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Culpa. por Ashtad

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Notas del fanfic:

Todos los personajes pertenecen enteramente a DC/ Warner Bros.

Notas del capitulo:

Ya sé ya sé, tengo que terminar varios Fics. Prometo que este sera el ultimo que subo hasta que no termine los que ya tengo pendientes.

(u_u)'

 

Detestaba tener que hacer de niñera, pero en esta última ocasión no pudo realizar alguno de sus famosos escapes. Eran pocas las personas capaces de someter al demonio Wayne y para poder cuidarlo se necesitaba de aquella capacidad bien desarrollada. Recorrió los pasillos perdido en sus propios pensamientos, memorias de cuando habia sido mas joven y corría por entre esas paredes como un niño con bastantes sueños y esperanzas, mismos que le impidieron moverse rápido de un final trágico; volvió a la realidad cuando la voz de Dick le llegó como una alarma de peligro. Al otro lado de la puerta se encontraban el primer y el actual Robin en lo que parecía una discusión acalorada por la cantidad de insultos que escucho, el único problema era que la mayoría de esos insultos iban dedicados especialmente para él. Gran noche se aproximaba.

 

A Damian no le gustaba quedarse en casa mientras todos los demas salian a patear algunos traseros y menos teniendo una niñera de por medio, de haber sido Dick lo habría tolerado, después de todo Grayson era por mucho su persona favorita, pero la situación ameritaba de la presencia del héroe en otra parte y ya que Bruce se encontraba de misión con la Liga de la Justicia el pequeño demonio Wayne no se podía quedarse solo en una mansión que solo era resguardada por un cansado mayordomo enfermo.

 

Sin esperar hacer el cuento largo Jason entró en la habitación y miró a los presentes, Dick se apresuró a saludarle mientras Damian desviaba la vista. No le desagradaba el segundo Robin pero se sentía incómodo a su lado; era una sensación extraña, como si lo conociera de antes.

 

La noche avanzó tranquila para sorpresa del mercenario quien movía intranquilo su pie contra el suelo de la habitación; durante todo ese tiempo se mantenía ocupado  desarmando, limpiando y armando sus armas. La actividad le resultaba sorprendentemente relajante y le ayudaba a distraer su mente mientras pensaba en lo aburrido de la velada, Dick y Bruce le deberían un enorme favor por estar cuidando al niño… aquello le cayó como un balde de agua helada. ¿Dónde diablos estaba el demonio? Por primera vez durante la noche fue consciente del silencio que irónicamente hacía ruido en sus oídos; entrecerró ligeramente los ojos esperando algún indicio de que no era la única alma con vida, al no escuchar nada más que su propio ritmo cardiaco salió de la estancia para recorrer una vez más el espacioso lugar.

Miro los cuadros que colgaban de las altas paredes mientras pensaba en el buen gusto de Alfred para la decoración; en su departamento no había mucho espacio para el arte, realmente poco tiempo se mantenía en un mismo lugar por lo cual no tenía sentido gastar tiempo en pequeñeces como esas. No recordaba exactamente cual de todas esas puerta lo conducía a la madriguera de Damian así que fue abriendo todas las puertas hasta que en una le llegó un sonido extraño, con los nudillos golpeó tres veces seguidas sintiéndose un tonto por ser la nana del momento.

Volvió a escuchar un sonido parecido seguido de un silencio, cansado de esperar giró el pomo para ingresar con autoridad.

 

-¿Qué rayos haces?

 

El joven Wayne estaba junto a un ropero, claramente había ocultado algo adentro. Jason miró el entorno notando algo extraño: su amado danés estaba amarrado a una de las cuatro patas de la cama y había un recipiente de leche sobre esta.

 

-Nada.

 

-¿Y “nada” en lenguaje de enano que significa?- se cruzó de brazos.

 

-Nada, significa nada tonto.

 

No supo cómo o de donde pero Damian atacó con una cuchilla de aproximadamente treinta centímetros cortando un poco el antebrazo del mayor que casi no tuvo tiempo de reaccionar. Jason dio tres pasos atrás solo para recibir una patada que bloqueo a duras penas y que en definitiva lo obligó a salir de la habitación. El menor azoto la puerta y colocó el seguro para que nadie pudiera entrar.

Cuando Jason salió de su impacto inicial se enfureció consigo mismo por tener la guardia tan baja y dejarse engañar asi de facil. Pudo haber intentando derribar la puerta, pero conocía los materiales de la mansión y sabía de lo resistente que llegaban ser, por su mente también atravesó la idea de ir por su arma y disparar hasta quebrar las bisagras pero eso podía asustar a Alfred y molestarlo era lo último que desea al saber que el mayordomo se recuperaba de una terrible gripe.  

 

-Diablos.

 

Suspiro mientras se removía los cabellos. Considerando las opciones permitió que el chico hiciera lo que le viniera en gana, después de todo no parecía nada peligroso y fuera lo que fuera lo mantenía tranquilo y en silencio.

 

Ya en su habitación se curaría la herida e intentaría descansar pero esta vez sin bajar demasiado la guardia después de todo, ese periodo en la mansión eran sus vacaciones después de una “explosiva” misión en medio oriente.

 

-:-

 

Tal vez no debió reaccionar como lo hizo, pero su pequeño y nuevo amigo no necesitaba más emociones por una noche.

Casi en cuanto Dick se fue de la mansión Robin se alistó para salir y patrullar por su cuenta. Se escurrio por un pasadizo secreto que había hecho meses atrás cavando junto a la base de un muro que lo arrojaba a un entramado de piedras. Por su estatura y complexión le era fácil moverse por entre las rocas y salir de “la prisión Wayne”.

Recorrió las calles de Gótica cuidándose de los pasos de su hermano. No llegó tan lejos cuando noto a una jauría de perros persiguiendo algo pequeño y peludo, frunciendo el ceño Robin se abalanzó sobre los animales y luego con una bomba de humo los ayuento.

 

Después de eso regresó a su hogar con una nueva misión en mente que había estado marchando a la perfección hasta que el peculiar invitado llegó a su puerta.  

No había querido lastimarlo, el mercenario no le molestaba tanto como Drake, solo se había visto sorprendido in fraganti y por reflejo atacó primero. Ahora sentía una carga por lo que había hecho y eso era algo que no dejaría pasar. Damian no era un cobarde, él era hijo de Talia Al’Ghul y Bruce Wayne lo que significaba que no permitiría que esa extraña carga lo fastidiara más de lo necesario.

 

Nuevamente se escabullo de su habitación para escurrirse dentro de otra, las luces apagadas le otorgarón más seguridad de moverse.

El cuerpo del mercenario se encontraba echado sobre la cama con solo sus pantalones y una camisa ligera blanca. Mantenía los ojos cerrados pero no le sorprendería saber que estaba despierto o que ya sabía de su presencia. Lo cierto era que por segunda vez en la misma noche aquel peculiar demonio lo había sorprendido pues Jason si se encontraba durmiendo cuando sintió el suave hundimiento del colchón.

 

-¿Qué rayos haces aquí?

 

-Nada.

 

Por un momento el mayor sintió la ironía de volver a preguntar el significado de “nada” para él, pero optó por no mencionar nada. Jason planeaba enderezarse para encender la luz o golpear a Damian lo que ocurriera primero. Ninguna de las dos cosas hizo cuando vio que el Robin se metía bajo las cobijas e iniciaba un ascenso.

 

Entonces, en medio que aquella obscuridad y sintiendo las suaves sábanas Damian lo comprendió. Era culpa lo que se movía por su sangre cada vez que lo veia, entendia la razon y eso solo lo hacía hundirse más en su propia miseria. Su abuelo y madre habían sido los responsables de todo, desde mandarlo a la tumba como también de traerlo de vuelta, el pozo de Lázaro era una bendición y una condena dependiendo del lado en el que se vieran las cosas.

Teniendo eso presente se le acercó lentamente, mostrándole que podía ser dócil si se lo proponia, Jason no le dejaba de ver casi como si esperara algún ataque que nunca llegó. Sintió el modesto peso de Damian sobre su pecho, una reacción por demás extraña pero que aprobó casi al instante.

 

Al principio Jason mantenía todos los músculos de su cuerpo tensos sin saber que esperar, su imaginación productiva no paraba de hacerse posibles escenarios donde Damian sacaba una cuchilla y acababa con él. Sin embargo el pasar de los minutos le fue tranquilizando al comprobar que el chico no traia ningun tipo de arma consigo y solo se quedaba tumbado sobre si. No fue consciente del momento en el que empezó a delinear los brazos del menor con la punta de sus dedos hasta convertirse en toda su mano que lo acariciaba con singular amabilidad, se sorprendió que unos brazos tan frágiles guardaran tanta fuerza y fueran capaces de cosas tan terribles para lo que había sido entrenado casi desde que nació; siguió el camino hasta llegar a los puños ¿cuántas veces habría ensuciado esas perfectas manos con sangre?, entrelazo sus dedos y respiro la esencia casi infantil del heredero Wayne; un aroma fresco de frutas y miel, Jason sonrió al recordar el shampoo que el mayordomo solía comprar para los residentes de aquella morada.

 

Permanecieron en esa posición por una hora o más hasta que el menor se retorcio queriendo cambiar de posición, en un principio Red Hood se alarmó pensando que tal vez el otro ya quería irse pero se tranquilizó al comprobar cómo Dami se acomodaba entre su regazo, fue ahí donde lo tomó de la barbilla para verlo de frente. Se quedo sin aire al ver esos ojos verdes que casi no expresaban nada, Damian tambien se sorprendio por la acción, no estaba preparado para una confrontación en donde no había golpes.

 

-¿Por qué?- estaban bastante cerca que podía sentir la respiración del menor chocar contra su mentón.

 

Pudo decirle la verdad, que sentía una misteriosa culpa por lo que su familia le habia hecho (su abuelo, madre e incluso su padre) sin embargo considero que era algo personal. Estaba seguro que el mercenario no estaba resentido con él ¿por qué habría de estarlo?, ni siquiera se conocían lo suficiente, así que sus verdaderos motivos se catalogaban como absurdos e irreales. Se limitó a responderle con un movimiento de sus hombros para indicarle que ni él conocía el motivo. Damian no quería hablar, en ese momento olvidó todos los insultos que su lengua era capaz de escupir con maestría, sus comentarios ácidos e hirientes no salieron aquella noche entre las cobijas de una amplia cama de caoba.  

 

Tal vez Damian Wayne se había identificado con Jason Todd. Ambos era un singular error, jamas habian conocido una vida normal o tranquila, desde que llegaron a este mundo se habían visto en la necesidad de pelear para sobrevivir.

Damian lo hacía entre las peligrosas montañas y Jason entre las calles de una ciudad muerta.

Pelear, luchar, combatir era lo que tenían que hacer para no ser devorados por sus miedos; miedos que habían enterrado para no mostrarse débiles, sin embargo ahí estaban, dos almas que se entendía por lo difícil del camino que transitaban.

 

-¿Qué escondiste en tu ropero?

 

-Un gato.

 

-¿Un gato?

 

- ¿Lo quieres conocer?

 

-No.

 

Bruce y Dick lo matarían estaba seguro pero no le importaba, por mucho tiempo había buscado el lugar al que pertenecía, aun no lo veía claro, pero tal vez, solo tal vez era ahí, entre ese demonio de ojos color jade y el brutal mundo que intentaba doblegarlo. Sería quien lo cuidara, como alguien debió de haber hecho con él pero que nunca paso. Jason protegeria a Damian a costa de todo, sin importar los infiernos que cargaban el seria lo suficientemente fuerte para soportar con ambos. Después de aquella revelación que más parecía una alucinación se rindió ante el sueño y descanso con tranquilidad al sentir la entrañable calidez de otro cuerpo.

 

Notas finales:

Solo puedo decir que amo el JayDami y no me habia dado cuenta hasta que escribí este one- shot.

Gracias por llegar hasta aquí. :3

 

BESOS!

 

 


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