Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El lobo tímido por Ale Moriarty

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Advertencias: Posible Ooc. Adaptación de un cuento infantil a como se me antoja. AU.


Anime/Manga: Daiya no Ace.


Pareja: FuruSawa


Palabras: 1,719 –OS-

Notas del capitulo:

Notas: Este fic fue realizado por el día de la pareja FuruSawa (118, 18 de enero). Se lo dedico a mi eterna inspiración, Millenium. Se desarrollará como una adaptación mía a Caperucita roja y los personajes tendrán como unos 12 años, is shota time.

El lobo tímido

[En lo profundo de los bosques existe una flor que cura cualquiera enfermedad y es custodiada por un “feroz y hambriento” hombre lobo… todos le temen y nadie es lo suficientemente valiente como para adentrarse en ese lugar… pero un día el abuelo de Eijun se enferma y el menor necesita un milagro… ¿será devorado por esa criatura malévola?]

En el reino de Seidou había un lugar al que nadie se atrevía a entrar debido a las leyendas que pasaban de boca en boca. El bosque frondoso de Seidou era el mayor temor de los aldeanos, solo los valientes o los suicidas se atrevían a adentrarse en esa peligrosa travesía, corrían rumores de que además de tener espíritus malévolos, el bosque era gobernado por un feroz y hambriento hombre lobo que odiaba a los humanos y se los comía.

Sawamura Eijun era uno de los niños que vivía en una de las casas que estaba construida  cerca de la entrada del bosque y en las noches… donde los habitantes se reunían para escuchar historias, el castaño terminaba tan asustado que tenía pesadillas cuando dormía.

— ¿Mamá, el hombre lobo es malo?—le preguntaba temeroso Eijun a su madre, esta asentía fervientemente y le volvía a repetir por milésima vez que se alejara de ese lugar, pues comprendía que su pequeño era travieso por naturaleza y tenía un rasgo muy peligroso… era curioso.

—El hombre lobo te comería sin dudarlo Eijun… así que no te acerques NUNCA al bosque ¿de acuerdo? —y esa era la única forma de retener la indagación de su hijo.

.

.

.

Un día, el abuelo del castaño enfermó. Todos en el pueblo intentaron ayudar dándoles a los Sawamura hierbas medicinales que habían comprado en la capital de Seidou, pero nada tenía efecto en el anciano.

Todos estaban preocupados, solo existía una planta tan milagrosa como para curar cualquier clase de enfermedad, pero el problema era… que solo crecía dentro del profundo bosque de Seidou, aquel al que todos temían.

Aquella hierba tan poderosa era una flor llamada “corazón de lobo”, la cual era tan blanca como la nieve.

Los adultos hablaban y el pequeño Sawamura escuchaba desde detrás de la puerta, había llorado por varias horas debido a lo impotente que se sentía al ver como su abuelo estaba sufriendo de dolor.

Entonces tomó una decisión, salvaría a su abuelo y enfrentaría a cualquier monstruo que se pusiera en su contra.

.

.

.

Eijun despertó más temprano que sus padres, cogió un impermeable color rojo (su favorito), se puso botas de lluvia amarillas y tomo una canasta para depositar allí las flores que conseguiría para su abuelo.

Antes de marcharse pasó por la habitación del anciano, haciendo una promesa en voz baja, volvería con la cura para su enfermedad.

“Espera por mí, abuelo.”

Bajó ese juramento salió por la puerta y se fue corriendo hasta la entrada del bosque que se veía aún más tétrico a las 3 de la mañana.

Se adentró en el camino descuidado, caminó lentamente mientras su pequeño cuerpo temblaba ante el pavor de que un animal (lobo) salvaje le brincara encima. Sujetaba su canasta con fuerza mientras tarareaba una canción infantil para hacer menos negativa esa experiencia.

Unos minutos después el pequeño Eijun se quedo rígido al escuchar una risa haciendo eco entre los árboles. Tragó saliva con dificultad y buscó con la mirada alguna arma para defenderse.

Entonces de entre las ramas saltó un pequeño Nekomata (una criatura con apariencia de gato sobrenatural), parecía de la misma edad de Sawamura pero tenía cabellera rubia al igual que sus orejas y cola.

— ¡Wah ¿qué cosa eres?! —gritó el humano cayéndose sobre su trasero.

— ¡Cómo te atreves humano! ¡No soy una cosa! ¡Soy un alguien al que debes respetar! Mi nombre es Kanemaru Shinji y soy uno de los tantos Nekomatas que viven en este bosque… ¿qué haces aquí? ¿Quieres que te coma? —el pequeño felino se acercó a Eijun con una sonrisa divertida.

Solo estaba haciéndole una jugarreta ya que, en ese bosque todas las criaturas mágicas se conocían y era raro ver a un forastero (humano) por los alrededores.

— ¡Aléjate de mí! ¡Gato feo!

— ¡¿Feo?! ¡Ahora si voy a comerte! —el pelaje de la criatura mágica se erizó y Sawamura chilló como animal asustado hasta que una piedra salió volando a una velocidad tan rápida que el aire se cortaba y le dio duro a la cabeza del Nekomata, este cayó al suelo, noqueándose al instante.

El pequeño del impermeable rojo volteó a los lados en repetidas ocasiones buscando con la mirada al causante de su salvación. Escuchó el crujido de las hojas y vio como un pequeño hombre lobo salía.

Era diferente de lo que decían los cuentos tenebrosos, no era aterrador… era similar a un humano, pero con orejas y cola esponjosas, era un enorme perro, parecía tener la misma edad que Eijun y su cara denotaba timidez.

— ¿E-E-estás bien, humano? —preguntó con preocupación la criatura manteniéndose a un larga distancia de Eijun.

— ¡Me llamo Sawamura Eijun! ¡No me digas humano!

— Yo soy Furuya Satoru… el hombre lobo de este bosque… ¿qué haces aquí? Ningún humano ha pisado este lugar en años… según lo que dicen las criaturas mágicas—murmuró lo último con falta de confianza puesto que no era muy amigo de los animales supernaturales, se consideraba un inepto social.

— ¡Ah! ¡Estoy en una búsqueda importante! ¡Ayúdame Furuya!

— ¿Búsqueda importante?

— ¡Mi abuelo está enfermo! ¡Necesito la flor que cuidas con tanto esmero! ¡El “corazón del lobo”! ¿Tienes alguna?

Las orejas de pelaje azul de Furuya se alzaron y escucharon atentamente las palabras del castaño, se quedó pensando por un instante y entonces asintió dos veces, le hizo una señal con la cabeza para que lo siguiera y Sawamura obedeció.

.

.

.

Los dos infantes llegaron a una parte escondida en el bosque, donde había una pequeña madriguera adornada de flores blancas, brillaban como pequeñas estrellas en el manto estelar y le daban luz a esa pequeña casa en medio de toda la oscuridad de la madrugada.

— ¡Wah, esto es hermoso!

—Yo… yo las llamo “flores polares”, pienso en los osos polares cuando las veo, el Kumakami de este bosque me ha hablado de ellos… dice que son tan blancos como estas flores—y el tímido lobo sonrió, mostrando una hermosa silueta frente a los ojos del humano.

— ¡F-Furuya! ¡Dame una de esas flores! ¡Mi abuelo se recuperará con una de esas! ¡En su lugar te daré lo que sea!

— ¿Lo que sea? —se sorprendió el can, agitando con emoción su cola aun cuando su rostro permanecía serio, parecía algo usual para esa criatura no ser tan expresivo con sus facciones.

— ¡Sí!

— ¡Entonces quiero un poco de amor! —el humano se sorprendió ante aquella petición y se quedó pasmado, preguntándose el por qué el pequeño lobo pedía aquello—El Kumakami me ha contado historias donde los humanos son muy cariñosos, se cuidan y abrazan, se quieren y procuran, eso se llama amor… quiero algo de eso

— Furuya ¿no tienes amigos?

— ¡Ah…!—las orejas azules bajaron con depresión y Sawamura sintió algo de pena por haber hecho esa pregunta tan directa—Nunca fui bueno hablando con otros… los demás animales creen que soy lúgubre y aburrido… siempre estoy solo, a menos que el Kumakami esté disponible para hablar conmigo…—confesó con tristeza.

— ¡Yo seré tu amigo! ¡No estarás solo nunca más!

— ¿Lo prometes?

— ¡Claro! ¡Hagamos una promesa! —Eijun se acercó y extendió su mano sacando su dedo meñique para entrelazarlo con el ajeno, cuando Satoru se sintió lo suficientemente confiado alzó igual su mano y repitió la misma acción, Sawamura unió sus dedos y le sonrió abiertamente, era un juramento.

El tímido lobo emitió un aura rosa llena de felicidad y el chico del impermeable rojo sintió toda la alegría que invadía a la criatura aun cuando sus rasgos eran un poco rígidos.

—Toma las flores que quieras… siempre que las necesites, te las daré—Furuya dijo animado mientras veía al humano recolectar pocas de esas flores milagrosas.

Eijun volvió con Satoru y lo miro cuidadosamente, su cara estaba pensativa, el lobo ladeó su cara, confundido de aquel análisis meticuloso.

— ¿Tengo algo en el rostro? —cuestionó el ser sobrenatural.

— Sobre tu deseo… creo que ya sé cómo darte algo de amor, mis padres dicen que esto demuestra cuanto se aman… pero cierra los ojos.

Furuya obedeció, sintiendo como su estómago se revolvía, no comprendía las acciones de Sawamura, pero confiaba ciegamente en él. Algo en su interior le decía que no dudara de esa persona.

De repente sintió un calor en sus labios y se asustó, abrió de inmediato sus ojos y se topó con la cara de Eijun quien juntaba sus bocas de forma torpe pero delicadamente. Fue por un corto período de tiempo pero el suficiente para que el rostro de los dos menores se coloreará carmesí.

— ¡¿Qué fue eso?!—preguntó jadeante el pequeño lobo, quién había alzado la voz ante la conmoción e incluso sus colmillos se mostraron.

—Un beso… mis papas se los dan por las mañanas como muestra de amor y cariño, o al menos eso dicen…

— ¿Un beso?

—Sí…

El silencio volvió a hacerse presente mientras el sol comenzaba a soltar sus primeros rayos iluminando el verde bosque, el cual… tenía una vista maravillosa si le prestabas atención.

—Sawamura…

— ¿Hm?

— ¿Puedo tener otro beso?

.

.

.

El abuelo de Eijun se curó rápidamente después de tomar un brebaje realizado con una de las flores “corazón de lobo” triturada. Sawamura les contó a todos los habitantes sobre el hombre lobo que era tímido y lindo a su manera.

Y nadie más volvió a tener miedo. Al final comprendieron que tal vez, la razón por la cual aquella flor milagrosa fue nombrada de esa forma era debido a que los lobos tenían corazones tan puros como el blanco que las teñía.

Todas las tardes Sawamura iba a visitar a su mejor amigo divirtiéndose hasta que la noche se hacía presente, sin darse cuenta, había hechizado a aquel hombre lobo, quien, se había hecho hambriento de aquellos pequeños actos de amor que Eijun le había regalado.

Por lo que Furuya devoraba todos los días ese amor de Sawamura el cual había esperado toda su vida.

Él era su cura a la soledad.

Fin.

Notas finales:

Gracias por leer :3

Espero que les gustara. Dejen su review


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).