25-Petición
Estaba parado frente al vestidor con el pulso acelerado. No sabía lo que le sucedería dentro en realidad porque varias teorías se le habían cruzado en esos días pero lo que le traía peor era el recuerdo de aquella conversación con el jefe y su amigo.
Miró a un lado y al otro con la corbata en sus manos y al no ver a nadie se la puso como siempre y penetró en el recinto.
Se quedó recargado en la puerta esperando a que el que fuera se le aproximara.
De pronto sintió sus fríos dedos desplazarse de sus labios a su cuello y bajar por él.
Su respiración colapsó, a la vez que sus latidos pero apretó los dientes intentando no demostrar su excitación, pero de pronto la otra mano rozó su parte más privada por encima de la tela.
Un pequeño grito se escapó de los labios del rubio y su cuerpo se arqueó hacia adelante, entonces la mano que había estado acariciando su mejilla y cuello, se escurrió hasta su espalda y lo obligó a separarse de la puerta para ahora apoyarse en el cuerpo delante, la mano bajó y apretó una de las nalgas fuertemente haciendo que otro gritito brotara de los labios del melado, su cabeza ladeada hacia atrás, su boca invitante frente a la cara de Seto que no pudo más y se ocupó ahora de sus labios, acaparándolos con urgencia.
Al sentir el beso el otro retrocedió de inmediato un poco pero solo por la sorpresa y luego el deseo se apoderó de la boca de Joey que respondió al beso mientras sus brazos rodearon el cuello del otro.
La mano de Kaiba dejó el miembro para introducirse dentro de la camisa pero por el lado de atrás y entonces el melado pudo sentir el duro miembro golpear contra el suyo mientras su boca era devorada sin compasión, el calor era agobiante y la sensación de deseo era asfixiante, la espalda del rubio golpeó de pronto los casilleros del vestidor y sintió que esta vez si sería y le asustó el hecho de que su cuerpo parecía totalmente dispuesto.
La entrepierna del otro se refregaba con cada movimiento contra la propia, de pronto Joseph sintió su pasión arder al límite al verse expuesto a semejante cosa mientras Seto luchaba por no perder la cabeza pero era difícil al tener libre acceso a esos labios que tanto deseaba y a esa piel que tenía tanta conexión con él.
De pronto Joey víctima del momento dijo palabras que Seto no esperaba.
-Hazme tuyo—
Palabras susurradas al oído con voz temblorosa por la pasión.
La sorpresa hizo que Kaiba se detuviera y mirara estático la cara vendada del otro. La tentación era mucha pero…
El otro no sabía que era él… podía haber sido cualquiera… le estaba pidiendo que lo hiciera suyo a quien fuera que estuviera ahí, tal vez era demasiado para su ego pero… no… no podía aceptarlo… sentía cierta especie de celos por esa actitud del otro. ¿Cómo podía ofrecerse a cualquiera que quisiera poseerlo sin saber quien era?
Lleno de una furia insana y cierto dolor provocado por los celos Kaiba lo empujó dejando que trastabillara y se alejó del lugar, yéndose por la puerta.
Joseph sorprendido se quitó la corbata de los ojos y después de unos momentos corrió tras el otro. Tenía que alcanzarlo y saber quien era.
De pronto necesitaba saberlo.
Cuando dobló una esquina encontró a Valon repatingado contra una pared, ambos se miraron sorprendidos.
¿Tú que haces aquí?—preguntó el ojos mieles.
¿Por qué? ¿No puedo estar aquí?—preguntó el ojos azules.
Un poco dudando el rubio le preguntó--¿Viste a alguien pasar por aquí?—
No, a nadie—respondió el otro, sospechando omitió decirle que vio pasar a Kaiba con cara bastante perturbada momentos antes.