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De último momento por Ale Moriarty

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Notas del fanfic:

 


Advertencias: Posible Ooc.


Anime/Manga: Daiya no Ace


Pareja: MiSawa (Miyuki x Sawamura)


Palabras: 2,018 –OS-

Notas del capitulo:

Notas: Este fanfic es dedicado a mis dos amigas Laura & Millenium que se unieron junto a mí para entrar al concurso navideño de Daiya, entre nosotras nos brindamos temas y el que me toco es el de compras navideñas. Este fanfic se desarrollará en un AU donde Miyuki & Sawamura son guardias de seguridad y tuvieron una pelea de enamorados.

De último momento

Las tiendas estaban saturadas de clientes, ese día era 24 de diciembre y la mayoría aprovechaba para comprar los víveres, regalos y atuendos de última hora; los guardias que se encargaban de supervisar a la multitud eran Miyuki Kazuya y Sawamura Eijun.

Llevaban dos años en una relación amorosa y hoy por una discusión estúpida no se habían hablado en todo el día ¿cuál había sido la razón? Un malentendido. Uno muy tonto, según el “culpable”.

“Le estabas coqueteando a esa chica ¡no me quieras ver la cara de estúpido!”

Aquello había iniciado la pelea y lo peor es que Kazuya solo avivo el fuego con sus palabras delicadas:

“¡No me culpes a mí, la cara de estúpido siempre la has tenido!”

Miyuki recordaba bien el incidente de la mañana ya que después de aquellas palabras que recordaba como “graciosas” la linterna de Eijun le había dado de lleno en el estómago provocándole el dolor de su vida ¿cuántas horas habían pasado desde que Sawamura le ignoraba desde la otra esquina del centro comercial? Kazuya había dejado de contar desde las seis horas.

A las nueve cerrarían la tienda departamental y si no arreglaba las cosas pronto esa navidad se la pasaría solo en su casa con una botella de vino como acompañante y con MUCHAS ganas de algo de “acción” para darle la bienvenida a la navidad.

Tenía un as bajo la manga que le ayudaría a solucionar el malentendido en el bolsillo de su pantalón, pero la verdad es que su orgullo estaba algo herido debido a la manera en como Eijun lo había rechazado y maldecido ¡no quería verse como un estúpido rogón que pedía disculpas por algo que ni había hecho!

Así que aquello sería un duelo de resistencia, el primero en caer sería el más débil de los dos.

Las horas avanzaban y Kazuya aprovechaba los momentos donde podía ver por el rabillo de su ojo cada uno de los movimientos de su querido idiota que se asemejaba tanto a un lindo perro como a un huraño gato.

Él lo sabía, Sawamura tenía un encanto natural que atraía a las personas, si Miyuki se consideraba alguien que atraía las miradas por su innegable apariencia sensual, Eijun tenía un arma mucho más peligrosa… una sonrisa que hechizaba los corazones de las personas. Una sinceridad que ablandaba a la persona más fría y una mirada que doblegaba hasta al más fuerte.

Tal vez sería bueno dejarse manipular esta vez por Eijun. Después de todo si existían los milagros de navidad el hecho de que Kazuya diera su brazo a torcer podría considerarse como uno.

Al final llego la hora del cierre y cuando Kazuya giró su cabeza para buscar con la mirada a Eijun ya no lo encontró, corrió directo a los vestidores y allí vio cómo su novio estaba vestido con ropa casual, parecía que se largaría a casa sin siquiera importarle solucionar su situación.

Esta vez Sawamura había sido duro de roer.

Kazuya miraba como era ignorado con firmeza por lo que apretó los dientes con fuerza y sujeto la pequeña caja que estaba en el bolsillo de su pantalón. Se mordería la lengua pero se resignaría y aceptaría que esta vez… Sawamura Eijun había sido el vencedor de esta estúpida discusión.

Eijun cerró su casillero y se dispuso a marcharse, no quería permanecer más tiempo sintiéndose lamentable.

—   Sawamura—le llamó y noto como el menor se detenía pero seguía dándole la espalda, Miyuki soltó un suspiro cansado que demostraba toda su frustración, si tan solo Eijun supiera el por qué estaba hablando con aquella mujer… bueno, no era momento de pensar en ella.

—   ¿Qué quieres Miyuki Kazuya? ¿Tienes algo importante que decirme? Me estás quitando el tiempo

Auch. Las palabras de Sawamura eran tan afiladas como un bisturí.

Tal vez me lo merezco” pensó aun dudoso el “acusado” de la pelea estúpida. Miyuki ya no tenía paciencia para seguir con las bromas y tonterías, camino hasta Eijun y lo giró bruscamente hasta que el otro le dio la cara.

Pudo ver aquella mirada llena de tristeza y furia que lograba que Sawamura terminará en lágrimas. Era oficial, se sentía de la mierda. Era el novio más bastardo del mundo y no en el buen sentido.

—   ¿En serio vas a llorar por esto?

Oh, Miyuki sí que era suave con sus palabras. La cara de tristeza se transformó en una de gran rabia y sintió el golpe en su pecho, rezaba porque sus pulmones siguieran en el mismo lugar.

—   ¡Eres un maldito horrible! ¡Ni siquiera te disculpaste ¿acaso te importa tan poco que me enoje?! ¡Bastardo infeliz no sé cómo termine con alguien como tú!

Cada palabra se iba directo al corazón de Miyuki como si fuera una flecha, Sawamura siempre terminaba escupiendo cosas dolorosas pero tal vez por la situación estas dolían más ahora mismo.

Kazuya se agachó en el suelo y comenzó a rebuscar en el bolsillo de su pantalón, si no detenía aquella situación ambos terminarían llorando (aunque lo más seguro es que Miyuki terminaría llorando debido al coraje)

—   ¿Por qué te agachas? ¿Crees que haciendo eso te voy a perdonar? ¿Qué tan idiota crees que soy? ¡Infeliz!

Miyuki saco la pequeña caja cuadrada adornada con un moño rojo y la extendió a su iracundo novio.

—   ¿Qué mierda es eso? ¿Mi regalo de navidad? ¿Acaso me compraste una maldita baratija de 235 yenes? ¡No creas que soy tan barato!

—   Eijun…

Al escuchar su nombre los ladridos del menor cesaron, al parecer el de gafas estaba siendo serio respecto a este momento. Incluso las lágrimas de enfado se detuvieron en las esquinas de los ojos de Sawamura.

—   ¿Qué?

Aquella fue la corta respuesta del de orbes doradas mientras miraba con atención la pequeña caja y veía como Miyuki la abría con cuidado, dentro de ella aparecía un anillo de plata con una reluciente piedra ámbar.

Ante el descubrimiento el ruidoso Sawamura se quedó mudo.

—   ¿Te quieres casar conmigo?

Y entonces se hizo presente el silencio sepulcral. La vergüenza de Miyuki aumento gradualmente, tuvo que agachar la cabeza ya que no podía lidiar con la tensión del lugar.

¿Qué clase de cara estaba poniendo su novio? ¿Estaba feliz? ¿Aún estaba enojado? ¿Lo de casarse era apresurado?

Tenía miedo.

De repente sintió un calor que ahuyento todos sus temores y se dio cuenta que Sawamura lo estaba abrazando fuertemente, incluso el regalo se había caído al suelo. Su hombro se sintió húmedo en ese instante y supo que su amado estaba llorando.

Miyuki escuchaba palabras cortadas debido a la presión que hacían los labios del castaño en su uniforme pero no había necesidad de palabras, podía entender que este estaba feliz.

Después de unos minutos Eijun se despegó y lo miro con un berrinche en su rostro, aquello sorprendió al de orbes castañas.

—   ¿Eh? ¿Qué pasa con esa cara?

—   Eres un infeliz…

—   ¿Ah?

—   ¿Quién se querría casar con un bastardo infiel como tú? ¡Eres malvado, roncas al dormir, cuando te digo que te detengas mientras tenemos sexo haces lo que quieres, le coqueteas a otras mujeres, te burlas de mí y siempre me haces enojar!

—   Wow Sawamura… sí que sabes todos mis encantos~—Kazuya dijo calmadamente, no se sentía herido porque podía adivinar los verdaderos pensamientos de Eijun

—   ¿Por qué me casaría contigo?

—   Porque te amo y me amas…

—   Maldito bastardo… si ya lo sabes ¿por qué me lo preguntas?

—   Solo quería que contestarás lo obvio

Y de esa forma siguieron abrazándose hasta que Eijun pudo calmarse.

🎉🎉🎉🎉🎉🎉🎉🎉🎉🎉

Después de la “romántica” reconciliación en los vestidores Eijun decidió dar por concluida su estúpida pelea. Los dos salieron del centro comercial tomados de la mano.

—   Ah… por cierto, yo tenía un regalo de navidad para ti pero… debido a que eres un bastardo que me hace enfadar lo termine rompiendo, tenía tantas ganas de reventártelo en la cabeza

Y con esa declaración Kazuya temió por su vida, su novio podía ser alguien muy peligroso cuando estaba enfadado. Sintió como Sawamura se arrebataba de su agarre y rebuscaba entre sus bolsillos.

—   Cierra los ojos Miyuki Kazuya…

Pidió con una linda mueca en su cara y el de gafas alzó una ceja confundido pero obedeció, era mejor acortar esto para poder llegar a casa y conseguir el verdadero regalo de navidad que quería (una noche apasionada con su prometido).

—   Abre los ojos

Y cuando volvió a ver… observo al menor sosteniendo entre sus dedos un curioso anillo de plástico color rosa que tenía una carita feliz y que al parecer… brillaba en la oscuridad.

—   ¿Te quieres casar conmigo?

Con tremenda escena no pudo contener su risa de alegría y rio suavemente dejando ir el momento agrio que había pasado hace unas horas, Sawamura era la persona con la que quería pasar el resto de sus días a pesar de que discutieran por la mas mínima cosa, a pesar de que se enojaran a cada instante, a pesar de que fueran hombres… él era el amor de su vida.

No necesitaba buscar en otro lado.

Extendió su mano dando su respuesta sin necesidad de hablar y espero que el otro entendiera para que colocará el pequeño artilugio en su mano izquierda.

—   ¡Ah Miyuki Kazuya tus dedos están tan gordos! ¡No cabe!

—   ¡Claro que no entra! ¡Esas mierdas son para niños pequeños!

Y volvían a discutir por algo estúpido.

Después de una gran contienda que dejaba pasmados a los pocos transeúntes que aún había en las calles, Eijun se calmó y coloco el anillo de plástico en el dedo meñique de su prometido.

Miyuki se quedó mirando su mano y contuvo la sonrisa de imbécil que quería mostrar. Aquella nimiedad le había hecho demasiado feliz.

—   Deja de actuar “genial” Miyuki Kazuya… sé que estás demasiado feliz de casarte conmigo

—   Oh~ no recuerdo haber dicho que acepto… solo quería ver cuán genial se miraba este juguete en mi mano…

—   ¡Ahhh eres un bastardo infeliz!

—   Aunque si me das sexo navideño puede que lo piense mejor…—el de gafas le dio un guiño a su novio, este se sonrojo y soltó miles de palabrerías que Miyuki ni se molestó en tratar de entender.

Siguieron caminando a la par y después de varios minutos sus manos chocaron y las volvieron a tomar como si nada hubiera sucedido, sonrieron al mismo tiempo y se quedaron en un leve silencio que demostraba su inmenso entusiasmo.

Ya cuando estaban a punto de llegar a la casa de Miyuki, Sawamura se detuvo y por consecuencia Kazuya también lo hizo ¿qué sucedía?

—   Oye tú infeliz… ¿acaso crees que soy un imbécil?

—   ¿Ah?

—   ¡No creas que lo he olvidado Miyuki Kazuya! ¡No te has disculpado por tu infidelidad con aquella mujer rubia! ¡Vi cómo te estaba viendo! ¡Bastardo desleal! ¡De seguro lo del anillo es una trampa para que olvide tus aventuras! ¡Ya no me voy a casar contigo!

—   ¿Sigues con la misma mierda? ¡Yo no te estoy maldiciendo por tu anillo! ¡De seguro una niña te lo dio y no gastaste ni un centavo en el!

—   ¡¿Acaso estás diciendo que mi regalo es barato?!

—   ¡Es un anillo de plástico!

—   ¡¿Y qué hay de ti?! ¡De seguro se lo ibas a dar a esa mujer con la que me andabas engañando!

—   ¡Estás loco!

—   ¡Y tú eres un bastardo!

Al parecer todos sus días serian de esa forma, pero ambos lo sabían… aquello era su arma para combatir su vergüenza ante su gran amor.

Además Miyuki preferiría morir antes que revelar que aquella mujer a la que Eijun le había tenido celos era la vendedora en la joyería a la que Kazuya fue a comprarle su anillo de compromiso, y mucho menos admitiría que la mujer había descubierto que Eijun era su novio debido a que Kazuya le comento que la persona con la que se comprometería tenía unos ojos igual de brillantes que el ámbar de aquel anillo que brillaba en la mano de Eijun.

Prefería seguir en aquella pelea estúpida, además su anillo de compromiso aun cuando había sido una compra de último momento… era igual de valioso que uno de diamantes. Pero jamás lo admitiría.

Fin.

Notas finales:

Gracias por leer :')

Espero su review


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