Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Promesas por Arteemisse

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Historia creada sin fines de lucro, todos los derechos a sus correspondientes dueños.
No se permiten adaptaciones sin permiso.
Beta: Arlene_Ruiz

Notas del capitulo:

Hola a todos...

¿Les ha pasado que tienen una historia en mente y no pueden escribir otra más por culpa de esta?, bueno, a mi si...

Tarde mucho en desarrollar esta historia, pero ya esta terminada, asi que ya podre seguir con los otros proyectos que ya tenia en mente. (Como algunas historias y/o continuaciones que ya habia empezado)

Espero que les guste, o no, si gustan dejen sus comentarios; yo aun asi los seguire amando, mis bebés...

Los amo, muchos besos para todos...

--Yo, Sasuke Uchiha, te prometo a ti, Naruto Namikaze, que te amare por el resto de mi vida; en la salud y en la enfermedad, en la pobreza y en la riqueza, no importa lo que pase, yo te amare hasta el final de mis días—coloque ese anillo que sellaría nuestras promesas en su dedo anular, mirando su enorme sonrisa y sus ojos acuosos.

--Si hay alguna razón por la que este matrimonio no se realice, que hable ahora o que calle para la eternidad—el cura se veía algo intranquilo diciendo esas palabras, aunque ambos sabíamos que nada ni nadie nos podía separar—Por el poder concedido en mis manos, ahora los declaro marido y esposo; ahora sellen su promesa de una vida juntos con un beso de amor—

Tome a mi rubio esposo de la cintura y lo bese con una ternura infinita; todos nuestros invitados aplaudieron, incluyendo a mis padres y mis suegros.

Mis padres me felicitaban, mientras que mis suegros parecían querer asesinarme con la mirada.
Bueno, supongo que era porque les había arrebatado de sus garras a su único hijo doncel.

Vestido con un kimono blanco y detalles dorados, parado frente a mí con un enorme sonrojo en sus mejillas y un ligero temblor en todo el cuerpo; mi dulce esposo.

Naruto Namikaze, ahora de Uchiha.

Un doncel hermoso de 19 años de edad. Con cabello dorado con el sol y ojos hermosos como un par de azules zafiros; su piel acanelada te daba deseo de probarla y esas coquetas marcas que tenía en las mejillas le daban un aire sexy e inocente.

En verdad que me había sacado la lotería.

--Te amo Sasuke—

--Te amo Naruto—

Volví a besarlo ahí frente a todos, causando suspiros y aplausos de parte de los invitados.
Quería demostrar que era mío, y que no sería de nadie más.

Tuvimos una fiesta con todos nuestros amigos y familiares.
Bailamos, comimos un pastel e hicimos todas esas cosas locas que se hacen en las fiestas de boda.
Exceptuando lo de la liga, esa cosa era mía.

Dejamos a los otros continuando con la fiesta, mientras nosotros nos ocupábamos de algunas “cositas” dentro del cuarto de nuestra propia casa, donde pasaríamos el resto de nuestra vida cuidando de nuestros futuros hijos.

--Eres tan hermoso Naruto—si pensaba que era bello con la ropa puesta, deslumbraba cuando no la tenía encima.

--Ah, ah, Sasuke—el gemía en alto, tratando de contener esos sensuales sonidos que producía su boca.

Terminamos juntos, conectándonos con algo más que palabras.

Bese sus revueltos cabellos, mirándolo dormir después de nuestra noche de pasión.

--Te amo Naruto, y lo hare hasta el final de mi vida…--

Como iba a saber yo que eso no se cumpliría…

---***---***---***---***---***---***---***---***---***---***---

5 años más tarde…

--Eres un inútil, Naruto, te dije que quería la camisa azul no la celeste; ¿Qué es que nunca puedes hacer nada bien? –exclamaba un hombre de cabello negro, algo molesto y con el ceño fruncido.

--P-perdón Sasuke, confundí los colores—se notaba rápidamente que el rubio tenía ganas de llorar, pero también parecía querer contenerse.

--¿No sabes distinguir colores?, no sé porque no me sorprende—

--L-lo siento, Sasuke…--inevitablemente el doncel comenzó a llorar, aunque eso no importo a la persona que decía ser su esposo.

--Deja de llorar de una vez, inútil, sabes que odio cuando alguien llora—el moreno paso de largo al rubio, dejándolo solo en aquella grande habitación—No me esperes para la cena, ya sabes que no volveré temprano—y se fue, azotando la puerta principal.

--Adiós…--decía en un susurro un muy roto rubio, llorando a mares sobre las sabanas de su cama.

Algunas veces la vida cruel, y más cuando ya no eres capaz de darle la cara…

--¿S-señora Mikoto? –el rubio sostenía un teléfono en sus manos, ya no lloraba, pero seguía sintiéndose un poco mal.

--¿Qué quieres ahora, Naruto?, estoy demasiado ocupada cuidando de mis NIETOS—cada palabra de la mujer era como una daga encajándose en su corazón, no sabía que había hecho para que le trataran así.

--S-siento molestarla, pero tenía duda si vendría a llevarme al médico o no—el rubio asistía diariamente a un hospital especializado, donde le atendían física y mentalmente.

--¿Qué es que eres un inútil?, estoy cuidando a mis NIETOS, Naruto, no tengo tiempo de acompañar a un doncel inútil al hospital—

--L-lo siento, Mikoto-san, no quería molestarle…--se escuchaban los intentos del rubio para no sollozar, pero su pequeño corazón no le dejaba--¿Puedo ir a su casa a recoger las llaves del auto? –

--¿Quieres las llaves?, ¿Por qué demonios no te vas en autobús? —la familia de su ahora esposo lo consideraba un inútil, quitándole dinero, tarjetas e incluso las llaves de su propio auto; en verdad que eran demasiado crueles con él.

--E-está bien señora Mikoto, que tenga un buen día…--y colgó, ya sabía que no recibiría una respuesta.

Con el corazón en la mano, su bolso a un costado y una parte de sus ahorros que había conseguido trabajando por sí mismo, salió de la enorme casa para ir al médico; que lamentablemente quedaba demasiado lejos como para ir caminando.

Camino 15 minutos hasta la parada de autobuses, donde tomo el vehículo que lo llevaría hasta su destino.

--¡Buenos días a todos! —exclamo con una sonrisita entrando a la recepción del hospital, donde le recibieron con una sonrisa igual.

--Buen día, señorito Namikaze, ¿Cómo amaneció el día de hoy? —la recepcionista, de nombre Ino, le recibió con una enorme sonrisa y un beso en la mejilla.

--De maravilla, aunque me molesto un poco el hecho de tener que despertar de mi mundo de chocolate—hizo un puchero, causando que Ino le pellizcara las mejillas.

--Eres demasiado adorable…--parecían amigos de toda la vida, aunque apenas llevaban dos años de conocerse.

--Sí, sí; como digas—aun con su negativa, se sentía querido por todos, cosa que no había sentido desde que sus padres y hermanos se habían mudado a una isla lejos de la capital.

--Bien, dejemos esto para al rato, tienes una cita con Hinata en el 205 a las 11:30 y después veras a Gaara a las 13:10 en el 306—dijo mirando el computador encima de la mesa—Apenas son las 11, ¿Quieres almorzar conmigo después de que termines con Hinata? —

--Mmm… te diré luego de que termine la consulta, no sé si complete para el medicamento--

--No te preocupes por eso, yo invito—

--Y por eso rechazo doblemente tu oferta, yo comeré en el trabajo, no te preocupes por mí—desde hacía tiempo que su esposo había dejado de darle dinero para comer, por lo que forzosamente tuvo que buscar trabajo como ayudante de cocina de un restaurante familiar.

--Anda, aún te debo los pastelillos de ayer y las donas de antier…--dijo, relamiéndose los labios—Enserio que subiré de peso si me sigues trayendo cosas dulces…--

--Bueno, pero solo por esta vez—advirtió, sacando algo de su bolso—Y ahora que hablas de pastelillos, hice brownies de chocolate, ¿Quieres? —

--Sabes que no puedo decir que no a tus dulces, amo como cocinas…--tomo el recipiente que tenía Naruto en la mano, tomándolo como si se lo fueran a robar—Mi precioso…--le daba algo de alegría que a alguien en verdad apreciara su trabajo--Hablando de eso, la semana que viene Sai cumple años, ¿Crees que podrías…? –

--¡Por supuesto que sí!, solo dime cómo quieres que te ayude y cuando—tenía la ligera sospecha de que quería ayuda con la comida, ya que ella no sabía cocinar.

La última vez que había sido invitado a su casa, Ino casi quemo la cocina tratando de hacer un plato de cereal.

--Será el 28 de este mes a las 8 en mi casa; ayudame a hacer la cena y un pastel, yo compro los ingredientes, solo ayudame...—casi se ponía de rodillas tratando de convencer al rubio, cosa que daba algo de gracia y vergüenza.

--Está bien, está bien; estaré ahí contigo para hacer lo que necesites…--

--¡¡Sí!!, ¡¡Comida comestible otra vez!!—y si, en verdad que ella no cocinaba.

--Bueno, yo iré a mi cita—dijo el rubio, tratando de no reír--Vengo en una hora Ino, ve decidiendo donde vamos a comer…--

--¡Te espero! —dijo, mirando como su amigo se retiraba de ahí con una sonrisa, pensando en cuanta suerte había tenido por haberlo conocido.

*************************************************

--Y eso solo ocurrió hoy en la mañana…--no pude evitar sentirme mal por él, lloraba por cosas que no eran ciertas, por cosas que le hacían sentir mal.

--¿Y ya trataste de hablar con tu esposo? este tipo de problemas se resuelven entre dos, tú no tienes que luchar solo para salvar su matrimonio--no sé porque seguía preguntándole eso, si yo ya sabía todo sobre él.

--He tratado de todo para hablar con él, pero…--no pude evitar abrazarlo mientras comenzaba a llorar, aunque no podía hacer nada, trataba de pegar algo que se había trizas.

--Llora todo lo que quieras, no importa…--ver a la persona que amas llorar no es bueno, te sientes impotente y con ganas de matar a todos.

No se por cuánto tiempo lloro, solo sé que se había retirado para tomar un poco de agua.

--Siento si manche un poco tu camisa, Gaara, te juro que si me la das yo la lavare…--dijo mi rubio, con una sonrisa algo triste.

--No hay problema, Naruto, tengo más camisas en mi casa—Naruto Namikaze, el rubio que se había vuelto parte de mi corazón y de mis suspiros.

--Insisto, dame tu camisa, te la traeré mañana lavada y planchada—

--Así está bien Naru, tu eres mi última cita, cuando llegue a casa la lavo—o la pongo en un altar para siempre.

--¡Eso sí que no!, tú debes jugar con tu bebe y pasar el resto del día con él—dijo, haciendo un adorable puchero que hacía temblar mi corazón—Ahora dame la camisa o te arrepentirás—

--¿Me estas amenazando? —

--Si, ahora dame tu camisa…--

--¿Y si no quiero? —

--Le enseñare a Ino y Hinata la foto donde te estabas poniendo mi bálsamo rojo—

--No te atreverías…--

--Si me atrevo, es más, estoy a punto de enviársela a Ino-chan…--me mostro su celular, y era verdad eso de la maldita foto.

Sí que era bueno chantajeando a la gente.

--Me rindo, ahora volteate para cambiarme; me avergüenza que me veas semidesnudo—en serio que me daba vergüenza, aunque no sé si sería igual en una “situación” diferente.

--Cerrare mis inocentes ojitos, Gaara, no quiero ver desgracias…--

--Para que lo sepas querido, yo voy todas las mañanas a correr y al gimnasio—

--Si, si, como digas…--dijo riendo, pasándome la malleta donde guardaba mi ropa de repuesto.

--Te lo demostrare, te llevare a caballito hasta la recepción por las escaleras—

--A ver si puedes conmigo, cabeza de manzana…--

--Ya lo veremos, flor de primavera…--

--Eso no es un insulto Gaara…--

--Para mi si lo es…--

Pasamos los próximos diez minutos peleando y charlando sobre tonterías, hasta que dio la hora de salida.

--Guarda todas tus cosas en tu bolso, te demostrare mi fuerza…--

--Sí, claro…--ato su bolso como una mochila en su espalda y se subió al sofá del consultorio—Odio que seas tan alto y también odio ser tan bajo…--

--Mides 1.66, Naruto, es la estatura normal de un doncel de tu edad—me puse de espaldas frente a él, haciendo que pusiera sus piernas alrededor de mi cadera y sus brazos sobre mi cuello.

--Aun así, sigo siendo bajo—se acomodó un poco mejor, tomando una foto de los dos con su celular y sonriendo al ver la pantalla—Salimos muy guapos…--

--Obvio, soy yo…--y su hermosura, su preciosa presencia.

--Que modestia—

--Enviame una copia…--

--Si, si—dijo, guardando su teléfono en el bolsillo de su pantalón—Ahora, ¡Arre! –

--No soy un caballo, Naruto…--

--Dije, ¡Arre! —

--Ahh…--

Bajamos los cinco pisos hasta la recepción, llamando la atención de todos los pacientes y de Ino.

--Bien… ¿Y ahora que paso? —se nota que ya nos conocía.

--Naru no me creía que iba al gimnasio, y lo traje desde el consultorio hasta aquí de caballito y por las escaleras…--

--¡Vaya!, sí que eres fuerte…--

--Sí, sí; mañana les traeré un pastel para celebrar…--Naru hizo un puchero, mientras veía como Ino se lamia los labios.

--Estoy pensando que me quieres engordar para Navidad, mira que dándome comida todos los días…--

--Y yo también, ¿Sabes cuantos kilos he subido desde que vienes a consulta? –

--¡Demonios!, arruinaron mi cena navideña…--dijo suspirando--¿Ahora de donde me saco dos lechones gordos? –

--Me ofendes, yo pensaba que éramos amigos…--

--Mi corazón…--empezamos a reír como locos, llevábamos tanto tiempo siendo amigos que estas bromas ya eran recurrentes.

--Lo siento—dijo Naru, mientras sacaba su celular—Es mi jefe, dejame contestar…--puso sus manos sobre mi cabeza, tecleando una respuesta con un quejido.

--¿Qué sucede Naru? –

--Nada bueno, la cocina del restaurante fue infestada por unos insectos que venían en una caja de fruta y ahora no podrá abrir hasta la siguiente semana—

--¿Y qué vas a hacer ahora? —Ino se veía preocupada, eso significaba que Naru tenía que volver temprano a casa y eso no sería bueno.

--Tendré que ir a casa, aunque realmente no quiero ir…--

--¿Y porque no vas a casa de Gaara? –

--¿Qué? --¿¡QUE!?

--Ya sabes, necesitas a alguien que limpie tu casa y cuide a Hotaru mientras tú trabajas—maldita Ino, lo decía haciendo caras raras, ella ya sabía que me gustaba Naru y se estaba aprovechando de esto—Naru es excelente cocinando y limpiando, y le gustan los niños; puede ser una buena opción…--

--No se… Todo depende de lo que diga Naru…--di que no, no poder soportar tanto tiempo junto a tu hermosura.

--¡Buena idea, Ino! —demonios…--¿Qué dices Gaara? —

--Pues…--desearía decirle que no, pero su carita de ángel me dice que esto no se repetirá—Esta bien…--

--¡¡Si!!—ambos celebraron, Naru dando saltitos en mi espalda e Ino dándome miradas picaras.

--¿Ahora que están esperando?, ¿Una invitación?, ¡Fuera de mi recepción! —dijo Ino, empujándome al ascensor para ir al estacionamiento.

--¡Adiós Ino! —exclamo mi sol, diciendo adiós con la mano derecha y sosteniéndose de mi cuello con la otra.

--¡Adiós Naru! —Ino me miro a los ojos mientras le decía “adiós” con la mano a Naruto, y me miraba con más picardía que antes.

Esa mujer está loca.

--¿Cuál es tu auto, Gaara? –

--No te rías, pero es el único auto rojo del estacionamiento—y como había predicho, se estaba riendo—Te dije que no te rieras…--

--L-lo siento, es que, es que…--y se volvió a reír, golpeando un poco mi pecho con su puño.

--Ja, ja, que gracioso; ahora subamos al auto…--

--Bajame primero—

--No—

--¿Qué? —

--Para que aprendas la lección, yo mismo te subiré al auto, princesita—rápidamente lo cambie de mi espalda a mis brazos, mirando cómo se ponía rojo rápidamente.

--¡Suéltame!, bajame, bajame, bajame, ¡BAJAME! –

--No—

--Eres imposible—

--Obviamente, soy yo—

--Ahh…--

Abrí la puerta de mi auto oprimiendo el botón del llavero de la alarma, y puse a Naru en el asiento de copiloto, acomodando mis cosas a sus pies y ajustándole el cinturón.

--Puedo hacerlo solo…--

--Pues ya que…--me subí en el auto y encendí el motor, esperé unos momentos a que el auto estuviera listo y arranque sacándonos del estacionamiento de la clinica.

--¿Iremos a tu casa primero? —no sé porque, pero esa inocente pregunta me dio un escalofrió en la espalda.

--N-no, iré a recoger a Hotaru de la guardería; ya sabes…--

--Ahora que lo pienso, ¿Cuántos años tiene Hotaru-chan? --

--Tiene 11 meses, cumple un año el viernes—

--¡Qué lindo!, le hare un pastel para celebrarlo…--

--Eso estaría bien…--

El resto del camino fue en silencio, o eso fue hasta que encendí la radio; el cantaba las canciones con perfecta entonación e idioma.

--No sabía que hablabas inglés…--ni que conocía el rock…

--Mis padres son unos exagerados con lo del idioma, me hicieron aprender inglés, francés, coreano y alemán para que me sirviera en el futuro…--

--¿Tantos? —

--Si, tristemente no tuve mucha vida social…--dijo, dando un resoplido—Tal vez por eso me enamoré de Sasuke desde la primera vez que lo vi—lo último fue un susurro, pero aun así pude otra que estaba triste por eso.

--Mira, ya llegamos…--me estacione afuera de la guardería de mi hijo, la cual estaba decorada con dibujos de diferentes personajes de caricaturas.

--¡Qué lindo!, parece que es un buen lugar, espero que no lo extrañe mientras lo cuido toda la semana…--

--No creo que lo extrañe, casi no le gusta la guardería—que mentira, mi hijo amaba estar en la guardería, espero que se comporte con Naru.

--Bien, ve por él, yo preparare el asiento de bebes…--

Ambos bajamos del auto, Naruto abrió la puerta trasera y yo entre al lugar, donde estaba el moreno doncel que cargaba a mi hijo mirándome de manera pervertida.

--Hola Haku, ¿Podrías dejar de verme así y darme a mi hijo? —

--Vi que llegaste con un lindo rubio en tu auto, ¿es tu novio? —

--¿Qué?, ¡No! —aunque desearía.

--Si claro, ya pensaba yo que le habías conseguido un “papi” a Hotaru—me dio a mi hijo con todo y pañalera.

Como lo odiaba en estos momentos.

--Si, bueno; ignorando eso, no traeré a Hotaru hasta la semana que viene, así que te libraras de mi por cinco días…--

--Genial, my bien…--¿Qué no puedo conocer personas normales?

--Ahhh… ¡Adiós Haku!, te veremos el lunes; despídete pequeño, tal vez no lo volvamos a ver en mucho tiempo—o eso era lo que realmente esperaba.

--¡Te escuche! –estaba molesto, y era notorio, ya que había tomado una especie de elefante de plástico con intenciones de lanzármelo.

--¡Adiós! —salí corriendo de ahí junto a mi bebe y mi vida, topándome con un Naruto lleno de preocupación--¿Qué sucede? –¿será que su esposo le habrá llamado?

--Creo que rompí el portabebé…--dijo, enseñándome una de las correas que lo sostenían.

--No te preocupes, Naru, tu no rompiste nada—trate de que dejara de sollozar, pero se hacía inútil cada vez mas—Hotaru lo rompió la última vez que hizo berrinches…--que casualmente había sido hace como seis horas.

--¿Enserio? —me miro con sus enormes y húmedos ojos, sacándome más de un suspiro mental—Que alivio…--raramente había vuelto a su faceta de felicidad, cosa que tal vez revisé en su próxima sesión--¿Y quién es esta cosita tan bonita? —dijo, cargando a mi hijo sobre su cabeza; ni siquiera me di cuenta de cuando me lo había quitado.

--Su nombre es Hotaru, y…—

--Me habías dicho que tenías un hijo, pero nunca me dijiste que era tan adorable—sí, claro, adorable—Es una lástima que te parezcas mucho a tu papá, pero de seguro tu si serás guapo de grande—

--¡Oye!, yo fui catalogado como “El chico más sexy” en la preparatoria, así que no me digas nada—

--Dijiste “en la preparatoria”, eso fue hace siglos…--lo mataría, pero ensuciaría mi ropa.

--Bueno, ya; dejando de lado mi físico…--que por cierto ya estaba harto de ello--¿Crees que puedas llevar a Hotaru en tus piernas durante el camino?, ya arreglare el asiento luego—

--O podrías comprar otro—Naru me vio desaprobatoriamente durante unos segundos, para después hacer un puchero—No te preocupes bebé, Naru-chan te cuidara hoy y el resto de la semana, ¿Te parece bien? —dijo con una voz tierna, para después darle un besito en la mejilla.

Eso me dio pavor, Hotaru siempre reaccionaba mal con las muestras de afecto.

La última vez golpeo a mi madre por haberle dado un beso en la frente, y tuvieron que llevarla al hospital.

--Creo que mejor…--

--Eres un bebé muy adorable, Hotaru-chan, todo un pequeño caballero—ahí vi como mi hijo sonreía como si nada, respondiendo juguetonamente a sus demostraciones de cariño.

--¿Qué demonios…? —¿Quién demonios era él y que hicieron con mi hijo?

--Anda, Gaara, vamos a casa—eso se escuchó terriblemente adorable para mí—Parece que alguien aquí tiene hambre—y le hizo cosquillas en la barriga.

--S-sí, vámonos…--

--¡Yeii! —

Tomamos otros 5 minutos de camino, Naru iba jugando con Hotaru, mientras yo me llenaba de ternura y algo de miedo.

Por lo menos mi hijo si aceptaba a Naru.

Llegamos a mi pequeña propiedad: una casa algo grande, de dos pisos y ático, un enorme patio trasero y un hermoso jardín delantero.

--T-tu casa es…--¿Horrible?, ¿No se compara a tu mansión? —Linda… aunque necesita varios arreglos—lo sabía, no le gusto--¿Hace cuantos siglos que no limpias el jardín? —

--¿Qué? —bueno, sí, no estaba del todo “hermosa”, pero era hogareña.

--¡Esto parece una jungla! —dijo, haciendo un puchero—El pasto está demasiado largo y la pintura ya se está desgastando…--sitio mirando mi casa, como si fuera lo más horrible que había visto en su vida--¡Oh dios!, tienes una ventana rota en el segundo piso, sin contar que la chapa de la puerta se ve algo oxidada… ¿Estás seguro de que vives aquí? —

--Si, muy seguro, tan seguro de que el buzón está ahí…--dije, señalando con los ojos cerrados a un lado de la puerta del jardín.

--Gaara, el “buzón” ya no esta--

--¿Qué?, ¡Demonios! —mi expresión debió haber sido graciosa, porque Naru y mi hijo comenzaron a reírse de mi—Si, rían todo lo que quieran—

--Lo siento, lo siento; es solo que es raro…--¿Raro? —Tienes un auto último modelo y usas trajes caros, ¿Pero no puedes siquiera reparar tu casa? —negó con la cabeza y me dio un golpecito en la frente--¡Inaceptable! —

--Lo siento, ¿sí?; yo no soy muy hogareño ni esas cosas…--había vivido solo desde hace varios años, bueno, y con Hotaru, por lo que solo limpiaba mi casa cuando venían mis padres.

--No sé porque, pero siento que no me sorprenderá lo que vaya a ver adentro—diciendo esto, me arrebato las llaves de la puerta y entro como si nada—Me retracto, ¡Esto es horrible! —

--No es para tanto…--

--¿No es para tanto?, ¿¡No es para tanto!?—creo que se enojó—Hay ropa sucia por todos lados, tres cajas de pizza, dos tarros de leche tirados y un montón de platos sucios en el piso—sí, se enojó--¡¡Ni siquiera puedo ver el sofá!!, ¿¡¡A eso dices que NO ES PARA TANTO!!?—bueno, tal vez si era para tanto.

--Amm… ¿Te pagare el doble? —o lo que quieras…

--Que sea triple, Subaku—dijo, dejando a mi hijo en un corral que había encontrado por ahí (Y que ni siquiera sabía que tenía), arremangando su pantalón y mangas, y tomando una escoba (Que tampoco sabía que tenía)—Tu cuida de Hotaru mientras yo limpio tu cuchitril, lo haré lo más rápido que pueda, ambos tienen hambre—

--Okay…--espera, ¿Le dijo cuchitril a mi casa?

Naruto comenzó a limpiar a eso de las 4 de la tarde, y sorprendentemente ya tenía la planta baja limpia para las 7:30.

--¡Vaya!, en verdad que eres bueno limpiando…--dije, mientras veía como partía algunas verduras para la cena.

--¡Pues claro!, es un hábito que desarrolle después de haber causado demasiados desastres…--se veía cansado, pero radiante a la vez.

--Pues en verdad que me sorprendes, mi casa nunca había lucido tan presentable desde hace mucho tiempo—nunca, en realidad.

--Me alegra que te guste mi trabajo, ahora espero que te guste la cena—

--Creo que con eso no me vas a sorprender, viendo como cocinas, supongo que todo lo que hagas será delicioso—sonreí un poco, y él se sonrojo otro más—A propósito, ¿Cómo aprendiste a cocinar? –

--Bueno, cuando era pequeño me encantaba la química--¿Y eso que tiene que ver? —Y también me gustaba bromear—eso si lo sabía—Entonces, cuando estaba en la secundaria, vi que todas las chicas eran rechazadas por los chicos muy cruelmente cada 14 de febrero, por lo que empecé a formular un plan de venganza—su sonrisa se tornó algo maligna, esto no sería bueno—Le pedí a mi madre que me enseñara a cocinar, pero no funciono, ella tampoco sabía; entonces comencé con libros y algunas recetas de internet, hacia probar a mis hermanos mayores y siempre me decían si estaba rico o no—

--¿Tus hermanos mayores? —

--Tengo solo 2, eran mis conejillos de indias…--

 --Ahh…--

--Bueno, como sea—dijo, como si eso no fuera importante—El punto es que, justo antes del 14 de febrero de mi segundo año de secundaria, había logrado cocinar como los dioses; así que había cumplido la mitad de mi plan—eso no sonaba nada bien—Hice un poderoso laxante en mi juego de química infantil y lo combine con unos deliciosos brownies de chocolate; deje uno en cada zapatera de los que odiaba y sucedió la magia…--

--No sé si quiero enterarme, ¿Pero qué paso? —

--Había más de cuarenta varones enfermos frente a la enfermería y otros treinta ocupando los baños—dijo orgulloso—Fue hermoso…--

--A ver si entendí, ¿Aprendiste a cocinar solo porque odiabas a muchas personas y querías hacerles probar un poco de su propia medicina? —

--Sí, así es…--

--Juro que nunca tratare de hacerte nada, lo prometo…--en verdad, JAMÁS en la vida.

Reímos como tarados después de un rato, todo hasta que estuvo lista la cena.

--En verdad que me voy a malacostumbrar a esto, Naru, ¡Esta delicioso! —solo era pasta con verduras y salsa de tomate (Mi alacena no tiene nada, ¿sí?, no me juzguen), pero estaba realmente delicioso.

--Me alegra que te guste, espero pronto hacerle algunas papillas naturales a mi bebé—dijo, mientras trataba de darle de comer a Hotaru—Eres muy obstinado, corazón, deberías estar comiendo…--

--No te preocupes, Naru, a veces no come hasta que le dé la gana…--cosa que casi siempre ocurría a las horas más inadecuadas.

--Bien, pero luego no me culpes de que tienes hambre…--tomo a Hotaru de su sillita para comer y lo cargo consigo—Estaré en la sala acomodando tu ropa, tu termina tu cena y deja los platos en la mesa—

Fui a la sala corriendo cuando terminé de comer, mirando a Naru sentado en el suelo mientras doblaba una camisa y jugaba con mi hijo.

Una escena terriblemente tierna y familiar.

--En verdad que no me arrepiento de que Ino y tú me hayan convencido de ayudarme aquí, nunca había estado tan limpio—

--Eso es obvio, nunca había venido yo…--dijo sonriendo, mientras jugaba un poco con las manitas de Hotaru—Eres tan lindo…--beso un poquito su cabeza, mientras seguía el ritmo de mi bebe-- ¿Qué haces, Hotaru-chan? —mi hijo se había soltado de las manos de Naruto, y jalo un poco la camisa de Naruto hacia abajo.

--¿Hotaru?, no hagas eso bebé…--al parecer no me escucho, porque ahora se había colado por debajo de la camisa de Naruto—Deja de molestar a Naru, Hotaru—

--No lo regañes, solo está jugando…--dijo, aunque ciertamente estaba algo sonrojado--¿Qué haces ahí, Hotaru?, no hay nada interesante… ¡Ahhh! –su grito de susto llamo mis sentidos, además de que se había sonrojado hasta mas no poder.

--¿Qué pasa, Naruto? —

--G-Gaara…--dijo con voz chirriante y avergonzada—H-Hotaru esta…--se notaba que le daba vergüenza decirlo, y a mí no me venía a la cabeza que era lo que pasaba--¡Ah!, duele, duele… no muerdas…--

--¿Qué? —sigo sin entender--¿Qué sucede Naruto? —

--Por favor, no me veas raro…--dijo, con una mueca de vergüenza que no podía con ello—Pero Hotaru-chan esta “tomando” de mi leche…--

--¿Q-qué? —e-esto no podía ser cierto…--¿L-lactas? —

--H-Hinata -chan dijo que era por los medicamentos que tomaba, es algo como un e-efecto secundario…--

--Aaah…--

Hubo un largo e incómodo silencio, solo se escuchaba al glotón de mi hijo haciendo gorjeos mientras sacaba toda la leche del sistema de Naru.

--S-señorito, no debe ser maleducado, l-la comida se pide por favor y se t-termina con un “gracias” –Naruto estaba muy avergonzado, se notaba en su nerviosa forma de hablar.

Hotaru solo dio un eructo y por fin salió de la camisa de Naru.

--¡Papá! —exclamo mi mocoso, estirando los brazos para que lo cargara.

--Siento todo lo que paso, Naruto, no sé qué fue lo que paso con Hotaru—dije, sentando a mi hijo sobre mi pierna—Nunca me había pasado esto, digo, ni siquiera pensé que él sabía eso…--

--N-no hay problema, Gaara—dijo con una sonrisita nerviosa, tratando de pensar en una respuesta—S-supongo que Hotaru necesita de esa leche, digo, he leído en muchos libros de maternidad que los niños pequeños tienen un instinto con lo de la leche materna y la necesitan tomar para fortalecer su sistema inmunológico—ni siquiera iba a preguntar de donde lo había sacado, ya sabía la respuesta.

--Aun así, no debió hacer eso, me parece de muy mala educación y…--

--Shh… no hay problema Gaara, yo le seguiré dando mi leche si en verdad la necesita—se notaba su nerviosismo combinado con su determinación, al parecer le había encantado que alguien lo necesitara a él—Mira a mi caballerito, ya se durmió…--

--Sí, es verdad…--mi hijo callo rendido en mis brazos, así que lo recosté suavemente en mi regazo--¿Quieres que te lleve a tu casa?, mira que ya es tarde…--en verdad que ya había oscurecido, y apenas eran las 8:40…

--No hay problema, iré en autobús o en taxi, no quiero despertar a Hotaru…--se puso de pie, algo menos colorado, y limpio el poco polvo que tenían sus pantalones, para después verme con una sonrisa.

--Ni loco dejo que te vayas en autobús a esta hora, ve y sube al auto, dejaremos a Hotaru en el asiento nuevo que no sabía que tenía guardado y llegaras sano y salvo a tu casa, ¿Entiendes? —

Naruto y yo nos miramos como si tuviéramos cuchillas en los ojos por pocos minutos, hasta que resignado soltó un suspiro.

--Está bien…--hizo un puchero y se cruzó de brazos, sacando su lengua--¿Sabías que eres el tipo más desesperante de la vida? —

--¿Y tú sabias que eres el más terco? —

--Sí, es obvio—dijo, sacudiendo su cabello—Soy yo, Naruto Namikaze…--

--Ay pero que modestia…--

Nos reímos por un rato, despertando a Hotaru, cosa que arruino todos mis planes de dormir tranquilamente esta noche.

--No entiendo como decidiste tener un hijo cuando no puedes ni cuidar de ti mismo…--dijo Naru, ya estábamos en el auto, así que el tema solo salió al aire.

--Bueno, en realidad no lo pensé mucho—bueno, nada—Pero es una decisión de la que jamás me he arrepentido…--

--¿Tu familia no dijo nada? —

--Nadita, y en verdad, ni siquiera sabían que quería tener un hijo hasta que Hotaru estaba en mis brazos—

--Siempre pensé que eso de querer hijos era solo de donceles y mujeres desesperados…--

--Para que veas que no, yo siempre quise tener una familia propia…--di un suspiro, ya estaba comenzando a sentir nostalgia—Era como un sueño de la niñez, miraba como todos los niños convivían con sus dos padres mientras yo solo tenía a mamá—sonreí, recordando como jugaba a la casita con mis hermanos mayores…--Sé que en si no conseguí mi sueño, pero por lo menos puedo darle a mi pequeño esa figura paterna que yo siempre quise…--

--Me alegra que tu sueño se haya cumplido…--Naru me sonrió, y dio un suspiro cansado—Si tan solo el mío también se cumpliera…--lo vi sostenerse el vientre, ya sabía cuál era su preciado sueño de vida.

--No te preocupes, Naru, algún día tendrás lo que más anhelas…--

--Si…--

No dijimos nada el resto del camino, cada quien iba pensando en las palabras del otro, cada quien buscaba dentro de su ser una respuesta para encontrar lo que más anhelaba de la vida.

--Gracias por traerme, Gaara—dijo, bajando del auto y tomando su bolso.

--No hay de que, Naru…--correspondí la sonrisa y me fijé hacia el porche de su enorme casa--¿Tu esposo aun no llega? —espero que no…

--No, él…--vi una mueca triste en su rostro, ya sabía de qué íbamos a hablar el jueves—Él llegara más tarde…--

--Bien—me sentía triste, pero no podía hacer nada más que apoyarlo en esta situación.

--Hasta mañana Gaara—dijo, diciendo adiós con la mano y lanzando un beso.

--Hasta mañana, Naru…--arranqué el auto cuando vi que abría el portón para entrar y salí de ese lugar lleno de ricachones.

Nunca sabré si ese beso era para mí o para mi hijo.

*************************************************

--Ya llegué…--como siempre pasaba, nadie contesto.

El chico dejo sus cosas en su lugar correspondiente, camino tranquilamente hasta su habitación y conecto su celular.

Ignoro el hecho de que su esposo aun no llegaba del trabajo, sin importar que fuera casi media noche, y comenzó a prepararse para dormir.

Tomo un largo baño, se puso un pijama y se recostó en la enorme cama que compartía con su esposo.

--Buenas noches, hasta mañana…--volvió a ignorar el hecho de que nadie le respondería y se acomodó suavemente para tomar un merecido descanso—Hoy fue un hermoso día…--

Durmió de corrido hasta las ocho de la mañana del día siguiente, dándose cuenta de que el otro lado de la cama seguía intacto.

Ya no sabía si debía preocuparse por eso o alegrarse.

Cargo cosas que pensaba le servirían para jugar con Hotaru y se vistió apropiadamente para hacer su trabajo.

Hizo un pequeño desayuno para él y después limpio su casa hasta sacarle brillo de nuevo.

Escribió una nota para su suegra, diciéndoles que había habido un cambio en sus planes y que trabajaría hasta tarde en otro lugar; sabía que no se preocuparían por él, pero no quería ser una carga si algo ocurriese.

Camino felizmente hasta la estación de autobuses y se dirigió a casa de Gaara para comenzar un nuevo día.

---***---***---***---***---***---***---***---***---***---***---

--Quiero que los costos de producción del nuevo producto estén en mi escritorio antes de su hora de salida, y que me muestren los inventarios de la bodega G-6, ¿Entendieron? —el hombre de cabellera y ojos negros se veía algo molesto, aunque nadie podía reclamarle eso--¿ENTENDIERON? —

--S-si jefe…--sus empleados se veían demasiado pálidos, cansados y temerosos; parecía que no habían dormido en días.

--Ahora lárguense de aquí…--dijo el moreno, para recargar su cabeza en el escritorio, haciendo un ademan con la mano.

--Hasta mañana…--todos salieron, quedando únicamente él y su mano derecha, Suigetsu.

--¡Vaya!, pensé que te habías ido temprano ayer; ¿Por qué demonios tienes la misma ropa? –pregunto el peliblanco, sentándose encima del escritorio.

--Un plato de pasta, dos botellas de vino y una sexy rubia copa doble C, comprendeme ¿Quieres? —el moreno levanto su cabeza y volvió a recostarse sobre su escritorio, dejando de lado el horrible dolor de cabeza que tenía.

--¿No se supone que estas casado?, digo, yo fui a tu boda…--

--A Naruto no le importa, ni siquiera se ha dado cuenta—

--¿No se ha dado cuenta, o es una persona que confía plenamente en su “esposo”? —el tono irónico del chico hizo enfadar a Sasuke, causando que se levantara de su silla.

--¿Te importa realmente lo que estoy haciendo? —su amigo no dijo nada, solo lo siguió mirando a los ojos--¿A caso alguna vez te ha importado mi matrimonio? —

--No, pero de seguro que a alguien le ha de importar…--

--Mi familia sabe que engaño a Naruto, ¿Y les importa?, ¡No! —dijo, elevando sus manos como si fuera un gran logro—A ellos solo les importa el nieto que tienen de mi parte y dejan de lado a ese estúpido doncel que ni siquiera puede hacer bien su único trabajo—

--No puedo creer que tu familia este bien con eso de que engañes a Naru con otra, y menos que acepten que tienes un hijo mientras tu esposo esta paciente esperándote en casa…--el peliblanco se veía molesto.

--Naruto siempre fue muy inocente, y eso me permitió manipularlo más fácil…--el azabache solo sonrió con maldad, causando confusión en el otro.

--No entiendo cómo te ha aguantado tantos años, enserio, eres la persona más cruel y despiadada que he conocido… simplemente no entiendo…--

--Pues deja de intentar, solo dejalo—dijo, tomando todas sus cosas y se dirigió a la salida de su oficina.

--¿Iras a ver a tu esposo o a una de tus amantes? —

--Iré a ver a Sakura, la tarjeta de débito que le di esta sobregirada, y necesito arreglarlo con el banco—

--¿Otra vez esta sobregirada?, ¿Cómo es que sobregira una tarjeta de DÉBITO?, ¡Maldición!, ¿Qué no entiendes que esa mujer te está estafando? —

--Está cuidando de mi futuro heredero, Suigetsu, no me importa cuánto dinero gaste con tal que lo cuide…--

--¿Recuerdas tu estado de cuenta anterior?, gasto dinero en un collar de diamantes de $50,000 y un vestido de diseñador hecho a su medida; ¿tú crees que eso sirva para cuidar a tu bebé? —

--Depende para que lo utilizara…--

--Ahh… eres imposible…--dijo el otro, sobando su sien impaciente—Realmente no creo que ese niño sea tu hijo, digo, es demasiada coincidencia que se acostaran en marzo y en junio te dijera que tiene siete meses de embarazo… ¿Siquiera contaste los meses? —

--Ya callate, Daisuke es idéntico a mí, ¿Cómo puedes decir que no es mi hijo? —

--Yo solo digo por el hecho de que Sakura gasta más rápido tus fondos que tu propio esposo—golpeo suavemente la frente de su amigo, para hacerle entender—La última vez que vi el estado de cuenta de tu esposo decía que solo había gastado $5,000 de tu tarjeta, y fue para reparar una fuga que estaba dañando la alfombra de tu oficina en casa, ¿Recuerdas? —

--¿Puedes en verdad cerrar tu puta boca? —ya se sentía desesperado por las cosas que le decía el peliblanco, sumándole el horrible dolor de cabeza que tenía.

--Sí, sí, me callo; yo solo quería ayudarte a entrar en razón, pero al parecer fue una pérdida de tiempo…--dijo algo molesto por la terquedad de su amigo—Aunque no me hagas decir “Te lo dije” cuando llegue el momento…--

--Nunca llegara, no te preocupes…--

Ambos dejaron la oficina principal, dirigiéndose cada uno a su propio destino, ignorando lo que ocurría fuera de esas cuatro paredes.

---***---***---***---***---***---***---***---***---***---***---

Varios meses después…

--Y me invito a cenar en un restaurante para celebrar mi cumpleaños—decía Naruto algo nervioso, se notaba por su temblor—Pero ya van 2 años que hace lo mismo, y siempre me deja plantado…--

--¿Quieres ir o no? –yo no creía que era una buena idea asistir, psicológicamente Naruto estaba demasiado frágil como para sufrir algo más, y supongo que esto solo lo empeorara.

--Quiero asistir, pero ya no se…--

--¿Qué es lo que no sabes? —

--Ya no sé si siento lo mismo…--¿Qué?

--¿Qué quieres decir con eso? —

--Digo que talvez ya no lo amo—dijo firme, y sin ningún rastro de remordimiento en los ojos.

--¿Cómo puedes estar seguro de eso? —realmente me gusto demasiado lo que escuche, pero soy un profesional, no debo demostrar mis sentimientos ante ello.

--N-no lo sé, solo es así…--

--¿Crees que puedes explicarme un poco lo que sientes para decir eso? —

--Bueno, he pensado mucho sobre eso esta última semana, y creo que lo que sentía por él no era amor, sino solo un enamoramiento—agacho su cabeza un poco, ocultando sus ojos con su largo cabello—Me case realmente pensando que era amor, pero solamente era un joven ingenuo sobreprotegido que pensó que era amor, cuando solo parecía… como esos romances de la televisión…--

--¿Y qué es lo que has hecho a base de esto? —

--Deje de tomar hormonas hace tres meses y estoy juntando todo el dinero que he ahorrado para comprar una casa o un departamento, salirme de esa horrible mansión y por fin hacer mi vida como siempre soñé…--dijo con una sonrisa, dejando de lado todo lo que pasaba.

--Bueno, tal vez es un buen comienzo para ti, aunque yo te recomendaría revisar si en verdad no le amas y ver cuál es el resultado de la cena del sábado…--

--No quiero ir, Gaara, no quiero darme falsas esperanzas de nuevo…--demonios, lo hice entristecer de nuevo—En nuestro aniversario hace dos meses me invito al mismo restaurante, me dejo ahí plantado, y cuando volví a casa solo me pidió perdón y me convenció de tener sexo con él solo con unas palabras bonitas…--sus gemidos de tristeza se hicieron más profundos y sonoros, estaba soltando todo lo que le dolía—Ya no quiero ser el mismo idiota de siempre, quiero olvidar mi pasado y pensar más en mi futuro, y no voy a lograr nada si sigo atado a él…--

Lo abrace mientras se soltaba a llorar de una manera más profunda, trataba de callar sus hipidos, pero prefería verlo llorar que verlo sufrir en silencio.

--Estas haciendo un buen trabajo, Naru, sigue así…--era lo único que podía decirle, lo único que le llegaría hasta el fondo de su corazón.

--Gracias…--

Tranquilizo su llanto pocos minutos después, dejándonos a ambos en un silencio algo extraño.

--Bien… ¿Y qué fue lo que te dijo Hinata? —los últimos días Naru había tenido mucho dolor de cabeza y algo de nauseas, realmente no sabíamos que era, pero Hinata pensaba que era alguna consecuencia de haber dejado el tratamiento de fertilidad.

--Aún está haciendo los exámenes de sangre, ya me dirá que es lo que me pasa, aunque realmente me da miedo que sea lo que pienso que es…--

--¿No te sentirías feliz si tuvieras un hijo? —

--¡Por supuesto que sí! —dijo con algo de dramatismo, como si hubiera dicho algo malo—Es solo que en estos momentos no creo que sea lo correcto, Sasuke querrá quitarme a mi hijo cuando me quiera separar de él…--

--¿Entonces qué vas a hacer si los resultados son positivos? —realmente no quería hacer esta pregunta, pero en verdad que necesitaba hacerla.

--Y-yo…--lo sabía…--N-no se…--vi su rostro, y parecía tener un debate consigo mismo sobre lo que le era correcto o no.

--Mira, te daré una pequeña solución a tu problema—el solo asintió, dándome la imagen de un cachorro en busca de respuestas—Tu, Hotaru y yo saldremos a cenar para celebrar tu cumpleaños, iremos al mismo restaurante y hora a la que te cito, y celebraremos como tú te lo mereces… ¿Qué dices? —

--M-me encantaría salir contigo y con Hotaru, pero no sé si Sasuke se enoje si te llevo… Bueno, si es que aparece…--dijo lo último en un susurro, enserio que ya le habían hecho mucho daño.

--Podemos llevar a Ino y Hinata, así le decimos que tus amigos querían celebrar tambien tu cumpleaños contigo y no podrá decirte nada, ¿Qué piensas ahora? —

--Pienso que… ¡¡Es la mejor idea que has tenido desde que te convencí cambiar esa horrible alfombra de tu casa!!—dijo, sofocándome entre sus dulces y delicados brazos.

--¡Oye!, esa alfombra era una antigüedad de mi familia—

--Tú lo dijiste, cariño, AN-TI-GÜE-DAD—

--Odio cuando tienes razón…--

El resto de la semana paso volando como plato de ramen en las manos de Naruto.

Ya estábamos Hotaru, Naruto y yo afuera del costoso, muy costoso, demasiado costoso restaurante donde se había citado con su esposo para celebrar su cumpleaños.

--Estoy nervioso, muy nervioso, ¿Me veo bien? —

Un hermoso kimono gris oxford con detalles en plata que resaltaba su hermosa figura, un obi azul medianoche rodeando su fina cintura, unos mocasines finos en color plata, su cabello revuelto con un broche plateado, su rostro sonrojado sin una gota de maquillaje y su bella sonrisa complementando todo el conjunto.

¿Cómo pregunta se ve bien?

--Te ves hermoso, Naruto—para que mentir, demasiado hermoso.

--G-gracias, Gaara…--no sé si es posible, pero sus mejillas se volvieron más rojas que ni mi cabello podía hacerle competencia.

--No hay de que—sacudí su cabello suavemente, causándole un adorable puchero—Ahora debemos esperar a los demás…--

No paso mucho tiempo a que el auto de Ino casi nos arrollara frente al restaurante, literalmente.

--Creo que deberían quitarte la licencia, Ino, eres un peligro detrás del volante—dije, mirando como su hijo salía del auto y besaba la tierra con mucha emoción.

--¿Yo?, ¿Cómo dices eso?, Yo soy una experta conductora, ¿Cierto Sai? –la rubia loca miro a su esposo en busca de comprensión, pero verlo besar el suelo con “pasión” solo le bajo los ánimos.

--No importa eso, creo…--dijo Naru, con las mejillas sonrojadas—Muchas gracias por venir…--

--¡¡Feliz cumpleaños, mi Naruto!!—e Ino, ignorando el ambiente, se abalanzo sobre Naru y lo comenzó a sofocar sobre sus pequeños brazos--¡¡Espero que cumplas muchos, muchos, MUCHOS años más!!—

--G-gracias…--no sé, pero Naruto se veía más morado cada vez…--A-yu-da…--

--Y es hora de dejar al pobre Naruto, no queremos que pase algo distinto a una cena de cumpleaños—exclamo el pelinegro esposo de Ino, quitando a la rubia del sofocante abrazo—Feliz cumpleaños, Naruto, te trajimos un obsequio…--

--Tome—dijo un niño demasiado parecido a su madre, entregándole una cajita color verde a mi Naru—Feliz cumpleaños—un sonrojo paso por las mejillas del pequeño, algo me decía que no estaba bien.

--Muchas gracias, Inojin-kun—y le dio un besito en la mejilla, causándole un sonrojo más fuerte que antes, aunque su rostro serio no cambio para nada.

--¡Mamá! —todos miramos a Hotaru, quien estaba recostado en su carriola, estirando los brazos en dirección de mi dulce rubio--¡Mamá! —

--Ya, ya mi bebé—Naruto dejo el obsequio en mis manos, levanto con cuidado a Hotaru, y repartió muchos besitos en su blanca frente—Tranquilizate, ¿ves?, Inojin-kun es un buen chico, no hay porque tenerle celos…--

--Un bebé de un año no puede tener esas emociones, ¿O sí? –gran error, Ino, gran error.

Los cuatro miramos como Naruto arrullaba un poco a Hotaru, mientras él nos miraba con el ceño fruncido encima de su hombro.

--¿Eso contesta tu pregunta? —

--S-si…--

Esperamos 10 minutos más a la llegada de las personas restantes, pero Hinata era la única que había llegado.

--“Enserio que ese tipo es un mal esposo”—pensé, mirando como la sonrisa de Naru disminuía al ver el salto de la hora prometida.

--Bueno chicos, ¿Quién quiere cenar? —no sé de dónde había sacado fuerzas, pero nos sonrió de una manera honesta y limpia, sin rastro de tristeza o melancolía—Yo me estoy muriendo de hambre, y parece que un pequeñín también—rio un poco diciendo esto, mientras miraba como Hotaru intentaba comerse su cabello.

--¡¡Sí!!, ¡¡Yo tengo hambre!!—Ino rio a carcajadas, arrastrando a Naru y Hinata a la recepción del restaurante--¡Rápido hombres!, Ustedes son los que deben llevar a las señoritas a la entrada, no al revés…--no tuvimos ni tiempo de contestarle, ya que ni siquiera había esperado por nosotros en la puerta.

--¿Cómo pudiste casarte con ella? —digo, ¡¡Esta loca!!

--Supongo que a veces no nos damos cuenta de la locura por caer enamorados—dijo con su rostro serio, pero con una ligera sonrisita sincera.

--Si, supongo que si…--

Adentro nos sentaron en una mesa estratégicamente acomodada entre el stand de bebidas, comida y el escenario; todo estaba decorado de manera limpia y pulcra, el color blanco dominaba en el lugar, y había muchas personas con ropa y joyas caras hablando sobre viajes en el mundo y cosas de la bolsa.

Eso de ser rico es beneficioso y duro a la vez.

--Buenas noches madame y monsieur, soy Takano Akira, su mesero de esta noche—dijo un joven de no más 18 años, cabellos negros y ojos verdes, con su muy limpio traje de mesero--¿Gustan un poco de agua antes de su pedido? –

--Si, muchas gracias…--agradeció Naru, dándole una sonrisa al joven.

--Dejare la carta a su disposición, pidan lo que deseen, la cuenta de esta noche corre por la casa…--¿Qué?

--Muy amable de tu parte, dile al dueño que muchas gracias…--

--El placer es mío…--el tipo de traje hizo una reverencia y se fue a no sé dónde, mientras Naruto miraba el menú como si nada.

--¿Cómo hiciste eso? —maldita Ino, se me adelanto en esto.

--¿Hacer qué? —

--Amm… ¿Lograr que la comida fuera gratis? —

--¡Oh!, ¿Eso? —sí, eso—Este establecimiento pertenece a una cadena de restaurantes de comida internacional de Sasuke, siempre nos dan comida gratis aquí…--lo dijo con una mezcla de nostalgia y felicidad que dañaba demasiado mi corazón, no debimos hacer esa pregunta.

--Ya comprendo…--

--Bueno, por lo menos no gastare mi salario en un plato de espagueti—dije, tratando de aligerar el ambiente--¿¡Cuánto quieren por un vaso de agua!?, ¡Esto es un robo! –Naruto comenzó a reírse un poco por las muecas de disgusto y pobreza que hacía, aunque la última no era mentira—Ríanse de mi pobreza, no hay problema, pero que conste que el mes que viene no les invitare el almuerzo…--

--P-perdón, es que…--ni siquiera termino de decir nada, y volvió a reír con descontrol al igual que toda la mesa.

--Sí, sí; sigan burlándose—pensé que por lo menos Hinata me apoyaría, que cruel…

Entre comida, bebidas, postre, pastel, más postre y un cambio de pañal, la noche comenzó a hacerse más oscura de lo que siempre veíamos.

Ya eran las 12:30 de la madrugada.

--¡Adiós Ino! —dijo Naru, despidiéndose con un beso en la mejilla de toda la familia Yamanaka--¡Espero que mañana no sufras por la resaca! —

--Sí, yo también…--pobre de su esposo, él no tenía la culpa de que su esposa haya bebido toda la carta de licores.

--¿Estás segura de que no vienes con nosotros? —preguntó preocupado Naru a Hinata, ambos tomados de las manos como los AMIGOS que eran.

--No hay problema, Naru, mi primo dijo que vendría por mí, no te preocupes…--

--Está bien…--ambos se dieron besos en las mejillas, despidiéndose como todo AMIGO haría.

El camino en el auto fue silencioso y cómodo, nadie decía nada, la música de la radio resonaba entre las paredes metálicas de mi auto y Naruto observaba emocionado las tres cajitas que tenía en sus brazos.

Sí que había tenido un buen cumpleaños.

--Gracias por traerme, Gaara—dijo, dándome un beso en la mejilla y bajándose del auto—Te veré el lunes en la mañana, espero tengas un lindo domingo…--

--No hay de que, Naru—

--Cuida de Hotaru, y por favor no quemes la comida que te deje preparada…--

--Para eso existen los microondas, ¿No? —

--Tienes un buen punto…--

Nos despedimos como siempre, y espere a que abriera ese enorme portón negro que daba entrada a su casa, mirando de reojo por si estaba el auto de su marido.

Obviamente no estaba.

--Bueno, supongo que no le interesaba su cumpleaños…--a quien le miento, no le interesa nada de él…

Como desearía haberlo encontrado primero…

---***---***---***---***---***---***---***---***---***---***---

La puerta principal de la enorme mansión se abrió a eso de las 5 de la mañana, dando paso a un pelinegro mal arreglado y con olor a sexo.

--Espero que Naruto no esté molesto conmigo por no haber ido a cenar con él—el hombre se quitó sus zapatos, dejándolos a un lado de la puerta, y camino sin muchas ganas hasta el sofá—Ya veré que le doy para contentarlo…--y sin más remedio, se quedó dormido.

Un delicioso olor dio paso por la casa de paredes altas y pisos blancos, despertando al azabache con prisa.

--¿Naruto? –el moreno se levantó perezosamente del sofá, estirándose como un gato para recuperar la flexibilidad de sus huesos—Seguramente está molesto y haciendo el desayuno al mismo tiempo—una cancioncilla de cuna se comenzó a escuchar por la casa, consternando al Uchiha--¿Está cantando? —

El pelinegro se acercó lentamente hasta la cocina, cuidando de que sus pisadas no resonaran en el blanco mármol, topándose con una escena algo extraña para él.

Su esposo estaba cocinando el desayuno y cantando una nana al mismo tiempo.

--Bueno, esto es extraño—tenía escalofríos de solo verlo, hace mucho que no estaba tan feliz.

--¡Buenos días, Sasuke! —dijo el rubio con una sonrisa, cosa que causo aún más incertidumbre en el moreno.

--¿Buenos días? –el moreno se sentó en un banquillo de la barra, para ver como su “esposo” le servía un plato de panqueques, huevo y tocino, acompañándolo de un vaso con jugo de naranja y otro de agua con dos pastillas para el dolor de cabeza al lado.

--Tengo que ir por unas cosas al supermercado, y de paso iré a la librería que está en el centro comercial, necesito unos zapatos nuevos, así que tal vez no llegue antes de las 8…--todo lo iba diciendo mientras caminaba rápidamente, tomando su bolso y comiendo una tostada con mermelada—Llamame si necesitas algo, te recomiendo comprar algo para comer o ir a un restaurante, no hay nada en el refrigerador…--

--¿Ah? —

--¡Adiós, Sasuke!, ¡Te veo más tarde! —y cerró la puerta, causando un sonoro eco en la casa.

--¿Qué demonios acaba de suceder? –

El pelinegro estaba demasiado consternado.

¿En dónde estaba el rubio que lloraba por su rechazo en las mañanas?, ¿El que se molestaba por no haber ido a su aniversario, cumpleaños o cualquier cita entre ellos?, ¿El que pasaba todo un domingo en casa mientras él iba a ver a su hijo o a un bar?

Esto sí que estaba raro.

Trato de ignorar todo con excusas que se encontraba.

Tal vez Naruto había olvidado su cumpleaños, o tal vez había olvidado ir a la cena…

O tal vez tenía un amante…

Pensar en eso fue la gota que derramo el vaso.

--No creo que me esté engañando, ¿O sí? —definitivamente no quería pensar en eso—Esto no es real…--

Rápidamente corrió al piso de arriba, se dio una ducha y vistió a tiempo récord, para después correr hacia la entrada, buscando respuestas y las llaves de su auto.

--Primero debo ir con mamá, ella debe saberlo…--arranco el auto, y salió de ahí sin siquiera haber cerrado la puerta de su casa—Piensa Sasuke, piensa, mamá lo lleva y trae todos los días de consulta, y luego lo acompaña a comprar las cosas de la alacena… No tiene tiempo de engañarte, no tiene tiempo…--

Pasando casi a tiempo récord de su casa a la de sus padres (Cosa que vivían justamente al lado), entro sin saludar a quien le abría la puerta y fue directamente a la cocina, donde estaban sus padres, su hermano, su cuñado y sus dos sobrinos.

--¡Sasuke! —su madre, Mikoto Uchiha, una persona de tez blanca, cabello y ojos negros, su sola presencia causaba pavor a todos—Hace mucho que no llamas, hijo, ya no sé nada de tu vida…--la mujer beso la mejilla de Sasuke, sentándose de nuevo al lado de su esposo.

--Estoy bien, madre…--

--Me alegro que estés bien, hijo—decía su padre, Fugaku Uchiha, sus rasgos demasiado parecidos a los de su esposa, con la única diferencia de que su piel estaba un poco más oscura, si eres su enemigo no esperes seguir vivo si le miras a los ojos--¿No trajiste a Daisuke?, hace mucho que no vemos a nuestro nieto…--

--Daisuke está bien, papá, lo traeré para navidad…--

--¿No quieres comer con nosotros, Sasuke?, mamá hizo tu desayuno favorito…--dijo su hermano, Itachi Uchiha, la perfecta encarnación de su madre, un doncel de clase alta, muy respetado por su trabajo como diseñador web.

--No gracias, ya desayuné en casa—huevos, panqueques y tocino; era exactamente lo mismo.

--Bueno, ya sabrás tú, ¿Quieres más, amor? —dijo su hermano, tomando el plato de su esposo.

--Con mucho gusto—el esposo de su hermano, Kisame, un hombre de tez morena, ojos pardos y cabello oscuro en punta, demasiado serio, demasiado alto y demasiado todo; era dueño de las empresas Hoshigaki y de más de un millón de cadenas de pequeñas empresas en Japón.

--Me gustaría que hubieras traído a Daisuke, así la familia estuviera completa—

--Bueno, aún faltaría Naruto…--

--No hables de ese inútil en mi presencia…--

Todos callaron ante el enojo de la mujer, solo se escuchaba el sonido de los cubiertos y los intentos de Itachi de alimentar a sus hijos.

--Bien, dime Sasuke, ¿A qué viniste hoy? –su madre sabía que nunca los visitaba si no era por algo, así que mejor acelerar el paso.

--Tengo que hablar contigo en el despacho, es de tu-sabes-quien—

--Vamos rápido, ya perdí el apetito…--

En esa casa era casi un tabú hablar del rubio, hasta los hijos de su hermano lo sabían, y eso que apenas contaban con tres años.

--Habla ahora, no quiero seguir arruinando la atmosfera familiar que tenía…--

--¿Sabes que ha hecho Naruto estos días? —

--Fecha específica—

--Toda la semana pasada—

--No mucho, ya sabes lo inútil que es, solo lo he visto limpiar el jardín y lavar las ventanas, a veces sale a darles de comer a los guardias de seguridad, pero solo eso…--

--¿No pasa nada en la clinica a la que va? —

--Nada de nada, solo entra, tarda dos horas y treinta en salir, y vuelve a casa…--

--Gracias mamá…--

Salió de ahí rápido, volviendo a su auto, pero sin encenderlo.

--¿Entonces porque estaba tan feliz hoy? –dijo con un quejido, sosteniendo su cabeza fuertemente—Mejor llamo a Suigetsu—

Volvió a su casa, dejo las llaves en su lugar, y se recostó en medio de la enorme cama doble King Size que tenía en su habitación.

--Contesta maldita sea—sostenía su celular con fuerza, parecía no faltar mucho para que se destrozara en mil pedazos.

--Soy Suigetsu, deje su mensaje después del tono…--

--Te matare, juro que te matare…--

Dicho esto, cayo completamente dormido.

---***---***---***---***---***---***---***---***---***---***---

--Te tengo grandes noticias, Naruto, pero no sé si te gusten…--ahí estábamos los dos, Naruto y yo, sentados frente al escritorio de Hinata, quien cargaba unos papeles en sus manos.

--E-estoy embarazado, ¿verdad?  —su voz rota y a la vez alegre, nunca había visto a Naruto con una expresión como la que estaba haciendo ahora, una expresión de tristeza, felicidad y miedo combinadas.

--Tienes aproximadamente dos meses, Naru, lo lamento mucho…--

Naruto no dijo nada, solo comenzó a llorar en voz baja, ignorando a todos los de su alrededor.

--Me llevare a Naru, Hinata, creo que ahora mismo no se encuentra bien para seguir con esto…--

--Bien, solo dile que venga el viernes para hacer el chequeo, aunque espero que no quiera abortarlo…--

--No lo creo, es Naruto, ama a su hijo por sobre todas las cosas…--cargue primero el bolso de Naruto, y después lo cargue a él entre mis brazos, permitiéndome sentir la manera en que temblaba.

--Cuidalo, cuidalo mucho…--

--Eso hare…--

Naruto seguía en su mundo, creo que ni se dio cuenta cuando lo cargue, seguía murmurando cosas no entendibles, ya sabía que no estaba completamente bien psicológicamente.

--¿Es “eso”, cierto? —dijo Ino, viendo como cargaba con Naruto en la recepción.

--Si, Naruto esta embarazado—sentí un espasmo cuando dije eso, yo tampoco me sentía bien.

--Llevalo a tu casa, yo te cubriré...—

--¿Segura? —

--Sí, no puedo seguir viendo como sufre Naruto, es como mi hermanito, y volver a su casa solo lo desestabilizara más…--

--Gracias, Ino…--

--De nada…--

Conducimos a casa en silencio, ni siquiera recoger a Hotaru le causo felicidad, y eso ya era mucho.

--Relajate un poco, Naruto, esto no es tan malo…--

--Yo sé que no es malo, pero escuchar esta noticia me quito las fuerzas de pedirle el divorcio a Sasuke…--Naruto recargo su cabeza en la mesa del comedor, no sabía ni lo que hacía ni lo que pensaba, pero sabía que no era bueno--¿Qué voy a hacer ahora? —

--Relajate un poco, eso es lo que debes hacer, tanto estrés le hará mal al bebé, y tú sabes que eso es lo último que quieres…--

--Sí, no quiero que mi bebé se sienta mal, no quiero que le pase nada a mi bebé…--sostuvo su vientre con fuerza, amor y algo de paranoia.

Llegará a la locura en pocos pasos si seguimos con esto.

--Tienes que hablar con tu esposo, no puedes seguir así, Naruto, solo te seguirás destruyendo…--

--No puedo hacerlo… no quiero… mi bebé… no quiero que le pase nada malo a mi bebé…--

--No le pasara nada a tu bebé, Naruto, te lo aseguro…--

--Tu no lo conoces… no lo conoces…--deseaba poder consolarlo, pero ni siquiera sabía cómo hacerlo.

Después de eso, se quedó dormido, supongo que toda la carga psicológica lo había cansado.

Lo recosté en el sillón de la sala, no pude cargar con el hasta mi habitación por culpa de Hotaru, así que decidí recostarlo ahí.

Me preocupaba a cada minuto que pasaba dormido, a veces lloraba o gritaba, o también hacia muecas de horror; las pesadillas lo asaltaban cada vez más crueles, ni siquiera podía tener un sueño revitalizante.

El timbre de llamada del celular de Naru me saco de mis pensamientos.

Sonaba una cancioncilla popular pop que estaba en la radio, no imaginaba que eso le gustara a Naruto, aunque sus gustos me hacían sentir como un viejo.

--¿Bueno? –ni siquiera vi quien llamaba, aunque había pensado que sería Ino o alguien se su familia.

--¿Quién eres y que haces con el teléfono de mi esposo? --¿En qué me metí?

--S-soy Subaku No Gaara, el psicólogo del señorito Uchiha—no escuche nada después de eso, aunque supongo que ahora mismo está maldiciendo mi nombre a toda potencia.

--¿Dónde está mi esposo? —

--En este momento, el señorito Uchiha está descansando un poco del tratamiento, ¿Tiene un recado que hacer?, yo puedo dárselo después—

--Dígale que estaré en casa a las 5, y necesito que este ahí antes de eso—su voz era cortante y muy fría, ya sabía de donde se derivaba el miedo de Naruto.

--S-se lo diré ahora mismo, que tenga un buen día—ni siquiera dijo nada, y ya había colgado—Que amor…--

Después de que colgara, estaba yo en un punto entre el colapso y la desesperación, ya eran pasadas las 4:40 de la tarde, y para ir a su casa necesitaría más de media hora en autobús y 15 minutos en auto.

--Lo despierto o no lo despierto, lo despierto o no lo despierto, lo despierto o no lo despierto…--bien, la locura tambien me está afectando a mí, y eso no es bueno--¡Ya son las 4:50!, ¿¡Porque el tiempo pasa tan rápido!?—¡Quedare calvo de tanto estrés! —Relajate Gaara, relajate; tenemos que despertar a Naru, hay que despertarlo, no queremos que le pase nada malo…--

Mire su rostro una última vez antes de quitar a Hotaru de su estómago, cosa que molesto la siesta de mi pequeño, pero no puedo causarle más daño a Naruto.

  --Naruto, despierta, Naruto…--bien, esto no está funcionando—Uno, dos, tres… ¡¡DESPIERTA, NARUTO!!—es increíble que no haya despertado con eso, definitivamente es la persona con el sueño más pesado que conozco—Bien, un poco de agua funcionara—puse a Hotaru de nuevo sobre su estómago, cosa que me pareció muy adorable, espero que con el agua eso no lo cambie.

--Mamá… mamá…--amo su vocecilla cuando le dice así.

--¿Qué sucede, cariño? --¿¡¡¡QUE!!!?, ¿¡Cómo pudo despertarlo tan fácil!?--¿Gaara? —

--¿Eh? —

--¿Qué pasa?, te ves estresado—

--Tu esposo acaba de llamar—bien, directo al punto—Quiere que llegues a casa a las 5 y ya son las 4:59, dijo que te quería ahí, y, y, y ya no se…--

--No hay problema, sé que no querías despertarme…--sonrió, sonrió como si no fuera a pasar nada malo, supongo que quiere reír un poco antes de la calamidad.

--Perdón…--

--Si, si, te perdono…--se sentó calmadamente en el sofá, aunque se veía algo mareado, tal vez aún sigue cansado--¿Puedes llevarme a casa?, no me siento muy bien como para ir en autobús…--

--Sí, yo te llevo—le ayude a pararse, le dificultaba ponerse de pie y eso no era bueno—Vamos al auto…--lleve a ambos al auto, a uno solo con apoyo y al otro sentado en mi antebrazo, fue difícil, pero eficaz—Ahora sostente un poco, hay mucho tráfico a esta hora y no quiero que les pase nada…--

--Si, ya me puse el cinturón…--dijo con toda la calma del mundo, aun seguía algo adormilado.

Conducí con calma y estrés hasta su casa, me preocupaba que pudiera pasar algo malo y en verdad que no podía con esto.

--Ayudame a llegar hasta la entrada, no creo poder llegar solo…--bajo del auto con mucha dificultad, su sonrisa era cansada y no podía ni cargar consigo mismo.

--Bien, solo espera un poco, pondré a Hotaru en su carriola…--coloque a mi bebé en su autito, y nos fuimos paso a paso hasta la puerta de su casa.

No la había visto muy bien, pero en verdad que era hermosa, me gustaban mucho los árboles y las flores que tenía, más que la misma casa.

--¿Qué harás cuando lo veas?, ¿Le dirás lo del bebé? —

--Sí, quiero acabar con esto ahora, no creo que mi cuerpo pueda esperar más…--

--Te entiendo, y te doy todo mi apoyo en lo que hagas…--nos abrazamos, dándonos apoyo mutuamente, ya no había marcha atrás.

--Gracias, lo necesitaba—se alejó de mis brazos, y abrió la puerta suavemente—Los veo luego, Gaara, Hotaru; les horneare pastel de chocolate mañana, o eso depende de lo que suceda hoy…--

--Si, gracias Naru…--el entro a su casa con una sonrisa falsa en sus labios, mientras yo me senté abruptamente en las escaleras de la entrada, colocando a Hotaru a mi lado, mirando la extensión del hermoso jardín frente a mis ojos.

--¿Crees que hice lo correcto, Hotaru? —y yo como idiota hablándole a mi bebé—Según lo que hemos visto, el maltrato hacia Naruto ha sido causado a base de que no podía tener hijos—suspire profundamente, entristeciéndome aún mas--¿Entonces significa que ya todo acabo?, ¿O aún tengo mi oportunidad con Naruto? —

--Mamá… mamá… ¡Mamá! —Hotaru estiro sus bracitos al cielo, como si esperara a que mi rubio viniera y lo cargara.

--Sí, yo también lo necesito…--ambos nos quedamos en silencio, mientras comenzaba a mirarse el nublado atardecer—Parece que va a llover… ¿Quieres quedarte un rato más? —Hotaru estiro sus piecitos, tratando de llevarse uno a la boca—Tomare eso como un “si”—

Espero que no todo haya terminado.

*************************************************

--¿Dónde demonios estabas? —el moreno estaba molesto, ya pasaban de las 5:30 p.m., y al él no le gustaban los retrasos.

--Fui al médico, y después vi a mi psicólogo, perdona si llego tarde—el rubio se sentó sin ganas en el sofá individual, recargando su cabeza en el respaldo del mismo.

--Te he dicho miles de veces que no me gusta que me hagan esperar, así que es la última…--

--¿No te gusta que te hagan esperar?, ¡Pues que alegría! —Naruto se puso de pie, armándose con todas las cosas que guardaba dentro de su corazón--¿Sabes que existe un dicho que dice “No hagas lo que no te gusta que te hagan” ?, si es que no te gusta que te dejen, tu deberías de dejarme a MI plantado, ¿O es que no recuerdas las últimas veces que lo hiciste? —

--Yo no estoy hablando de eso, Naruto, eso no importa ahora…--

--¿Entonces no puedo ahora?, bien, pues saca una maldita fecha de tu agenda, para que al menos me puedas dar dos estúpidas horas para poder hablar de estas cosas “sin importancia” contigo—

--Yo no dije eso, solo decía…--

--¡Claro que dijiste eso!, podre haber callado miles de cosas, Uchiha, pero estoy muy seguro de que dijiste eso, solo que tu enorme EGO ha llegado hasta tu cerebro, permitiéndote escuchar solo lo que te conviene—

--¿¡Puedes cerrar la boca un momento!?—Sasuke estaba algo sorprendido, Naruto no le había hablado así nunca, algo estaba pasando.

--¿Ahora tengo que pedir permiso para hablar?, perdone SU MAJESTAD, no lo sabía—

--¿Qué sucede contigo?, no entiendo porque estas molesto—

--Si, tienes razón, no tengo ni un solo motivo para estar molesto, no importa las veces que me has ofendido, dejado plantado o dejado a cargo por alguien que me odia y ni siquiera puede prestarme el auto para ir al médico; ¡Oh!, y, gran coincidencia, que ni siquiera es suyo, porque yo lo compre del dinero que tenía…--

--No te creas la única víctima, Naruto, ahora dime, ¿Quién demonios es Gaara? —

--¿Ahora tambien te metes en mi vida personal? —

--Solo habla—

--Gaara es mi psicólogo, y también mi mejor amigo, cuido de su hijo mientras él trabaja, porque ALGUIEN me prohibió trabajar, como si fuera un inútil que no puede hacer nada, ni siquiera se le puede llamar a eso “Amo de casa”, me parece más ser un SIRVIENTE—

--¿Entonces para qué es un doncel, Naruto?, solo sirven para limpiar y tener hijos, pero TÚ ni siquiera puedes hacer bien eso—

--Maldita mentalidad machista que tienes, Sasuke, no sé en qué te basas, cuando yo me gradué con honores de la escuela y Universidad, y por lo que he escuchado, tu solo heredaste la compañía de tu padre porque eres su único hijo varón, si no, ni siquiera tuvieras las cosas de las que presumes tanto, ni siquiera tu estúpido celular…--

--Cierra la boca, Naruto, pues de ahí saco el dinero que gastas cada vez que sales…--

--¡Ja!, ¿Tú crees que me das dinero?, no me hagas reír; yo solo tengo gasto el dinero que gano cuidando a Hotaru y trabajando en un restaurante familiar todos los sábados por la noche; no he tocado ni un solo centavo de lo que presumes, ni la ropa, ni mi celular, ni nada de lo que tengo salió de tu bolsillo, y tengo lo necesario para probarlo—

--¿Probar que?, ¿Qué eres un mentiroso? —

--No, que eres la peor persona que pude encontrar en mi vida, no puedo creer como me enamore de ti, y ni cómo te aguante en estos pocos años de matrimonio; pero lo que sí puedo decir, es que me arrepiento de todo corazón de haberme casado contigo—

--¿Qué tratas de decir con eso? —

--Estoy DICIENDO que quiero el DIVORCIO—

--¿Qué? —

--¡Joder!, ¿Qué estas sordo?, dije que quiero el DIVORCIO, no puedo pasar un minuto más contigo, no puedo y tampoco quiero…--

Ambos quedaron callados, mirándose a los ojos, uno tratando de asimilar lo que dijo su esposo y el segundo tratando de calmarse por el bien de un tercero.

--En el acuerdo prematrimonial dice que no podemos divorciarnos, a menos que el que haya exigido el divorcio quiera ser despojado de sus pertenencias—

--¿No acabas de decir que TODO es tuyo? —el rubio hizo una sonrisita burlona, haciendo enojar al segundo.

--Y también que debíamos concebir un hijo antes de los 6 años de matrimonio, y eso aún no lo hemos cumplido, idiota, así que desiste de tus ideas del divorcio—

--El idiota eres tú, empieza a armar esos papeles, que dentro de siete meses tendremos un hijo, un hijo al que voy a criar yo sin tu mísera ayuda—ni siquiera supo de donde había sacado la fuerza para decir esas palabras, aunque ya no le importaba.

--¿Qué?, No me vengas con mentiras, Naruto, ¿Hace cuánto que no hacemos el amor? —

--¿Hacer el amor?, a esto se le llama tener relaciones sexuales, y si no recuerdas, las tuvimos hace como dos meses, el día de nuestro aniversario—

--¿Enserio? —

--Debiste haber estado demasiado borracho para no recordarlo, pero bueno, ya decía yo que tus palabras de “amor verdadero” eran mentiras, y si no, debes de usar mucho tu cosa esa para que ni te acuerdes de haberlo hecho con tu “esposo”—

--¿Me estás diciendo que te soy infiel? —

--Sasuke, tu y yo sabemos que no eres una persona que puede pasar su vida entera con alguien, estoy más que seguro que tienes a más de una por ahí que te hace “favores” todas las noches, ¿O es que las marcas de besos en tus camisas son de tu mami? —

--No me salgas con la “fidelidad” en estos momentos, ¿Qué te traes tú con ese tal “Gaara” ?, tienes que estar saliendo con alguien a mis espaldas para que seas tan feliz—

--¿Ahora no puedo ser feliz si no es por alguien?, en verdad que el que necesita ir a un psicólogo eres tú y no yo. Gaara es mi mejor amigo, y no tienes el derecho de reclamarme el hecho de que me “acuesto” con alguien, porque no creo que tú seas un santo—

--¿Entonces aceptas que me engañas? —

--¿Entonces aceptas que te revuelcas con alguien todas las noches? —

--Te hice una pregunta, Naruto, y sigo esperando una respuesta—

--Yo tambien espero una respuesta, ni creas que con tus jueguitos psicológicos me vas a ganar, porque, aunque no lo creas, ya no puedes conmigo…--

--¡Responde maldita sea! —

--Tu responde primero—

--¡¡SI!!, ¿¡ME OISTE!?, ¡¡SI ME ACUESTO CON ALGUIEN TODAS LAS NOCHES!!, ¡AHORA RESPONDE LA MALDITA PREGUNTA! —

--El contrato prematrimonial decía que, al haber una infidelidad de parte de cualquiera de los dos, podría aplicarse el divorcio inmediato, dejando todas las posesiones del acusado en manos del afectado; y no, yo nunca te engañe, y nunca lo haría… yo si te amaba…--el rubio se fue a paso lento a la puerta principal, dejando a Sasuke sin palabras.

--¿¡Y adónde vas ahora!?, ¡Tus padres no viven en Tokio!, ¿¡Adónde demonios piensas ir!?—

--¡A cualquier lugar lejos de ti! —

--¿Piensas ir a hospedarte en un hotel o tal vez con tu amiguito “Gaara”? —

--Pues estar con él sería mejor que quedarme contigo—Naruto saco su teléfono, marcando al primer número que aparecía en su lista de contactos.

--¿¡A sí!?, ¡¡Yo no lo creo!!—Sasuke se acercó molesto a su esposo, tomándolo del cabello, haciéndole soltar su celular.

--¿¡QUE HACES SASUKE!?, ¡¡DUELE, DUELE!!, ¡¡SUELTAME!!—trato de soltarse, pero le fue inútil, no tenía demasiada fuerza para seguir luchando--¡¡SUELTAME!!, ¡¡YA TE DIJE QUE ME DUELE!!—

--Y que bien que te duela, maldita puta barata—jalo el rubio cabello hacia atrás, haciéndole gemir de dolor--¿Crees que me vas a ver la cara de estúpido?, De seguro y te revuelcas todos los días con el doctorcito ese…--

--Me duele, Sasuke, me duele…--quito las manos del brazo de su esposo, y sostuvo su vientre con ellas—Sasuke, me duele, me duele—no hablaba del tirón de cabello.

--¿Y crees que me importa?, ¡¡NO ME IMPORTA!!—arrojo a su esposo al suelo, rompiendo una mesa de cristal en el acto--¡¡NO ME IMPORTA LO QUE TE PASE A TI NI A ESE ENGENDRO QUE DICES ES MI HIJO!!—los golpes comenzaron a hacerse presentes, patadas en todo su cuerpo; mientras Naru trataba de proteger su más preciado tesoro.

--¡¡NO, NO, ¡NO!!!, ¡¡DUELE, DUELE!!, ¡¡DEJA DE HACERME ESTO, POR FAVOR!!—las lágrimas y suplicas no esperaron en aparecer, aunque eso no servía de nada.

--¡NO ME IMPORTA QUE TERMINE EN LA CARCEL!, ¡SOLO IMPORTA QUE TU DESAPAREZCAS DE UNA VEZ DE MI VIDA! —encajo un cristal en el vientre de su esposo, cortando más que sus manos.

--S-Sasuke… mi bebé…--no tenía fuerzas ni para moverse, quedando inmóvil en la alfombra.

--Cierra la boca, sucia rata…--sabía que había hecho algo malo, pero eso no le causaba algún remordimiento.

--¡¡NARUTO!!—Sasuke dirigió su vista hacia donde venia la voz, topándose con la puerta de la entrada rota y un hombre pelirrojo con una carriola--¿¡PERO QUE DEMONIOS HAS HECHO!?, ¡¡VOY A LLAMAR A LA POLICIA!!—

--¿¡QUE DEMONIOS HICISTE CON MI PUERTA!?, ¡¡TENDRAS QUE PAGAR LOS DAÑOS!!—se acercó al hombre a paso molesto, aunque no espero el puñetazo que hizo que cayera.

--¡CIERRA LA BOCA!, ¡EL UNICO QUE PAGARA POR LOS DAÑOS ERES TU! –el golpe lo dejo aturdido, aunque eso no evito que escuchara las llamadas que había hecho el hombre, una al hospital y otra a la policía.

--M-maldito…--

--La policía llegara en cinco minutos, deberías ir pensando en lo mucho que te vas a divertir en la cárcel, aunque creo que te gustara…--lo pateo una vez más, logrando que perdiera el resto de la fuerza que tenía, jalo con cuidado y rapidez la carriola en que llevaba a su hijo, y se acercó al donde estaba Naruto.

--¿G-Gaara?... m-mi b-bebé…--el pelirrojo limpio las lágrimas que brotaban de los ojos del rubio, y tomo su mano para reconfortarlo.

--No te preocupes, todo va a salir bien, tu bebé estará bien…--era la mentira más cruel que pudo decirle, pero era algo que lo calmaría de momento—Hotaru también está aquí, ambos te apoyaremos en todo lo que pase…--

--¿H-Hotaru? —

--No hagas esfuerzo, Naruto, estamos aquí…--trato de no romper su fortaleza, tenía a dos seres importantes a quien cuidar en ese momento, y no permitiría que sufrieran más de lo que lo hacían.

No haría sufrir a las personas que amaba.

La ambulancia, junto con la policía y miles de reporteros, llegaron en menos tiempo de lo esperado, atendiendo a Naruto y llevando al otro esposado.

--Yo iré con él, soy lo único que tiene en este momento—su voz firme hizo temblar al paramédico, y mucho más su mirada decidida.

--Está bien, suba con cuidado, lleve al pequeño en brazos—agradeció sin palabras, y los acompaño, tomando la mano de Naruto todo el camino y escondiendo la mirada de Hotaru el cuerpo del rubio.

Si el, siendo un adulto, sufría por ver el estado del amor de su vida, no quería saber cómo sería que su hijo lo viera. Sería imperdonable.

Fue directamente llevado a la sala de urgencias, donde fue sometido a una cirugía de emergencia.

Gaara llamo a todos los amigos y familiares de Naruto, teniendo a Ino y Sai con él, y a los padres de Naruto abordando un avión.

--¡Matare a ese maldito!, ¡Lo matare, lo matare! —

--Tranquilizate, Ino, alteraras a Hotaru y eso no será bueno—

--Si, lo intentare, Sai, pero solo por Naruto, no por el mocoso—

Pasaron más de 4 horas desde que esperaba en la sala de espera, y no había recibido ni una sola mota del estado de Naruto. Sabía que era posible que tuviera más de un órgano dañado, pero eso no detenía el hecho de que tal vez su corazón lo estuviera tambien.

--¿¡Como esta mi hijo!?—

Todos giraron hacia la puerta, mirando como una mujer de largo cabello rojo y con un enorme saco de piel lloraba de pie en la puerta.

--¿Usted es la señora Namikaze? —

--Señorita, pero eso no importa, ¿Cómo está mi hijo?, y quiero saberlo ¡¡YA!!—la mujer se notaba molesta, pero nadie la juzgaría, sus ojos molestos llenos de lágrimas advertían hasta al más valiente.

--Naruto ha estado en cirugía desde hace cuatro horas, aun no nos han dado noticias de él…--

--Matare a ese Uchiha, a todos si es posible…--

--¿Amor?, olvidaste tu sombrilla, ¿Sabes que han dicho de Naru? —una versión masculina de Naruto entro a la sala, dejando a todos con la boca abierta.

--Aún está en observación, no sabemos cómo está mi pequeño…--

--Tranquilizate, cariño, Naruto estará bien, él es fuerte…--el hombre limpio las lágrimas de la mujer, haciéndole calmar un poco--¿Ustedes son amigos de Naruto? —

--S-sí, yo soy Ino y él es mi esposo, Sai; un gusto conocerlos…--Ino se me adelanto, como la mayoría de las veces, y saludo con una sonrisita a los padres de Naru.

--Mucho gusto, yo soy Kushina y el Minato, somos los padres de Naruto—la mujer tambien trato de dar una sonrisa sincera, pero le fallaba un poco--¿Quién es esta belleza? —dijo, sacando a Hotaru de la carriola.

--Soy Gaara, y él es mi hijo Hotaru—entre asustado y muy asustado, Hotaru no es bueno relacionándose con las personas.

--¡Eres la cosita más tierna que he visto! —raramente, Hotaru no la mordió o algo por el estilo—Bueno, no tanto, mi Naruto es la cosita más bonita que he visto en mi vida… pero tú tienes el tercer lugar…--

--¿Mamá? —

--Aww… ¿Buscas a tu mami? —

--¡Mamá! —Hotaru alzo sus bracitos en dirección de Minato-san, sacándome un mini paro cardiaco.

--¿Qué?, ¿Yo?, en todo caso seria “papá”—Minato-san cargo al mocoso, y eso solo causo que lo mordiera en la nariz—Auch…--

--Lo siento mucho—dije, quitando al carnívoro que tengo por hijo de sus brazos.

--¡¡MAMÁ!!—y bien, Hotaru ya se había irritado.

--Tal vez reacciono así porque se parece demasiado a Naru-chan, ya sabes, le dice “mamá” –gracias, Ino, GRACIAS.

--¿Le dice “mamá” a mi bebé?, ¿POR QUÉ? —

--N-No es lo que piensa, Minato-san, es solo que Naru cuida de Hotaru por las tardes, y se acostumbró demasiado a él…--ya me sentía morir, digo, hasta podía sentir las cuchillas que salían de sus labios.

--Oh, bien…--ya vi de donde saco Naruto lo bipolar.

--¡¡MAMÁ, PAPÁ!!, ¿¡DONDÉ ESTAN!?—

Otra vez giramos a la puerta, esto se está volviendo una mala costumbre, mirando como entraban varios chicos por ella.

Uno tenía el cabello largo y rubio, además de ojos azueles, vestía de traje y zapatos negros; el segundo en cambio era idéntico a Naruto, solo que, con el cabello negro, su vestimenta iba más al lado de “chico malo”, con chaqueta de cuero y todo eso; y el tercero era pelirrojo y de ojos castaños, tenía puesto un pijama entero, se notaba que acababa de despertar; este último era el más pequeño de los tres, más o menos 1.6 mts., mientras que los otros sobrepasaban el 1.80.

--Relájense niños, aún no nos han dado noticias de Naruto, sigue en cirugía…--al parecer también eran hermanos de Naru, aunque yo que recuerde él dijo que solo tenía dos hermanos mayores.

--Okay, ¿Y dónde está la persona que debemos matar? --preguntaron los tres, con una voz escalofriante.

--T-tranquilícense, ese maldito ya está en la cárcel…--no sé por qué razón Ino tartamudeaba, pero el hilo de baba y el gesto de su esposo, que estaba más serio de lo normal, delataban muchas cosas.

--Aun así, tenemos que hacer que no salga de ahí—hablo el pelinegro, frío y molesto, como delataba su personalidad.

--No tenemos pruebas, hermanito, aún si ese estúpido golpeo a Naruto no tenemos pruebas de que esto haya sucedido antes, y saldrá bajo fianza en menos de lo que canta un gallo…--ahora hablo el rubio, sacando un celular de última generación de su bolsillo—Llamare al tío Nagato, debo convencer que dejen a ese inútil ahí un mes mínimo, para buscar pruebas…--se alejó de todos, y comenzó a hablar en un idioma diferente, aunque aún así se escuchaba molesto.

--Perdonen a mi esposo, se pone temperamental cuando se trata de su familia—el pelirrojo tomo asiento al lado de Ino, dándonos una ligera sonrisita.

--Si, lo entendemos, Naruto es especial para todos…--

--¡Oye, Sasori!, Heimdall se quedó dormido afuera sobre las escaleras, no sé cómo lo hizo—el pelinegro cargaba con un pequeño rubio de pocos años de edad, también usaba pijama, y aún seguía dormido.

--Debe tener mucho sueño, ya casi es media noche—el pelirrojo recibió en sus brazos al que parecía ser su hijo, recostando su cabeza en su pecho—Gracias Menma—

--De nada…--

--Bien, ya convencí al tío de que deje encerrado a ese tipo un tiempo más, tenemos dos semanas exactas para reunir la evidencia que deje que se pudra en la cárcel como la miseria que es…--bien, hasta ahora el que tiene peor personalidad es el rubio.

--Debemos hallar evidencias en su casa, aunque necesitamos varias órdenes de registro y averiguar si ya lleva tiempo con violencia familiar—

--Yo puedo ayudarles con eso—te voy a cuidar, Naruto, lo hare—Mucho gusto, soy el doctor Subaku No Gaara, Naruto Namikaze fue mi paciente durante dos años, tengo muestras que lo avalan—

--¿Paciente?, ¿Paciente de qué? —

--Soy psicólogo, Naruto ha estado en terapia por más de dos años, y he estado al corriente de todo lo que hace; tambien somos amigos…--

--Matare a ese Uchiha, ¡LO HARE! —pensé que lo iba a tomar de peor manera—Necesitare una orden para poder revisar todos los archivos que tenga sobre Naruto, también necesitamos ver si tiene grabaciones o algo parecido; busca el nombre de Naruto en todas las bases de datos que encuentres, en especial si son en hospitales o algo parecido—

--Estoy en eso—el tal “Menma” saco una laptop de su mochila, y tecleo como relámpago un montón de cosas.

--No dejaremos que ese malnacido vuelva a ver la luz del día, mucho menos por lo que le hizo a nuestro Naruto—

Los hermanos de Naruto buscaban evidencia para hacer caer a los Uchiha; sus padres se consolaban mutuamente, mientras veían con orgullo a sus hijos mayores; el cuñado y sobrino de Naru se durmieron al instante sobre las bancas; Ino, Sai, Hotaru y yo seguíamos despiertos, ayudando en lo que fuera que pudiésemos.

Y así pasaron cuatro horas más.

Apenas eran las tres de la madrugada, no había cerrado los ojos siquiera una hora entera; casi todos seguían dormidos, exceptuando a Menma y Deidara, quienes seguían metidos en sus investigaciones mientras murmuraban distintos métodos de tortura.

Eso se escuchaba tan alentador.

--Veo que sigues aquí, hermanito—la voz irritante era de mi hermano mayor, Kankuro, quien es cirujano, casi toda mi familia trabaja para el ámbito de la salud.

--Kankuro… nunca me había alegrado tanto verte…--

--Eres cruel, Gaara—Kankuro sostuvo su corazón como si le doliera—Acabamos de salir de cirugía, no fue perfecta, pero logramos salvarle—

--Gracias al cielo…--en parte me alegraba que Naruto haya triunfado, aunque no quería sentir demasiadas esperanzas.

--Temari sigue con él, está acomodándolo en su nueva habitación—

--¿Qué paso con él bebé? —la pregunta fue directa, aun con el temor de la respuesta.

--Ahh… lo que me haces pasar…--mi hermano suspiro, y me miro a los ojos—El cristal clavado en su vientre tenía 20 centímetros de profundidad, haciendo un corte profundo y en diagonal; perforo el pulmón izquierdo y una costilla, además de que tenía 3 costillas rotas y una a punto de perforar el estómago—dio otro suspiro, y me miro con cansancio—Perdió 2 litros de sangre y estuvo a punto de perder al bebé…--

--Eso quiere decir que…--

--Eso quiere decir que el bebé está vivo, aunque debemos revisar si todo esto no le causo algún daño, aunque lo dudo, aún no está completamente desarrollado; es un doncel con mucha suerte… perfecto para ti…--

--G-Gracias, Kankuro…--no pude evitar llorar, no me importaba quien estuviera ahí.

--No hay de que, hermanito, ahora dile a esos dos que no raspen las paredes del hospital, no somos millonarios… Temari vendrá a avisarles cuando el paciente esté listo para ser visitado—diciendo esto, se fue, después de haber mirado feo a ambos hermanos.

--Despertare a sus padres…--

--Aún no lo hagas…--el rubio se puso de pie, deteniendo mi acción; tenía el ceño fruncido y un circulo negro alrededor de sus ojos.

--¿Por qué? —¿No quería que sus padres se enteraran sobre la salud de su hijo?

--Nosotros veremos a Naruto primero, tengo una corazonada de que no todo está bien…--

--Bueno…--espero que no sea algo malo.

---***---***---***---***---***---***---***---***---***---***---

--Espero que te guste esta celda, Uchiha-sama, aunque dudo que a una princesa como tú le gusten estos lugares—el pelirrojo policía arrojo sin cuidado al Uchiha dentro de esa jaula, sin importarle las miradas de muerte que le enviaba.

--No me quedare tanto tiempo, así que espero que disfrute de la vista—

--Lo dudo, chico, lo dudo demasiado…--cerro la celda con doble cerrojo, llevándose las llaves—No te acostumbres, rata, que tal vez pronto seas enviado al nivel medio, y creeme, que de ahí no sales virgen…--se retiró lentamente silbando una cancioncilla, dejando en shock al pelinegro.

--Necesito salir de aquí lo más pronto posible—

--Me temo que eso no será posible, hijo…--murmuro Fugaku, entrando al mismo tiempo de la salida del oficial.

--¿Papá?, ¿Por qué dices eso? –no había visto la llegada de su padre, aunque la seriedad de su rostro no le decía nada bueno.

--Están revisando la casa, Sasuke, hay periodistas y policías alrededor de todas nuestras propiedades, no han dejado de seguirnos durante toda la noche…--

--¿Y eso que tiene que ver? —

--Encontraron evidencia, Sasuke, maltrato familiar, no solo de tu parte, sino de toda la familia, las cámaras de vigilancia nos delataron, y más las que tenías dentro de tu casa—

--Esas grabaciones no tienen sonido, padre, no tienen nada que ver en esto—

--También tienen el archivo psicológico de Naruto, además del historial médico que sostiene su “infertilidad”—dijo, haciendo comillas con sus dedos.

--¿Qué significan esas comillas? —

--Significan que estamos acabados, todos iremos a parar a la cárcel, o por lo menos tu madre, tú y yo…--el hombre suspiro, volteando la mirada de su hijo—Vendrán por muestras hoy en la tarde, si resulta que eres infértil seremos encerrados, también que Daisuke tal vez no es nuestro nieto y hemos sido estafados—Fugaku salió de ahí, sin nada más que decir.

--¡¡MALDITA SEA!!—estaban acabados, y todos lo sabían.

---***---***---***---***---***---***---***---***---***---***---

--No tiene contusiones cerebrales, la cicatriz de su pulmón está cerrando rápidamente y está en perfecto estado comentando los demás órganos—Kankuro suspiro, evitando la mirada de todos—Aun no comprendo que es lo que pasa, pero seguiremos buscando cual es el caso--

--Gracias doctor…--respondió la madre de Naruto, tratando de no llorar.

--No hay de que—y sin más, se fue.

Deidara tenía razón.

Naruto no estaba “bien” del todo.

Cuando despertó se había puesto a llorar como si no hubiera un fin, estaba feliz de que aún tenía a su bebé consigo; comió con gula todo lo que le dimos y hasta reímos un poco, haciéndole olvidar lo que había pasado.

Eso hasta que se hizo pronunciación del apellido “Uchiha”.

Comenzó a hiperventilar, llorar y gritar que no le quitaran a su bebé; hicimos lo que pudimos, pero no logramos calmarlo, tuvieron que suministrarle un tranquilizante.

Nadie tenía idea de lo que estaba pasando, pero yo ya sabía que mis suposiciones eran correctas.

Sabía que una cosa más rompería a Naruto, y eso fue lo que paso.

--Debemos hacer algo, no podemos dejarlo así, recuerden que ese apellido figura en muchas partes, y no siempre estaremos todos para calmarlo—el padre de Naru se veía consternado, su único hijo doncel estaba más dañado de lo que pensaba.

--Matare a ese maldito, Minato, le hare saber del daño que le causo a mi bebé…--ambos padres se abrazaban entre ellos, tratando de controlar su llanto.

--No te preocupes, mamá, ya tenemos todo lo necesario para hundir no solo a Sasuke Uchiha, si no que a sus padres también; no siempre la arena se encuentra en la playa—hablo Deidara, acomodando su corbata, acariciando el cabello de su madre.

--Haz lo que tengas que hacer, hijo mío, aunque creo que con Menma ya tienes lo suficiente—

--Si, lo sé, por eso somos un buen equipo—

Deidara y Menma Namikaze es el mejor dúo que he visto en mi vida.
El primero es un abogado que defendería hasta al más sádico dictador, y ganaría el caso; mientras que Menma es un hacker ultra profesional, uno que podía infiltrarse hasta en los circuitos más protegidos de la historia.

¿Qué toda la familia “Namikaze “es talentosa?

--Una vez que encerremos a ese Uchiha en la cárcel, sacaremos a la luz algunos documentos y acuerdos no tan “legales” de sus empresas; caerán más rápido que la dignidad de Menma cuando juega Minecraft—

--¡Oye! —se indignó.

--Ignoralo Menma—su madre acaricio sus cabellos como si fuera un niño, y este solo se dejó hacer--¿Cuándo es el juicio? —

--Este lunes, mamá, lunes 19 de octubre a las 10:15 a.m.—acomodo su corbata, de nuevo, dándose un aspecto de seriedad.

--¿Ganaras el caso? —

--Si, obviamente, si no dejo de llamarme Deidara Uzumaki…--

--¿Por qué utilizas el apellido de tu madre cuando sientes seguridad? —su rubio padre hizo un puchero, cruzando los brazos frente a él.

--Porque toda mi seguridad viene de mi sangre Uzumaki, de ti saque mi fantástico cabello rubio…--dijo, sacudiendo su largo cabello dramáticamente.

--Bueno, tienes razón—y cayó en la trampa.

--Ahora solo tenemos que tener dos cosas en mente—Deidara ignoro a su padre, y se puso firme cual soldado—Recuperar al Naruto que amamos y hundir a la familia Uchiha hasta el más profundo abismo de la tierra—

Los padres y hermanos de Naruto brillaban tal fuego consumiéndose, y eso no significaba nada bueno.

---***---***---***---***---***---***---***---***---***---***---

--Este hombre abuso verbalmente de mi cliente durante cinco años, además, sumándole el daño físico y psicológico que le causo en su último encuentro—Deidara resaltaba frente al juez, y su tono de voz te hacia creer en todo lo que decía--¿Y saben porque ocurrió esto?, porque “supuestamente” el señorito Naruto era infértil, cosa que, mi estimado público y juez, ya hemos evaluado, encontrando un 99% de fertilidad en la victima y un 8% en el acusado; teniendo menos de un 1.1% de probabilidades de una fertilización—

--¡Objeción, su señoría! –el abogado del Uchiha se puso de pie, molesto por las cosas que se estaban diciendo en su contra.

--Denegado, continúe doctor—

--Gracias su señoría—acomodo su corbata negra de nuevo, como un ritual para recobrar la concentración—Además de todo esto, el señor Uchiha mantenía una relación extramatrimonial con la joven Sakura Haruno, quien es la madre del pequeño Daisuke, un niño de un año y ocho meses de edad—miro hacia donde estábamos nosotros, dándole una sonrisa confiada a su esposo—Durante nuestras investigaciones, decidimos visitar a la señorita Sakura, encontrándola en un departamento de lujo con personas bajo su cuidado; el pequeño se encontraba tirado en el suelo, convulsionando… llamamos al 911, causando el arresto de la mujer y el pequeño fue directamente al hospital—

--¿Y eso que tiene que ver en el caso?, estamos hablando del señor Sasuke, no de inútiles…--

--Ni una palabra más, abogado, usted ya tuvo su momento, así que ni una sola palabra más…--el juez miro con enojo al castaño, haciendo que este volviera a sentarse—Continúe doctor—

--El pequeño Daisuke fue revisado por el doctor Namikaze y un médico especialista en pediatría, detectándole síndrome de Guillain-Barré en una etapa demasiado avanzada—bajo su tono de voz, dándole melancolía a su enunciado—El pequeño no podrá caminar normalmente como cualquier otro niño, y no se podrá despegar de un tanque de oxígeno por el resto de su vida--

Solo se escucharon sollozos y murmullos ante las palabras dichas por el rubio, hasta el juez se miraba afligido por lo dicho.

--Este hombre tiene recursos, tiene dinero, no es totalmente legal, pero lo tiene; las pruebas de esto se encuentran en el sobre a la izquierda, su señoría, junto a grabaciones de voz y de video—Deidara hizo una pausa, y siguió con su discurso—Con todo ese dinero pudo asegurarle una mejor vida al pequeño Daisuke, un tratamiento temprano pudo haberlo salvado de todo lo que tendrá que pasar por el resto de su vida; pero lamentablemente él hubiera no existe…--se seguían escuchando los sollozos del jurado, Deidara sí que sabía emocionar a la gente—Mi cliente no pide nada más que la disolución completa de este matrimonio, que se borre su existencia completa por motivos psicológicos, y la custodia de Daisuke Uchiha, que aunque no comparte sangre con ninguno de los afectados, no piensa que el pequeño tenga que sufrir por algo que él no hizo--el rubio se colocó al centro de la sala, mirando directamente al juez—Solo queremos justicia, y no queremos nada más… solo pedimos justicia por los inocentes, por los afectados, por las victimas que sufrieron a causa de Sasuke Uchiha… gracias, a todos—Deidara agradeció con una reverencia, y volvió a su asiento al lado del padre de Naruto.

--El jurado y yo analizaremos la evidencia entregada, y daremos nuestro veredicto dentro de los próximos 20 minutos; nadie puede salir de la sala, y se mantendrá vigilada a la familia Uchiha—el juez se puso de pie, dando tres golpes, y entrando a una sala adjunta con el jurado.

--¿Cómo estuve? —Deidara se acercó a nosotros, abrazando a su esposo en el proceso.

--Maravilloso como siempre, me encanta la forma en la que hablas durante un juicio—dijo el pelirrojo, mordiendo la oreja del rubio.

Eso no se veía nada inocente.

--Me alegra tanto, amor mío, ¿Deberíamos celebrar al salir de aquí? –

--Deberíamos, pero le prometiste a Heimdall que lo llevarías a comprar flores para Naruto, así que tendremos que esperar un poco para eso…--se estaban restregando el uno al otro, una escena poco sana para niños, gracias al cielo que los habíamos dejado con Ino en su casa.

Los minutos habían pasado con extrañas platicas, miradas mortales de la familia Uchiha y demasiadas demostraciones de “afecto” entre Deidara y su esposo.

--El jurado ha dado su veredicto sobre el acusado, y fue encontrado culpable—casi y me ponía a saltar por lo sucedido, pero debía entender que esto era serio—Se deberá pagar una suma de $5,000,000 al estado, como multa sobre lo que hizo y para cubrir el tratamiento de ambos afectados; una orden de restricción de al menos 500 metros de los afectados y un total de 10 años de cárcel sin derecho a fianza, y con la posibilidad de disminuir la condena por buen comportamiento—el juez miro a los policías, quienes se colocaron detrás del Uchiha, para colocarle un par de esposas—Y al ver el resto de la evidencia, se reabren los casos 756E y 857Z, ambos en contra de Fugaku y Mikoto Uchiha, ambos por fraude, cerrados por falta de pruebas; llévenselos también, oficiales—ambos nos miraron con odio, mientras forcejeaban contra los guardias—El matrimonio será eliminado de los datos personales de ambos, y la custodia de Daisuke Uchiha será entregada a la familia Namikaze; fin de la sesión—dio tres golpes con el martillo, dando por cerrado el caso y dándole unos papeles a Deidara.

--Ya todo está resuelto, ahora solo falta firmar los papeles y despistar a la prensa…--Deidara se nos acercó con los papeles en las manos, entregándoselos a su padre.

--Y averiguar cómo podemos hacer que Naruto vuelva a ser quien era antes…--dijo Menma, hablando por primera vez desde que llegamos.

--Eso no lo había pensado antes…--todos quedaron en silencio y con miradas afligidas.

Habíamos podido ganar una batalla, pero nadie dijo que la guerra ya había terminado.

--Yo…--todos me miraron al escucharme hablar, creo que ya suponían que diría algo sobre eso—Yo creo que tengo la manera de resolver lo de Naruto, pero necesito el apoyo de todos—

---***---***---***---***---***---***---***---***---***---***---

Ya entrabamos en la época semi-invernal de noviembre, los árboles ya no tenían siquiera una hoja.

Había pasado un mes del juicio, aplicándose la justicia a todos los villanos del cuento; aunque todo seguía igual con Naruto.

Bueno, no por mucho tiempo.

--¿Estás seguro que el hipnotismo funcionara en él? –sus padres me veían inseguros, ¿Y quién no?

Cuando les dije que podría usar hipnotismo para borrar al Uchiha de su memoria casi me mandan a un psiquiátrico.

--Ya intentamos todas las formas posibles para traerlo de vuelta, pero todas nos conducen solo al fracaso; pienso que el hipnotismo dará mejores resultados, solo necesito sus firmas y la de su abogado, y todo volverá a ser como antes…--bueno, más o menos.

--Bien, firmare—Deidara me arrebato los papeles de la mano, firmando el espacio correspondiente—Pero escuchame bien, rojito; haces sufrir a Naruto de nuevo y juro que te arrancare lo que te hace hombre, ¿Me escuchas? —

--Fuerte y claro—cuando descubrieron mis sentimientos por Naruto y los planes que tenía sobre ello, no se lo tomaron completamente bien; pero creo que todo va a funcionar completamente.

--Agradecemos tu apoyo, hijo, y gracias por ser la persona que ayudo a mi bebé durante todo este tiempo… espero y aproveches esta oportunidad que te estamos dando, no la desperdicies…--

--Por supuesto, Kushina-san, cuidare a su hijo con mi alma…--

Tome todo lo necesario para realizar la sesión de hipnosis, camine lentamente hasta la habitación de Naruto en el hospital y me prepare mentalmente para lo que seguía.

2 horas de hipnosis de trance profundo.

--Buen día, Naruto, comencemos con la sesión de hoy…--

---***---***---***---***---***---***---***---***---***---***---

6 años después…

El amor es una emoción fuerte, algo incontrolable, algo que nos hace dar nuestro todo por otros.

Y lamentablemente me di cuenta demasiado tarde.

De los 10 años de cárcel que me dieron, logre reducirlos a 5 y dos años más de libertad condicional; todo gracias a mi buen comportamiento dentro de la prisión y algunas funciones como testigo frente a los casos de fraude de mis padres.

No es como si fuera a recuperar algo de lo que tenía, ya que había perdido casi todo por mis errores; y aunque aún tenía la casa donde habitaba antes, tuve que venderla para recuperar algo de capital.

Cada cosa que hacía me recordaba a la persona que perdí gracias a mis estupideces, y también gracias a mi madre, aunque no la culpo a ella completamente; fue mi culpa cegarme frente a sus palabras.

La familia Uchiha ya no era nada frente al mundo empresarial, solo mi hermano y su familia llegaron a superar esto, y creo que solo fue porque ellos nunca supieron de los tratos ilegales que se hacían para conseguir todo lo que teníamos.
Bueno, por lo menos ellos son felices.

Siempre me atormento ante las horribles imágenes que se presentaban en mi mente frente a las noches de insomnio; aún tenía las imágenes grabadas de lo sucedido aquella noche, y ni todo lo que pase en prisión se compara con lo mucho que sufría cada vez que se repetían esas escenas en mi mente.

--¿Cómo estará Naruto? —susurre al frio aire, mirando el vapor que salía de mi boca.

¿Estará bien?, ¿Es feliz?, ¿Cómo esta nuestro bebé?

--Tal vez sean preguntas que nunca pueda resolver…--quisiera verlo una vez más, aunque sea de lejos.

--Hotaru, Daisuke e Issei, no avancen demasiado rápido, que su mami no puede ir a su paso…--la voz del sujeto me era conocida, pero conocí demasiadas personas en mi vida, por lo que no tengo ni idea de quien debe ser.

--Es que tenemos frio, papi, y queremos llegar rápido a casa para tomar un chocolate caliente y contarle un cuento a Mio junto al árbol…--olvide lo mucho que se emocionaban los chicos en estas épocas navideñas.

--Sé que tienen frio, pequeños, pero deben entender que su mami está muy cansado por llevar a su hermanita dentro de él, y ustedes lo cansan más si van corriendo…--

--No es nuestra culpa de que la silla de Dai sea muy rápida, tal vez la nieve hace eso…--

--No culpes a la silla de tu hermano, además, ustedes dos son los que la están empujando, así que ya basta…--parecía ser un padre estricto, pero cariñoso con sus hijos.

--Ya deja a los niños, Gaara, aun son muy pequeños para que los hagas entender cosas del mundo adulto—un momento…

--Pero mi amor, tú mismo sabes que te han hecho caminar rápido desde que salimos del supermercado; ¿Qué no te importa la salud de nuestra nenita? —

--¡¡Por supuesto que me importa!!, pero tampoco quiero que te pases regañando a los niños en medio de la calle—dirigí mi mirada hacia donde prevenía la voz, aunque la niebla y la nieve no me dejaban ver nada.

--Pero Naruto…--

N-Naruto…

Cuando por fin pude visualizar a la familia que había llamado mi atención, no pude hacer nada más que quedarme de pie en medio de la banqueta.

Frente a mi había tres niños, de no más de 7 años, uno pelirrojo, otro rubio y el ultimo de cabellera negra; el azabache iba en una silla de ruedas de color azul con pegatinas en todos lados y los otros dos sostenían las manijas de la misma.
Detrás de ellos venia un pelirrojo de mayor edad, quien cargaba un par de bolsas de papel con el logo del supermercado; y junto a él se encontraba la persona a la que le había prometido amor eterno.

Naruto Namikaze, nada que ver con Uchiha, quien cargaba con un vientre de por lo menos 7 meses.

--Ya vámonos niños, dejemos a papi aquí solo y abandonado, a ver si santa le trae el videojuego que quería…--Naruto tomo la silla de ruedas del pequeño, mientras los otros dos se colocaban a cada lado de él.

--Si, papi no tendrá regalos este año…--

--Y mucho menos por ser tan feo…--

--Santa le traerá carbón a papi…--

--¡Oigan!, ¡Esto es entre el panzón y yo! –

Naruto paso como si nada a mi lado, no sé si ignorándome o no reconociéndome, aunque creo que es la segunda.

Vi como reían a cada paso que daban, y más por el triste temperamento del pelirrojo.

Esas sonrisas deberían ser mías…

--¿Ya ves de lo que te perdiste, Uchiha? —murmuro rápido el pelirrojo, pasando rápidamente para alcanzar a SU familia--¡Espérenme! —

El frio calo en mis huesos como nunca antes lo había hecho, e ignorando la nieve que se juntaba a mis pies, me quede de pie ahí, en medio de la banqueta, mirando cómo se alejaba el amor de mi vida a cada paso más.

Una familia tierna, un calor familiar, un hijo a quien cuidar, un esposo maravilloso.

Si, ya vi de todo lo que me perdí.

Notas finales:

Esta historia también es públicada en Wattpad, el link se encuentra en mi perfil.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).