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Dragon's Lie por Aikarysaur

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Notas del fanfic:

Tambien está disponible en Wattpad ^^

Notas del capitulo:

Espero que os guste :3

Hace miles de años solo había oscuridad, la maldad gobernada el mundo, todos estaban sometidos y en este mundo tan amargo sólo una raza se imponía a las demás:


Los Dragones.


Eran series mezquinos, despreciables y malvados que reinaban sobre los otros cinco clanes que eran el clan de las Brujas, el clan de Los Lobos, el clan de las Hadas, el clan de las Sirenas y por último el clan de los Elfos.


El peor de todos los Dragones era el Dragón Negro, un fiero y temido Dragón que podría destruir el mundo si quisiese, nadie se atrevía a hacerle frente debido a el temible poder que tenía, varias leyendas cuentan que incluso era inmortal y que lleva existiendo desde el principio de los tiempos.


Durante siglos la situación fue a peor, los clanes no veían una salvación, hasta que un día el Dragón Blanco, se enfrentó al Dragón Negro. Poco se sabía del Dragón Blanco, muchos dicen que su poder surgió de la esperanza de los clanes por salir de la tiranía a la que estaban sometidos por los Dragones.


Ambos Dragones se enfrentaron en una feroz batalla, sus fuerzas eran igualadas pero al final quien se alzó con la victoria fue el Dragón Blanco, pero debido a las graves heridas que sufrió en combate, como ultima voluntad, decidió que cada representante de todos los clanes se encargasen de gobernar para conseguir la paz, menos el clan de los dragones que quedaron aislados de por vida y su población fue descendiendo hasta que, miles de años después, su existencia parecía un simple cuento antiguo.


Ha pasado mucho tiempo y desde entonces sigue reinando la paz, actualmente en la región de Edén, que es la capital de este mundo tan maravilloso, gobiernan principalmente 3 de los clanes, el de las Brujas, las Hadas y las Sirenas. Por otra parte, los Lobos, se encargan de la seguridad de todos los clanes debido a que son los más fuertes. Y los Elfos, a pesar de ser la raza mayoritaria, tener bastante poder, y ser casi inmortales, son los encargados de fabricar alguna que otra pócima para las Brujas y de proteger la naturaleza junto con las Hadas.


Hablando un poco más sobre los Elfos, hoy es un día de celebración para ellos, la hija menor del Rey Elfo Hetus, Eurymi, se iba a casar con Hicres, un joven descendiente de una de las más altas noblezas, pero claro, nuestra querida Ery no es que estuviese precisamente muy contenta con casarse con aquel hombre:


-¿De verdad tengo que hacer esto?


Eurymi no solía quejarse, durante 18 años fue una hija ejemplar hasta que le impusieron casarse cuando cumplió la mayoría de edad, desde entonces su actitud había cambiado bastante, pero como siempre ella estaba obliga a ser una mujer refina, digna de una futura reina, como ahora mismo se limitaba a sentarse frente al espejo y a peinarse su larga melena rubia:


-Tiene que hacerlo, señorita Eurymi, Hicres parece un buen esposo, es rico, fuerte y estoy segura de que será un gran esposo.


-No estoy muy segura... -Dijo Eurymi interrumpiendo a su sirvienta-.


-Déjeme terminar señorita Eurymi -Contestó la sirvienta mientras se acercaba a la joven por la espalda y ambas se miraban al espejo, ella sonrió y por fin le dijo a Eurymi- Un gran esposo, para una grandiosa reina, usted puede lograr grandes cosas, nuestro reino está en sus manos no en las de él.


Ante esas palabras Eurymi solo pudo sonreír, lo que le había dicho era precisamente lo que quería escuchar en ese momento:


-Aunque si usted no está de acuerdo siempre podría decírselo a su padre.


-¿Mi padre? Mi padre lleva convencido de que debo casarme desde niña y no es que esté en desacuerdo con eso, algún día quiero casarme pero...


-¿Pero...?


-No con él.


-No sé preocupe, seguro que todo acabará saliendo bien.


-Me gustaría creerlo, de verdad que sí...


El tono de Eurymi en esta ultima frase había decaído mucho, se notaba en sus palabras que odiaba ese enlace matrimonial, su sirvienta al escuchar eso se compadeció un poco de la princesa:


-Bueno...¿Por qué no sale un rato fuera? Seguro que le vendrá bien pasear para aclarar sus ideas.


-Sería bueno, pero ya sabe que no me dejan salir sin compañía, mi padre no quiere que me pase algo antes de la boda, tiene miedo de que me coma una criatura o algo así.


La criada no pudo evitar reírse de ese último comentario:


-Disculpeme señorita, pero hace miles de años que estas tierras son seguras.


-Eso no lo dudo pero mi padre está obsesionado, no para de hablar últimamente sobre dragones.


Al escuchar esa última palabra la piel de la sirvienta se volvió de un color totalmente pálido:


-¿Dragones...?


-¡Sí! Suele nombrarlo constantemente pero no tengo ni idea de a qué se refiere, ¿acaso es algún tipo de animal feroz?


-...Señorita Eurymi, déjeme contarle algo- La sirvienta se sentó al borde de la cama, Eurymi se acercó también a la cama y se sentó a su lado para empezar a escucharla atentamente- Esta historia que le contaré no está en ningún libro de historia, ni en ninguna fabula infantil, es una historia que ha pasado de generación en generación en mi familia, pero por favor, no sé la cuente a nadie, sobre todo a su padre.


-No sé preocupe, le guardaré el secreto.


-De acuerdo. Para empezar tiene que saber que los Dragones son criaturas consideradas algo...despreciables, malvadas y horribles, criaturas escupe fuego que tenían un poder inimaginable, todo el mundo les temía, sin embargo no todo lo que cuentan es verdad, había una dragona en especial que...


La sirvienta no pudo terminar la frase porque de repente el padre de la princesa, Hetus, entró sin avisar en el cuarto:


-¡Padre! -Dijo sobresaltada- ¿A que se debe esta visita?


-¿Un padre no puede ver a su hija el día de su boda?


La joven se acercó a su padre con una sonrisa y este la abrazó con fuerza:


-Estás preciosa...Sin duda eres la mejor princesa que un padre podría desear


-Oh padre...


Siguieron abrazado un buen rato hasta el el rey se separó y dijo:


-La boda será a media noche, encarguese de ayudarla con su vestido de boda -le contó a la sirvienta mientras se acercaba a la puerta-.


-No sé preocupe mi señor, yo me encargaré de vuestra hija


Mientras la sirvienta hacía una reverencia Hetus, sin decir nada más, se fue dejándolas a solas por fin, la princesa volvió a acercarse a la sirvienta con ganas de saber como continuaba esa historia:


-¡Por favor siga contando!


Se notaba en su voz y en su mirada como tenía una curiosidad desbordante:


-Me temo que es peligroso hablar de este tema en el castillo, mejor acompañeme.


La princesa acompañó a la sirvienta hasta los aposentos de ella, estaba claro que su habitación no era tan grande como el de Eurymi, pero era habitable. La sirvienta sacó de un cajón un pequeño libro viejo, nada más cogerlo se lo entregó a Eurymi:


-Oh no, no puedo aceptarlo.


-No sé preocupe, ya me lo devolverá, este libro era de mi tatarabuela, ella, como yo, era sirvienta pero en el reino de las hadas y la mismísima princesa se lo entregó a ella para que lo guardase


-Pero no entiendo que tiene que ver este libro con los dragones


-Lealo y lo entenderá todo, ya verá


La princesa le dio las gracias y sin dudarlo más se llevó el libro. Ella quería leerlo en un lugar apartado y tranquila y sabía el lugar perfecto pero para eso tenía que salir del castillo, por suerte consiguió esconderse de los guardias, estaba claro que no era la primera vez que se escapaba de ese castillo que últimamente parecía más una cárcel.


Cuando consiguió salir del castillo, se dirigió a las afueras, donde solo había un río y un pequeño molino, ahí si que reinaba la paz y la tranquilidad, ella solía venir aquí a pensar o simplemente a relajarse. Como siempre se sentó cerca del molino para apoyar su espalda sobre él, para así conseguir un poco de sombra para leer y estar un poco más cómoda. Abrió el libro y nada más hacerlo empezó a leer entradas sueltas del diario.


 

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