sintiera otra puñalada en su destrozado corazón al escuchar que ya lo llamaba por su nombre.- le dije que tú y yo iremos juntos a la universidad de Tokio. Yo estudiare administración como mi padre me lo pidió y tú para educador. Además de que seguiremos jugando juntos como la luz y sombra que somos. ¿No?- termino de hablar sonriéndole y estirando su puño esperando que Kuroko la chocara.

 

Ante aquella acción los ojos de Tetsuya se humedecieron. Ese era su sueño. Eso era lo que ambos habían establecido hace años, antes de que un tercero entrara en su historia. Cual feliz sería Tetsuya si pudiera chocar aquel puño de nuevo. Pero ahora debido a la situación, aquel sueño se miraba muy borroso.

 

- ¿Y qué opina Kise-kun de esto?- hablo el celeste parando su andar.- él... él, ¿está de acuerdo con esto?- termino la oración fijando sus ojos en aquellos rojizos que amaba.

 

Taiga lo miro serio, bajo su mano hacia un costado y su sonrisa desapareció.

 

Hace algunas semanas había notado que el rostro de Kuroko estaba muy demacrado, sabía que era pálido, pero ahora en esta momento parecía papel. Además de que aquel brillo que siempre acompañaba aquellos hermosos ojos cielo, había desparecido.

 

¿Cuándo fue que sucedió eso? y no se había dado cuenta hasta ahora. Se preguntó el tigre.

 

- Claro.- respondió sin apartar la vista.- lo hablamos. Al inicio no le pareció la idea.- tras escucharlo Kuroko aparto lo vista.- pero le explique que tú y yo somos un paquete. Siempre vamos a estar justos, ¿no?, ya que somos luz y sombra. Por lo que si quiere estar conmigo, tiene que cargar contigo también.- término de hablar con una pequeña sonrisa de lado.

 

Para Kuroko esas palabras hace solo unos meses atrás, lo hubieran hecho soltar lágrimas de felicidad. Pero ahora por desgracia, solo retenía lágrimas de tristeza.

 

- ¿Kuroko estas bien?- pregunto el tigre al notar como los hombros de su sombra se contraían y llevaba una de sus manos a su boca.

 

- Estoy bien Kagami-kun. Es solo que tengo un poco de frío. Eso es todo.- hablo con un nudo en la garganta y abrazándose a si mismo.

 

Él no quería hacer sentir mal a su luz, él lo amaba y lo que menos quería era destruir su felicidad. Pero en ese preciso momento no podía contener más su tristeza. Se sentía el ser más feliz e infeliz al mismo tiempo. Taiga lo quería a su lado; aun lo quería a su lado, aunque no de la manera en la que él lo quería. Sus pensamientos fueron cortados de inmediato cuando unos fuertes y cálidos brazos lo rodearon.

 

- En ese caso yo te calentare para que dejes de temblar.- hablo entre risas. Kuroko se sintió en el paraíso.

 

Dios, que tenía que hacer para que aquellos fuertes brazos fueran solo para él. Se lamentaba en silencio.

 

Eran tan cálidos, protectores, fuertes. Él, en este mismo momento, estaría feliz de morir en ellos sin arrepentimientos de nada.

 

- Hey Kuroko ¿estás bien?- volvió a hablar Kagami al notar como el cuerpo de Tetsuya se deslizaba entre sus brazos.- Hey Kuroko… Kuroko.- le hablaba continuamente, pero el pequeño no respondía.- Hey Tetsuya.- dijo su nombre por primera vez, pero por desgracia, Kuroko no pudo escucharlo ya que se desmayó en aquel reconfortante lugar debido al cansancio que había acumulado los últimos meses.

.

.

.
Cuando Tetsuya despertó, se percató de que estaba en la habitación del tigre; conocía a la perfección aquel techo. Llevo la vista hacia su ropa y levanto los brazos observando que lo habían cambiado con la piyama del dueño del lugar. La habitación estaba completamente oscura, pero una tenue luz de luna de la ventana, le daba a entender que ya era tarde. Se levantó de la cama con pesadez provocando que un paño cayera de su cabeza; y acompañado de un mareo llegándole de golpe, le hizo recostarse de nuevo.

 

- ¿Cómo llegue aquí?- se preguntó en voz alta al mismo tiempo que llevaba una mano a su cabeza.

 

Cerró sus ojos por unos minutos para que el mareo pasara, y una vez que se sintió mejor, se levantó de la cama en busca de respuestas. Camino a paso lento por la habitación hasta llegar a la puerta, y cuando estaba a punto de abrirla, algunos gritos se escucharos detrás de ella.

 

- Ya te di las gracias ahora solo lárgate Aomine.- escucho la voz de Taiga.

 

- Ya te dije que no me iré hasta que vea que está bien Bakagami.- grito esta vez el moreno. 

 

Kuroko abrió la puerta es silencio y observo a los dos gigantes peleándose en la sala.

 

- Ya, ya. Dejen de pelear que van a despertar al.- pero antes de que el rubio terminara su oración, se percató de que el paciente estaba en el marco de la puerta.- Kurokochii,- fue Ryota el primero en notarlo, provocando que ambos gigantes giraran la vista hacia la sombra.

 

- Kuroko. Tetsu.- gritaron los dos caminando hacia él.

 

-Dios Kuroko me diste un buen susto.- hablo Taiga primero colocando su mano en su frente, pero Tetsuya la quito de inmediato en cuanto sus ojos se cruzaron con los de Kise.

 

- Lamento molestarte Kagami-kun.- respondió seco.

 

- Tetsu se puede saber por qué fuiste a la escuela en tal estado. ¿En que pesabas?- fue ahora Daiki quien lo regañaba al mismo tiempo que lo tomaba por los hombros.

 

- Lo siento Aomine-kun. No estaba percatado de que me encontrara en tal estado, pero ahora me siento mejor.- hablo separándose de las manos de Aomine, pero al momento de soltarse, otro fuerte mareo lo hizo desestabilizarse.

 

- Claro, lo bueno es que estas bien. No quiero saber cómo estarás si, no.- hablo sarcásticamente el moreno mientras lo levantaba en brazos.

 

- Bájame Aomine-kun. No soy una chica.- peleaba el pequeño, pero su voz sonaba débil y su cuerpo no le respondía.

 

- No, eso lo sé. Pero aun así eres un doncel.-

 

Daiki camino con él en brazos y lo regreso a la habitación. Lo acostó con cuidado, mientras la pareja entraba a la habitación.

 

- ¿Que me paso?- pregunto al fin el pequeño.

 

- Te desmayaste de camino a casa, Aomine nos encontró y me ayudo a llevarte a casa. Pero cuando llegamos no había nadie. Por lo que te trajimos aquí.- hablaba el tigre mientras se acercaba a la cama.- cuando te revisamos tu temperatura estaba muy alta, por lo que le llamamos a un médico. Nos dijo que tienes las defensas bajas y por eso te resfriaste. Me dijo que te regañar ya que estas demasiado delgado. ¿No has estado comiendo bien?- Kuroko bajo la vista como niño regañado.

 

¿Comiendo?, ¿durmiendo?...

 

No recordaba cuando fue la última vez que descanso o tomo una buena comida. Ya que lo últimos días lo único que hacía, era ignorar sus sentimientos encerrándolos en los estudios.

 

- Lo siento, he estado un poco estresado por la universidad. Lamento haberles causado problemas.- hablo lo más convincente posible. Aun que una persona en aquella habitación, sabia la clara razón de su estado.

 

- Está bien, está bien. Por ahora lo mejor es que descanses. Ya mañana que te encuentres mejor hablaremos más tranquilos. ¿Sí?- hablo el tigre cubriendo al pequeño.

 

- ¿Pero mis padres?- pregunto el celeste al notar las intenciones del pelirrojo.

 

- Ya les avisamos.- hablo al fin el rubio haciendo acto de presencia.

 

- Les hablamos de tu estado y debido a la nieve estuvieron de acuerdo a que te quedaras aquí.- término la oración Kagami.- así que descansa.-

 

Kuroko no se miraba muy convencido, ya que la mirada de Kise sobre él en todo el tiempo que había estado ahí, no fue muy grata.

 

- Si Tetsu, descansa. Yo me quedare aquí a tu lado para cuidarte.- hablo el moreno tomando la mano de Tetsuya y sentándose en el suelo.

 

- Hey, Hey, suéltalo. Además ya te dije que te fueras.- hablo Taiga quitando la mano del moreno y levantándolo por la camisa.

 

- Y yo ya te dije que no me iré hasta que Tetsu está bien.- aparto el agarre de golpe. Ambos se miraron nuevamente con furia, y estaban dispuestos a comenzar otra discusión, si no fuera porque Kise interrumpió.

 

- Vamos, vamos. Creo que ambos deberían detenerse. Este tipo de acciones no ayudaran a que Kurokochii mejore.-

 

-Kise-kun tiene razón, por favor dejen de pelear.- interrumpió el celeste casi dormido. Los tres varones se miraron, mientras que la cabellera roja y azul, solo se dieron una mirada para aceptar aquellas palabras.

 

- Aomine-kun.- hablo nuevamente el celeste interrumpiendo aquel tenso ambiente.

 

Todos giraron hacia el enfermo y observaron como el pequeño estiro su mano para que Daiki la tomara. El moreno sin esperar más tiempo lo hizo y se sentó a lado de él, en la cama. Tetsuya se giró quedando escondido en el muslo del moreno y cerró sus ojos ante las caricias del Aomine sobre su cabello.

 

-Kuroko.- fue lo único que salió de los labios de Taiga debido al shock de aquella imagen.

 

 ¿Que era esto?

 

¿Cuándo fue que Aomine estaba antes que él?

 

Kagami camino molesto con la intención de intervenir, pero una mano tomo su brazo y lo llamo.

 

- Taiga.- el pelirrojo giro la vista y vio a su rubio novio.- deberíamos dejarlo descansar.- Kagami lo miro sin comprender, a lo que el rubio tomo su mano y lo jalo para sacarlo del cuarto.

 

- Pero Kuroko.- al fin hablo el tigre una vez afuera.

 

- El estará bien, Aominechii lo está cuidando.- le hablo de manera dulce, sin mostrar sus celos ante el comportamiento de su novio.

 

- Pero yo soy su luz. No él. Yo deberá estarlo cuidando.- respondió molesto. Ryota hizo una risa más amplia y apretó el agarre de sus manos.

 

- Si, en eso tienes razón, pero Aomine también es su amigo y él también tiene el derecho de cuidarlo. ¿No lo crees?-

 

- Claro que no.- respondió serio y molesto.- él lo abandono y lo dejo solo. Además ahora Kuroko es mío.-

 

Kise bajo la mirada tras aquellas serias palabras y trago en seco intentando contener su furia. Él sabía el sentimiento que ambas luces tenían. Pero en este momento, se aprovecharía de la ignorancia de Taiga sobre sus propios sentimientos, para lograr su cometido.

 

- Taiga, está bien. Te entiendo, pero creo que ahora no es el momento de hablar sobre esto. Espera hasta mañana que Kurokochii esté mejor ¿sí?-

 

Kagami lo miro renuente. Giro su vista hacia la puerta y la frágil vista de Kuroko regreso a su mente. Kise tenía razón, lo que más necesitaba ahora Tetsuya era descansar; por lo que solo asintió como niño regañado.

 

- Así me gusta. Ya sabía que mi tigre es muy comprensivo. Ahora nosotros también debemos ir a dormir.- termino de hablar el rubio besando sus labios y llevándolo a la habitación de invitados, puesto que Tetsuya ahora, se encontraba en la habitación de Kagami.


- Ya se fueron Tetsu.-  hablo Daiki mientras seguía acariciando su cabello. Kuroko abrió los ojos y se giró hacia Aomine.

 

- Gracias por no dejarme solo.- le hablo quedito debido a su enfermedad. Pero fue lo suficientemente alto para que el moreno lo escuchara.

 

- Ya sabes, para eso son los amigos. No te dije que siempre estaría ahí para apoyarte cuando lo necesitaras... ¿ahora ya vas a confiar en mí?- Kuroko se levantó con cuidado y fijo sus ojos en los de su cuidador.- es bueno hablar, y sabes que a mí me encanta escucharte.- tras aquellas palabras los ojos de Tetsuya se humedecieron. Se aventó al pecho de su ex luz y comenzó a llorar como niño pequeño.

 

- Lo... lo..- intentaba hablar el peli celeste pero el llanto no lo dejaba.

 

- Ya. Ya. Tomate tu tiempo.- reconfortaba Daiki al pequeño dándole golpecitos en la espalda.

 

- Es que yo... yo... yo lo amo.- soltó aquellas palabras con todo su ser, con todo su dolor y con toda su impotencia.

 

Tras aquellas palabras, Kuroko seguido llorando mientras intentaba esconder su llanto en el pecho del moreno para que no se escuchara tan fuerte. Para Aomine no había la necesitadas de explicarle más. Él sabía perfectamente los sentimientos que Kuroko albergaba hacia Kagami. Por lo que al enterarse de la relación de Ryota y el pelirrojo hace algunas horas, no estaba en discusión el dejar solo a su ex sombra con aquella pareja.

 

En el momento en que Kagami le informo de su relación con el rubio, él comprendió la razón del actual estado de Tetsuya. Por lo que se quedaría a su lado, así el estúpido de Kagami lo golpeara.

 

- Tetsu.- le hablo quedito en moreno al notar como su cuerpo temblaba por el llanto retenido.- Tetsuya.- repitió con voz dulce. El pequeño salió de su escondite y con sus ojos completamente rojos lo miro.- dios mírate. ¿Qué le paso a tu hermoso rostro?- hablo sonriendo y limpiándole las lágrimas.

 

- ¿De qué hablas?, si no tengo nada de hermoso.- Daiki solo negó ante aquel comentario.

 

- Claro que lo eres. ¿Quién te ha dicho lo contrario para romperle la cara?- después de esas palabras la primera sonrisa de la noche apareció. Aomine la acompañó y durante unos segundos ambos se quedaron mirándose.

 

- Ves, ese rostro es más bonito. Ese es el Tetsu que me gusta.- Kuroko solo ensancho su sonrisa y se pegó nuevamente al pecho del moreno.

 

- Sabes Aomine-kun. En estos momentos estoy muy agradecido con el cielo por tenerte a mi lado. Si no estuvieras hoy aquí, no sabría que hacer. Gracias por ser mi amigo.- Daiki sonrió con melancolía y atrapo al pequeño entre sus brazos.

 

- Me alegra que estés mejor. Ahora descansa que no quiero que la fiebre te vaya a subir.- al terminar de hablar se movió con la intención de levantarse de la cama, pero Tetsuya apretó más su agarre y dejo caer todo su peso en el cuerpo contrario.

 

- Déjame por hoy dormir así por favor. Me siento cómodo y protegido de esta manera.... por favor.- el corazón de Aomine se aceleró tras escuchar aquellas palabras, y se acomodó en la cama tomando entre sus brazos al peli celeste.

 

- Si así te sientes mejor, está bien por mí. Pero a dormir.- Kuroko asintió con la cabeza y cerro sus ojos sintiéndose protegido en aquel cómodo lugar. Daiki solo se dedicó a arrullarlo hasta que se cercioro que también estaba dormido.

 

- Ay Tetsuya, ¿ahora que hare?, Me había dado por vencido. Pero al verte en este estado lo único que quiero es aprisionarte en mi brazos y no dejarte ir.- lanzo un largo suspiro y acomodo su cuello en la cabecera de la cama.- ¿qué hago, te ayudo o peleo por ti?-

 

 

 

 

Notas finales:

A quien apoyamos?

Dejamos que Kuroko le de una oportundidad a Aomine, o dejamos que se quede con Taiga.

Ustedes que opinan?

 


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