2-Seto y Joey
Joseph estaba en su silla en medio del salón, solo que la clase aún no empezaba y no estaban muchos más en ella. Los chicos aun iban llegando mientras él leía pacíficamente su manga.
Etooo—escuchó y levantó la vista para ver a un chico de pelo raro que buscaba su atención--¿Podrías dejarme pasar?—preguntó su compañero y es que para leer más cómodo el rubio había puesto sus pies en la silla del otro lado del pasillo y la espalda en la pared.
El ojos mieles miró sus piernas como pensándolo y luego le sonrió al otro haciendo que creyera que lo dejaría pasar y luego sonriéndole recíprocamente, para luego decir—Yo creo que no, estoy muy cómodo así—y después volvió a la lectura.
El chico se alejó mientras él no le perdía pisada con el rabillo del ojo, luego volvió a sumirse en la lectura.
Rato después alguien empujó inesperadamente sus piernas de manera tan brutal que casi perdió el equilibrio y terminó en el suelo. Se irguió sobre sus pies buscando al culpable el cual había pasado calladamente por su lado como la brisa mientras él se reponía.
¡Oye tú! ¿Quién mierda crees que eres?—preguntó antes de ver la cara del otro. El alto castaño de ojos azules apenas se volteó para dirigirle una mirada de desdén—Se pide permiso para pasar—añadió mientras el chico de antes le miraba.
¿Permiso? ¿A un perro? Eso es absurdo—dijo como si nada el otro y siguió su camino.
¡Oye!—gritó Wheeler tratando de lanzarse. Un compañero lo contuvo.
¿Qué piensas hacer?—le increpó mientras lo sostenía abrazándolo desde un lado del pecho—Él es Seto Kaiba—
Joseph hizo un mohín y luego frustrado se sacó las manos del otro para luego dar media vuelta y sentarse en su asiento con mala cara. El otro se lo quedó mirando y él le dirigió una mirada fea antes de contestar-¿Y tú eres mi fan o qué?—El otro se fue molesto.
Kaiba apenas sabía de ese tipo. Sabía que siempre lo veía ensimismado o con los auriculares de su teléfono oyendo música. Debería ser un neeto pero eso a él no le interesaba. Abrió su laptop esperando por el torpe profesor y su mente se centró en su tarea.
Rato más tarde durante el descanso como siempre las chicas del grupo chismoseaban mirándolo sin animarse a acercarse. Él no les prestó atención en absoluto, estaba contestando mails y haciendo una compra online. Sonrió por un fugaz momento mirando la pantalla.
Mientras tanto Wheeler había salido del salón.
Esa noche en el night club.
Sujetaba su nueva cabellera a la cabeza mientras en derredor todo era un caos de bailarinas que iban y venían, mirándose a los espejos.
Entonces el jefe se acercó a la rubia con mirada melada—Parece que te has hecho más famosa—
El otro lo mira un segundo antes de contenerse y preguntar--¿Por qué lo dice, jefe?—
Te ha llegado esto—le dijo el jefe haciendo un ademán, en seguida un empleado se adelantó con un ramo de lirios blancos. Era enorme—Has capturado la atención de uno de nuestros clientes ricos, al parecer—
Lo dices como si debiera sentirme honrado, jefe—dijo la cantante--¿Y quien es?—
Me insultas, Wheeler san. Yo no leería una nota personal—contestó el otro con una sonrisa y el rubio abrió la nota para leerla quedando congelado con la nota--¡Que sorpresa Wheeler san! Seto Kaiba es uno de nuestros más prestigiosos clientes. Parece que le has dejado una impresión indeleble. Es inesperado pues es un estudiante de secundaria, aunque pensándolo bien… ¿Tú también lo eres, no es así, Wheeler san?—