52-Sintiendo
Joseph cenó con su familia y “amigos” en el restaurante del hotel pues alegó estar cansado por el jet-lag.
Es hora de irnos a dormir—dijo de pronto parándose de la mesa.
Serenity hizo un pequeño mohín—No es justo hermano. Tanto tiempo separados y ahora charlamos solo un poco—
A Heber y Johan les pareció una chica adorable.
Lo siento hermana pero no he venido a Japon solo por asuntos personales, mañana me toca tener un montón de entrevistas para establecer lazos con ciertas empresas—dijo el rubio en lenguaje formal y ella y May debieron aceptar que era la despedida.
¡Johan! ¿Por qué no las escoltas a casa?—preguntó el melado aunque el pelinegro sabía que en modo alguno era una pregunta.
Por supuesto—dijo este.
Pero…--trató de decir la pelirroja.
¡Pero nada!—dijo la algo más alegre de lo normal la señorita Valantine, después de dos Don Perignons—Tienes que aceptar cuando un chico te invita algo. ¿Sino cómo vas a terminar casada?—preguntó después para asombro y rubor de la muchacha.
Papá, tía May es muy alegre—dijo Joey a su lado después de que los tres se fueran.
Es cierto, crío malvado—le dijo el rubio para pasmo del otro y alegría de Heber, era para hacerle saber al niño que no se le había pasado lo de esa tarde—Lleva a Joey a su habitación—
¿Y tú que harás?—preguntó el castaño.
Iré a mi habitación a hablar con Reinhardt—dijo Joseph.
¡Otra vez él!—dijo Joey con un puchero.
Tanto como si te gusta o no, hablaré con él. Ahora ve y no le des problemas a Liben. ¿Vale?—dijo Wheeler con lenguaje poco cortés.
Vale—dijo el niño compungido y se fue con el mayor a pagar la cuenta mientras Joseph se dirigía a los ascensores.
Sacó la tarjeta llave de su bolsillo y miró sus lados antes de introducirla en el lector de la puerta, ni bien estaba abriéndola pudo sentir una presencia atrás suyo que se acercaba y sin tratar de parecer alarmado se volteó pues podía ser un empleado o huésped camino a otra habitación pero sus alarmas estaban alertas y cuando vio la sombra caer sobre él supo que sus instintos no le mentían. Quien fuera que sea se dirigía a él con obvias intenciones de atacarle.
Se volteó un momento demasiado tarde pues una mano le tapó la vista mientras era empujado en la habitación a oscuras. Trató de resistirse pero al parecer el otro dominaba algún arte marcial y con una toma lo inmovilizó contra una pared y una mesita donde el rubio empezó a buscar con su mano algún objeto contundente con el que defenderse, estaba palpando algo cuando…
Una boca apasionada atrapó sus labios de improviso y el sorprendido Joseph no atinó a reaccionar por un momento, cuando sus labios se separaron su mano iba camino a la cabeza del otro con un florero en ella. Entonces escuchó…
He esperado mucho tiempo para volver a sentirte—