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El gato y los dos conejos alemanes por Ale Moriarty

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Notas del fanfic:

Advertencias: Contiene Ooc obviamente y será demasiado fluffy


Anime/Videojuego: Dramatical Murder


Pareja: Noiz x Aoba


Palabras: 2,811 –OS-

Notas del capitulo:

Notas: Jugué solamente el Dramatical Murder, no vi el anime y no jugué el Re Connect así que esto se basara en mis vagos recuerdos del videojuego. Puede contener spoilers (¿?). Este fanfic esta basado en una tabla de san valentín del 2016 donde el tema fue el siguiente: 


Drabble/Viñeta/Os basado en una primera cita.

El gato y los dos conejos alemanes.

[Aoba y Noiz nunca tuvieron una cita, pero eso no parecía molestarle al japonés hasta que Theo hace el comentario, el hermano de Noiz decide ayudar al Seragaki a planear una cita, pero… ¿cómo marcharán las cosas?]

—¿Tú y Wilhelm no han tenido aun su primera cita? —y con eso empezaba la conversación el hermano menor de Noiz; Theo.

Aoba Seragaki aún no estaba acostumbrado al verdadero nombre alemán de su actual novio y otra cosa a la que no se acostumbraba era al enorme parecido entre esos dos hermanos y sus personalidades tan impares.

—No—y allí iba su contestación más expresiva del mundo, desde que se había mudado a Alemania, no había podido tener una cita o algo similar con su novio.

—Eso no está bien—dijo con una cara que hacía ver a Theo como un conejo triste, lo cual enterneció al de cabellos azules, al tener esa apariencia parecía como si Noiz estuviera haciendo esas caras.

—Bueno… no importa, creo que tener una cita a este punto… no tiene sentido.

Y era la realidad… ellos ya se habían besado, habían tenido sexo e inclusive ahora vivían juntos… lo de la cita era algo que se habían saltado colosalmente.

—Nunca es tarde para hacer las cosas correctamente.

—¿Eso crees, Theo-kun?

—¡Sí!

Y con aquella afirmación animada empezó el plan para organizar una cita digna de recordar para ellos dos.

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Noiz llego a la enorme casa después de un largo día de trabajo, busco con la mirada al Seragaki pero no dio con él ¿Dónde se había metido? Esto no le gustaba para nada.

—Wilhelm, bienvenido—lo recibió su hermano con un cálido abrazo mientras el mayor le correspondía.

—Hola Theo ¿has visto a…?

—¿A Aoba? ¡Claro! Está en la sala… tiene algo de qué hablar contigo, parecía animado—sonrió amistoso provocando una cara de confusión en el rubio.

¿Acaso habían planeado algo?

Noiz camino hacia la sala de estar y miro a un Aoba algo nervioso ¿Qué sucedía?

—¿Te pasa algo Aoba?

—¡Ah! ¿Ya llegaste?

—No, soy un holograma

—Estúpido…—murmuro avergonzado provocando una sonrisa burlona por parte del alemán la cual fue acompañada por un resoplido de su hermano menor

—¿Qué ocurre?

—¿Mañana es tu día libre, no es así Noiz?

—Sí ¿por qué?

—Tengamos una cita

—¿Eh?

Y con aquella orden, el alemán solamente pudo asentir sin poder quitar esa expresión de extrañeza ¿una cita? ¿Era siquiera necesaria?

Algo dentro suyo le susurraba que aquella “grandiosa” idea no se le había ocurrido a su novio sino a cierto hermano menor metiche.

Pero a pesar de todo… no le parecía tan malo.

Un día para ellos dos ¿por qué no?

Aunque… tal vez el destino le tenía planeado una cita de tres.

------

A la mañana siguiente Aoba se levantó más temprano de lo usual sin intenciones de despertar al dormilón conejo a su lado, se vistió con rapidez y salió de la habitación sintiendo una presencia observarle desde la lejanía…Theo.

Esos enormes ojos verdes eran demasiado intensos.

—Eres tan sigiloso como un gato, Aoba

Oh, ambos hermanos tenían el mismo pensamiento ¿acaso tenían telepatía o algo?

—Y tú tienes unos enormes ojos como los de un conejo—contraatacó caminando hacia él.

—¿Eso crees? —se rio tranquilo mientras le extendía un equipo de espionaje, era un pequeño auricular que además de mandar mensajes por parte de Theo también el susodicho podía escuchar todo a su alrededor y este se ocultaba de manera exitosa en su oído—con esto podrás escuchar cada cosa que digo y yo escucharé cada cosa que mi hermano diga, por lo que la cita será un rotundo éxito.

—Vaya… ¿cuánto cuesta esto?

—Créeme, eso no tiene importancia…—sonrió amable, pero provocó un golpe en las entrañas del “antiguo ser humano pobre”—Mucha suerte en tu cita Aoba, te apoyaré para que todo salga de maravilla.

—Gracias Theo.

—De nada… solo quiero que mi hermano sea feliz, después de todo, estuvo encerrado por tanto tiempo que la soledad lo invadió, pero desde que te conoció… lo he visto tan feliz como nunca creí que lo sería… gracias Aoba.

Ah, qué lindo era tener a alguien que se preocupara así por ti.

¿Qué diría Noiz si escuchara a Theo decir esas palabras?

—De acuerdo… será la mejor cita de su vida—reafirmó aquello con una sonrisa segura.

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Cuando por fin se alistaron, salieron en la limosina de aquellos alemanes. El Seragaki aún no se acostumbraba a su nueva vida de rico.

—Fue una sorpresa que me pidieras una cita ¿a dónde iremos primero?

—Ah, sí. Bueno… iremos a…

“Al parque Viktoria” —escuchó la voz de Theo en su oído y dio un leve respingo, hace mucho que no escuchaba voces en su mente por lo que aquello le trajo un mal recuerdo momentáneo.

—¿Pasó algo?

—No, todo está bien. Iremos al parque Viktoria.

—¿Parque Viktoria? ¿Qué haremos allí?

—Es una sorpresa, no estés tan intranquilo Noiz.

—Tsk. De acuerdo.

Después de unos minutos llegaron al frondoso jardín de Berlín, el japonés no podía quitar sus orbes amatistas de aquel bello lugar, pareciera que la cita era sorpresa para él –aunque sí lo era-

—Pareces más emocionado que yo, Aoba…

—¡¿Eh?! Es solo que… es mucho más espectacular que en internet…—dijo aquello sin dudarlo.

—Bueno… en eso tienes razón—sonrió levemente el menor mientras caminaba a su lado—Este parque tiene un monumento de las guerras de Napoleón.

—Vaya…

—Creí que lo habías investigado en internet.

—Bueno… solo vi imágenes no leí… sobre su historia o cosas como esas—y de nuevo se salvaba con sus comentarios que le restaban importancia al asunto.

—Hmm… ¿entonces qué haremos?

—Bueno… eso…

— “Tendremos un picnic”

—¡Un picnic!

—¿Picnic? ¿En serio se te ocurrió todo esto a ti?

—¡Pues claro! ¿A quien más se le hubiera ocurrido?

— “Está empezando a sospechar… será mejor que vayan al picnic que organice para ustedes… sigue caminando recto hasta que veas las cascadas artificiales”

¿Cascadas artificiales?” pensó el de cabellos azules mientras seguía las instrucciones de su “nueva” conciencia.

Llegó al lugar señalado y noto como un pequeño bote estaba amarrado cerca de un árbol del lago artificial, contenía una cesta con comida y había una manta que cubría el suelo de la barca.

¿Cuánto se había esforzado Theo?

—Wow… sí que te esforzaste Aoba—comentó el de orbes verdes mientras se subía al navío.

—Sí, quería que fuera especial.

— “Eres demasiado bueno improvisando Aoba” —escuchó la pequeña risa del hermano menor de Noiz y sintió sus mejillas ruborizarse un poco.

¡Ese pequeño demonio!

El Seragaki se subió de igual forma y empezó a remar mirando toda la arboleda a su alrededor, era realmente pacifico.

—¿Qué hay en la cesta?

—Ah…

— “Su comida favorita”

—Es obvio que tu comida favorita Noiz

—Oh…—murmuro y abrió el objeto encontrándose con pizza y pasta, una sonrisa amplia se mostró en su rostro casi inexpresivo.

“Vaya, mi hermano sí que puede sonreír cuando está contigo”

—Sí que esto es divertido… no sabía que tenías un lado romántico Aoba

—Ni yo…

—Hm

Y el día avanzó con conversaciones banales sobre el trabajo de Noiz, sus gustos, como le iba con su familia y que era lo que pensaba de estar pasando su día libre en aquella cita.

—Siento como si no nos hubiéramos visto en mucho tiempo… me alegro que planearas lo de la cita… necesitaba algo de tiempo a tu lado.

—Ya sé, hace mucho que no pasábamos tiempo juntos.

Se creó un ambiente romántico que incitaba a un beso entre esos dos, el alemán se inclinó hacia adelante y empezó a avanzar de poco a poco, los ojos del japonés se cerraron y espero ese toque suave en su boca, pero parecía que el tercero en esa cita tenía otros planes.

Un ganso salió volando en dirección de los dos tortolos y se estampó contra la cara del rubio provocando que perdiera el equilibrio y se llevara consigo a su novio.

Un desastre mojado.

¿Pero qué?

—¡¿Qué demonios pasó?!—gritoneó el de orbes amatistas mientras Noiz salía a la superficie y tomaba una bocanada de aire.

—¡Estúpido ganso salido de la nada!

— “JAJAJA, lo siento Aoba… eso sí que fue inesperado… deberían de salir antes de que se resfríen”

Después de que se subieran de nuevo al bote se fueron directo a la orilla, luego del incidente se cambiaron en la limusina con ropa que tenían de repuesto y se dirigieron a su otro destino.

—¿A dónde demonios vamos ahora?

“A Spreepark”

—Spreepark.

—¿Eh? ¿Al parque de diversiones abandonado? ¿Qué haremos allí?

Y aquí era donde se lamentaba el no haberse enterado más acerca de su cita “planeada”.

—Sorpresa—de nuevo volvía su improvisación de oro, pudo escuchar la suave risa de su cuñado.

— “Eres sorprendente Aoba. En el parque les mande a arreglar la rueda de la fortuna para que sirviera por esta noche. Creará un ambiente romántico para ustedes dos.”

Así que ¿era eso?

Ese Theo sí que había invertido dinero en aquello.

Si Aoba hubiera estado a cargo de la cita seguramente hubiera hecho todo más simple, una comida hecha por sí mismo, ya que últimamente había mejorado en la cocina, ver una película juntos en línea y jugar un juego en pareja haciendo algún reto estúpido para animar la competencia.

Si, una cita sencilla.

Para nada romántica a su parecer.

Llegaron a su destino y se bajaron para caminar por ese lúgubre lugar que parecía sacado de una historia de terror, el único lugar iluminado era la noria.

—¿Un paseo en la rueda de la fortuna? Vaya… que sorpresa—comentó con una expresión llena de confusión.

—Espero te guste.

—Hm.

Saludaron a un hombre que era el encargado de hacer funcionar aquel juego mecánico y se subieron a una de las cabinas.

El cielo empezaba a oscurecer y las hermosas estrellas resplandecían en el manto oscuro.

—Es una vista hermosa… creo que es mucho mejor que el desastre del parque.

—Sí, es bueno para cerrar la noche ¿no?

—Sí.

El juego se detuvo en la cima y Aoba se quedó pasmado ante el hecho.

—¿Qué demonios?

—Le pedí al maquinista que la detuviera así podríamos tener un tiempo a solas—sonrió el rubio con lascivia

—Oye…

— “Eso no era parte del plan Wilhelm, maldita sea”

—El jodido ganso nos jodio nuestro momento así que ahora yo creare nuestro tiempo a solas—afirmó y se inclinó sobre el de cabellos azules y este terminó recostado sobre la tambaleante cabina.

Las manos juguetonas del de orbes verdes se colaron debajo de su camiseta y el japonés se estremeció ante el toque de las frías manos.

—Me encanta descubrir nuevas sensaciones cuando estoy contigo—le dijo con una voz aterciopelada—antes creía que el dolor era la única sensación que existía, pero ahora me doy cuenta que incluso el leve contraste entre el frio y calor es jodidamente asombroso.

—Noiz…—jadeó su nombre y soltó un gemido al sentir una leve mordedura en su cuello.

— “Estúpido hermano calenturiento”

Los ojos de Aoba se ampliaron ante el insulto dicho por Theo y parpadeo varias veces.

¿Acaso el más menor había insultado a su hermano mayor?

Eso iba en contra de su personalidad ¿cierto?

Y de repente apareció un tambaleo y la rueda de la fortuna empezó a girar de nuevo, pero con algo más de fuerza, el japonés y el alemán se sujetaron de las barras de metal y rezaron por no salir volando de allí.

¡Theo era un demonio!

—¡Detén esta puta cosa!

—¡NO SÉ CÓMO!

—¡¿ACASO NO FUE TU PUTA IDEA?!

Hubo gritos por parte del Seragaki, gruñidos y maldiciones por parte de Wilhelm y una risa a través del auricular perteneciente a Theo.

Duraron de esa forma por unos largos 10 minutos hasta que el dueño de aquel plan malévolo decidió detener aquella tortura.

Noiz bajó todo tambaleante de la atracción seguido de un mareado Aoba quien se tiró en el frio suelo mientras escuchaba como el rubio se empezaba a pelear con el maquinista.

Aunque quisiera detenerlo, en ese instante solo quería detener sus impulsos de vomitar.

“¿Estás bien Aoba?”

—Solo cállate—lo maldecía tanto, puta la hora en que había aceptado seguir su plan.

-------------

Al final el japonés había vomitado encima de Noiz y aquella cita que esperaba fuera “perfecta” había terminado jodida.

El alemán se había tenido que cambiar de ropa por segunda vez.

—Noiz yo…

—No digas nada, por favor.

—De acuerdo.

El camino a la mansión fue silencioso y de repente se detuvieron frente a un enorme hotel llamado “The Westin Grand Berlín”

—¿Qué es esto?

—Oh ¿no estaba en tus planes? No te preocupes… yo lo planeé desde un principio—una sonrisa divertida se apodero del rostro del rubio mientras se levantaba y lo halaba para al fin besar sus labios con desesperación.

Un beso salvaje, torpe y rudo… lleno de una necesidad fiera.

El oxígeno de Aoba le estaba siendo robado de manera agresiva, pero no le importaba ya que ni él se había dado cuenta de su propia ansia. Rodeó con ineptitud sus brazos alrededor del cuello de Noiz y enredó con habilidad sus piernas en la cintura del alemán.

Jadeos entrecortados y gemidos sonoros escapaban de la boca del mayor, ese idiota sí que conocía cada punto débil de su cuerpo.

—Ngh… Noiz…

Gimoteó sintiendo como su espalda golpeaba contra la alfombra aterciopelada del suelo de la limusina, ahora mismo no importaban las 5 estrellas de aquel hotel lujoso, necesitaba tocar su piel con la del rubio, con prontitud, con torpeza, con rapidez inmediata.

—Tienes una cara muy lujuriosa Aoba—le susurró en el oído al de cabellos zafiro quien se estremeció debajo de su cuerpo— ¿Ya te entretuviste lo suficiente, no es así Theo?

Y de repente… el ambiente se murió.

¿Qué acababa de decir Noiz?

— “Oh. Descubierto.”

Y tras dicho eso el auricular con micrófono le fue arrancado al Seragaki de su oreja.

—No crean que soy imbécil… te seguí el estúpido juego porque creí que sería inofensivo, pero veo que tú estabas detrás de este fiasco de cita, estúpido hermanito.

—Jajajá parece que fui atrapado—y entonces aquella dulce voz sonó a través del micrófono del auricular mientras la puerta del coche se abría y mostraba al casi clon de Noiz.

—Era demasiado obvio, Aoba no tiene ese grado de romanticismo asqueroso… ¿Qué mierda querías?

—Solo quería que mi hermano mayor tuviera una cita excelente.

—¿Entonces porque la arruinaste? —sonrió Noiz frustrado y enojado notando la mirada curiosa del menor sobre el cuerpo de su novio— ¿Qué miras?

—Vaya, no puedo mentir… simplemente quería molestar un poco a Aoba y meterlo en problemas… sus caras son realmente lindas~ así que era una pena que solo tu pudieras verlas, Wilhelm.

—Espera… Theo tú…—habló el de orbes amarillas sin comprender las palabras rudas del menor.

—¿Estás sorprendido por su personalidad? En realidad, es un chico bueno y lindo, pero… si lo comparas conmigo, él tiene una personalidad retorcida con las cosas que le gustan.

—¿Qué le gustan?

—Sí Aoba ¿de casualidad no tienes un hermano? Sino tendré que arrebatarte de Wilhelm… aunque no me importaría jugar con los dos, después de todo son mis dos personas favoritas—les guiñó el ojo y una vena de ira se apodero de la frente de su hermano mayor.

—¡¿Qué?! Eres un demonio—lloriqueó el Seragaki escuchando la risa de Theo mientras Noiz se levantaba del suelo y azotaba la puerta de la limusina frente a la cara del más menor.

—Tsk. Tacaño ¡Yo quería mirar!

—Theo es… ¿malo? Pero… él siempre ha sido amable y bueno… el mundo está jodido.

—No es malo, solo quiso divertirse un poco fastidiándonos. Eso de alguna extraña forma demuestra que le agradas demasiado, pero… solamente yo puedo escuchar como gimes para mí—gruñó y rompió el auricular con sus propias manos para después mirar severamente a Aoba.

—¿Qué?

—No vuelvas a mentirme… sabía desde un principio que esto no era tu idea…

—Lo siento, pero… es verdad que nunca tuvimos una cita y solo quería intentar tener una, pero sabía que si yo la organizaba iba a ser una cosa aburrida.

—¡No digas eso! No me interesa algo deslumbrante o llamativo, está bien mientras tú seas el que lo planeé, no me molestaría si solo nos echábamos en la cama a comer pizza y jugar un videojuego, no necesito ninguna otra cosa mientras estés tú.

—Vaya… creo que el romántico asqueroso eres tú.

Y apareció una cara apenada por parte de Wilhelm, una sonrisa amorosa de Aoba y un Theo gritoneando desde afuera del automóvil.

Tal vez aquella primera cita había sido la mejor que podía planear… a pesar de que había sido una de tres personas, siempre escogería al conejo con cara de amargado en lugar de aquel sonriente que fingía ser un ángel.

FIN.

 

Notas finales:

Gracias por leer :)

Espero su review.


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