Aquel repiqué tan familiar comenzó a reproducirse una vez tras otra como si incansablemente quisiera interrumpir aquel sueño que a esta altura de la madrugada no tenía nada reparador. ¿A qué hora se había dormido? Tal vez las 4 am, tal vez las 5 am, como fuese las grabaciones debían salir pronto, pronto para regresar a casa, pronto para poder dormir bien y para que al fin aquellas ojeras necesitaran menos maquillaje. Y ahí estaba en aquella cama ajena intentando lograr dormir mientras el maldito móvil parecía no dejar de repicar “Debí marcar la opción de no molestar”, se comentó a si mismo mientras sus ojos se abrían poco a poco y sus manos rebuscaban sobre la mesa de noche aquel aparato que parecía incansablemente irrumpir su precario descanso. Su voz rasposa intento aclararse mientras finalmente contestaba la llamada a ciegas “Ri al habla” soltó de manera seca antes de que la voz al otro lado lo trajese un poco a la realidad.
—Te quiero de regreso mañana temprano, no espera, mañana no… hoy en unas horas, hablé con la agencia del drama que estas grabando así que no debería haber problemas— La voz del jefe, como siempre tan nasal y apresurada, cambiando todo plan que pudiese tener en mente.
— ¿Qué hora es? Ceo no puedo pensar así — Soltó de golpe esperando que algún reclamo viniese del otro lado, pero la línea se quedó en silencio por unos segundos y entonces lo supo, claramente algo estaba pasando. — ¿Otro escándalo? Al menos no ha llegado a China.
— Las 6 am, tu vuelo sale a las 10 así que deberías moverte ahora. Ji Yong, no es nada grabe, pero los quiero a todos aquí con él — Su voz se suavizo al decir aquel nombre y al fin SeungRi se sentía completamente despierto.
— Nos vemos allá — Soltó antes de ponerse de pie mientras cortaba la llamada solo para abrir el navegador, si había sucedido algo seguramente estaría en la red, pero… ¿Por qué no lo había llamado personalmente?, en esos segundos en que sus dedos tipiaban el nombre del mayor pensó lo peor, desde un accidente hasta que tal vez había sufrido alguna decaída, pero la depresión había sido ya hace mucho y el Ceo aseguro que no era nada grabe. Su cabeza se cuestionó aquello un par de veces antes de que finalmente las redes sociales le dieran la respuesta y la verdad no se asombró para nada, pero se sintió nuevamente inquieto al respecto.
El encabezado de aquel pool de fotos no era nada menos que el líder junto aquella chica japonesa a quien había conocido hace un tiempo, más aún eran fotos que el mismo ya había visto y la razón por la cual poco a poco había dejado de ser tan activo en su cuenta de IG. Otra vez aquella sensación extraña, el sabor amargo en sus labios se volvió algo más intenso y antes de que su cabeza pudiese articular algo comenzó a reunir sus cosas para ir directo al aeropuerto.
Un pequeño latido en su sien comenzó a ser cada vez más persistente, el inicio de una jaqueca, lo único certero en aquel instante mientras se acomodaba una chaqueta y daba pie final para salir del Hotel en busca de un taxi. ¿La hora? 6:30 am, sus labios resecos, el sabor amargo en ellos y el dolor profundo de un mal sueño que parecía consolidarse finalmente.
Durante el viaje hacia el aeropuerto se reusó a revisar el móvil si quiera una vez pese a que la bandeja de entrada de Line parecía estar saturada en notificaciones. No quería saber nada especifico hasta que una vez instalado en el avión luego de la larga espera de los distintos procedimientos previos al embarque acabaron y un sonido diferente al resto lo alertó. También correspondía a la misma aplicación, sin embargo, este sonido era diferente, un tono distinto que le permitía comprender que no se trataba de cualquier mensaje ¿Adivinan a quien pertenecía? Su expresión que reflejaba el cansancio en su rostro se volcó por completo por un simple sonido y su mirada fija en la ventana del avión se desvió de golpe hasta su bolsillo de dónde sacó rápidamente el aparato para leer aquella pequeña pestaña, el mensaje del líder era tal vez demasiado pequeño e inespecífico pero el menor era capaz de imaginar cada detalle del estado de aquel que solía ser de pocas palabras. “Te necesito aquí” No decía nada más, pero aquel pequeño mensaje era una especie de alerta, tal vez un código secreto tan íntimo que solo una amistad de años podría tener valida sin que pareciera de alguna manera extraña.
Un suspiro precipitado huyó de sus labios y es que ya quería estar ahí, quería saber de los propios labios ajenos como podría ayudarlo esta vez. “Solo quédate conmigo un tiempo” la voz del mayor en su cabeza, como si respondiera aquel dialogo interno que comenzaba a surgir “Hazme reír como siempre y todo saldrá bien”, la voz algo más grabe del líder de BIGBANG se dibujaba en diferentes texturas en la cabeza del maknae. —¿Por qué haces todo tan difícil? — se dijo de golpe a sí mismo, en voz alta y al fin pudo acallar la voz ajena en su cabeza para así lograr pensar por qué todo le parecía tan desagradable, el mismo había conocido a la chica hace algo así como un año y claro que era agradable pero jamás imaginó que las cosas llegarían hasta este punto, que todo se rebalsaría así pero lamentablemente el mundo en el que vivían era así. Una foto y el mundo se caía encima, las fans, antifans y que hablar de la prensa porque la idea siempre era creer que eran inhumanos ¿No? Que no tenían derecho de amar a alguien… ¿Amar? La verdad es que no era para nada justo, pero fuera de eso pensó que era algo que no perduraría ¿Estaba mal desear que el líder no tuviera una pareja estable? “Un amigo egoísta” así mismo se podía autodescribir porque no tenía otra explicación contundente para ello. Otra vez durante las dos horas que duró el vuelo simplemente no pudo conciliar el sueño.
“Los temas delicados deben tratarse como una familia”: Pues las cosas que no deben hablarse no deben repetirse, muchas veces las palabras sobran a los hechos, muchas veces los hechos deben ser explicados y otras ninguna cosa va con la otra. Eso es lo que pensaba fríamente SeungRi mientras entraba con su maleta en el edificio YG, la prensa parecía asecharlos así que se abrió paso entre la multitud con ayuda de los guardias de seguridad mientras se repetía a sí mismo “Saluda como si no hubieses dormido menos de dos horas, saluda.” Y es que era lo único que podía hacer lo sabía muy bien después de su escandaloso paso por Japón, pero todo tenía un porque, una razón ¿Les importaba? —Claro que no— pronunció ingresando al edificio y su tono llamó la atención del personal que a esas horas del día iba y venía “Debería dejar de hablar solo” se dijo a si mismo mientras agitaba su mano para a saludar al resto con una estampada sonrisa en sus labios como era de costumbre. A lo que simplemente recibió saludos de regreso mientras se dirigía al elevador, planeaba ir directo a la oficina del Ceo para reportarse antes de regresar a casa. ¿Hace cuánto que no estaba en casa? ¿Dos o tres meses? Su auto exilio no estaba funcionando de aquella manera después de todo lo único que había conseguido era bajar de peso, dormir menos e inundarse de esos monólogos internos. Refunfuño para sí mismo cuando su estómago crujió entre tanto llamaba al elevador, como había dicho se dirigiría al último piso en que se encontraba la reluciente y de privilegiada vista, oficina de Yang.
De pronto las puertas del elevador se abrieron y para su sorpresa su mirada se encontró cara a cara con la de un rostro tan familiar. —RiRi— soltó aquella voz tan familiar mientras el menor parecía haber enmudecido y claro que sí, no había esperado encontrarlo de golpe luego de estar casi dos meses lejos de él. El líder de BIGBANG lucía como siempre, eso fue lo que logró pensar antes de aquel dolor en su estómago se intensificara de golpe y de un momento a otro todo se volvió negro, lo último que escuchó antes de caer contra el suelo fue el grito del mayor —¡SeungRi! — Y el cansancio finalmente lo venció, se había desvanecido frente a él.