14-En el instituto
¿Aniki?
Seto estaba algo confundido en el suelo junto al tipo que se suponía que era el aniki del weirdo mientras este se levantaba, el tipejo estaba desconcertado y con sus rápidos reflejos el castaño hizo lo necesario para alejar al amenazante sujeto, empujando a su hermano mayor contra él mientras las puertas del ascensor se cerraban.
Junto a una de las paredes de los lados del elevador se hallaba el rubio de rodillas, con la peluca algo caída de lado y respirando agitadamente. Era obvio que había pasado por un gran susto, igualmente era obvio que había evitado que le mataran ese día.
Los ojos azules se fijaron en la faz del otro con un sentimiento de frustración latente en ellos y es que todo le había salido mal y para colmo ahora le debía al otro su vida.
¡Tsk!—resonó en su boca y llamó la atención de los melados ojos que lo miraron directo desde abajo. Fue más molesto aún porque esos ojos color miel le provocaban una desconocida sensación que antes confundiera con deseo, aunque la verdad ya se imaginaba que era pero no se atrevía a pensar en ella, y además Seto tenía su orgullo herido y eso para él era algo imperdonable.
¿Acaso crees que estoy conforme con esto?—preguntó el arrodillado con el ceño fruncido de pronto para luego pararse--¡Para que sepas, esto no fue mi idea!—añadió.
Ahora era indudable que el otro era Wheeler. Era la misma forma de hablar pendenciera del colegio.
Ni bien me baje de aquí no me volveré a mezclar contigo—le dijo a Kaiba.
¡No creo que eso sea posible!—dijo el ojos azules sin expresión.
¿Qué no? ¡Ya verás!—afirmó Joseph dándole la espalda frente a la puerta del ascensor un momento antes de que ellas se abrieran y él caminara fuera.
Seto se quedó dentro con cara de aburrido.
Sabía que lo que el otro había dicho no era así y además que si salía tras él es posible que lo lamentara mas tarde.
Abrió el casillero de sus zapatos y allí halló una carta.
¡Por fin una chica se me declara!
Pensó Joseph muy orgulloso.
La nota decía:
“Sé lo que haces”
Dentro del sobre había un objeto.
Su reproductor portátil. Estaba arreglado, con algunos raspones pero todo ensamblado, trató de prenderlo y lo logró y entonces un escalofrío recorrió su columna.
Si en el colegio se enteraban de lo que hacía en el club, no solo su vida escolar estaba arruinada, sino que su padre…
Kaiba estaba a unos cuatro metros de Joey, podía ver su expresión frente al casillero abierto. No tenía intenciones de desperdigar la noticia. Solo era una pequeña venganza para desquitarse, porque le debía una y ahora se la estaba devolviendo.
¿Qué pasa? ¿Por fin alguien con mal gusto se te confesó?—preguntó alguien de pronto poniéndole un brazo sobre los hombros a Wheeler mientras que con su otra mano le quitaba la carta medio doblada de la mano izquierda pues en la derecha tenía el reproductor.
Las palabras “Sé lo que haces” llamaron la atención de Valon mientras se alejaba con el papel en la mano y lo leía, cuando Joseph conmocionado lo empezaba a seguir. Se paró y giró para preguntar a Joey--¿Qué es lo que haces, perro?—